21.
GRACIAS POR AMARME Y PROCURARME.
Trabajar después de la escuela, ella cree que yo nunca me enteré, pero muchas veces la vi llorar hasta quedarse dormida.
Muchas veces la vi hacerse la fuerte.
Muchas veces vi a mi heroína ser destrozada por jefes, maestros y hombres molestos.
Claro, hasta que Seulgi llegó a nuestras vidas.
Seulgi le extendió la mano para acompañarla, más no la salvo de la oscuridad. Solo ella misma podía salvarse.
Con ellas entendí lo que el verdadero amor era. Compresión, apoyo y respeto.
Pero conocí a Lim Jaebeom.
Y creí que él me amaba.
Porque yo me entregué en alma y cuerpo, pero él solo me robo todo lo que algún día hubo en mi interior.
Los gritos, las peleas y los conflictos fueron demasiado para mí. Y cuando intento alzarme la mano y marcarme a la fuerza fue cuando una de mis otras salvadoras intervino, Jennie. Estaría muerta si no fuera porque la novia de mi hermana confundió su hora de encuentro y llegó antes.
Todavía le agradezco lo que hizo por mí.
Jennie obtuvo un brazo roto. Jaebeom huyó. Y yo descubrí que así como el amor podía ser compresión, apoyo y respeto también podía ser violento, brusco y oscuro.
Nunca podré olvidar esos ojos.
Esa mirada llena de nostalgia, dolor y odio que me atormento por meses.
Todo comenzó el día después de que toda mi familia se enteró de que estaba embarazada.
Recuerdo que JooHyun y Jisoo habían salido con sus amigas, mis abuelos trabajaban en el huerto y yo había decidido salir a dar un paseo.
Mi error.
Al poco tiempo una lluvia feroz cayó del grisáceo cielo, todo a mi alrededor se veía sumamente borroso y solo pude distinguir una sombra masculina.
Lim Jaebeom estaba ahí.
Su rostro que alguien día me dio luz se mostraba demacrado, con ojeras oscuras debajo de sus ojos y los pómulos sobresalientes note que algo iba mal.
El terror que sentí cuando lo vi aproximarse a mí es algo que jamás podré explicar. Él me estaba sonriendo, yo estaba a punto de llorar.
— Mi reina.
Dijo haciendo una reverencia corta.
Quería salir de ahí, ir de vuelta a las cómodas sábanas y playeras que formaban mi nido, pero no podía moverme.
— Vine por ti, cariño. Tú y yo tendremos nuestro final feliz.
Mi loba se removió incómoda en su interior.
— Yo...
— Vamos amor, yo soy mejor por ti.
Unos ojos cafés oscuro aparecen por mi mente, unos ojos llenos de amor y admiración cada vez que se dirigen a mí. No como esos, vacíos y perdidos.
Yo no merezco a alguien así.
Yo merezco a alguien que sienta devoción por mí.
Alguien como Yoo JeongYeon.
— N-No.
La sonrisa abandonó sus labios y su ceño se frunció mientras murmuraba con incredulidad.
— ¿No?
— No Jaebeom.
Él dio una sonrisa corta y falsa mientras su mano se apretó contra mi brazo.
— Tú me perteneces, Im Nayeon. Lo quieras o no.
Dejo salir un chillido ante su voz de alfa, temblando al sentir como mi cabeza quiere inclinarse para mostrar la sumisión a la que estoy predestinada.
Pero lo retengo, por primera vez, yendo en contra de mis instintos.
Y eso a Lim Jaebeom no le gusta, no cuando él estaba acostumbrado a una Nayeon sumisa y miedosa. Veo como su quijada se tensa y como sus ojos tienen un brillo rojo muy suave, casi imperceptible.
— ¿Recuerdas cómo jugábamos? Tú corrías y yo te atrapaba... buenos recuerdos, ¿no? Ahora, te daré diez segundos...
Mi ceño se frunce automáticamente, ¿me estaba dejando ir?
— Uno.
