Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

3- The black flag ship

El viento empujaba con bravura las velas blancas de un barco mercante, el capitán estaba tomado y cómo no si habían recibido una gran propina por llevar una mercancía de cuantioso valor.

—...Y va el capitán pirata cantando alegre en la popa, Asia a un lado y al otro Europa y allá a su frente Estambul — cantaba con una voz ronca y desgastada por el alcohol.

—Qué extraño que no hayamos tenido problemas con piratas últimamente — murmuró uno de los marineros.

Del horizonte energía un navío cuyas velas rugían con el estertor del viento y la furia del mar, la niebla cubrió con su blanquecino manto, una bandera negra con la imagen de unos colmillos con sangre en su punta anunciaba que la muerte de esos marineros se acercaba.

—Bandera negra — gritó uno de los marinos saltando al agua por la borda.

—¿Bandera negra? — indagó el capitán.

El ruido de los gritos de los hombres pereciendo era lo que se escuchaba luego de que los piratas abordaron el barco mercante, la sangre corría por sus cuerpos al tiempo que varios hurtaban objetos de valor, el agua del mar empezó a teñirse de un rojo muy fuerte cómo dictaba la leyenda en aquella época cuando proliferaron.

"Se teñirá el mar de sangre el mar cuando un barco de velas negras se aproxime a otro barco o a tierra"

El capitán del barco de los piratas bajó del mástil de un solo salto, observó a todos y luego a su primer oficial. Una mujer de un hermoso cabello negro que llegaba hasta la cintura, todos observaron la escena dispuestos a asesinar a esos hombres para poder alimentar sus cuerpos.

—¿Qué han encontrado? — indagó la mujer.

—Encontramos oro y malas de plata — respondió uno de ellos levantando un cofre.

El capitán pirata suspiró fuertemente, si llevaban consigo balas de plata podría llegar a ser un arma de doble filo porque ellos también son vulnerables a esas esferas pequeñas de tal material.

—Tenemos la misma debilidad que los lobos — habló él —Arinia, nuestro objetivo es conseguir a la híbrida entre los dos reinos: La diosa Luna y el mar — añadió regresando al barco —, ¡todos a bordo!  — ordenó sosteniendo el mástil.

—¡Ya escucharon! De vuelta al barco... suban sus esqueletos sedientos de sangre al maldito barco ¡ahora! — exigió ella con firmeza.

(...)

La mente de Dafne estaba en blanco, aunque recordaba todo lo que había sucedido horas antes. Ella flotaba en el agua del mar en medio de la calma aunque su mente estuviera en plena tormenta. Entre cerró sus ojos sintiendo un dolor impresionante como si sus piernas estuvieran siendo cortadas, o peor aún, aplastadas por una gran presión. Se encontraba en medio de la nada cosa que aprovechó para gritar a todo pulmón el dolor que sentía en sus piernas y eso no era lo único de lo que debía preocuparse.

La sal del mar ingresó en la herida causada por el puñal de plata haciéndole sufrir aún más, hasta el océano le estaba haciendo sufrir más que cualquier otra herida; se atrevió a mirar aquella herida viendo que lentamente se iba cerrando aunque debía admitir que era realmente doloroso.


"Tú hogar es la mar"

Era lo único que la mantenía cuerda, cerró firmemente sus ojos tratando de olvidarse del dolor en sus piernas, las lágrimas se confundían con el salado sabor del agua del mar. Se sentía morir y ahora mismo entendería porqué su hogar el el mar, ella levantó su mirada para ver sus piernas abriendo su boca al descubrir que ya no estaban y que en su lugar poseía una cola de sirena. Trató de moverla y descubrió que podía nadar más rápido que cualquier lobo que haya visto

Continuó acoplándose a su nueva forma en la que comenzó a nadar buscando una costa o algún lugar con vestigios de civilización.

"La dama del mar, hija de los dos mundos, hija del mar e hija de la luna"

Una voz tranquila le susurró al oído con calma, entendió entonces que ella no era alguien ordinario y por eso tenía una conexión con el mar, tomó suficiente aire para sumergirse; entró en el agua y vio asombrada la enorme cantidad de formas y tamaños que había bajo la superficie, sin querer abrió su boca dejando escapar una cantidad enorme de burbujas. 

Por su mente aún turbada, pasaba una sola idea: moriría ahogada. Se apresuró a emerger pero no sentía que le faltase el aire, ¿por qué se sentía así? 

Hija de la luna y el mar.

Nuevamente supo que ello era verdad, casi podría decir que también sus sentidos que tiene cuando se transforme en un lobo de pelaje blanquecino estaban más agudizados que en su forma humana, nadó varias horas disfrutando de estar en la mar y ser parte de ella, a lo lejos divisó una pequeña aldea de lobos pescadores. 

Sumergió su cuerpo para verlos desde abajo de la superficie y quedó maravillada por la vista que el sol le daba, nadó más profundo y se impulsó saltando fuera del agua y cayendo sobre el muelle. Otra vez sintiendo el dolor agonizante, reaparecieron sus piernas bajo la mirada atónita de varios pescadores en el lugar.

—Alfa, por aquí una chica saltó del agua y cayó en el muelle

Decía una mujer que lo guiaba apresurada al ver a Dafne, que cayó sobre la madera de la que estaba hecho el muelle donde los pescadores se posaban para pescar.

—Dudo que sea importante, si es una híbrida traerá desgracias a la manada — respondió fríamente el hombre deteniéndose antes de llegar al lado de un velero.

—Alfa — musitó ella.

—Es todo, vuelve a tus tareas Ceres — ordenó el Alfa regresando a su mansión.

—Cómo ordene — aceptó resignada la chica.

Ceres observaba de reojo como aquella chica se levantaba del suelo, dudaba entre ayudarla o dejarla en el suelo esperando a que muriera pero se sorprendió al verla casi intacta y le había parecido haberle visto hablar al mar.

"Está loca." Pensó Ceres.

Dafne la vio de reojo con una ceja arqueada sin saber qué hacía ahí de pie e inmóvil, se acercó a Ceres y la observó detenidamente.

—Tú, sígueme — indicó la beta de esa manada.

—¿A donde?

Dafne estaba extrañada por la manera de hablar de esa extraña mujer, Ceres se dio la vuelta y caminó un poco hacia la aldea de su manada.

—Ya lo verás, híbrida del mar — sonrió ella mientras comenzaba a entrar en la aldea.

—Cómo digas — gruñó Dafne con seriedad.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro