➳ [ 058 ]
FINAL
Manteles blancos, mesas en un orden específico, velas aromáticas en el centro de cada mesa, flores blancas y moradas, un bonito decorado colgando del techo del salón.
—Jamás creí que este día llegaría.— Miré a mi padre, quien se limpiaba las orillas de sus ojos.
—Si te refieres a que tuve que esperar tres años más para casarme, sí, estoy de acuerdo contigo.— Él rió y golpeó ligeramente mi brazo.
—Estoy muy feliz de que ese Alfa te haya cumplido y bueno... me vayas a dar otra nieta.— Miré mi panza.
Estaba embarazado de una hermosa niña, y apenas tengo cuatro meses, así que... hemos encargado a la cigüeñal, otra vez.
Miró por la ventana de cristal, la cual va directo hacia el salón, dónde se llevará a cabo, mi unión de por vida con Jimin. Mi adorable y torpe Alfa.
—¡Papi!— Me giro hacia mi pequeño que entró corriendo a la habitación donde estaba, me agaché un poco al momento de que el llegó a mí.
—Mi bebé, ¿Qué pasa? ¿La abuela volvió a hacer trampa en el juego de cartas?— Él asintió con un puchero, pero rápidamente volvió a poner su cara de felicidad.
—Sí, pero le gané.
Reí, realmente no podía hacer nada contra mi pequeño y su abuela.
Jinwoo ayudo a colocarme la tiara de flores que me había hecho Jennie. Sí, ella había regresado de Japón, dónde se había ido días después de que se divorcio de Jimin. Dice que está muy feliz con la vida que lleva y, ¿Cómo no? Tiene un bebé de cinco meses, y encontró a su Alfa destinado, ambos se ven muy felices, aunque Jong Suk tenga que soportar algunas bromas y ligeras humillaciones de Jennie, cuando cuenta el como se conocieron y cuando nació su bebé. Estoy feliz de que ella haya encontrado el amor que alguna vez y en algún momento, se le fue negado.
Hoseok, Taehyung y Jackson mantienen una relación muy... extraña, sí, el idiota de Jackson regreso un mes después de que me reencontré con Jimin, venía de la mano con Hoseok y diciéndome que lo había encontrado afuera del supermercado. Ese día, golpeé a Jackson y me alegre por Hoseok, pues, al parecer, él había sido bendecido por dos Alfas destinados, sólo que no se habían encontrado aún.
Jackson me confesó lo que en algún tiempo había sentido por mí, y yo simplemente le dije que ya lo sabía, pero que no lo dije para incomodarlo o en su caso, hacerlo sentir "culpable" como él decía, ya que yo siempre lo considere un hermano y él me veía como algo más que eso. Terminé diciéndole que no había problema, pero aún así, sigue insistiendo con lo mismo.
Miró hacia la ventana, dónde puedo verlo a él, listo en el altar, esperando por mí. Sonreí y acaricie mi vientre.
—Papi, ¿Papá es un idiota?— Abrí los ojos sorprendida y miré con reproche a Jinwoo.
—¡Park Jinwoo, ese vocabulario!— Él hizo un ligero puchero. —Pero ya que lo mencionas... sí, tu padre es un idiota.— Lo miré nuevamente.
—¿Porqué?
—Porque pensaba que el mundo era plano.— Dije.
—¿El mundo es plano?
—No, cielo. El mundo es redondo y sea lo que sea que hagas, terminarás regresando al mismo lugar... tú padre pensó que no podría llegar a casarse conmigo, incluso en un momento le pregunté si quería algo serio y me dijo que no estaba para relaciones... y miranos, ahora te tenemos a tí y a tu próxima hermanita y ahora estoy a punto de contraer matrimonio con él, ¿Bastante trágico, no?
—Sí... papi, yo no quiero ser un idiota.— Sonreí.
—Pues cuando encuentres a tu Omega, tratala o tratalo bien, mi pequeño Alfa celoso.— Apreté su mejilla y el soltó unas risitas. —Bueno, ya es hora... ve a sentarte con tu abuela, iré pronto.— Él asintió y corrio hacia la puerta, perdiéndose detrás de ella.
Solté un suspiro y me miré por última vez en el gran espejo.
