43- Dafne, la cazadora de monstruos
En las gélidas tierras del norte en donde la nieve ya comenzaba a caer con una fuerza tremenda, dentro de la cabaña del hombre de la máscara de hierro Dafne disfrutaba de una sopa de carne junto a otros licántropos y alguno que otro lobo salvaje con los que eran capaces de comunicarse. Dafne jugaba con las albóndigas y las papas que estaban en su plato mientras escuchaba al anciano hablar en un idioma extraño con los dos jóvenes allí presentes a parte de ella.
—Dafne, es un lindo nombre — dijo un chico lobo de cabello largo y negro —¿de dónde vienes?
—¿Tienen un mapa? — preguntó la híbrida y uno de los lobos salvajes le trajo un papel enrollado —gracias — Dafne procedió a desenrollarlo poco a poco —vengo de A Costa dos Lobos, un sitio bastante más caluroso que este... pero — miró a otro lado —prefiero no hablar de eso.
—¿No me digas que fuiste expatriada de tu propia manada? — preguntó el pelinegro de forma imprudente.
—Nutaaq, no digas eso — lo regañó la chica a su lado.
—De hecho tiene razón — mencionó la híbrida entre sirena y lobo acomodando su cabello castaño oscuro —¿cuál es tu nombre?
—Me llamo Lumi y él se llama Nutaaq y somos pareja — contestó la chica —¿aún no puedes percibir los olores?
—Ya puedo olfatear un poco mejor, gracias — Dafne siguió comiendo —¿por qué?
—Como estamos muy arriba del nivel del mar, unos 4 mil metros sobre el nivel del mar, los olores no se perciben iguales — explicó Nutaaq.
—Tengo una pregunta — la castaña los miró —¿qué son metros?
—Son la unidad de medida — explicó la loba esposa de Nutaaq —lo definimos como la distancia que existe entre el corazón y la punta de los dedos extendidos.
—Oh, ya veo... es interesante — respondió la híbrida con una sonrisa.
—Bien — Nutaaq se puso de pie —Dafne, termina de comer pronto tenemos que ir a patrullar. Existe una leyenda de un hombre que se convirtió en caimán para observar a las jóvenes bañarse río abajo.
—¿Existen esos animales en lugares tan extremos como este? — indagó Dafne terminando de comer.
—El continente de Granada es muy variado — explicó Lumi tomando un arma en forma de boomerang de tres aspas con puntas de hierro en sus extremos —ten esto — le pasó un arco y un carcaj con flechas —¿sabes utilizarlo?
—Sí, en A Costa dos Lobos solía practicar luego de que mi padre murió — respondió la castaña.
—No sabía — murmuró Nutaaq —debió ser muy duro para ti.
—De todas formas... — Dafne susurró mirando al suelo de madera —nunca fui de su agrado. En fin, no importa. Les ayudaré a cazar a ese demonio cocodrilo.
La pareja si miró el uno al otro confundidos por el repentino cambio de actitud de Dafne, por así decirlo, la veían más como una líder con cierto carisma y personalidad fría pero que aun con esa rareza de personalidad estaban conscientes que podría llegar a ser una gran Alfa. Nutaaq y Lumi se convirtieron en dos lobos grandes de pelaje blanco con ojos azules y dorados respectivamente, mientras la escarcha de la nieve de las altas montañas brillaba bajo la luz de la luna. Mas Dafne era incapaz de transformarse, por mucho que se esfuerce o lo intente y desee lograrlo, le sería completamente imposible.
Su cuerpo ya aceptó su naturaleza de sirena como la dominante, relegando de esta manera su mitad lobo como un simple resto vestigial que le diferenciaba de las demás sirenas, pero realmente ella se crió como loba, no como una sirena.
Luchaba como sirena y olfateaba como un lobo.
Reúne lo mejor de dos mundos: el mar y la tierra.
Dafne miró a los dos lobos transformados y con su mirada poco expresiva pero que sí transmitía mucho, les hizo entender que no podría transformarse como ellos. Aysel, su bestia, frustrada por ello se liberó de sus ataduras y cobró consciencia propia apoderándose del cuerpo de Dafne quien, como la primera vez que se convirtió en sirena luego de su destierro, empezó a sentir dolores insoportables.