La mano del alfa deja de hacer contacto con mi delgado brazo al hablar, así que empiezo a correr en dirección opuesta, hacia donde mi casa se encuentra. Ante la adrenalina y la potente lluvia no puedo escuchar el zumbido de mi teléfono, una llamada entrante.
Tiempo después me entero de que es una muy preocupada Yoo JeongYeon.
Justo cuando una figura grande y vieja es perceptible, me detengo abruptamente, sin poder creer lo que mis ojos ven al frente mío.
Kim Yoon Jiong está ahí, con dos maletas en las manos, sus ropas y cuerpo totalmente empapados.
Mi vida había sido complicada.
Fui criada por mis hermanas ante el abandono abrupto de mis padres, en específico por JooHyun Unnie. Siendo ella la mayor de las tres, tomo toda su valentía y coraje y salió a buscar un trabajo cuando mamá no llegó ese día, ni el siguiente.
Una niña de once años entregando comida, una de diez limpiando casas y luego estaba yo, de seis años. Sola en casa, atemorizada. Preguntándome el por qué mamá nos había dejado.
¿Había sido mala?
¿Fue porque esa mañana no quise hacer mi cama?
Incluso puedo verme a mí misma, una pequeña temerosa con lágrimas en los ojos y las mejillas rojas.
Sin embargo, mis abuelos llegaron un mes después y ellos nos acogieron, pero tampoco fue fácil, los padres de mi progenitora tenían muchísimas deudas y alimentar, cuidar y proporcionarle estudios a tres niñas no era algo que se podía hacer de un día a otro.
Mi hermana JooHyun comenzó a
— ¿Mamá?
Grito sintiendo mi pecho acelerarse aún más.
La mujer voltea ante el llamado y sonríe.
Mis pies corren hacia mi progenitora, pero cuando está habla vuelvo a detenerme.
— ¡Hola! Disculpe la molestia señorita, estoy buscando a mi hijo Jaebeom, él me dio esta dirección, pero con esta lluvia no lo veo por ningún lado.
— ¡Madre! ¡Esta es mi omega Im Nayeon!
El hombre llega y antes de que Yoon Jiong pueda hablar la interrumpe.
— Detrás de ti, la casa azul y blanco, esa es la nuestra. Entra por favor, estaremos ahí pronto.
La mujer solo asiente y se encamina hacia el domicilio.
Ignorante ante el corazón roto de su verdadera hija.
«E-Ella no nos recuerda.»
Mi loba es la primera en bajar las orejas triste.
— Te voy a dar una última oportunidad Nay, podrás venir conmigo y los dos cuidaremos a tu madre, amor. Solo nosotros tres. Como en los viejos tiempos.
Mi corazón duele.
Mi propia madre me ha olvidado.
Mi propia madre cree que mi abusador es su hijo.
— Vete a la mierda.
Habla mi loba por mí, con un gruñido de por medio.
Él me mira, puedo sentir su enojo salir de su cuerpo y en un movimiento rápido me empuja.
Yo caigo contra el lodo.
Y justo cuando estoy a punto de levantarme, siento una patada en mi vientre que me hace jadear ante la falta de aire.
— ¡Esto es lo que tú quieres! ¡Si tú no llevas a mis hijos, no llevarás los de nadie!
Es lo último que escucho antes de cerrar mis ojos ante la golpiza que recibo.
━━━ 🎀 ━━━
Mi cachorra es irreconocible.
Ha dejado de comer, por lo que su cuerpo, que de por sí ya era delgado, este se vuelve aún más.
Sus ojeras adornan su rostro, sus mejillas y nariz siempre rojas debido al llanto y los rastros de lágrimas son visibles para cualquiera que se acerque de más.
Mi pequeña está destrozada.
Y yo no puedo hacer nada para ayudarla.
Mi corazón se aprieta de dolor al recordar la primera vez que me temió.
Yo solo quería tomar la sal que descansaba en un cajón alto, Nayeon al ver qué mi brazo se alzaba sobre ella grito y pidió piedad.
