15- A luchar
Aquel misterioso sujeto estaba frente a frente con Alexey, Kassia seguía lanzando sus vórtices de agua a los aldeanos sin la intención de matarlos, cada gota de agua que caía al lugar permitía a la sirena manipular el agua y con esta mantener a raya a los habitantes manipulados de forma vil y descarada por ese sujeto.
El alguacil mantenía su mirada serena y tranquila en su rostro, en cualquier momento una feroz pelea daría comienzo por eso debía estar más que preparado, un movimiento en falso y la gente lo pagaría muy caro, encaró al asesino de la rosa poniéndose frente a él con total tranquilidad .
-¿Qué es lo que buscas aquí? - inquirió Alexey.
-Busco algo que es importante para mí y me es menester - la luz de un relámpago lo iluminó, aquel sujeto iba vestido de negro, su rostro era muy delicado para ser el de un hombre además llevaba una rosa en su mano derecha -una gema mágica.
Por otro lado Dafne y Jack saltaban hacia los tejados de las casas para esperar el momento propicio para atacar, la híbrida observó a Kassia y después a Alexey, un sujeto que se le hacía extremadamente llamativo.
-¿Qué se traerá entre manos? - indagó Dafne sobre el campanario de la iglesia
-No sé... ¿tú qué crees? - la miró por un breve periodo de tiempo.
-Estoy igual que tú - ella respondió con una sonrisa.
Jack sonrió levemente amén de que su batalla pronto daría comienzo y, que en un supuesto caso ambos debieran intervenir, lo harían sin siquiera dudar en sus habilidades como seres sobrenaturales que son. El hombre lanzó unas de sus rosas contra Alexey que las esquivó con cierta facilidad, el alguacil blandió su cimitarra y atacó al sujeto de las rosas.
-¿Acaso oí bien? ¿una gema mágica? Tenía entendido que sólo eran un mito.
-Eres un iluso - increpó.
Dafne pudo escuchar eso y saltó del tejado hasta la calle lista para pelear contra él, Jack solamente intervendría si es estrictamente necesario, miró a Ceres que estaba oculta detrás de una pared de la iglesia algo asustada ya que estaba en un campo de batalla y aunque ya haya estado en uno no intervino directamente.
Lanzó una rosa pero fue congelada antes de tocar el cuerpo de Alexey, él miró hacia abajo pero no encontró nada, cambió de dirección y encontró a una mujer que había lanzado una especie de hechizo contra esa rosa.
-No me esperaba esto, he de decir que me complace ver a una sirena peleando junto a un humano. Qué malos modales los míos - comentó el hombre extraño -me llamo Azrael.
-¿Eh? ¿quién eres tú? - preguntó Alexey mirando a Dafne.
-Me llamo Dafne - sonrió levemente y desenfundó su espada -, vi que necesitabas ayuda y por eso te ayudaré a luchar.
-Dudo que podamos entendernos en batalla pero podemos intentarlo - mencionó el alguacil con calma.
Su enemigo les lanzó varias rosas para herirlos, Dafne lo esquivó con un salto pero una de las flores le abrió una herida. Alexey tomó su cimitarra y corrió hacia el florista bajo la atenta mirada de Dafne que se resintió al doloroso corte que le hizo una de las rosas de Azrael, estaba soltando sangre y no sabía por qué le dolía tanto esa herida, asimismo que el agua de lluvia parecía no curarla.
"¿Por qué me duele esta herida si es muy superficial? tampoco puedo curarme con el agua" se dijo a sí misma.
Azrael atrapó la cimitarra con su cadena y golpeó con fuerza el rostro de Alexey que lo tiró al suelo. Jack se acercó a la rosa que hirió a Dafne encontrando algo que le llamó la atención: polvo de plata.
-Dafne, ¿estás bien? - le preguntó el vampiro a la chica -te han herido con una rosa con polvo de plata.
-¿Qué? Eso tiene que ser una broma ¿quién fue el que le dijo nuestra debilidad? - habló desesperada la híbrida.
-No sé - Jack se encogió de hombros
El agua logró sacar los residuos de plata en la herida luego de muchos intentos de Dafne por limpiarla para que no se contaminara, Kassia creó otro vórtice de agua y lo lanza hacia Azrael atrapándolo en una burbuja de agua siendo incapaz de moverse.
-¿Pero qué demonios? - exclamó Alexey.
