Taehyung.

El apareamiento era un ritual para los ojos de cualquier ser vivo con conciencia, las almas gemelas compartían su sangre y pensamientos. Y eso para toda su vida.

Si uno moría el otro también lo haría. Nuestra madre se encargo de asesinar nuestra esperanza de la manera más delicada y cruel posible. Nos contaba las historias, de personas que fueron creados por la diosa luna para completarse. El mito de que Zeus nos separo de nuestra mitad para vagar por el mundo de los vivos buscándola.

Si me hubieran preguntado que encontraría a mi mitad en un lugar de mala muerte que era de mi propiedad. Lo hubiera asesinado.

Había llegado tarde esa noche. Había echo mi trabajo como empresario por la mañana y por la tarde asesine a sangre fría a cuatro hombres Tailandeses parte de la mafia "Maamón". Eran hombres vulgares con trajes de marcas caras. Codiciosos, en busca de más cosas materiales. Ellos tenían un sentido del humor asqueroso. Me encargue de hacerlos sufrir y enviar mi claro mensaje.

Observaba domir a mi esposo, le acaricie el cabello que le caía por la frente y después lo deje atrás de su oreja. Ronroneo en respuesta.
Un recuerdo llegó a mí mientras miraba a Hoseok domir abrazado a mí almohada.

"Y esa es la historia, cachorros míos... pero es solo eso. En nuestro mundo no hay amor. La diosa luna no ama a los asesinos como ustedes." Nos dijo sentada en mitad de la habitación que compartimos los cuatro.

"Pero mami, ¿Tú no amas a papi?" Pregunto en inocencia Jungkook. Solo tenía diez años. Para nuestros estándares el aún era un niño. Sólo iniciaría a sus dieciocho años. Como todos nosotros.

Ella se rió en la cara de nuestro hermano, Namjoon, SeokJin y yo nos miramos algunos segundos. Sabíamos que era mala. Era una mujer cruel. Sólo quería el poder de ser la alfa. Le tomo por las mejillas a Jungkook y nos miro.

"Niños por que no le recuerdan a su hermano por que están en este mundo"

"Nosotros somos un daño colateral necesario" pronuncié en voz baja mirando como Jungkook se quedaba sin aire.

Lo solte de golpe y me miró con una sonrisa. Ella era el alfa de rango alto. Ella era nuestro jefe, nuestra capo. Y nuestra educadora "¡Correcto Taehyung!, es así como un futuro líder debe pensar".

Leves toques me hicieron mirar a la puerta, SeokJin apareció por ella, la luz del pasillo iluminó la habitación. Sus ojos llegaron hasta mí y me indicó que lo siguiera. Suspire.

Me levante de la cama con lentitud para no despertar a Hoseok. Pero su mano tomo la mía con delicadeza: Vuelve a dormirte cariño.

-Pero duerme conmigo.- susurro mientras se tallaba uno de sus ojos. Me acerque y deposite un beso en su frente.

-Regreso en un momento.- su mano se deslizó de la mía y yo salí de la habitación. Y mire a mi hermano.

SeokJin tenía en su mirada la misma que ponía cuando teníamos trabajo que hacer. En el pasillo se nos unieron Namjoon y Jungkook. Mire a mis hermanos algunos segundos y entonces SeokJin habló.

-Necesitamos hablar... de mamá y papá y de otro problema.- fue lo único que dijo, se dio la vuelta y bajo.

Nuestro padre omega estaba internado en el hospital. Y nuestra madre alfa estaba muerta.

Yo la asesine.

Cuando llegamos al despacho de SeokJin en el ala más alejada de la casa nos miro. -Padre esta en sus últimos etapas del duelo. Quiere vernos.

-No creo que sea buena idea.- hablo Jungkook  -Le recordamos a ella. Somos como ella.-

-Nosotros no somos iguales a ella.- Escuche hablar a Namjoon.

-Somos asesinos.- Y Jungkook seguía.

-No le hacemos daño a nadie que no se meta con nosotros.- hablo más fuerte Namjoon.

-Suficiente.- los mire con el ceño fruncido -¿cuál es tu problema Jungkook?