—Park Yoongi— Sonreí y me giré para ver a mi padre. —Iugh, no, se escucha mejor Min Yoongi.— Reí ante la cara de asco que hizo. —Pero bueno, gustos son gustos.
—Papá— Dije, con tono de advertencia, él rió y camino hacia mí.
—Te ves muy lindo... pero ya es hora de bajar, Jimin tendrá un ataque al corazón, no te ve llegar y está entrando en pánico.— Reí y llegué hasta él, dónde enrede mi brazo con el suyo, mientras que mi otra mano sostenía con fuerza el ramo. —Mi pequeño, ya estás muy grande, ¿Cuándo fue el momento que creciste mucho?— Reí y negué. Empezamos a caminar hacia afuera de la habitación, empezando a caminar por un pasillo, hasta bajar las escaleras y llegar a la puerta que daba hacia el salón.
Me sentí muy nervioso, así que para disimular eso, apreté el traje de mi padre.
—Tómalo con calma, cielo, sé que estás nervioso, pero vamos, es tu día, debes de estar tranquilo y feliz.— Animo, pero yo sólo pude morder mi labio inferior. —Cuando tu madre y yo nos casamos...
—Sí, sí, sí, sí, es historia ya me la sé, ella dijo que sí y salió corriendo del altar al estar muy nerviosa.— Le interrumpí, solté un suspiro. —Lo siento papá, estoy muy nervioso.
Papá iba a pronunciar palabra, pero una canción, empezó a ser tocada por el piano, miré a mi padre con temor y él me sonrió, tratando de aligerar el ambiente.
—Vamos cielo, yo estoy aquí contigo, sabes que si tropiezas y caes, yo también caeré contigo, así, haremos el ridículo los dos.— Sonreí y abracé rápidamente a mi padre, me separé al momento, ya que no estábamos en el tiempo para darnos abrazos de media hora.
—Te quiero mucho, papá.
—Y yo a tí, mi principe. Vamos.
Él tomó de mi mano y la enredó en su brazo, apreté el ramo de flores que tenía en mi mano y empezamos a caminar por el caminito de pétalos de rosas. El camino me llevaría hacia él. Hacia mi destino, hacia el amor de mi vida.
Cada paso que daba hacia donde estaba él, portando un brillante traje de novio; había un recuerdo detrás de todo.
Mi llegada a aquella empresa, junto con los problemas y situaciones inesperadas, tanto como dolorosas, como placenteras. Miré a mi Alfa, quien me miraba con una sonrisa, parecía feliz.
El recuerdo de cuando lo rechacé en el restaurante, cuando me propuso matrimonio y su cara de decepción y dolor al escucharme decirle tales barbaridades, cuando me fui...
Solté un sollozo ligero, llamando la atención de mi padre, quien me miró y su mano se ajusto a la mía.
—No llores mi pequeño, hoy es un día muy especial como para llorar.— Dice, a lo que asiento efusivamente.
Detuve las lágrimas, pero las que habían bajado por mis mejillas, habían preocupado a Jimin, lo pude notar.
Mi padre y yo, llegamos hasta donde Park, este le pidió amablemente mi mano, mi padre se la dió y dijo algunas palabras.
—Cuidado Alfa, esté pequeño es muy delicado, cuidalo como tú vida... bueno, mejor que eso.— Añadió, siendo bromista. Jimin rió quedito y asintió.
—Cuidare de su hijo, como la más delicada y valiosa joya.
Le sonreí y me ayudó a subir unos escalones que habían, para subir al altar con él.
—¿Porqué llorabas?— Preguntó, una vez que estuvo a mi lado y el padre empezó a hablar sobre el matrimonio.
—Porque fui un tonto al decirte aquellas cosas en el restaurante, cuando me propusiste matrimonio.— Él me miró y asintió, apretando un poco los labios.
—No te preocupes, mi lindo Omega. Sé que lo hiciste por fuerzas externas y no porque realmente lo hayas querido decir.— Su mano viajo a la mía y la tomó, miré nuestras manos unidas.
—Gracias.
—¿Porqué?
—Por regresar y darme unos hermosos hijos.— Él rió.
—Te voy a dar gemelos en la luna de miel.— Reí al igual que él.
—Cállate. Apenas y Tzuyu cabe aquí.— Señalé mi vientre inchado. —Y tú quieres meter a otros dos integrantes.— Bufé.
