24. [extra]
— ¡Ah, Chaeyoung!
Dahyun deja salir un gemido cuando la beta succiona su pezón derecho.
Chaeyoung sonríe y habla.
— ¿Qué te he dicho? ¿Eh?
— No, ¡no!
Ruega la omega al sentir a la contraria bajar la intensidad de sus embestidas.
— ¡Lo siento! ¡Por favor Mommy!
Chaeyoung deja salir una risa burlona.
— ¿Qué? ¿Ya te vas a venir? ¿Tan pronto?
La omega solo deja salir otro jadeo mientras su espalda se arquea aún más. Es bien conocido que Kim Dahyun siempre está caliente.
¡Pero no se le puede culpar!
Son Chaeyoung es todo lo que está bien en esta vida.
Más con esa sonrisa de autosuficiencia, su piel brillante por el sudor y su cabello pegado en su frente. Ella es la maldita muerte para todas.
Dahyun no es la excepción.
Pero si hay algo que adora más que el gran físico de su novia, es cuando deja salir a ese lobo que tiene adentro y le habla de forma denigrante.
Dahyun es feminista. Su feminista interior no está de acuerdo. Pero Dahyun sí.
— ¿Estás tan ocupada pensando en cómo te cojo que no me puedes responder?
Sí, ahí está.
— ¡Oh, Dios!
— Dime de quién eres Dahyun. Ahora.
Gruñe besando la blanca piel del cuello de la nipona.
— ¡Tuya! ¡S-Soy tuya!
— Sí, eso es. Tú me perteneces, ¿no? Tú solo sirves para mí disfrute y gozo.
Dahyun asiente, incapaz de hablar ante las fuertes olas de excitación la invaden.
— E-Estoy... ah...
Chaeyoung vuelve a sonreír mientras frota con más velocidad su clítoris.
— Hazlo, córrete para mí.
Lo último que Dahyun siente antes de tocar el cielo es una leve mordida en su cuello. Chaeyoung al ser beta no podría marcarla "realmente" pero si podía dejar sus colmillos por unas cuantas semanas.
Lo suficiente para que Dahyun se sintiera segura.
Y cuando la marca comenzaba a desaparecer, Chaeyoung la volvía a morder.
Ojo que a Dahyun no la molesta, incluso ella misma se tomaba remedios para hacer que la marca cerrará con rapidez para volver ser mordida pronto.
— Mmm... ¿Cómo se dice?
— Gracias Mommy.
La beta se relame los labios cuando sus dedos mojados dejan el interior de su pareja, los lleva a la cara de una muy cansada Dahyun y vuelve a hablar.
— Hey, limpia tu desastre.
Dahyun deja salir otro gemido antes de tomar los dedos a su boca, lamiendo con lentitud y mordiendo levemente las puntas de estos al dejarlos ir.
— Eres una maldita descarada.
Gruñe Chaeyoung antes de juntar sus labios en un beso. Unas cuantas caricias y besos, después la beta lleva su mano al rostro sonrojado de la mayor.
— ¿Estás bien? ¿Fui muy ruda?
Y claro, la Chaeyoung cariñosa y cuidadosa de siempre había vuelto.
Dahyun niega, dándose la vuelta, una invitación a que la beta junte sus cuerpos y duerman felices.
— Lo hiciste genial, alfa.
— Dahyun, te quiero mucho.
Chaeyoung ya está a punto de caer dormida cuando murmura esa frase, el cansancio de su ronda de sexo junto a lo cálido que es el cuerpo de su pareja solo logra arrullarla más.
— Yo también te quiero bastante, Chaeyoung-ah.
━━━ 🎀 ━━━
Momo deja salir unas cuantas lágrimas cuando su rostro cae a la almohada.
El recuerdo de la voz burlona de su hermanastra diciéndole que ya había embarazado a su omega no la deja de seguir desde la mañana.
Ayaka la había odiado desde que Momo apenas dejó el vientre de su madre. La híbrida de oso nació de una infidelidad de su padre, siendo la vergüenza de la familia Hirai y su constante decepción.
Amaya, su pobre madre, había fallecido en el parto, rompiendo el corazón del señor Hirai y aun sin saberlo, el de su hija.
Su padre, en un desespero por protegerla, la llevo a casa con su otra familia.
Está de más decir que eso provocó la ira de la legalmente señora Hirai y de su pequeña hija.
Aún recuerda esas palabras llenas de odio, dichas por un rostro lloroso y furioso.
"Una bastarda como tú nunca va a formar parte de mi familia, tú no mereces el apellido Hirai."
Intentó ganarse el aprecio y amor de esos seres despiadados, sin embargo, siempre se le pedía más de lo que ella podía brindar. Así que Momo creció durante siete años sin más amor que el pobre intento de su padre.
Pero afortunadamente conoció a una niña de dientes llenos de caries y con un gran corazón.
JeongYeon su primera y más importante amiga.
Yoo siempre le compartía todo, desde sus carros de juguete o esos domingos de ver películas con el señor Yoo, esas tardes de lucha libre con su hermana Seojeon o esos cálidos abrazos y besos de su madre.
— ¿Mi amor? ¿Qué sucede?
La preocupación brilla en los ojos de Jihyo mientras está se recuesta a su lado y deja caricias por todo su rostro mojado.
— L-Lo siento tanto Hyo.
La omega frunce su ceño y se sienta sobre su regazo, llevando sus manos a las mejillas de su novia para que la mire.
— ¿Por qué lo sientes Momo? ¿Qué pasa?
— Lamento tanto no poder darte un hijo.
Las cejas de Jihyo dejan de estar juntas mientras que un suspiro sale de sus labios.
— Corazón, eso no importa.
— ¿N-No?
Jihyo deja salir una risita al notar la confusión y se inclina para besar los labios contrarios, transmitiéndole calma y amor a través de su marca.
— No mi amor, aún tenemos toda una vida por delante y si no llega a suceder en algún momento podemos adoptar a algún cachorrito.
— No lo había pensado así...
— No te quiero solo para un "heredero" Momo, eres más que un procreador de hijos... aunque... si tanto te preocupa podríamos darle más prioridad a la práctica.
Las cejas de Jihyo se alzan y el rostro de Momo se sonroja aún más.
— ¡Yah, Park Jihyo!
Grita avergonzada.
— ¡Yah, Hirai Momo! Que yo recuerde no te molesto cuando enteraste tus dientes en mi cuello, hipócrita.
— Jihyo-ssiiiiii.
— Está bien, tú ganas.
Momo envuelve sus brazos en la cintura y esparce besos por todo el cabello rubio de su omega.
— Gracias por hacerme tan feliz.
Dice con una lentitud, dejando que el amor y admiración se deslicen de su lengua. Jihyo deja su escondite en el cuello de la alfa y besa su frente.
Hirai deja salir un suspiro.
— Gracias a ti por estar aquí.
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