➳ [ 011 ]
Mi cuerpo empezaba a cobrar las fuerzas, me estiré y sentí mis músculos relajarse. Sonreí ante esa sensación.
Me moví, girandome hacia mi derecha, notando mi cama suave y más grande de lo que yo recordaba. Fruncí el entrecejo, abrí lentamente mis ojos y me quedé en shock al ver que no era mi cama. Me levanté, quedando sentado en la cama, miré toda la habitación.
Definitivamente está no es mi habitación y por ende, tampoco mi casa. Me levanté, pero me regañe mentalmente al hacerlo, ya que un pequeño ardor se ubicó en mi zona baja. También, me dí cuenta que no llevaba mi ropa, sino una camisa grande blanca de manga larga, dicha camisa me llegaba a los muslos. Hice una mueca, ví las pantuflas celestes que estaban en mi lado de la cama, me las puse al ver que no había otra cosa para proteger mis pies.
Camine hacia la puerta, la abrí y salí, un enorme pasillo me saludo, casi burlándose de mí. Miré a mi derecha y pude notar el único de unas escaleras, así que sin más, camine hacia esa dirección, no sin antes cerrar la puerta al salir.
Al estar por llegar al inicio de estás, decidí asomarme ligeramente por el barandal. Al hacerlo, pude ver en el comedor una bastante y muy deliciosa comida. Sonreí, pero mi sonrisa fue cambiada rápidamente por un sonrojo al ver una espalda desnuda y caminando como sí nada. Mordí mi labio inferior al ver uno que otro tatuaje en su espalda, hombros, y en sus pectorales de mi querido y amado jefe.
Me recargue en el barandal y lo miré atentamente. Cuando su cuerpo empezaba a desaparecer ya que, empezaba a volver a la cocina. Me estiré y me estiré, pero no me dí cuenta que tan asomado estaba por este. Así que accidentalmente me fui de cara hacia abajo, pero reaccioné a tiempo y me sostuve del barandal. Mi cuerpo estaba colgado, a punto de caer de no sé qué tantos metros.
-¿Qué demonios...?- Lo escuché decir, para después, verlo correr hacia mí. -¿¡Qué demonios haces ahí!?- Preguntó.
-¡Tomando el sol! ¡Maldición! ¿¡Qué demonios piensas que hago aquí!?- Grité, asustado hasta la puta madre.
No quería caer al vacío y no lo sé, tal vez romperme un brazo o una pierna o incluso morir.
-¡Ayúdame!- Él corrió escaleras arriba, llegó hasta el barandal dónde estaba y tomó mis muñecas, ayudándome a subir con cuidado. Al estar nuevamente a salvo y seguro, solté un suspiro. -Agh, maldición... sentí que moría.
-Todo por estar de fisgon- Dió un toquecito en mi nariz, yo fruncí mi entrecejo y el habló. -Te ví mirarme desde aquí- Sentí mis mejillas enrojecerse. Maldición. -Eres adorablemente tonto.
Paso un brazo por mi cintura y me atrajo hacia él, besando mis labios lo cual tampoco me negué.
-Te queda mejor esa camisa que a mí- Sonrió mientras mordía su labio inferior, yo sonreí.
-Es muy grande.
-¿Sabes que otra cosa tengo grande?- Sonreí y negué con la cabeza.
-Eso ya lo comprobé ayer- Él rió y asintió.
-Cierto, cierto... ¿Qué fue lo que dijiste? Uhm- Hizo una cara pensativa. -¡Así! Fue esto... "N-No creo que quepa"- Fingió mi voz y yo me sonroje.
-¡Yah!
Él rió nuevamente y me besó.
Sentí a mi Omega mover ligeramente las orejas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro