CUATRO
Jungkook estaba arrodillado frente al médico, suplicándole que salvara a su omega, suplicándole que hiciera todo lo que estuviera en sus manos para mantenerlo con vida. El médico con un poco de frivolidad se apartó y le pidió que se pusiera de pie.
—Su esposo está bien, ya lo estabilizamos. Deje de llorar, señor.
Jungkook se puso de pie y se limpió las lágrimas.
—¿Puedo verlo? —preguntó, ansioso por ver a Jimin y asegurarse de que estaba bien.
—Primero voy a preguntarle a él, su estado es el de un omega abandonado por su alfa. Supongo que usted es el alfa que lo abandonó.
Jungkook se sintió como si hubiera recibido un golpe en el estómago. Sabía que había cometido un error terrible, y que ahora estaba pagando las consecuencias.
—Sí, soy su alfa —admitió, con la cabeza baja.
El médico lo miró con desaprobación.
—Como médico tengo que asegurarme de la seguridad de mi paciente.
—Jimin me necesita —dijo Jungkook—. Tengo que renovar la marca y darle de mis feromonas. ¡Usted lo sabe! Sabe que eso le puede salvar la vida.
El médico se encogió de hombros.
—Lo sé, pero el paciente tiene que pedírmelo.
—¡Que falta de ética profesional, se supone que la vida de sus pacientes van antes de cualquier cosa! —exclamó Jungkook, frustrado.
El médico lo miró con una expresión seria.
—Con todo respeto, señor, yo no soy quien dejó a mi omega embarazado solo. Esperaré a que el paciente responda, no tarda en reaccionar al medicamento. Me retiro, cualquier novedad le estaremos llamando.
Pasaron un par de horas, Jungkook estaba inquieto, caminando de un lado a otro en el pasillo del hospital. Seokjin y Namjoon lo veían sin decir nada, ambos estaban enfadados con él.
—Cada que das un paso, me pones más nervioso, siéntate —dijo Seokjin fastidiado.
—¿Por qué no me dijeron que estaba con ustedes? Les llamé días atrás para preguntar porque Taehyung me dijo que habló con Namjoon y me dijeron que no sabían de él.
—Jimin no quería verte. —Namjoon encogió los hombros.
—Me necesita...
—Y lo traicionaste —dijo Seokjin.
—¡Estaba en mi rut!
—Pretextos baratos —masculló Namjoon—. El año pasado me vino el rut y estaba con una linda compañera omega en el acuario. Me lancé a nadar con los tiburones y le pedí a mi compañera que llamara a Seokjin.
—Es distinto...
—Bro, literalmente me metí a nadar con tiburones, preferí eso a lastimar a mi alfa. —Seokjin sonrió reconociendo el valor de Nam.
—Lo saqué del agua y follamos en la oficina del acuario todo el día y toda la noche. —Se mordió el labio—. Que el rut te venga en mal momento no significa que serás infiel.
—Fue una situación distinta y no pienso seguir discutiéndolo.
—¿Al menos te arrepientes? —preguntó Namjoon.
—Por supuesto, amo a Jimin.
—¡Hola, Jungkook! ¿Jimin, ya está de parto? —preguntó Taehyung al aparecer en el pasillo, estaba de consulta en el hospital.
—Oh por Dios... —susurró Seokjin.
—¿Le avisaste a tu amante que estaba aquí? Que descaro —masculló Namjoon.
—Yo no dije nada. Y no es mi amante. —Cruzó los brazos—. ¿Qué haces aquí?
—Vine a hacerme test de embarazo, me entregaron los resultados recién. Es que tuve sexo sin protección. ¿Lo olvidas?
—No me digas que estás embarazado de este cabron —dijo Seokjin acercándose a Taehyung.
—Míralo por ti mismo. —Le entregó la hoja con los resultados. Pero Jungkook la tomó entre sus manos antes de que Jin la tomara.
Negativo.
Respiró con alivio, no podría perdonárselo si eso sucedía.
—Negativo —dijo entregándole el documento a Seokjin.
—Me tomé la pastilla del día después, no soy estúpido como para quedar embarazado de un alfa que ya tiene omega. —Sonrió—. Bueno, los dejo.
Horas después apareció el médico, llamando a Jungkook para que entrara a ver a Jimin, el omega había aceptado verlo.
Ingresó a la habitación, Jimin estaba acostado, lucía pálido, triste y el olor de la marca putrefacta estaba por todas partes. El corazón de Jungkook se apachurró y se apresuró para acercarse a él, tomando una silla y sentándose a su lado, esparciendo sus feromonas sin decir palabra alguna y sin preguntar.
Ambos se miraron y Jimin comenzó a llorar al mismo tiempo que Jungkook.
—Tu marca se está pudriendo —susurró Jungkook.
—Y duele como el infierno. —Su voz estaba temblando de dolor y tristeza.
—Déjame renovarla, déjame curarla.
—Dice el médico que en un par de meses dejará de doler y desaparecerá por completo. —Jungkook amplió los ojos, sorprendido por la respuesta de Jimin. No podía creer que Jimin no quisiera que renovara la marca, que no quisiera que lo curara.
—¿No quieres que la renueve? —preguntó Jungkook, sintiendo una sensación de desesperación.
—Tus feromonas se sienten bien —dijo Jimin, cambiando el tema—. Al cachorro le gustan. Siento que puedo respirar mejor.
—¿Y a ti te gustan? —preguntó Jungkook, sintiendo una esperanza en su corazón.
Jimin se limpió las lágrimas con brusquedad.
—Me gustan, lo sabes.