-No tengo ningún puto problema, Taehyung.- los ojos de mi hermano se volvían cada vez más grises.

-Es mejor que controles a tu alfa.- le advertí -Por que en estos momentos no voy a tener una pelea de niños con problemas emocionales.-

-¡Ya basta!. Tenemos un maldito problema, no solo pone en riesgo la vida de nuestro padre. La de nuestros omegas también.

La descarga eléctrica exploto por mi cuerpo y entonces dirigí toda mi atención a SeokJin. Detuve con fuerza mis hormonas al igual que mis hermanos para proseguir hablar -¿De que hablas?.

-Madre... no esta muerta.

Sostuve el aire. Eso era imposible.

-Imposible, Taehyung la asesino en el duelo después de que terminará la guerra con los Norcoreanos.- hablo Jungkook.

-Ese es el jodido problema, nuestro informante de corea del norte dejó toda la información, en el consejo, en nuestra sala y con los ancianos. Con ella fotografías en donde está más que viva.

-¿Con los ancianos?.- pregunto Namjoon con cautela.

Nuestro abuelo paterno era parte del consejo y de los ancianos. No éramos muy cercanos a él. Nisiquiera vino el día de mi boda. La abuela falleció hace algunos años. Los padres de nuestra madre solo vinieron a la pelea por el liderazgo. En donde la asesine.

Hasta ahora.

-Sí. Los ancianos y el consejo quieren vernos el viernes.

-Bien.- escuche a Namjoon.

-Y lo otro que querías decirnos.- pronuncié.

-Los ancianos quieren ver una pelea.- la mirada que me dio SeokJin cuando pronunció esas palabras hizo gruñir a mi alfa y ami fruncir mi ceño.

-Dilo.- dije entre dientes.

-Ellos quieren que sea Hoseok y Yoongi.

...

-Cuida tu boca.- mire a mis hombres de la sala.

-Alfa. Sabemos que el nuestro señor Hoseok es un omega de rango alto, al igual que nuestro señor Yoongi. Eso sería una ventaja. Además de que el consejo a recibido propuestas sobre vientres para sus herederos, y aunque es razonable no es aceptable. La pelea sería un beneficio para todos. Para nuestros alfas como para nuestros señores Hoseok y Yoongi.

-Ellos tienen razón Taehyung.- escuche hablar a SeokJin. -Seria demostrar que hay fuerza y que no son solo un objeto.

-Bien.-

Unos leves toques llamaron la atención de todos de la sala. Mis cinco hombres y mis hermanos miraron la puerta.

-Adelante.-

-Lamento molestar a la sala. Alfa, el señor Hoseok esta aquí como ordeno.- Suspire con fuerza.

"Por qué no me dijiste que ya llegaste"

"Aún no me acostumbro a esto sabes"

"Entra."

Mis hombres se perdieron en la belleza de mi omega cuando entro, eso no me agrado. Llevaba una camiseta blanca y pantalones de vestir.

"Ven, súbete en mi regazo. Ahora"

Sus ojos se abrieron y agregué: "Ahora".

Lo vi fruncir su ceño pero no protesto. Mis hombres se veían atónitos mientras Hoseok se subió en mis piernas y se escondió en mi cuello.

-Wou... ese es un vínculo.

-Jamás pensé que pudiera ver uno así de cerca.

-Muchas felicidades.-

-Fuera.

Llevamos un mes de esta forma. Recibía felicitaciones por todos lados, todo el jodido mundo creía que Hoseok ya no era fuerte. Pero la ignorancia era más grande. Nuestra fuerza era mayor. Sobretodo en los alfas, era para proteger a nuestro omega y futura familia.

Tener hijos no estaba en mis planes y mucho menos una familia. Pero cuando vi a Hoseok dormir en mis brazos después de mi celo algo brutal se apoderó de mí.

Eso iba a superarme si Hoseok llevaba en su vientre a nuestro cachorro. Aun no estaba listo para eso. Por ello le di las pastillas y aun que me pregunto no dije realmente lo que sentía.

Nunca lo había echo.