O cuando moví el refrigerador cuando un tomate se cayó detrás de él, mi cachorra salió corriendo a esconderse al armario ante el estruendoso ruido que hizo.
Mi pequeña está destruida.
Y cuando intento juntar las piezas solo recibo cortes largos y profundos.
— ¡Si tú no te hubieras metido nada de esto habría pasado!
— ¡Mi hijo murió por tu culpa!
Y sé que es verdad, si yo no hubiera hablado de más, tal vez Nayeon ya tendría tres meses de embarazo.
Muerdo mi labio sin querer dejar salir mis lágrimas. No puedo llorar, una de las dos debe de ser fuerte. Y esa merezco ser yo.
Mamá y Seojeon dicen que es injusto que Nayeon me haga responsable de nuestra desgracia.
Ellas dicen que cosas como estás realmente no tendrían por qué pasar y que el único culpable es ese que ahora está atrás de las rejas.
Aún recuerdo la forma en la que Nayeon me pidió que no la dejara ir al juicio, la forma en las sus brazos temblorosos se apretaron contra mí y sus ojos llorosos me miraron.
Intenté razonar con el juez, pero él dijo que Nayeon tendría que ir sola al estrado a dar su declaración. Que si yo estaba a su lado podría manipularla.
Puras mierdas.
Nayeon desde ese día termino de alejarse completamente de mí.
Sus hermanas le habían permitido mudarse momentáneamente, creyendo que Nayeon mejoraría.
Momo había estado viviendo con su omega desde entonces.
A pesar de vivir en el mismo espacio, sentía a mi omega más lejos que nunca. No me permitía abrazarla ni besarla ni acariciarla.
Solo podía hablarle, pero tenía que ser en un tono bajo y lento si es que no quería asustarla más.
— Iré a trabajar, Nayeon. Volveré pronto.
Le murmuro a la pálida y escuálida chica que descansa en la cama.
Tampoco se me permitía dormir con ella. No lo admita, pero extrañaba de una manera casi maldita su calor y su olor.
Ella no se inmuta y solo se abraza más.
Extraño a mi Nayeon.
Si alguien la ha visto, díganle que vuelva.
Que no aguanto más este dolor
━━━ 🎀 ━━━
Otro día de mierda en esta vida de mierda.
Mi compañera de trabajo se había reportado enferma, por lo que no había podido irme a casa temprano.
Nayeon estaría tan enfadada conmigo.
Momo cruza la puerta de la farmacia, su piel luce como si el sol se hubiera tomado el tiempo y la dedicación de darle un delicado beso, sus ojos más brillantes de lo que alguna vez lo había visto y sus labios alzándose cada minuto al recordar algo.
¿Así me veía yo cuando mi vida no estaba destrozada?
— Hola amiga.
Saluda dejando una caja de condones y unos chocolates que Jihyo ama.
Solo asiento con la cabeza comenzando a cobrar los productos.
— ¿Cómo lo llevas?
— Estoy, que es lo importante.
Ella muerde su labio.
— Supongo que tendrás que tomarlo de otra forma.
— ¿A qué te refieres?
— Lo que no está destinado a pasar no lo logrará sin importar cuando te empeñes.
— ¿Qué quieres decir Momo?
— Solo digo que ese pequeño cachorro no llegaba en el momento adecuado.
No. Lo. Puedo. Creer.
— Tú no dijiste eso, Hirai. No lo hiciste.
— Solo piénsalo, ustedes dos no tienen idea de lo que es ser madre.
— Cállate.
— Y tampoco tienen un gran trabajo que de un buen sueldo para sustentar los gastos.
— Momo.
— ¡Tranquila!, yo te entiendo.
— ¡No! ¡Tú no lo entiendes, Momo! Tú trabajas con tranquilidad, tú no tienes miedo cada vez que sales de tu casa, tú no te preguntas si esa noche será la última en la que verás a tu omega. ¡Estoy harta de pretender que estoy bien cuando todo alrededor mío se derrumba y tú no eres capaz de ser lo que una buena amiga es!
