ERES A QUIEN SIEMPRE PUEDO RECURRIR.

09:01 a.m (Viernes)

— Jóvenes Im y Park.

La severidad filtrándose entre las palabras del profesor, todo su cuerpo indicando molestia y su rostro rojo ante la falta de interés de sus alumnos.

Ambos se miran de forma amenazante.

Im deja salir feromonas de furia mientras que Jimin feromonas de burla, Nayeon al notar la mirada severa de su maestro gruñe apartando la mirada para prestar atención a clase.

— Tranquilízate, Nayeon.

JeongYeon susurra, tomando la mano de la omega por debajo de su pupitre.

El profesor Yeonjun, un hombre muy joven que gracias a su inteligencia logró completar su profesorado a pronta edad, quedando frente a los alumnos con solo dos años de diferencia.

— Estoy seguro de que ustedes no lo saben, pero en el otro grupo hicimos un "juego".

Detiene su monólogo para dejar que unas chicas entren al salón.

— Momo, Jihyo, pasen por favor. Ellas tienen un vídeo, cada uno antes dará una "descripción" de como es la persona que les tocó en el mismo, será uno de sus compañeros y pueden cambiarlo si alguien lo quiere.

— Correcto, Hirai empieza.

— Es mayor que yo, antes era muy tierna, tímida y adorable, también era de baja estatura.

— ¡Rosé!

— No.

— ¡Wheein!

— No.

— ¿JeongYeon?

— ¡Siii! 

Grita alegre, aplaudiendo, emocionada.

— Hirai, al menos podrías haber elegido una mejor foto.

Murmura Yoo con las mejillas rojas y una sonrisa tímida en sus labios, mientras Nayeon suelta una pequeña risita, que sin querer alivia su enojo.

— ¡Eras una bebita tan tierna! ¿Qué te pasó? 

Momo bromea con una gran sonrisa y los ojos brillantes.

Solo JeongYeon nota la forma en la que su compañera Jihyo mira a su amiga.

La alegraba bastante que Momo tuviera más personas interesadas en ella, pues Hirai es una de las mejores personas en el mundo, específicamente en el de la malhumorada alfa.

— No le haga caso Unnie, usted sigue viéndose hermosa.

A Nayeon casi le salen corazones de sus pupilas al ver la foto donde una JeongYeon de cinco años era protagonista.

— Okey, siguiente.

Jihyo da un paso al frente.

— Mi persona es menor que yo: ahora es un maldito ángel que suda agua bendita, pero antes era un demonio. Antes era rubia, pálida, de mal carácter, veinticuatro siete en detención, todas las noches de fiesta o con amigos.

— ¿Jaehyun?

— ¿Sunghoon?

— ¿Jay?

— ¿Ktungsoo?

— Nos rendimos, ¿quién es?

— ¡Nayeon!

— ¿Eso no interfiere con tu poder?

— La sanación es un don.

Dice con una sonrisa.

— La seducción si es un poder.

Un tono burlón se filtra en sus palabras al ver la cara de sorpresa en los rostros ajenos.

— La niña si qué saca provecho de su poder.

— ¿Qué?

Los demás omegas lucen aterradas ante el comentario de MinSeok, si Im Nayeon había logrado seducir al gran capital de fútbol, ¿qué les quedaba a ellos?

— Demuéstrales, Nayeonnie.

Pide Park al ver como desafían a su amiga.

— Kim Min-Seok~

El alfa baja la mirada rogándole a su lobo que se negara al llamado.

— Min-Seokie~

Su lobo aúlla, conteniéndose para no caer en los encantos de Im.

— ¡Yah! Seokieee~

Se puede notar como su cuerpo tiembla suavemente, sus ojos enfocados en una basura del suelo, mientras que su mandíbula se tensa.

— Alfa~

— Ay dios.

Min-Seok perdió y cayó profundamente en el encanto de su menor.

A muchos alfas les pareció atractivo que la omega se dirigiera así a un superior, pero no a JeongYeon.

A Yoo le hizo enojar el comentario.

¿Por qué a ella nunca le ha dicho alfa? ¡A nadie le debe decir alfa! ¡Solo a ella!

"¿Qué?" 

11:50 (hora libre)

— La pequeña cachorra seductora.

Dice Yoo una vez se sientan en el árbol.

— ¿No me habrás seducido a mí? No es normal que me caigas tan bien.

— ¡No! Con mi Jeongie Unnie-

Su mano se dirige a toda velocidad a su boca, sin dejar salir las demás palabras

— ¿Qué dijiste?

— J-Jeongie Unnie...

Responde nerviosa, temiendo haber dicho algo mal.

— Me gusta como suena cuando lo dices así.

Dice sincera, pero frunce el ceño al ver a la omega bufar.

— Hey, ¿Qué sucede cachorra?

— Mi exnovio me está acosando.

Responde con un dulce puchero mientras inconscientemente ambas se acomodan, Nayeon entre los brazos de JeongYeon.

— Tranquila cachorra, me pasarás su número y yo le hago saber que te debe dejar en paz si no quiere saber de lo que soy capaz, ¿si?

— Sí... Alfa JeongYeon.

Las últimas palabras fueron murmuradas en su oído para después caer dormida sobre el pecho de Yoo.

— Yah, eres una omega tan hermosa ¿Qué haces en un lugar así? En el infierno con el mismísimo Lucifer.

Lentamente, deposita un pequeño beso en su cabello, despacio y sin prisas, para luego abrazar a la menor y hundir su nariz donde proviene ese agradable aroma dulce.

Así ambas abrazadas y acurrucadas cayeron dormidas bajo su árbol.