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Hoseok

Sus ojos y los míos se encontraron justo cuando noquee a mi oponente, su mirada me demostró satisfacción, orgullo y sobretodo deseo. Todos a mi alrededor gritaban mi nombre y otros escupían palabras podridas que no me molestaba en responder. Trataban de utilizar su voz de mando pero era inútil. 

Omega de alto rango. Pero nació en la clase social baja. 

No era digno de nadie y nadie era digno de mí. Por ello me pasaba por un carajo que mi omega estuviera tan alborotado por las simples fermonas de ese sujeto.

"Destino, destino"

Sabia con claridad una cosa, desde que entro al local su aroma me había estado atrayendo, pero no me desvie de la pelea. A mitad de la pelea lo vi, incluso puedo decir que el ami también, su copa me dio la señal de que acabara con el y fue lo que hice. 

Mi omega estaba satisfecho con poder lograr que su alfa este orgulloso y yo solo me limite a tener las expresiones más frías posibles.

Alfa de rango alto. Era el capo de la mafia de Seúl mirándome directamente a mí y solo a mi. Cuando anunciaron al ganador me di el lujo de mirarlo de la misma manera sobrando un poco de desagrado. Meterme con esa gente no estaba en mis planes pero dios no me ayudaba ni ahora, ni nunca.

Destino. Palabra que hoy en día era casi nula de escuchar. Enlazado. Segunda palabra a la cual le perdí fe.

No espere a que se acercara. No iba a ir con el. El destino podía irse al carajo. No iba a dejar que otra vez un alfa me pisotera, mi couch se asomo por la puerta del cuarto de cambio con una sonrisa nerviosa. 

-Dilo.

-El capo quiere verte.

-No tengo por que verlo. Me movi entre la puerta y el para mirarlo negar.

-Me di cuenta que están enlazados. Todo el mundo lo vio.

-¿Donde esta?.

-Esperando en la puerta principal. Aunque salgas por la puerta de atrás te atraparan Hoseok. Le di una sonrisa que le hizo suspirar.

-Quien dijo que iba a salir por la puerta de atrás. Tome mi mochila con todo lo que traje y mire la ventana que estaba al final del corredor. La abrí y el aire fresco de Seúl me golpeó directo en la cara. Me había bañado con agua helada por lo cual el cuerpo no me dolia como debería. La piel se entumecia y perdia algún tipo de sentido poder sentir algún dolor.

-Tengo que decirles que saliste por la ventana Hoseok. Me dijo un con una mirada suplicante.

-Esta bien, dame mi parte. Respondí con simpleza extendiendo mi mano. 

Nego pero sacó de su bolsillo trasero mi dinero, suspiro y me lo entrego. Salí con sumo cuidado mientras miraba por donde pisaba. No fue muy difícil llegar al suelo del otro extremo de la calle.

"Eres un idiota humano"

Me reí mientras comenzba a caminar a la estación del metro. La gente me miraba, por supuesto, ver a un omega con golpes es raro. Ya no me molestaba tanto aquellas miradas. Vivía en casa de una señora buena que me recogió cuando apenas era un cachorro de seis años, fui abandonado a esa edad cuando mi padre alfa me violo.

Cerdo, hijo de puta.

La señora Wang era tierna, agradable en todos los sentidos. Como cualquier persona tiene un lado oscuro. Era un distribuidor de droga, por supuesto que no me permitió ser parte de ello, cosa que agradecía pero la necesidad de poder hacer algo por la persona que medio comida y un lugar donde vivir me gano. Y es como llegamos al punto crucial de mi vida con veinticinco años, en donde me enseño que soy un omega de rango alto. La voz de alfa no me afectaba y mucho menos era un sumiso, sabia defenderme, pelear y matar a sangre fría gracias al nieto de la señora Wang.

Me ganaba la vida peleando a muerte, pero fui educado como un omega.
Mi omega estaba encantado cuando esas situaciones pasaban. 

Caminé por las calles, era un poco tarde, las tripas me lloraban por algo de comida. Estaba tan ocupado practicando para ganar el dinero de la pelea que me mantuvo al margen de la comida. 

El McDonald's estaba abierto para mi poca suerte, camine y me adentre, ordene lo que quería. Cuando obtuve mi comida me sente hasta el final,  aun veía niños jugar en los juegos y había padres por todos lados. Mi celular sono y conteste sin mirar.