— JeongYeon...
— ¿Cómo te sentirías si un día llegas a tu casa y Jihyo deja de sonreír, de comer, de ser feliz? ¿Eh? ¿Si Jihyo se convirtiera en un maldito fantasma que se la pasa todas las noches culpándote o a ella misma por algo que no hizo? ¿Si ni siquiera pudieras hacer un ruido fuerte porque ella iría a esconderse al clóset?
— Yo...
— No Momo, no sabes cuánto terror siento al llegar a mi apartamento y que todo esté en silencio porque solo puedo pensar en que ella...
Soy interrumpida por mi inevitable llanto.
— En que ella también me ha dejado.
Lágrimas comienzan a caer por mis blancas mejillas y bruscos sollozos salen por mis labios.
— Mi cachorro se ha ido, Momo. No puedo soportar que mi cachorra me deje.
Suena un timbre dentro de un cuarto.
— Lo siento, he terminado mi turno, alguien más vendrá a atenderla, tenga una buena noche.
Digo para darme la vuelta y entrar al vestidor.
Sin embargo, al cerrar la puerta y escuchar que mi reveló ya está en la caja, mis piernas fallan.
Y me quedo en el suelo.
Llorando, preguntándome por qué mi Nayeon y yo merecemos esto.
━━━ 🎀 ━━━
Youngjae es conocido por ser un omega sumamente coqueto y aprovechado.
Cuando él pone el ojo en alguien, esa persona ya no tiene salvación, pues ocupa bien su poder de manipulación. Bastan unas cuantas palabras a una persona herida para que él obtenga lo que desee.
Y tristemente puso su ojo en una devastada JeongYeon.
Un par de frases bastan para que JeongYeon le abra la puerta de su casa.
Youngjae quiere tener los filosos colmillos en su cuello. JeongYeon solo quiere alguien con quien desahogarse.
Nayeon había sido llevada a casa de sus hermanas a su visita mensual. El tener todo su apartamento para ella sola la asusta y por eso sucumbe ante el apuesto chico.
El omega no pierde el tiempo y se sienta en el regazo de la sorprendida alfa.
JeongYeon está pasmada, inmóvil en al sillón de cuero.
Y cuando unos labios están próximos a los suyos, reacciona lanzando al chico con fuerza desmedida al suelo.
— ¿¡Qué carajo te sucede!? ¡Tengo una omega!
El omega frunce su ceño molesto ante el rechazo.
— ¿Esa maldita muerta en vida?
Justo cuando JeongYeon está a punto de abalanzarse sobre el hombre, un chillido la interrumpe.
Im Nayeon está en la entrada, llorando.
JeongYeon se apresura a sacar al chico, sin golpearlo o volverle a gritar para no asustar más a la omega.
Cuando la alfa se dirige a Nayeon para verificar si está bien, una cachetada la recibe.
— ¡Pero-
Unos labios se abalanzan sobre los suyos con rapidez.
━━━ 🎀 ━━━
Rápidamente, las ropas sobran y el calor en la habitación se eleva, ambas se encuentran desnudas en la blanca cama de JeongYeon. Nayeon encima de la alfa, besándola de forma hambrienta y brusca.
Sin embargo, algo no se siente del todo bien.
Así que en contra de sus sentidos se obliga a parar a la chica arriba suyo.
— N-Nay, ¿estás segura?
— S-Sí.
Dice saliendo de los brazos de la alfa y recostándose en el suave algodón.
JeongYeon asiente, toma un condón de su cajón, se lo coloca y sus manos se dirige a los lados de la cara de Nayeon
Al poco tiempo, Nayeon y ella están teniendo sexo. Porque es lo que es, la omega se restriega contra ella violentamente.
Y cuando de pronto la chica deja salir lágrimas, toma con delicadeza sus cinturas para parar sus movimientos.
— ¿Nay?
La omega no la mira.
— S-Sigue JeongYeon.
La mencionada niega con su cabeza, recuesta su brazo para apoyar todo su peso en él y con la otra mueve el rostro de la omega.
