"UNA LEYENDA."
"Cuando era niño, había dragones.. Esa era la frase que los abuelos de mis abuelos decían antes de contar esas historias magníficas sobre criaturas poderosas y misteriosas que habitaban la tierra mucho antes que nosotros."
Hace miles de años, existió una civilización de humanos que aprendieron a convivir con los dragones. Se dice que el primer humano en atreverse a tener una amistad con un dragón, fue rechazado en un inicio por el resto de su pueblo por defender a las criaturas a quienes consideraban sus enemigos naturales.
La manera en que logró convencerlos de que los dragones no eran malos era un completo misterio, así como también es un misterio el como esos mismos humanos comenzaron a transformarse en esas criaturas que durante cientos de años habían odiado.
Se cree que fue un regalo de los dioses, una recompensa por su armoniosa convivencia y que la primera persona en lograr el cambio fue la hija mayor del primer hombre que se atrevió a entablar una amistad con un dragón.
A partir de ella, las siguientes generaciones comenzaron a manifestarse como dragones obteniendo las habilidades que estos poseían. Todo parecía perfecto, hasta que de pronto dejó de serlo.
Algunos comenzaron a abusar de su poder, hacían cosas malas con el regalo que los dioses nos habían otorgado. Comenzaron a pelear, intimidar a los más pequeños y anhelar un poder que no debían tener. Se desató el caos por todas partes hasta que una pareja fue elegida para arreglar las cosas.
Ellos eran los encargados de mantener la paz entre los cambiantes que aún habían. Hasta que poco a poco la capacidad de transformarnos se fue, tan inesperadamente como había llegado.
Esto dio paso a una nueva era, donde la población se vio dividida por sus diversas características en las tres castas que hoy en día conocemos bien: Alfas, Betas y Omegas..
Los únicos que aún tenían esa habilidad eran ellos.. Einar y Hildur. Los elegidos para ser los únicos en tener el regalo de los dioses.
Según se cuenta, en el transcurso de su vida escondieron sus más preciadas reliquias alrededor del mundo. Entre ellas, un par de objetos escondidos que esperaban a los nuevos elegidos, esos que sean capaces de demostrar que son dignos para obtener el mismo regalo y así volver a traer ese legado a nosotros.
O al menos, eso es lo que cuenta la leyenda..
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Hildur era una mujer de cabello blanco, ojos azules y lucía más joven de lo que era, se encontraba recostada en el césped en medio del bosque mientras veía el cielo estrellado, sentía las lagrimas salir con abundancia de sus ojos, pero no le importaba. Ya nada le importaba.
—Aquí estás. —la aliviada voz de un hombre se hizo presente, no necesitaba girar la mirada para saber que se trataba de su esposo, Einar, un hombre de cabello negro y ojos verdes —¿Quieres hablar? —cuestionó en bajo mientras se recostaba a su lado
—Ya estoy harta. —murmuró tomó la mano del hombre a su lado y apretó el agarre con fuerza —Ya no quiero esto, ya no puedo.
—Te entiendo. Tampoco quiero esto. —se sinceró soltando un suspiro
—¿Por qué nosotros? —murmuró soltando un sollozo y cubrió sus ojos con su brazo libre
—No lo sé cariño. —se sentó sobre el césped y la hizo sentarse tomando sus brazos con suavidad, la atrajo para abrazarla permitiéndole llorar sobre su pecho —Ya no haremos esto. —murmuró acariciando su espalda con suavidad queriendo calmarla —Se acabó, ya hicimos suficiente.
—Pero.. no terminamos de..
—Ya no importa. —le interrumpió cerrando sus ojos con fuerza para evitar que sus lágrimas salieran —Las siguientes generaciones lo harán, yo ya no puedo y tú tampoco. Es todo para nosotros.
—¿Eso es posible? —cuestionó frunciendo su ceño después de un momento de silencio donde pudo calmar su llanto
—No lo sé y honestamente no me importa. —abrió sus ojos sintiendo que su esposa se separaba de él con suavidad
—Einar, no podemos simplemente renunciar. Es una tarea que los dioses..