—Oh, vamos, ¿No me digas que no quieres unos gemelitos?— Sonreí. —Ah, lo sabía.
—Al menos esperemos a que Tzuyu este grande, cuando tenga unos tres años, ¿Te parece?— Él pareció pensarlo y asintió.
—Hecho.
La ceremonia termino sin contratiempos, y yo, termine siendo felizmente, el esposo de Jimin, de mi Alfa; Park Yoongi.
—¡Park Jinwoo! ¡Deja a quitarle el dinero a tu tío!— Grité, mi pequeño cachorro sonrió y siguió pidiéndole dinero al tío JongIn. Bufé.
—Tranquila mi amor, el tío JongIn derrocha dinero, así que puede darle hasta un auto de último modelo.
—Pero no por eso voy a permitir que le quite su dinero. Además, está borracho y no sabe lo que hace.— Miré como JongIn abría su cartera y sacaba todo los billetes y se los entregaba a Jinwoo. —¡No Jinwoo, no los agarres!— Él sonrió y acercó su mano. —¡No me retes, mocoso!— Sí, acabo de perder los estribos. Jinwoo sonríe, le arrebata los billetes y sale corriendo entre la gente. —¡Te lo advertí, mocoso! ¡Escondete en las entrañas del diablo, porque pobre de tí, cuando te encuentre!
Bufé y miré a Jimin.
—Si sigues así, a este paso, mañana tendrás a Tzuyu.
—Jinwoo me saca de mis casillas, cielo.
—Tranquilo, estoy seguro que el tío JongIn sabe que le dió el dinero, además...
—¿¡Quién me robó!?— Giré hacia aquel gritó, ví a JongIn levantarse de la mesa y tambalearse de un lado a otro, mientras señalaba a un invitado. —¡Tú, pequeña escoria! ¿¡Cómo te atreves a robarme!? ¿Sabes quién soy yo? ¿¡Eh!?— Miré a Jimin con cara sería.
—Okey, ahora lo arreglo.
Jimin corrió hasta él y lo ayudo a ir a su mesa de nuevo, le dió el dinero que traía en su billetera y con eso lo calmó. Reí y bufé.
—Parece irreal, ¿No es así?— Giré mi cabeza y ví a Jennie beber de su copa.
—Mucho.
—Ah— Soltó un suspiro. —Estoy tan feliz por tí... realmente pensé que pasaría mi vida a lado de alguien a quien no amaba y sólo veía como un hermano, sentí que mi felicidad estaba bastante lejos.— Ella sonrió. —Ahora tengo un Alfa que me ama y a una pequeña Nayeon que es producto del amor de Jong Suk y mío.— Ella me mirá. —Gracias por nunca rendirte.
—No soy yo quien delató a aquel Alfa.— Añadí rápidamente. —Por cierto, ¿Cómo está la madre de Jimin? Desde que llegó no me ha comentado nada de ella, siempre que le pregunto, evita el tema.— Ella toma un trago de vino. —Me preguntó que...
—Murió.
Me paralizó completamente, miró sorprendido a Jennie, quien ve hacia enfrente.
—¿Qué dices?
—La madre de Jimin, murió.— Repite.
—N-No... no lo sabía.— Dije. Ella asiente.
—Jimin la cuido por un año, ella estaba muy deprimida por haber apartado de esa manera a su destinado, el señor Park murió una semana antes que su esposa. El doctor dijo que era normal y lógico, ya que ambos estaban unidos mediante el lazo, y este, al morir uno, también murió el otro, sólo que, la madre de Jimin fue bastante fuerte y resistió una semana más... después, falleció.
Sentí mis ojos húmedos, las gruesas y pesadas lágrimas bajaban por mis mejillas. Cubrí mi boca, callando mis sollozos, noté como Jennie limpiaba unas lágrimas que habían salido de sus ojos.
Me sentí triste, muy triste. Esa mujer no sólo perdió su matrimonio al revelar la verdad y hacer que Jimin y yo, estuviéramos juntos de nuevo; sino qué, también perdió su vida en ello. Dió su vida para ver feliz a su hijo.
