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Dos años y medio, después...

Tomé mi bolso negro, arregle mi cabello y tomé en brazos a mi pequeño bebé, quien al parecer, aún tenía sueño, ya que al tenerlo en mis brazos, completamente seguro, aplastó su mejilla contra mi hombro, sonreí.

—Oh, al parecer alguien tiene más sueño.— Reí ligero al sentir su cabecita moverse, formando un sí. —Podrás dormir en el auto, así que no te duermas aún.— Dije, ya que cuando lo cargaba, se dormía y para acostarlo en su silla de auto, era mucho problema, ya que se negaba a soltarme.

Me puse en marcha a la empresa, que si bien, mi padre me dejó su puesto, me sentí muy inseguro al principio, ya que, era aún muy temprano y yo muy joven e inexperto para hacerme cargo de una empresa tan importante y grande. Supe llevarlo, gracias a mis aprendizajes en la Universidad de contaduría, además de porque, mi padre me asignó a un chico, muy lindo y amable, que me ayudara a saber y controlar cada situación. Kibum, es un chico bastante amigable, pero sobretodo, es muy divertido, suele llevarse a Jinwoo a jugar en el cuarto de juegos que hay en la empresa, sí, papá pensó en todo e incluso en sus propios trabajadores, ya que cuando algunos no puedan pagar el cuidado de sus hijos, estos, pueden llevarlos a la empresa, siempre y cuando, prometiendo estar en el cuarto de juegos, sin interrumpir a sus padres. Obviamente, ningún niño salía de ahí, ya que, había todo tipo de juegos, así que, nadie quería despegarse de ese lugar.

Miré por el retrovisor a Jinwoo, quien parecía ir mirando la ventana, al parecer a alguien se le fue el sueño.

—¿Todo bien allá atrás?— Pregunté, posando mi mirada en la carretera.

—¿Visitar, tío Seokjin?

Sí, tío Seokjin. Terminé con él, hace aproximadamente cuatro meses, nuestra relación iba muy bien, pero hubo un pequeño detalle... Seokjin encontró a su destinado. A pesar de que Seokjin era un buen tipo y del hecho de que me gustaba un poco, no podría impedir que fuera feliz con su destinado. Namjoon, un Omega de hombros anchos, a simple vista, parece como si fuera un Alfa, pero no es así. Él es bastante amoroso y amigable, punto extra para que Seokjin lo amara más.

No me sentí mal con Seokjin, porque sabía que en algún momento eso pasaría, yo no era su destinado y eso no me molestaba en absoluto. Me gustó mucho que él me lo hubiera dicho, claro, antes de empezar a cortejar a su lindo Omega.

—No lo sé, tiene mucho trabajo en el hospital. Supongo que le diré que su sobrino favorito quiere verlo.— Lo miré nuevamente por el retrovisor, él sonrió y asintió.

Mi vista se posó nuevamente en el camino.

Hoseok y Taehyung se vinieron de vacaciones a Estados Unidos, hace como dos semanas, las cuales, ya serán tres en unos días. Habían dicho que querían vivir aquí, pero no estaba muy seguro de ello, ya que Hoseok quiere trabajar en Corea, en la tienda de vestidos de su madre, Taehyung dijo que no pierde nada con quedarse aquí. He ahí, una gran disputa que aún continua en discusión.

Miró la empresa ya cerca, me permito darle un vistazo de reojo a Jinwoo, aún sigue mirando la ventana.

Decir que fue fácil los tres meses más que me faltaban desde que me fui de Corea, era una mentira, ya que, su nacimiento fue complicado, el cordón umbilical, lo tenía enredado en su cuello, y tardo más de lo acordado en nacer. Seokjin, sigue siendo su pediatra hasta la fecha, cosa que me hace feliz, ya que puedo estar seguro con él y con los medicamentos que le dé. Jinwoo nació con insuficiencia respiratoria, los médicos dijeron que posiblemente, Jinwoo sufra de Asma, por lo tanto, tiene que tomar algunas medicinas que fueron recetadas por Seokjin.

Aparque el auto en el estacionamiento, tomé mi bolso y la pañalera de Jinwoo, salí del auto y abrí la puerta trasera, ayude a mi pequeño a salir de su cómoda silla y bajar al piso, para después, tomarlo de la mano y empezar a caminar hacia el elevador que hay en el piso del estacionamiento. Él apretó más mi mano al sentir como subíamos por la caja metálica, aún no se acostumbraba a ese ligero mareo que daba al subir.

Las puertas se abrieron y salimos, pude ver perfectamente, a mi querido secretario, venir hacia mí, su cabello un poco ondulado y la camisa del mismo color que su pantalón que siempre acostumbraba a llevar, al igual que la sonrisa por ver a Jinwoo llegar.

—Buenos días Joven Min— Hizo una reverencia, la cual respondí con amabilidad.

—Buenos días, Kibum. ¿Cómo está todo?— Pregunté, él sonrió.

—Perfectamente, los inversionistas hicieron una cita para esta tarde con ustedes, espero y pueda ir, se tratarán temas como el nuevo parque y herramientas básicas que les gustaría que hubieran en este.

—De acuerdo. Antes de que te vayas con Jinwoo a jugar, quiero que me digas mi agenda del día y las horas correspondientes.— Él asintió rápidamente, le gustaba jugar con Jinwoo todo el día.

—A las once y media, tiene junta con la empresa Kim.— Su sola mención, me hizo mirarlo curioso. —Dicen que quieren ser parte del proyecto del parque y que querrán aprovechar para mostrarle un proyecto y que estarían encantados de que usted sea un inversionista. A la una, tiene una comida con su madre, su padre dijo que no llegue tarde y que lleve un pastel, ya que hoy es el cumpleaños de ella. A las cinco y media, tiene la reunión con un inversionista extranjero, dice que son muy amigos y que lo quiere ver en el terreno donde será construido el parque.

Fruncí el entrecejo y lo miré.

—¿No te dijo su nombre?— Él negó. —De acuerdo, pero, ¿Porqué tan tarde? Nunca había tenido una cita programada a esa hora, es extraño.

—Dijo que tenía cosas que hacer y que su agenda estaba muy apretada, logro hacer un lugar a esa hora para poder citarlo.

Asentí, no muy convencido.

—Bien, aquí está su pañalera, sus cosas vienen dentro, le prepare una papilla de manzana y mango, adora el mango, después de la comida, sólo dale media mamila, suele regresar la leche, ¿De acuerdo?— Él asintió con una sonrisa.

—Ya lo sabía, no tiene porqué repetirme lo cada vez que me llevo a Jinwoo.— Soltó una ligera sonrisa. —Nos vemos más tarde. Jinwoo, dile adiós a papá.

Mi pequeño me miró y con una sonrisa, meneo su manita de un lado a otro, yéndose.

Solté un suspiro. Sería una tarde, bastante ocupada.

Mi cabeza no deja de pensar en aquel inversionista que quiere verme a tal hora, me parece raro, pero por si las dudas, dejaré a Jinwoo con mis padres y le diré a Seokjin que me acompañé.

—Bien. A trabajar.

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