Jungkook estaba arrodillado frente a Taehyung, probando su delicioso miembro erecto, estaba hipnotizado por el calor de las feromonas y del rut, tanto que en lugar de mirar a Taehyung parado frente a él, se imaginaba a Jimin.

Se puso de pie, quitándose la toalla de la cintura y empujado al omega con sutileza hacia la cama, abriéndole las piernas con rudeza. De pronto, acarició con la punta de su dedo la entrada de Taehyung para después meterlo sin avisar.

Taehyung gimió ante la sorpresa, pero no podía creer que finalmente estuviera viviendo en carne propia uno de sus sueños húmedos, es que nadie podría negar que Jungkook era guapísimo y el hombre ideal para cualquiera.

Taehyung tenía un crush con él desde varios años atrás, pero cuando se casó con Jimin tuvo que resignarse, por eso nunca imaginó llegar a estar en esa posición, peor agradecía al cielo que el rut de Jungkook hubiera llegado y que él estuviera cerca para saciarlo.

El dolor de los dedos de Jungkook inspeccionando las paredes anales de Taehyung comenzó a transformarse en un placer desorbitante, y cuando Taehyung gimió de puro placer Jungkook supo que ya estaba listo.

—Ya puedes follarme, estoy listo —dijo Taehyung.

—Cállate —ordenó Jungkook.

Jungkook se masajeó el miembro y Taehyung tragó saliva al ver su pene grande y grueso. No hubo diálogo alguno, Jungkook le levantó una pierna y lo penetró de golpe y sin avisar.

El alfa gruñó al sentir un leve pinchazo en el pecho. Era su lobo queriéndose resistir al acto que estaba cometiendo. ¿Cómo podía ser tan bipolar? ¿Primero deseaba con tantas fuerzas saciar su rut y ahora quería retirarse?

Agarró con más fuerza a Taehyung para clavarse hasta el fondo de su ser. El alfa se dejó llevar nuevamente por sus deseos primitivos, olvidándose incluso de donde se encontraba, olvidándose de su esposo.

Taehyung sentía sus entrañas siendo sacudidas por la bestialidad de Jungkook, pero le encantaba sentirse de esa manera, estaba disfrutando lo que estaba sucediendo. No le importaba que al día siguiente todo quedara en el pasado, no le importaba ser la aventura de una noche, se sentía satisfecho con el aquí y ahora.

Embistió con más fuerza contra la próstata de Taehyung, sintiendo que la sangre bombeaba más de lo normal, sintiendo que estaba a punto de correrse, a punto de terminar. En ese momento sintió el líquido de Taehyung salpicarle en la cara, se había corrido sin previo aviso, el alfa gruñó, pero bastó sentir el semen del omega en la piel para que se corriera soltando un gruñido más fuerte.

Salió de su interior y en ese momento, justo cuando acababa de pecar por completo recordó a su familia, a su esposo y a su cachorro no nacido. Taehyung estaba en silencio, mirando al alfa, tratando de leer sus pensamientos.

—Estoy en mi rut —dijo tocándose el puente de la nariz—. ¿Por qué no me detuviste? —cuestionó con tristeza en la voz.

—U-utilizaste tu voz de mando —dijo Taehyung nervioso, luego con piernas tambaleantes se puso de pie buscando sus pantalones.

—Encima lo hicimos sin protección.

—Tomaré la pastilla, no te preocupes.

—Jimin me está esperando en casa, se va a dar cuenta. Sentirá tu aroma, quizás ya lo sabe porque tiene mi marca en su cuello.

—¡No es mi culpa, Jungkook! —gritó al colocarse los pantalones—. Básicamente me obligaste.

—No digas eso, estabas disfrutando.

—¡Y tú también! —chilló.

—Yo no veía tu cara, yo veía a Jimin.

Taehyung le soltó una cachetada en el rostro, marcando sus dedos en las mejillas.

—Eres un hijo de puta.

