Bola 2
MIYUKI...
Todo estaba mal, absolutamente TODO...
Tenía a Eijun debajo mio, sus piernas separadas y solo con el bóxer puesto, en un departamento donde estábamos solos, donde el estaba en su celo y yo estaba a punto de entrar en el mio
Como era posible que coincidieramos en el celo? Que mala suerte eh tenido y peor aun encontrarmelo, si continuamos...no habrá vuelta atrás.
-Miyuki... -se aferró a mi cuello quedando a milímetros de mis rostro.
Suspiraba y gemía bajito, en cada exhalación que el daba y yo respiraba mi mente se nublaba, estaba seguro que el ya había sucumbido al deseo pero si yo lo hago...
-Kazuya...
Resiste... Tengo que salir de aquí antes de desvirgarlo...
-Kazuya....
Vamos ¿Porque no me puedo apartar?
-Kazu...-senti su lengua recorrer mi cuello, fue el detonante...
Perdí...
Puse mi mano sobre su pecho y lo empuje para que quedara completamente acostado en la cama, mi celo había empezado y esta vez no podría detenerme.
Destroce la única prenda que le quedaba y las mías propias, quería monopolizarlo. Lo bese de una manera tan dominante que me era placentera, mis sentidos estaban al 100,podia escuchar cada gemido por muy bajo que fuera, mi olfato era más sensible a su olor, mi tacto con su piel era tan la gloria, mi gusto era tan relevante al momento de besarlo y mi vista...solo la utilizaba para verlo cada expresión y movimiento.
-Grrrh... -gruñi al sentir sus manos juntar nuestros miembros.
Estaba temblando y tratando de contenerme pero cuando metió sus dedos en su entrada para preparase y gemía mi nombre fue lo último que pude contenerme.
Recojo mi pelo hacia atrás y le dediqué una última mirada, sentí su cuerpo tensarse, levante un poco su pierna izquierda para poder penetrarlo.
-Espera... Miyuki.... -escuchaba vagamente su voz.
-....-no quería escuchar, ya no...
-Si haces esto te arrepentirás... -me detuve unos segundos analizando lo que decía pero mi razón ya no importaba.
Tome mi miembro y lo ajuste a su entrada, todavía escuchaba unos cuantos ruegos pero esta vez lo penetre de una estocada.
-Aaagggh-dio un sonoro gemido.
Seguí las estocadas inmediatamente, se ajustaba perfectamente a mi, arremeti contra el, sintiendo sus repentinos temblores junto con unos gemidos sonoros.
-Mas... -sus suplicas comenzaron, eso significaba que volvió al celo.
Ya nada nós detenía, estábamos perdidos en nuestros instintos, solo queríamos descargar nuestros deseos en el otro.
Sus brazos rodearon mi cuello y me exigió un beso que no le negué, nuestras lenguas chocaban dentro de su boca, al separarnos olfate su cuello...queria marcarlo, ya era una necesidad.
No pensaba en las consecuencias futuras, solo quería saber que nadie lo tocaría, el...
El no se apartará como todos...
Ese último recuerdo me saco de los casillas haciendo que encajara mis dientes en su cuello mientras seguía arremetiendo contra su entrada.
-AAAHH...-escuche un pequeño grito de su parte pero no me aparto.
Se corrió minutos después entre nuestros vientres, al sentir su entrada más estrecha igual me corrí,me sentía tan bien y al querer salir de el no pude... lo había anudado, sentía el placer y no pude evitar querer volver a penetrarlo y seguir así. Pero no termino ahí, mi celo duraba todo el día... y esa idea hubiera estado genial pero el de Sawamura duraba dos dias más.
Al terminar el día paramos porque se desmayó, le lleve agua y todo estuvo tranquilo pero cuando se acercó nuevamente a mi volvió a exigirme que continuaremos, me negaría pero tenía precuelas de lo que sucedió ayer y seguimos así por los tres días teniendo descansos solo cuando dormíamos y cuando quería algo de agua.
En la noche del último día ya me sentía conciente de mi mismo, estaba apoyado en la puerta que conducía al balcón, me odiaba por a ver dejado que sucedía, pero ya no podía arrepentirme, lo había marcado.
-Miyuki... -me hablo dormido.
No podía decir que lo odiara, era lo contrario de hecho me gustaba un poco pero no podría lidiar con el, no después de todo lo que había pasado.
-No puede ser... -en el momento que me perdí en mis pensamientos despertó y cuando pose mi mirada sobre el... estaba horrorizado-lo hicimos? -esta vez pregunto asustado.
-Si... -fue mi simple respuesta
Su cuerpo empezó a temblar y a sollozar, sentí el pánico que el sentía... Después de todo ya lo había marcado, a partir de ahora la conexión seria más fuerte.
Me acerqué a él y lo abrace, acariciaba su espalda para relajarlo y yo mismo me mantenía relajado para transmitirle esa paz.
-Se que tienes miedo por lo que suceda... -guarde silencio unos minutos para asegurar que escuchaba y sentí como su mano apretaba mi cintura-pero...
-Me apartaras de tí? -pregunto nervioso.
-No lo se... No estoy preparado para esto...
Una ola de tristeza me inundó y sabia que no eran mis sentimientos, era lo que me tranquiliza ese pequeño escandaloso que ahora solo parecía un niño miedoso.
-Que se supone que haré? Mi vida es un desastre desde que vine a la escuela... Nunca debí venir... -volvio a dejar salir unas lágrimas y me incomode un poco, lamentaba ser su desdicha.
Limpie las lágrimas y pensaba en si contarle la realidad sobre mi pasado o solo tratar de reconfortarlo momentáneamente, no tenía la confianza suficiente para contarle lo que me impedía estar con el pero... Ya había hechadoa perder su vida desde que me conoció.
-Dejame ir por los inhibidores -me aparte un poco de el y capto lo que quería hacer, me soltó para hacerse bolita en la cama.
Me sentía un idiota, deje que mi celo me dominada y durante tres días estuvimos teniendo sexo... No hubo sentimientos de por medio, solo quería hacerlo mio...
Regrese al cuarto y le di las pastillas, si ya había cometido un error no cometería otro dejándolo embarazado.
-No creó que podamos evadir más lo de la conexión... Así que, porque no empezamos siendo amigos?
-Esta situación fue más allá de amigos...
-Aahh... Bien... Entonces, amigos con derecho? -trate de relajar el ambiente pero fue lo contrario.
-No es gracioso Miyuki Kazuya...
-Solo dime Miyuki, me siento incomodo cuando dices mi nombre completo.
-Me siento más cómodo con lo de amigos ahora...
-Entonces amigos?
-Amigos-me sonrió de oreja a oreja algo que no había visto con exactitud desde que nós conocimos.
Talvez no eres el peor destinado que me pudo tocar...
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