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36- Caminos separados

Dafne con todas sus fuerzas intentó cortarle el brazo a Nibiru mientras que desde atrás Henkikoira atacaba al mismo, Windsor tomó a la chica con uno de sus tentáculos alargados y la estampilló contra la pared de la estacón de tren ella de alguna manera pudo congelar el tentáculo del hombre obligándole a soltarla, y justo ahí aprovechó Henkikoira para cortarle los tentáculos a Windsor.

—Esa espada posee un filo asombroso — murmuró Alaric Windsor recuperando la compostura —. No importa cuántos trucos tengas, yo te haré pedazos, híbrida inmunda.

—Silencio — voceó Dafne recuperando el aliento —, no soy una híbrida inmunda, yo he conocido a muchos amigos durante mi viaje... y ellos me aceptan tal como soy — añadió la chica mientras su bestia interna, Aysel, empezaba a alarmarse mucho —¿Acaso tú tienes algo que proteger?

Todo el lugar se quedó en silencio con sólo las palabras, la espada de Dafne comenzó a brillar en un tono azul brillante y claro, a su alrededor el aire se enfrió aún más, pronto se puso en frente de Henkikoira, rápidamente ondeó su espada de la que salió una gran onda de energía helada que congeló todo lo que estaba a su paso.

—Uh... Nibiru, nos vamos mejor — gruñó Alaric —, eso puede congelar hasta el sol.

—Deja de ser tan exagerado — exclamó Nibiru.

Ambos abrieron un portal para marcharse del campo de batalla como unos cobardes, Dafne comenzaba a respirar de forma muy lenta, y de pronto cayó al suelo muy cansada y perdiendo el conocimiento, Henkikoira corrió a ver cómo se desplomó la híbrida. Tocó su rostro y lo sintió helado, tan frío como el hielo, la cargó en su espalda y corrió a toda prisa hacia donde estaban sus compañeros.

"Yo no seré responsable de tu muerte, diste todo de ti y por eso de admiro, híbri... no Dafne" pensó el chico de cabello bicolor. 

(...)

Horas más tarde, Dafne despertó arropada y frente a la chimenea de la mansión de madame Lillith, abrió sus ojos y en un sillón Alexey recostado y dormido, tal parece que se había quedado dormido. Mientras tanto, el chico serpiente tenía un agradable sueño en medio de tanta oscuridad en el mundo, era de él y Dafne en un lugar cerca de la costa justo al pie de un faro con dos niños que jugaban con dos palos de madera y una niña que recolectaba flores para Dafne.

La híbrida se levantó del sillón, ya no sentía su cuerpo tan frío como hace un par de horas pero aún así todavía sentía frío, se acercó a Alexey y lo movió en repetidas ocasiones para despertarlo, cuando el chico serpiente estuvo despierto se encontró con la mirada severa de Dafne.

—Alexey, me iré a mejorar mis habilidades — comentó la híbrida —, volveré y te prometo que derrotaremos a Nibiru. Otra cosa... diles que me fui a entrenar.

—Uhm... es una pena, igual tendré que hacerme fuerte — murmuró Alexey —, espero que te vaya bien.

—¿Sólo dirás eso? — cuestionó ella —, lo único que quiero es no verlos morir... — una lágrima corrió por su mejilla —, Alex jamás me había sentido tan bien como cuando estoy con ustedes. Y tampoco quiero que nos alejemos pero no soportaría a Ceres preocupada por mí, es una niña dulce. O a Jack enojado conmigo porque me fui sin avisar.

—¿Quieres que te diga algo? ellos confían en ti, y sabrán que si te vas, vas a regresar — explicó el chico —, yo confío en ti y por eso sé que volverás más fuerte y hábil que ahora.

Dafne no dudó un segundo en abrazar a Alexey, no sabía si volvería a verlo después de esto y estaba asustada por ello. Se separó, y luego salió de la mansión con la incertidumbre de no saber cuánto tiempo le tomaría mejorar sus habilidades. Pronto Dafne sintió a Aysel empezar a indicarle que fuera hacia el norte del mundo, que según rumores de diversas manadas allí habían unos lobos que jamás les afectaba la luna nueva.

(...)

Arinia ya había conseguido un aliado muy valioso, un cambia-formas; ella junto a su nuevo  compañero observaban desde lejos el castillo de Nibiru y Alaric Windsor, la vampiresa vio a un ave de plumaje marrón acercarse a ella, un instante después se transformó en un joven de complexión delgada y cabello negro. Iba con un saco negro y un pantalón a juego, una corbata roja sobre su camisa blanca y unas zapatillas de vestir negras.

—¿Qué has encontrado? — indagó la vampiresa.

—La líder de ese grupo que encontraste en la playa desapareció — murmuró el joven.

—¿Pero por qué se habrá ido? no encuentro ninguna razón.

—Ni me lo preguntes, tú único objetivo es matar a Nibiru por destruir tu tripulación ¿o me equivoco? — Arina asintió seria —, así que no tienes por qué preocuparte por ellos.

—Hmpf... tienes razón pero el enemigo de mi enemigo, es mi amigo 

El cambia-formas ni siquiera supo cómo contestar ante tal afirmación que salió de la boca de Arinia, ella desde hacía tiempo había estado observando las peleas de Dafne y sus aliados contra Nibiru y Windsor en especial. Sabía que en algún punto Nibiru trataría de convencer a alguna raza que odie a muerte a los hombres lobo para sacarse de encima a Dafne. No era un sujeto para nada bruto ni mucho menos un ingenuo.

(...)

Mientras tanto Dafne, se lanzó al mar y convirtió sus piernas en una cola de pez y comenzó a nadar hacia las frías aguas del norte. Sólo dos personas la observaban alejarse con una mueca de fastidio, sus ojos que la observaban desde las sombras se volvieron rojos de repente. El característico color de los vampiros.

—¿Así que les desagrada esa híbrida? — indagó la misma pelinegra que siempre acompañaba a Nibiru, Gahlia —pueden ayudarnos a deshacernos de ella y sus amigos.

—No nos interesa, piérdete  — ordenó el hombre que iba precariamente vestido con una camisa y un pantalón de lana y unas botas de cuero —, que te dije que te vayas.

—Escuché que existen magos que son capaces de crear seres a partir de arena y tierra — mencionó la mujer de cabello negro y abrió su un abanico  cubriendo la mitad de su rostro —, ¿no les parece tentador? su banda puede dominar toda la ciudad a su entera voluntad.

—Bien, nosotros nos encargaremos pero necesitaremos a gente muerta pero no iremos ningún cementerio — explicó el hombre —, necesitamos carne fresca. 

Desde su mansión Nibiru sonrió ampliamente pues estaría seguro de que ese grupo criminal ya retirado les sería de utilidad para deshacerse de Dafne y compañía y que así no se metan en sus asuntos de obtener el espacio vital humano que ha ido construyendo en el trasegar de su existencia durante los últimos dos siglos y medio.

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