18- La gema mágica amarilla
Los escalones cada vez eran menos escasos hasta que al final Alexey y Dafne llegaron a la cima de la colina en la que se encontraba el templo del Dragón Negro. Precisamente allí no había nada más que los cadáveres de los monjes que custodiaban el templo, todos estaban en el suelo como si hubieran muerto por asfixia.
—Hay que investigar — dijo Alexey con seriedad.
—Sí — respondió Dafne.
Ambos entraron al recinto hallando más cadáveres, el hombre llevaba su cimitarra desenfundada, en el suelo habían varios cuerpos calcinados que parecían estar recientemente quemados.
—Mira Alexey — señaló Dafne una gema amarilla que brillaba con intensidad.
—¿Es una gema mágica? — indagó el hombre.
—Sí, ya tenemos tres de trece — comentó la híbrida con una sonrisa.
Alexey le sonrió levemente a la chica, de una extraña manera se le hacía linda cuando sonreía. Dafne tomó la piedra preciosa guardándola en sus ropajes. En ese preciso momento el calor se hizo insoportable y una llamarada atravesó una de las ventanas quemándolo todo, Dafne se abalanzó contra Alexey y lo cubrió con sus brazos atravesando el piso del templo salvándose de las llamas.
—Eh... gracias salvaste mi vida — dijo él con calma.
—No es nada — le respondió saliendo de debajo del templo —mira eso... — señaló una mujer encapuchada con una cantimplora en una de sus manos.
La encapuchada abrió la botella y bebió algo, luego abrió la boca y chasqueando los dedos creó una chispa que encendió aquello que había exhalado. Alexey y Dafne lograron esquivarlo cada uno terminando encima del tejado, la híbrida abrió sus ojos violentamente porque realmente le parecía increíble que un humano haya saltado esos nueve metros que había desde el suelo hasta el techo.
—Vaya, veo que los he subestimado — mencionó la encapuchada.
—¿De qué hablas? — cuestionó Dafne seriamente.
—Pues, mi señora, Madame Lilith me envió por la reliquia que se guarda en este templo — respondió.
—Eso responde a la pregunta de Dafne pero ¿para qué demonios querías calcinar a todos los hombres que custodiaban el templo? — Alexey le preguntó.
—A ti no te importa humano — la mujer de las llamas creó una bola de fuego y la lanzó contra ellos dos.
La esfera de fuego fue creciendo conforme se iba acercando al dúo, Dafne desenvainó su espada y cortó la esfera atravesándola pudiendo llegar al campo visual de la portadora del fuego quien sacó una larga alabarda que se prendió en llamas cuando la espada de Dafne impactó con esa arma.
—Esta cosa tiene la temperatura ideal para derretir cualquier metal — anunció la portadora del fuego pero la espada de Dafne apenas sufría cambios —¡no puede ser posible! — exclamó sorprendida.
—Pues mi espada no fue forjada en tierra sino que bajo el mar y por eso puedo repeler tu fuego — se separó y cortó el viento lanzando una onda de aire helado.
Alexey saltó del tejado desenvainando su cimitarra chocando pocos segundos contra la alabarda flameante de su oponente, él hizo fuerza para romper la alabarda pero lo que terminó por romper fue su cimitarra, logró esquivar uno de los ataques de ella y conectarle un fuerte puñetazo que la mandó contra una de las paredes del templo rompiéndola con el impacto.
—¡¿Qué diablos te pasa?! — preguntó asombrada la híbrida al verlo lanzar a esa mujer de un solo puñetazo.
—Aún no puedo revelártelo — su piel obtuvo un par de escamas bajo sus ojos, su cuello y sus brazos que fácilmente se podrían confundir con maquillaje de fantasía —Dafne, si ves que esto se sale de control puedes intervenir. Eso hace Ivanna — comentó Alexey seriamente.
—Para tu información yo no soy Ivanna, y siempre la nombras, parece que te estás enamorando de ella — respondió ella irritada.
—Hay cosas más importantes de las que encargarnos — respondió Alexey con calma.
La mujer de fuego salió de las ruinas del edificio a toda velocidad contra Alexey encendiendo de nuevo su alabarda en llamas para usarla contra su enemigo, intentó golpearlo pero él usó las palmas de las manos para detenerla. Ella subestimó por completo a Alexey y a Dafne creyendo que eran débiles seres humanos.
