—Buenos días, Kihyun— dije, amable y con una ligera sonrisa. Pero él simplemente me ignoró. —Que tengas un buen día.

Seguí caminando hacia la puerta de la oficina de Jeon, toqué dos veces y él me permitió el paso. Abrí la puerta y entre.

—Buenos días, señor Jeon, ¿En qué puedo ayudarlo?— sonreí.

—Buenos días, Joven Kim, me ayudaría de mucho que revisara esas carpetas de ahí, por favor— asentí, camine hasta su escritorio y tome las carpetas, me dirigí al sofá y empecé a revisarlas.

Habían pasado cuatro días desde su promesa, la cual, parecía estar cumpliendo, no me sentía incómodo a su alrededor, al contrario, me sentía muy cómodo y seguro. Hubo una que otra vez, que intento besarme, no voy a negar que yo no quería, pero no era forma ni modo de hacerlo, así que simplemente me hice el despistado. Pero no se ha dado por vencido.

Al revisar la quinta carpeta, sentí una mirada en mí, parpadee varias veces, levanté la cabeza y ¡Bingo! Está mirando mis piernas. Carraspeó mi garganta, él sale de sus pensamientos de admirar mis piernas, me mira y sonríe un poco tímido, yo le devuelvo la sonrisa.

Bajé la cabeza y continúe con lo mío. Hoy traía una camisa celeste manga larga con rayas blancas, que traía unas tiras ajustadoras en las orillas de las mangas, un pantalón negro ajustado con pequeños adornos brillantes alrededor de los bolsillos y para finalizar, mis zapatos de cuero negro brillantes. La mujer de la tienda había dicho que era un vestuario elegante y sexy.

Con una carpeta en mano, me levanté y camine a un costado del escritorio de Jeon, esté, al verme caminar hacia él, se hizo un poco hacia atrás, para verme mejor.

—Señor Jeon, este papel requiere de su firma— comuniqué.

—Oh, entonces, déjame firmar— él tomó la carpeta y leyó dónde debía de firmar y de que documento se trataba. Tomó su bolígrafo y firmo. —Aquí tienes— tome la carpeta y sonreí. El aroma de menta y café me sedujo por completo.

Así que simplemente actúe.

—Oh, no se mueva señor Jeon, tiene una pestaña aquí— me incline, y acaricié suavemente un costado de su ojos, quitando la falsa pestaña. Lo inventé.

Su mirada bajo y se poso dentro de mi camisa, sonreí mentalmente. Teniéndolo en esa cercanía, pude oler más su aroma. Casi cegandome.

Dejé la carpeta en el escritorio, me acerque a él, y sin pensarlo, pase mis piernas al costado de las suyas, sentándome en su regazo. Agradecía infinitamente que las persianas estuvieran cerradas y que justamente hoy, Jeon hubiera puesto seguro a la puerta, diciéndole a Kihyun que no quería interrupciones.

Sentí como ponía sus manos en mi cadera, sujetándome fuerte.

—Señor Jeon...— tomé su rostro y me acerque a él. —Alfa~— y sin detenerme más, lo besé.

Él parecía un poco ido por mi atrevimiento, pero eso no le impidió seguirme el beso, bajar sus manos a mis glúteos y pegarme más a su anatomía. Me sentí libre de empezar a frotarme con su entrepierna, él me pegó más a su pecho, tratando de sentirme.

No veía nada de malo en desear a alguien que es tu pareja de por vida, así que simplemente lo hacía, estaba deseando qué el Alfa frío y grosero que había conocido hace algunos días, me follara, y que lo hiciera inolvidable. Tal vez, mi Omega estuviera dormido, pero no sus instintos y deseos.

Jadee al sentir como el Alfa debajo de mí, quitaba una mano de mi glúteo y la metía por dentro de mi pantalón después de bajar el cierre, abriendose paso por mi bóxer, sentí como acariciaba mi anatomía y bajaba un dedo a mi entrada, y sin dudarlo, lo metió de golpe.

—¡Ah~!— rompí el beso, mis manos se aferraron con fuerza a sus hombros y pude ver ligeramente, como me miraba y mordía su labio inferior. Él también lo estaba disfrutando.

Agaché mi cabeza para mirarlo, cosa que pareció gustarle, ya que empezó a sacar y meter su dedo rápidamente, creando una excitación fuerte en mi vientre, haciéndome gemir.

—¡Ah~... J-Jung... ¡Ah~!— atrapó sus labios con los míos, callando mis gemidos. 

Su dedo seguía haciendo su trabajo... bueno, hasta que tocaron la puerta y yo me levanté de golpe, su dedo abandonó mi entrada y mis piernas temblaron, faltó un poco para llegar a mi orgasmo, lo cual me dejó sumamente infeliz. Mordí mi labio inferior, acomode mi ropa y lo miré.

—Esto aún no termina... nos vemos en la noche— dice, le sonrió. Levanta su dedo, exactamente con el que me había penetrado, lo lleva a su boca y lo chupa. Sentí mi cara muy caliente. —Mhm~ Dulce— dice, yo aparto la vista de él, completamente sonrojado.

Camino a la puerta y la abrí.

—Señor, tiene una junta en treinta minutos dice Kihyun, una vez que entro a la oficina, me dió una mala mirada.

—De acuerdo, prepara todo— su voz salió tosca y fría. Kihyun asiente y sale, no sin antes mirarme de arriba a abajo.

Cierro la puerta y suelto un suspiro.

—No te preocupes, las paredes están insonorizadas.

Sí eso me lo hubiera dicho antes, ya lo hubiéramos hecho en su escritorio.