—Agh, maldito JongIn, mañana cuando esté crudo me voy a burlar hasta qué... ¿Qué pasa? ¿Porqué lloras? ¿Te duele algo? ¿Tzuyu viene? No me hagas eso, además aún no es tiempo de qué...— Su voz parlanchína se detuvo al momento en que lo abracé y continúe llorando en su pecho. —Amor, ¿Qué pasa? Me estás preocupando. Anda, dime.
—Te amo y estoy muy agradecido con tu mamá, por ser valiente y enfrentar de esa manera a su propio Alfa.— Lloré.
—Oh, lindo... ¿Porqué recuerdas eso ahora? No lo hagas, son malos recuerdos, le afectarán a Tzuyu.— Me tomo por los hombros, mientras me daba una sonrisa tranquilizadora, pero mis lágrimas no querían dejar de salir.
—Jamás podré olvidar lo que tu madre hizo por nosotros, sacrificó su matrimonio... y su vida, para que volviéramos a estar juntos.— Él bajo la cabeza y asintió, sus ojos se empezaron a llenar de lágrimas. —Tu madre fue la mujer más buena, valiente y amable que haya conocido en toda mi vida.— Me volví a abrazar de él. —Quiero ir a agradecerle en persona.
—Ya es muy tarde, ¿Qué te parece mañana? Cuando haya luz del día y puedas ver su tumba.— Asentí.
—Gracias Jimin.
—¿Otra vez?
Reí.
—¿Está vez, porque?
—Porque, gracias a tí, las pruebas se volvieron un infierno... un infierno, que estoy dispuesto a volver a vivir, todo, si es por tí y por estar así contigo, otra vez.
—Si eso se pudiera, entonces yo haría las cosas bien, desde un principio y no me comportaría como un idiota.
—Papi dice que eso eres, papá.— Nos separamos y bajamos la mirada, Jinwoo estaba ahí, parado justo a lado de nosotros, escuchando la conversación.
—Jinwoo, ¿Qué te he dicho de escuchar conversaciones de los demás?— Él sonrió.
—Lo siento, papi.
—Ya, ya, ven aquí campeón.— Jimin se agachó y lo cargo, poniéndolo a nuestra altura, bueno, un poco más arriba. —Jinwoo, dile a papi, que quieres uno hermanos gemelos.
Miré con reproche a Jimin.
—No—Fruncimos el entrecejo.
—¿Porqué no, cielo?— Pregunté.
—Porque también tendré que compartir juguetes con Tzuy, y ahora con otros dos hermanos más.— Reímos.
—Pero para entonces, tú estarás más grande y ya no querrás jugar con los juguetes.— Dijo Jimin y yo asentí, dándole la razón.
— Bueno... en ese caso, quiero a un equipo de fútbol.— Jimin rió y yo me quedé serío.
—¿Ya ves? Al cachorro lo que pida.— Me miró y yo hice una mueca.
—No, no les voy a dar un equipo de fútbol. Y tú.— Señalé a Jinwoo. —Vas a conformarte con Tzuyu y si se puede, dos hermanos más y la fábrica se cierra.
—Bueno, eso lo elige papá.— Abrí los ojos sorprendido, miré a Jimin y él estaba más o incluso peor que yo. Hasta puedo decir que el color abandonó su rostro.
—¿Qué rayos...?
—¿Quién te dijo eso, Jinwoo?— Pregunté.
—Mi tío Seokjin.
—¡Kim Seokjin, te vas a morir, idiota!
Definitivamente, mi nueva familia y la que venía en camino, era una de las cosas que me imaginaba que no tendría. Mis padres murieron y me dejaron en un orfanato, tiempo después, los señores Min me adoptaron, ellos me mostraron muchas cosas y me dieron los estudios que jamás creí tener, el destino los puso en mi camino, pero al parecer, el destino no estaba conforme con eso y me mandó a un Alfa tonto de pacotilla, quien me haría tener días felices, tristes e incluso, hasta problemas... pero eso, fue una prueba del destino, creyendo que aún no estaba listo, porque sí, lloré, perdí y maldecí, pero aquí estoy, viviendo una vida que se me fue arrancada desde pequeño.
El destino me lo debía, y me lo pago doble, con cosas mejores de las que merecía.
Porqué yo, Park Yoongi... soy el Omega, al que el destino le pago con monedas de oro.
Y de eso, estoy muy agradecido.
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