-Debe ser muy serio lo que querías decirme como para que me hayas echo venir en mitad de una junta con esos ancianos.

-De echo sí.- me recargue en la silla y el se puso enfrente de mí. -Vas a tener que pelear este fin de semana.- me tome la sien y observé su reacción.

Sus ojos se abrieron -¿Pelear? ¡Me vas a dejar pelear!.- su grito me hizo fruncir mi ceño por el repentino dolor en mi cabeza. Sus ojos brillaban con entusiasmó.

-Sí.

-Espera ¿Porqué?.- sus cejas se volvieron a fruncir y suspire antes de pasar mis brazos por su cintura y llevar mi nariz a su cuello.

-Es larga la historia. Lo único que necesitas saber es que debes ganar. Me importa una mierda lo que digan.- me separé de su cuello, sostuve con mis manos su cadera y lo mire -Podrias hacer eso por mí.- mire sus labios, rojos y esponjosos.

-Simpre hago cosas por ti.- susurro.

-Entonces tengo que hacer algo por ti.- tome sus labios con lentitud. Apretó con fuerza mi saco y me correspondió el beso. Mordí su labio inferior, dejo salir un quejido y no dude es meter mi lengua y explorarlo por completo.

Cuando lo deje para respirar, sus ojos estaban azules y respiraba con fuerza. Sus hormonas wra muy fuertes.

Otra cosa que se habia vuelto muy seguido, era que Hoseok necesitaba mi cercanía, mi olor para estar tranquilo. No me molestaba. Sus hormonas y las mías juntas eran como la kriptonita para todo el mundo. Eso era la fuerza de una pareja de rango alto.

Gracias Baekhyun por enseñarme superman.

-No voy a ser delicado bebé.-

-Bien.- sonreí y puse a Hoseok en la mesa cuando me pare el desabrocha mi pantalón y el suyo. Hoseok tenía muchas personalidades, me encantaba cuando me necesitaba de esta forma.

-Ven acá bebé.- lo tome y puse en mi regazo otra vez, tome su nalga izquierda apretando con fuerza y adentre dos dedos en su entrada, entraroncon facilidad por el su lubricante natural. Grito y me miró con asombro dejando salir el aliento: Dije que no iba a ser delicado bebé.

-A-al menos avisa.- gruño cuando los movi en forma de tijera dentro de el. Mi pene estaba duro tan solo verlo gemir con mis dedos arriba de mí.

Adentre uno más: Tae~

Saque mis dedos de su interior tome su cintura y lo alcé. Gruñi con fuerza cuando tomo mi pene con su mano y lo alineó con su entrada. Lo deje caer con fuerza.

-¡Ah, Taehyung!.- Enredó sus brazos en mi cuello mientras regulaba su respiración.

Se comenzo a mover mientras dejaba salir gemidos y suspiros. Se separo de mi cuello y desabotono mi camisa de vestir. Tome con mis dos manos sus caderas y lo dejé caer con más fuerza. Sonreí y Hoseok me miro: También te voy a morder.-

Fue directo a la mordida que estaba en mi cuello y mordió cuando lo penetro con fuerza. Gruñi en satisfacción, jamás me hubiera imaginado que mi lobo disfrutará de demostrar sumisión. Incluso a mí me encantaba cuando Hoseok me respondia. Eso prendía algo en mí.

Cuando su interior se contrajo lo atraje en mi y mordí su cuello. Me corrí en su interior, el entre nosotros y se dejó caer en mi cuando mi nudo se comenzo a expandir dentro de él.

-En la noche me vas a tener que... contar toda la historia. No me darás sexo de distracción.- dijo jadeando.
Me reí y lo abrace: Tae, no te muevas. Duele. Unió nuestras frentes y sus ojos estaban cerrados. Su ceño fruncido.

-¿Traes contigo las pastillas?

Gruño: Sí.

Mi sonrisa se dejó ver: Algo me dice que me quieres dar un hijo.

-Algo me dice que te voy a golpear.- volvió a gruñir y abrió los ojos.

Entonces dijo lo que siempre me toma desprevenido: Te amo.

...

Nos vemos en un rato.

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