—¿Esto es lo que tienes? Tal parece que Dafne apagó... — hizo una pausa —tu chispa
De las manos de Alexey comenzó a fluir un líquido verdoso que al contacto con el material del mango de la alabarda lo derritió por completo partiéndola por la mitad y aprovechando su descuido la golpeó en el abdomen con su pierna tirándola hacia muy arriba, pero alguien la sostuvo de su capucha revelando un aspecto de una joven de no más de 20 años, de piel morena y cabello rojo.
—Yo me haré cargo, Shalafy — dijo esa persona, un hombre de cabello largo y negro recogido en una larga coleta que le llega a la cintura montado en una hoja gigante de árbol.
—Siempre llegas tarde cuando se necesita, eres un tramposo — espetó Shalafy muy enojada.
—Tenía cosas importantes qué hacer —se excusó él.
Luego una onda de aire helado pasó a centímetros de los dos siendo esquivada por muy poco, Dafne estaba sobre el tejado empuñando su espada con ambas manos, Shalafy estaba furiosa y con ganas de matar a Dafne. Shalafy se soltó de su aliado y atacó ahora ella tenía sus ojos completamente rojos casi reflejando el fuego en ellos mismos. Golpeó a la híbrida lanzándola hacia el bosque, estaba furiosa con ella por humillarla en combate.
Dafne se apoyó en un tronco de un árbol y se lanzó contra Shalafy pero tuvo que bloquear el ataque de fuego que lanzó la enviada de Madame Lilith porque iba a quemarla por completo, pero eso no pasó sino que sintió el ardor de unas quemaduras superficiales. Dafne cayó en el suelo dando varios rebotes quedando bajo un árbol, su cara estaba llena de hollín, sus manos tenían marcas rojas en ellas porque lograron quemar la parte más superficial de su piel.
—El fuego es el símbolo de la ira y ahora tú has despertado mi furia — un aura flameante cubrió a Shalafy quemando todo a su paso.
"Si tan sólo hubiera agua cerca" se dijo a sí misma Dafne y sintió el olor a sal "estoy cerca del mar" sonrió y salió corriendo del bosque.
—¿Dónde crees que vas? — cuestionó furiosa Shalafy.
Un humo negro se arremolinó entre los pies de la pelirroja impidiéndole moverse un milímetro, luego se materializó dejando ver precisamente a Jack sosteniendo con sus brazos a la mujer de fuego. Desde un árbol, los ojos de Ceres brillaban cual si fueran dos estrellas en la noche, apuntaba con su arco y flecha el pecho de Shalafy lista para acabar con ella si en determinado momento hace un movimiento en falso.
—Dafne. Ve por agua, debes curar tus heridas, nosotros nos haremos cargo de ella — ordenó Ceres saltando del árbol.
—Hazle caso a Ceres — Jack cuando terminó de hablar recibió un golpe en el abdomen que lo mandó contra un árbol en llamas haciendo que este cayera —Vete ya — expresó con voz fuerte.
Dafne obedeció y se fue siguiendo el olor a sal que se impregnaba en sus fosas nasales, salió de los matorrales pero ese mismo sujeto que montaba en la hoja de árbol la detuvo con una fuerte ráfaga de viento tirándola al suelo de paso.
—¿Más raritos? — cuestionó Dafne —Hazte a un lado, no tengo tiempo de pelear contigo — murmuró la híbrida molesta.
—No te dejaré cruzar a menos que me entregues la gema mágica amarilla — sacó un par de animales hechos en origami teniéndolos mientras tanto en sus dedos.
Ella se mantuvo en silencio y la empuñó con fuerza dispuesta a pasar por sobre el cadáver de aquel sujeto raro con tal de llegar al océano. Venía de una batalla reciente y ahora debía sí o sí enfrentarse a un tipo que le está comenzando a dar dolores de cabeza. Aquellos animales hechos de papel asemejaban a unas mariposas y dragones.
(...)
Nota del autor:
Disfruté hacer este capítulo. Ha sido de los que más me ha gustado hacer, y aunque aún no haya romance (que soy terriblemente malo escribiéndolo) estoy casi seguro de que Alexey y Dafne tendrán un final feliz.
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