—Vete, todavía no estoy saciado y ya no quiero seguirle fallando a mi esposo.

—Púdrete. —Taehyung salió de la habitación conteniendo las ganas de llorar.

Jungkook golpeó la pared molesto y después comenzó a llorar, al mismo tiempo que volvía a masajear su miembro porque seguía insatisfecho, estaba furioso, triste y decepcionado de él mismo, pero su instinto quería mas placer, ese placer que solo Jimin sabía darle.

Jimin llevó su mano a la marca en su cuello, le ardía, sentía calambres inexplicables porque en ese momento su alfa lo había traicionado de la peor manera. Se sentó en medio del nido, sintiendo que su estómago se endurecía.

—¿Y si le pasó algo a Jungkook? —se preguntó preocupado.

Como pudo, salió del nido, acercándose a la mesita de noche para tomar entre sus manos el teléfono. Le escribió a su esposo, pero no recibió respuesta, por eso prefirió llamarle por teléfono y tampoco contestó.

Se estaba desesperando e incluso llegó a pensar en comprar boletos de avión y arriesgarse para ir a Italia a buscarlo, sin embargo Jungkook le devolvió la llamada a los pocos minutos.

—Dime que estás bien —fue lo primero que dijo Jimin, el alfa suspiró al otro lado de la línea.

—¿Por qué preguntas? Estoy bien, mi amor.

—Mi marca arde...

—Tal vez sea porque estamos lejos. ¿Estabas dormido?

—Sí, acá son casi las tres de la mañana.

—Acá son las siete de la tarde. El cambio horario me trae cansado, creo que dormiré pronto para asistir mañana temprano a la reunión y regresar en cuanto antes a Corea. Muero por verte, besarte y decirte lo mucho que te amo.

—Nosotros también, mi... Mi lobo está como loco, no te quiero lejos. Cuando vuelas me enroscaré en ti como serpiente y no te dejaré salir de casa durante una semana entera.

—¿Y quién irá a trabajar para obtener dinero y poner pan en la mesa? —preguntó con una ligera sonrisa llena de arrepentimiento.

—Le puedes decir a Taehyung que se haga cargo en tu ausencia, no te dejaré ir.

Hubo un silencio en la línea, pero después fue roto por Jungkook.

—Duerme mi omega, si duermes el tiempo pasará más rápido. Te veo pronto.

—Es la marca... —Suspiró—. Duele bastante —dijo al acomodarse en el nido de nuevo.

—Colócate los audífonos, cantaré para ti. Cantaré para que duermas.

—Estaba esperando que dijeras eso —susurró feliz—. Buscó entre las almohadas sus audífonos inalámbricos colocándoselos con premura.

—¿Ya te los pusiste?

—Sip.

—Cierra los ojos, mi amor.

—Listo, los tengo cerrados.

—Que se apague el mundo que te rodea, apaga el ruido del corazón...

—Me encanta tu voz, debiste ser idol en lugar de empresario —susurró Jimin.

—No interrumpas, Jimin.

—Lo siento...

—Descansa mi omega, descansa cachorro, duérmanse ya... Olvida la ausencia de tu alfa, olvida al lobo inquieto que te asustó, apaga la luz y deja que mi voz te dé la calma.

»Con mi canción de cuna, te canto y susurro que... —Jungkook sintió un nudo en su garganta porque sabía que la causa del dolor de la marca era por la traición que había cometido—. quiero con mi amor brindarte tranquilidad... Descansa mi omega, descansa mi cachorro, duérmanse ya...

Al paso de los minutos, Jungkook finalizó la llamada y se golpeó las piernas desesperado y decepcionado de sí mismo por haber fallado de esa manera, por haber traicionado a su omega.

Tssssssssssssss

Wey el hecho de que le cante justo cuando le acaba de ser infiel es doloroso. Es que yo no se que haría.

Comprendo a Jungkook porque el rut, pero pienso que pudo contenerse NO SE QUE DIFÍCIL

y pobre de mi Jimin😭☝🏻