Alrededor de Azrael aparecieron unas raíces de un árbol que comenzaron a rodearlo, Alexey, Jack, Kassia y Dafne se sorprendieron por ello. Un portal se abrió llevándose consigo a Azrael, era algo que no podían creer en tan sólo unos instantes su enemigo haya desaparecido sin dejar rastro.
-Maldita sea ¿A dónde se fue? No siento su olor - mencionó molesto Jack.
-Esto no me da buena espina - murmuró Alexey.
-Le preguntaremos a Tefnut y Caronete - habló Dafne comenzando a caminar hacia el templo.
-Sí, buena idea - habló Kassia ahora con voz más suave y tenue.
Luego de unos segundos la lluvia cesó y Kassia perdió finalmente el don del hala, Dafne la miró y entendió algo. Kassia podía hablar siempre y cuando esté en un entorno húmedo o estando directamente dentro del mar.
-No sabía que las sirenas hablaran en tierra firme - comentó el alguacil confundido.
-No, no hablan, eso fue solamente por la lluvia - corrigió Dafne tomando a Kassia de los hombros.
"Esa mujer llamada Dafne es interesante" pensó Alexey.
(...)
A la misma mansión donde Gahlia había recibido la orden de ir por Arinia y su tripulación llegó Azrael aunque sin ninguna herida y en aparentemente perfecto estado de salud.
-Vaya, Azrael, veo que tuviste una pelea complicada - mencionó Gahlia con una sonrisa burlona.
Al lugar entró un hombre de unos treinta años o más vistiendo un traje negro elegante, su cabello era largo y de un color completamente negro muy oscuro.
Era mi más ni menos que Nibiru, ahí estaba frente a frente con Azrael, desprendía un aura muy pesada y densa que parecía como si de un demonio se tratara.
-Azrael, tuviste un combate complicado - dijo el hombre allí presente.
-Sí, fue una batalla complicada - respondió Azrael.
Nibiru sonrió con malicia luego extendió su mano que se cubrió de un aura negra muy oscura, instantes después un insecto con una coraza y multitud de patas que de mueven provocando el asco de Gahlia y Azrael.
-Con esto podrán derrotarlos, en especial a la tripulación del Bandera Negra... ya no los necesitamos - comentó Nibiru y se dio la vuelta.
-Pero... Aún no han obtenido lo que usted le ha encargado amo Nibiru - Gahlia tomó la palabra.
-Ah sí, es cierto. Pero son vampiros y son impredecibles por tanto pueden morderle la mano a quien los está alimentando - mencionó el hombre con seriedad.
Azrael y Gahlia palidecieron al instante que su señor habló, el ambiente se puso tenso y tenebroso mientras Nibiru los dejaba a solas.
(...)
Ceres se encontraba sentada en la escala del templo de Aylin sintiéndose intranquila, quería hacerse más fuerte y aprender a pelear, no quería ser una carga para sus aliados. Tenía sus manos enredadas en su cabello y se maldecía en voz baja, la frustración la estaba consumiendo por dentro.
-¿Sucede algo? - Caronete se acercó a ella.
-Sí... quiero aprender a pelear y no ser un estorbo para Dafne y Jack - murmuró la chica preocupada.
-¿Y por qué no le pides al vampiro que te entrene? - inquirió la sacerdotisa sentándose a su lado.
-Eh... - Ceres se sonrojó mucho -bueno... sí me gustaría eso pero me da mucha pena - ocultó su rostro entre sus manos.
-Ceres, deberías pedirle que Jack te entrene, así no te sentirás débil - el Centauro pateó con sus cascos el suelo.
Aylin miró con curiosidad a Ceres, estaba segura de qué ella estaba desarrollando sentimientos hacia el vampiro, lo que no sabía la sacerdotisa era que Ceres y Jack son mates o parejas predestinadas.
-Bueno... le diré - mencionó con una sonrisa tierna.
Aylin asintió continuó a su habitación para descansar aunque eso le será difícil lograrlo porque el horror que le causó ese hombre que intentó atacarla será insuperable, Ivanna no había dejado a Aylin en ningún momento, sabía que esa experiencia fue realmente traumática para la sacerdotisa. La ropa que traía consigo en su morral se mojó por lo que ahora ella estaba vistiendo el mismo atuendo de la de cabello rizado: hakama rojo y haori blanco.
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