—Demonios — dijo Nutaaq en la mente de Lumi —¿qué los híbridos no se pueden transformar?
—Ella no es cualquier híbrida, su determinación es tan fuerte que incluso su bestia se liberó. No me interesan las leyendas pero sí ella domina los dos mundos, capaz y sea la Alfa de Alfas.
Los brazos de la castaña se llenaron de un pelo negro con blanco, sus piernas cambiaron hasta convertirse en las patas traseras de un lobo gris con partes blancas, para sorpresa de los dos lobos puros los ojos de Dafne presentaban heterocromía, el izquierdo era dorado y el derecho era de un color azul. Y su tamaño era ligeramente mayor al de ambos.
"No soy ni una loba completa, pero tampoco soy una loba completa... soy ambos, agua y tierra..." pensó Dafne.
—Veo que dio el primer paso — murmuró el anciano de la máscara de hierro —liberar su bestia y darle consciencia propia, Lumi y Nutaaq se los dejo en sus manos — vio hacia la luna llena la cual estaba levemente pintada de rojo —luna de sangre... mal augurio.
(...)
En Cipango, Alexey y su grupo seguían bajando hacia el área más baja de la catedral abandonada mientras que todos y cada uno se iba deshaciendo de cada demonio que se le atravesare en su camino, Henkikoira los cortaba con su espada, Arinnia los arrojaba a las paredes, Alexey los disolvía con su ácido y Jack los paralizaba y disminuía de tamaño para que "accidentalmente" él termine pisándolos. Atrás del todo, Ivanna y Ceres los apoyaban en retaguardia con sus habilidades especiales.
—Puedo olerlo — dijo Arinnia —es un olor a azufre con carne podrida. Ahora, chico serpiente ¿cuál es el plan?
—Necesitamos que alguien lo distraiga y así Ceres con sus flechas que purifican pueda acabar con él de una buena vez — contestó Alexey con calma —ahí está.
Frente a los seis, una inmensa ciudad subterránea se erigía con varios demonios como sus custodios, sobre una colina estaba el líder de la Legión Gris: Abbadon. Sentado en un trono y con un cráneo de un ser humano bebiendo lo que parecería ser vino que fácilmente se podría confundir con sangre.
—Bienvenidos a Suspiria, la ciudad — mencionó Abbadon bajando de la colina —escuché que Nibiru y Windsor quieren deshacerse de unas moscas, mas no pensé que fueran tantos y tan inútiles.
—Cuida tus palabras maldito — voceó Henkikoira empuñando su espada.
—No te sulfures — contestó Alexey —mantengan la calma.
Los vampiros estaban listos para llevar a cabo el plan, Jack y Arinnia dejaron que su ira vampírica empezara a recorrer su cuerpo de arriba abajo, Alexey miró de soslayo a Ceres que ya tenía su arco preparado mientras que más atrás Aylin y los dos centauros tenían lista una contramedida sin ser vistos gracias a una poción de invisibilidad creada de afán por Tefnut, por si el plan A fallaba.
—¿Y qué es lo que pretende Nibiru con las gemas mágicas? — inquirió Alexey ganando tiempo.
—Sólo puedo decir que lo que realmente quiere Nibiru es su libertad — explicó el gran demonio —desde hace cuatrocientos años se vio subyugado a la voluntad de Alaric Windsor, pero las consecuencias de usar magia negra para el mal se verán más tarde que temprano.
Abbadon dio la señal para que sus subordinados atacasen a los intrusos, por su parte Alexey levantó su pulgar y los dos vampiros soltaron toda su energía oscura transformándose en dos bestias enormes y peludas que descuartizaban a cualquier demonio que atacaran a sus aliados.
—¿Cómo es eso posible? — preguntó el demonio.
—En el juego de las estrategias — Alexey sacó una cimitarra hecha con colmillos de serpientes en dónde reflejó su rostro —hay que saber tomar decisiones.
(...)
Nota del autor:
¿Cómo les ha parecido la historia? Yo siento que mis personajes han tenido cierta evolución, no tan notoria, pero sí se presente.
Ahora me voy por otras 3 semanas xDDDD
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