—Perdóname y vuelve conmigo.
—No es tan fácil —respondió jugando con sus dedos y la tela de la sábana que lo cubría.
—Te amo —dijo Jungkook, sintiendo que decírselo era la única manera de hacerle entender a Jimin que no volvería a fallarle.
—Mientes —respondió Jimin, con voz llena de amargura.
–Te juro que te amo y que esto no volverá a pasar, por favor, créeme y permite que renueve la marca. Me necesitas, ambos estamos sufriendo, incluso el cachorro.
»Ya se que es mi culpa, también se que el tiempo no puede retroceder, pero podemos cambiar el futuro si permanecemos juntos.
Jungkook se acercó a Jimin, tomó su mano y la apretó suavemente.
—Por favor, Jimin —dijo, con voz suplicante—. Perdóname y déjame renovar la marca. —Suspiró—. Ámame de nuevo, por favor, yo no puedo seguir sin ti, sin ustedes —añadió refiriéndose al cachorro.
Jimin se mordió el labio y miró a Jungkook a los ojos.
—Dicen que si te fueron infiel una vez, lo serán dos veces. Es un ciclo interminable.
—Te juro que preferiré lanzarme al agua con tiburones en lugar de que algo así vuelva a pasar.
—¿Nam te contó la historia? —Alzó las cejas.
—Me regañó mientras me la contaba...
—¿Qué hiciste estos días sin mí?
Jungkook se levantó las mangas de la camisa, mostrándole distintos piquetes de feromonas artificiales que se estuvo inyectando para sobrellevar la separación.
—Compré feromonas de omega, artificiales porque me duele todo el cuerpo sin ti. No puedo vivir sin tu compañía, eres mi omega, siempre lo has sido y siempre lo serás.
—Creo que ninguno puede vivir sin el otro.
—Es verdad, tenemos que estar juntos.
—Voy a perdonarte. —El rostro de Jungkook se iluminó—. Pero no hay otra segunda oportunidad.
—Juro que no volveré a fallarte.
—Te creo. —Sonrió con ligereza—. Ahora, renueve la marca y calma nuestro dolor.
Jungkook se puso de pie, acercándose al omega, esparciendo más feromonas en el aire, Jimin veía el tenue color carmesí de las feromonas, como habían estado separados varios días no las veía intensas como antes, pero seguían siendo visibles.
—Esparciré las mías para ti —dijo Jimin—. Mis feromonas.
—Hazlo, me muero por ellas. La habitación se convirtió en un cóctel de feromonas amarillas y rojas, un baile deleitante para alfa y omega.
Jungkook comenzó a salivar, sus colmillos emergieron e ignorando el olor de la marca de Jimin lo mordió justo donde siempre, renovando así la marca, renovando y fortaleciendo el vínculo. Jimin se sintió invadido por una sensación de calor y placer, su cuerpo se relajó y se rindió a la mordida de Jungkook.
La marca comenzó a brillar con una luz suave y cálida, y Jimin sintió que su dolor y su tristeza se estaban disipando. La mordida de Jungkook era un bálsamo anestésico para su cuerpo y alma.
Mientras Jungkook seguía mordiendo la marca, Jimin se sintió transportado a un lugar de paz y tranquilidad. Su cuerpo se relajó completamente, y su mente se clarificó. Sabía que Jungkook lo amaba, y que haría cualquier cosa para protegerlo y cuidarlo.
La mordida de Jungkook se hizo más suave, y Jimin sintió que la marca se estaba curando. La sensación de calor y placer se disipó, Jimin se sintió renovado y fortalecido. Sabía que su vínculo con Jungkook era más fuerte que nunca, que nada podría romperlo.
Jungkook se separó del cuello de Jimin, limpiándose la sangre de los labios con el torso de la mano y acercándose para besar la frente del omega al mismo tiempo que acariciaba su vientre.
—Nunca dejé de amarte —dijo Jimin—. Dijiste que querías que te volviera a amar, nunca dejé de hacerlo.
—Ahora lo sé. —Jungkook suspiró respirando las feromonas de Jimin y sintiéndolas en su paladar. Sintiéndolas en todo su sistema.
Con el paso de los días estuvieron más unidos y en pocas semanas el cachorro nació, una copia del alfa, pero con los ojos azules del omega, tan hermoso, tan pequeño e inocente.
El nacimiento del cachorro fue un momento emocionante para ambos. Jungkook estaba nervioso pero emocionado de conocer a su hijo, y Jimin estaba ansioso por dar a luz y conocer al pequeño ser que había estado creciendo en su interior.
Jungkook tomó al pequeño en sus brazos y lo miró con adoración.
—Es perfecto —dijo, sonriéndole a Jimin. —Es una copia mía, pero con tus lindos ojitos.
Juntos, los tres formaban una familia perfecta. Jungkook y Jimin se turnaban para cuidar al cachorro, alimentarlo, bañarlo y jugar con él. El pequeño crecía rápidamente, lleno de amor y cuidados.
La familia Jeon estaba llena de amor y felicidad. Jungkook y Jimin se amaban más que nunca, y el cachorro era el centro de su universo.
El dolor y la tristeza que Jimin había sentido después de la infidelidad de Jungkook habían desaparecido. La familia Jeon había superado la prueba más dura de su vida, y ahora estaban más unidos que nunca.
La familia Jeon había enfrentado la más dura prueba en su vida y la superaron con amor, besos y un montón de feromonas.
Es que así tenía que ser ヽ(*⌒∇⌒*)ノ
Y el que diga lo contrario, dígame y nos agarramos de las greñas └(゚д゚)
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