— M-Mirame N-Nayeon.
La menor la ignora.
— P-Por favor cachorra, m-mírame
Parece ser que el apodo es algo irresistible, pues Nayeon finalmente dirige sus ojos a los ajenos.
— L-Lo siento tanto, siento que estés así por mi culpa...
Dice con lágrimas en los ojos.
JeongYeon por fin está dejando caer sus muros altos y se permite ser débil con la mujer que tiene el control de su corazón.
— V-Vete Nayeon.
Sus ojos se cierran al decir la oración.
— Vete antes de que sea demasiado tarde y te ate a mí de por vida.
Se refiere a que sus lobos, al estar profundamente enamorados y encantados el uno con el otro, a pesar de no tener una marca, pueden formar un vínculo especial, más débil que el de una marca, pero lo suficiente como para que estén destinados por el resto de su historia.
Nayeon recapitula pensamientos e ideas, ella realmente no culpa a su alfa por la muerte de su cachorrito.
No puede.
No cuando JeongYeon ha sido la única que la ha cuidado con tanta paciencia y amor, como en los primeros días en los que se conocieron.
No cuando le está permitiendo irse a pesar de saber que tal vez no pueda sobrevivir a su abandono.
Los omegas suelen resistir, los alfas no.
Que su luna, su omega, los deje es algo tan vergonzoso y doloroso para ellos que simplemente no pueden seguir.
Nayeon intenta ver cómo sería su vida sin aquella alfa malhumorada.
Y no lo logra.
Porque su vida sigue siendo vida con o sin ella. Pero no es lo que ella quiere.
Ella quiere a la fría alfa alrededor suyo.
La omega lleva sus brazos al rostro mojado y sonrojado de la mayor.
Y por primera vez en tres meses, sus labios vuelven a reencontrarse.
Porque no es un brusco y sexoso, es un beso lleno de amor y pasión, de respeto y cuidado, de un te perdono.
Cuando el beso es interrumpido por el sollozo que JeongYeon deja salir, Nayeon limpia las grandes lágrimas que siguen corriendo por las mejillas de la alfa. Y cuando dice la siguiente frase, la alfa parece perder el control.
— Te amo Yoo JeongYeon.
JeongYeon no puede sostenerse más, y cae sobre el cuerpo de Nayeon para esconder su cara en el cuello de la omega, quién deja salir feromonas de calma y amor.
Sus manos acarician toda la espalda de la mujer. Sus labios besan la cabeza de la llorona alfa.
— Te amo como nunca lo he hecho y como nunca lo haré, alfa.
Yoo sale de su escondite y roba las palabras de Nayeon con sus labios sobre los suyos, la omega se sorprende al sentir a su lobo tan tranquilo y seguro con la pasión y admiración con la que su alfa la besa.
— T-Te amo Nayeon. M-Mi lobo y yo te amamos.
Los besos y caricias vuelven a ser parte del momento, dejan tener simple sexo para volver a hacerse el amor.
Entre mordidas y jadeos se puede escuchar el murmullo de Nayeon.
— ¡Ah! M-Marcame alfa.
JeongYeon deja de chupar su pezón para mirarla.
Cree que miedo y lástima es lo que verá, pero la seguridad, deseo y cariño es todo lo que los ojos de la omega le expresan.
Asiente mientras mueve más rápido sus caderas.
Los jadeos de Nayeon dejan de ser entendibles para ser simples palabras combinadas con el nombre de Yoo y es ahí cuando JeongYeon entierra sus colmillos en su cuello.
JeongYeon no sabe cómo explicar la sensación de morder a tu pareja predestinada.
Nayeon no sabe cómo explicar la sensación de ser marcada por tu pareja predestinada.
Im deja salir algunas lágrimas de dolor ante el fuerte lazo que las está uniendo, haciendo oficial una realidad que ya se sabía desde la primera vez.
Im Nayeon le pertenece a Yoo JeongYeon.
Y Yoo JeongYeon le pertenece a Im Nayeon.
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