Ahora Barbanegra tomó un puro del bolsillo de su chamarra y lo encendió con su mechero iluminando con el fuego su rostro y parte de la oscura noche.

Ya Dafne había despertado y estaba siendo vigilada por Alexey que parecía no quererse mover de allí. Él meditaba acerca de los peligros de los que ella los había salvado pero sin duda Akira Barbanegra no quería dejar de estar allí.

—Barbanegra que yo recuerde tú solamente eras un humano cualquiera hace tan sólo cien años — habló Alexey con seriedad.

—Estos tipos sí que se conocen — murmuró Jack con seriedad.

—Eso fue hace cien años, comisario — respondió Barbanegra exhalando el humo de su cigarro —de hecho, fue un supuesto médico llamado Asclepios

—¿Asclepios? ¿Qué no fue atacado por un león en el Rift? — cuestionó el alguacil.

—Estás en lo correcto mi estimado amigo

Alexey bufó con molestia, ellos dos ni son ni eran amigos antes y mucho menos lo serían ahora que la situación se hacía cada vez más compleja. Su única misión era averiguar quién creaba tantos desastres y por qué lo hacía, Dafne finalmente despertó con un dolor agudo en su espalda.

—¿Estás mejor forajida? — interrogó Akira.

—Sí, me llamo Dafne para tu información

—Ya, lo bueno es que estás bien — mencionó Alexey con una sonrisa.

—Señor Alexey — Ivanna le entregó una tarjeta que tenía una invitación a una fiesta —encontré esto.

—Ceres — llamó Alexey —cuida a Dafne por mí.

—Por supuesto pero más te vale que no la dejes abandonada — amenazó la loba.

Akira rió levemente pues aunque no quisiera admitirlo ambos, Dafne y Alexey, hacían una pareja muy interesante y llamativa para sus amigos.

—Bueno, lo mejor que podemos hacer es ir a esa fiesta para averiguar quiénes son los que quieren asesinarnos — mencionó el vampiro con seriedad.

—Sí, amo bonito

—¿Cuándo llegaste, Pancracio?

—Hace poco, sólo hice una retirada estratégica amo — respondió el jorobado con nerviosismo.

—¿O te fuiste a ocultar como siempre lo haces? — inquirió Ceres viendo a Pancracio.

—Chiquilla insolente ¿por qué te atreves a decir eso de mí? — espetó el sujeto furioso.

—Pancracio, silencio.

Pancracio palideció al momento de escuchar las palabras tan frías de su amo, aquello le hizo sentir muy asustado por todo lo que el vampiro pudiere a hacerle.

—Ya me callo — musitó asustado.

Jack y Ceres sintieron un cálido sentimiento cuando sus manos se rozaron por breves instantes, pronto se dieron cuenta que Alexey miraba con seriedad la tarjeta que Akira le había entregado. Una invitación a una fiesta en una hacienda a las afueras de la capital de Cipango, no era cualquier otra cosa.

(...)

Arinia, quien deambulando sin rumbo fijo, sin norte hasta que tras una larguísima caminata encontró un enorme castillo que desprendía el mismo olor que emanaba un vampiro, al estar ya de noche podía utilizar sus poderes a su máxima expresión. Pero algo alertó sus agudos sentidos y enrojeció sus pupilas.

"Sangre de vampiro" pensó Arinia.

Corrió y atravesó bruscamente la muralla que rodeaba el catillo, poco le importó que los escombros cayeran sobre su ropaje, su corazón palpitó con fuerza al ver como un joven vampiro peleaba contra ni más ni menos que Gahlia mientras que desde el balcón, asemejando un palco de honor, un vampiro mayor que estaba encapuchado veía el combate sin inmutarse.

—Oye tú anciano — gritó la mujer con furia y el encapuchado la miró sin emociones —¿no ves que uno de tus súbditos está peleando y va a morir?

—¿Por qué te metes en lo que no te importa?

—¿Quién? — cuestionó la vampiresa con una sonrisa burlona.

—Pues tú, niñita.

—¿Quién demonios te preguntó? — cuestionó Arinia furiosa saltando la gran altura que hay desde el suelo hasta el balcón y golpeando con una fuerza mucho mayor a la de un vampiro normal.

Gahlia se sorprendió al ver al Lord Vampírico salir disparado hacia dentro del castillo pero al final atravesó todas las paredes saliendo por el otro lado, rápidamente Arinia voló hacia Gahlia e impactó su puño en la cara de la mujer lanzándola contra una de las murallas. Y entonces la medianoche había llegado al lugar, con la luna en su cenit y su sangre hirviendo está más que preparada para una pelea que pasaría a la historia.

—Primer oficial Arinia, me sorprende que hayas sobrevivido a el ataque que hice al Bandera Negra — se mofó la aliada de Nibiru —pobrecilla.

—A mí ya no me importa — espetó la vampira mientras una estela oscura cubría su frente y parte de su párpado derecho —lo que sí haré es vengarme de ti y de Nibiru.

Arinia nuevamente se abalanzó contra esa mujer a toda velocidad, pero milagrosamente y con ayuda del viento que es su elemento predominante Gahlia logró esquivarla; la vampiresa se teletransportó arriba de ella y con ambos brazos unidos la golpeó tirándola de nuevo al suelo abriendo un enorme cráter tras haber caído desde una gran altura.

—¿Dónde quedó tu ímpetu, Gahlia? — cuestionó molesta Arinia.

—Ja, eso no te importa — con una de sus manos generó una enorme ventisca que obligó a la vampiresa a retroceder hasta el bosque —Muy bien Kassia, es tu turno. Azrael, tú ve a seguir a Arinia, yo tengo cuentas pendientes aquí.

—Será un placer — dijo la sirena saltando la muralla.

—La verdad es que ya estaba aburriéndome — comentó el joven yéndose por la arboleda persiguiendo a Arinia.

Mientras tanto, Kassia intentaba, usando la ecolocalización, encontrar la ubicación de Arinia que parecía haberse esfumado de repente un humo negro apareció materializándose y convirtiéndose en nada más que en Arinia quien golpeó con fuerza a la sirena amiga de Dafne y sus aliados.

—¿Qué acaso tú no ibas con la híbrida? — indagó la vampiresa.

—No sé de qué estás hablando, así que cállate.

"¡Toqué una fibra sensible! Al parecer ella no puede recordar nada"  pensó.

Kassia se fue directamente contra Arinia para hacerle un placaje pero fue fácilmente detenida por las manos de la vampiresa, desde la derecha de Kassia apareció Azrael lanzándole varias rosas envenenadas a ella. Ambas mujeres esquivaron el ataque separándose la una de la otra. De la cintura, Arinia desenvainó una espada recta y bastante grande que solían usar los caballeros medievales, poco a poco el metal de la hoja se fue volviendo negro y rojo por culpa de la magia negra que ella usa.

—Adelante, ataquen ambos, yo misma los acabaré — comentó burlona la vampira —aunque sería una pena que tus amigos se enterasen de tu muerte, sirenita 

—No necesito pelear en grupo — Azrael tomó una rosa y la puso en su boca —Yo puedo derrotarte porque soy mucho mejor que tú vampirita de pacotilla.

Arinia se enfureció y si antes tenía motivos para matarlo, ahora tenía más ganas de aniquilarlo. En la frente de Kassia resplandeció un pentagrama en luz roja mientras emanaba una energía maligna y muy oscura. El ambiente se puso denso cuando un trueno interrumpió el silencio, Arinia al ser un vampiro tenía todas las de ganar pues estaban en su territorio que es la obscura noche.