-¿Ya cenaste?. La voz dulce no me engaño, las personas del capo debían estar ahí en la casa. Nunca me llama por las mismas razones así que sabia que no hablaba por voluntad propia.

Tome una papita y me la meti a la boca, la trague con toda la calma del mundo

-Quien quiere saber, ¿Tú o él?.

A lo lejos escuche blasfemias, alfas estúpidos.

-Estoy cenando.

-¿En donde siempre?. Le escuche decir.

-No hay otro lugar que conozca que no cierren a esta hora abuela Wang.

La línea se corto, venía,  el estúpido y odioso capo de la puta mafia venia a buscarme. Suspire resentido con todo lo que conlleva ser un omega. La sociedad nos trataba de la peor manera y aun así, veía gente feliz.

Mire por la ventana la lluvia se habia desatado, mire un poco los los costados ocasionalmente descubriendo que los padres prácticamente sacaban a sus hijos corriendo. La razón el capo está de pie a unos metros de mí. 

La mitad de mi comida ya estaba siendo digerida por mi estómago. Mala suerte. No podría vomitar aun que quisiera.

Tomo lugar enfrente de mi y un encargado se acerco a toda prisa.

-Solo un café. Su áspera voz, y lo grave que sonaba me ocasiono una piel de gallina.

A lado de este hombre estoy totalmente indefenso. Y eso a mi omega le gustaba.

"Humano torpe"

Negué con la cabeza y me atrevo a mirarlo, el vapor del café y su fría mirada me hicieron perderme.

-Supongo que no estas aquí para darme trabajo en alguna pelea.

-Tienes razón,  no vengo a eso. Evite el ronroneo de mi omega y volvió hablar

-Eres mi omega y tienes que venir conmigo. Sus ojos eran un claro "Eres mío" pero no se la iba a poner facial.
Estreche mis ojos y sonreí -Acaso el hombre más temido de la mitad de corea cree en esa mierda de los destinados.

-No fue algo que yo solo sintiera, háblame con más respeto omega. Gruño.

"Alfa molesto, nuestro alfa esta molesto"

Saque también un gruñido desde el fondo de mi garganta mirando a su hermosa cara fría -Me importa un carajo quien seas, vamos a dejar las cosas en claro. La única y jodida manera que que yo me vaya contigo es muerto y en un ataúd.

-Podemos arreglar eso. Gruño con más fuerza.

-Alfa hijo...

-Cierra la boca.

Su voz de mando me penetro, obligo a mi omega a mostrar el cuello. Gruñi, por supuesto que lo hice.

"Omega idiota".

-Deja de gruñir. Sus manos golpearon con fuerza la mesa en la que estábamos. Mi mirada fue hacia él con desprecio plasmado en ella.

-No me hables con voz de mando. Demande.

Me miro con al fin mostrando una emoción sorpresa. ¿sorpresa de qué? Ni la más mínima idea.

-Por que hiciste eso.

Frunci mi ceño -¿Que hice?.

Aparentemente era un pensamiento que quería mantener para el por qué su brutal mirada fría regreso. 

-Escapar por la ventana.

Solte una enorme carcajada mirándolo, ese era su enfado. Pues que se joda, la respuesta era más que obvio no quiero estar indefenso con el. Ese era mi destinó. 

-Por que no me quiero ir contigo. Dije al final. 

-No tienes otra opción. 

-Pudrete.

Mi osadía me estaba costando la vida, podía sentirlo, las dagas que estaban en sus ojos me lo decían con claridad. -No conozco tu mundo y no me interesa conocerlo. Yo solo voy a lugares de mala muerte para ganarme la vida. Eso es todo, soy igual a todos los omegas. Hazte un favor y deja esta estúpida guerra.

-Mi lobo te quiere. Dijo con simpleza deshaciendo mis paredes.

-Omega ven aquí. Sentenció mirandome.

Jodido hijo de perra. Maldita voz de mando.

Mi omega obediente me hizo ir por debajo de la mesa y treparme por su regazo. Mi mirada era fría al igual que la de él. 

-No hay otra jodida opción, ¿verdad?. Pronuncié mientras me acercaba a sus labios.

Si me iba a ir al infierno, no iba a irme sólo.

-No, no la tienes.

-Corrección alfa estúpido, no la tenemos.

Me pase por el arco del triunfo su gruñido y estampe mi boca con la suya. Era un lugar público, pero solo eramos el y yo. Jodida mierda en la que me había metido la luna.

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