—Deberían hacerlo ellos. —frunció su ceño volviendo a sentir las lágrimas formarse en sus ojos —Perdimos más de lo que nos hubiese gustado por cumplir con su tarea, no podemos seguir perdiendo más. —las primeras lágrimas se hicieron presentes, Hildur las secó suavemente con sus dedos mientras acariciaba el rostro de su amado —No quiero perderte a ti también. —murmuró volviendo a abrazar a la mujer contra su pecho
—Matarán a cualquiera que sea elegido como nuestros sucesores. —murmuró ella —No quiero arruinarle la vida a dos inocentes. No puedo.
—No lo harán.
—¿Cómo estás tan seguro?
—Cambiaremos nuestra historia. —murmuró, ella volvió a separarse de él viéndolo desconcertada —Haremos que las futuras generaciones esperen su aparición con ansias, los amaran y adorarán..
—¿Quieres engañar al mundo entero? —frunció su ceño —Estás loco, es imposible que alguien crea esas palabras después de lo que hemos hecho.
—Ahora tal vez no, pero en miles de años no habrá manera de comprobar nada. —habló con decisión —Podemos asegurarnos de esparcir el rumor de que los dioses elegirán a alguien que les devolverá su forma dragón. Esperaran ese día con ansias y nos dejarían vivir en paz el resto de nuestros días.
—Cuando se enteren de la verdad.. —guardó silencio un segundo, bajando su mirada pensando en sus hijos —Los matarán también..
—Podemos hacer algo para protegerlos. —tomó su mentón para que lo viera —Hay actualmente quienes nos protegen con su vida, sus descendientes pueden cuidar de los nuevos cuando llegue su momento.
—¿Ellos sabrán la verdad?
—Lo harán. —asintió —Solo ellos y nosotros. —se inclinó a dejar un beso sobre sus labios —Estarán más seguros que nosotros, te lo prometo.
—Es como si lo hubieras planeado hace mucho tiempo. —murmuró
—Desde que asesinaron a Ivar. —susurró con tristeza —Perderlo a él y después a Astrid.. —suspiró —No quiero perder a otro de mis hijos y no quiero que quien siga después de nosotros pase por un dolor así.
—Yo tampoco quiero. —admitió recordando a su pequeña niña a quien le habían arrebatado la vida unos meses antes, tomó entre sus dedos el dije que colgaba de su cuello —Hagámoslo. —murmuró
Él sonrió a medias abrazándola con cariño unos segundos. Después de ponerse de acuerdo en lo que harían acudieron a poner en marcha su plan.
Tuvieron un mes atareado, recorriendo distintas ciudades esparciendo su versión de la historia y haciéndole creer a la gente que en un futuro podrían recuperar lo que se les había quitado en los últimos años.
Reunieron a un grupo de "ALFAS" que aceptaron tomar la misión de proteger el secreto y a los siguientes elegidos.
Eligieron una isla tranquila para hacer una cabaña y comenzar a vivir con el resto de su familia de manera pacífica. En el transcurso de esos días comenzaron a esconder sus reliquias, queriendo despistar a todo el mundo, quienes buscaban por todos lados la "fuente de poder" de los elegidos.
Al final de ese mes, ambos se encontraban en un lago, en medio de un bosque inexplorado. Nadaban disfrutando de su compañía bajo la luz de la luna, entre besos y risas, sintiéndose liberados después de muchos años.
Esa noche se despidieron de sus reliquias más preciadas, dejándolas en el fondo de aquel lago desconocido, esperando que nadie fuera capaz de encontrarlos.
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Muchos años después...
—Son dos alas.. —comentó Elsa en bajo viendo aquellos dijes, en esa cadena delgada, él se separó un poco del abrazo para ver dichos dijes
—¿Quién los habrá tirado? —preguntó Hamish viendolos con detenimiento y notando que parecían estar en buen estado
—No lo sé, pero se ven antiguos.. Probablemente alguien los perdió mientras nadaba o algo así —se encogió de hombros
—Si, probablemente —le restó importancia y volvió a abrazarla a él con cariño, ella sonrió y soltó una risa suave abrazándolo también
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"Einar y Hildur fueron los elegidos para ser los únicos en tener el regalo de los dioses. En el transcurso de su vida escondieron sus más preciadas reliquias, un par de dijes escondidos que esperaban a los nuevos elegidos, esos que sean capaces de demostrar que son dignos para obtener el mismo regalo y cumplir así con la tarea que los dioses les habían dado... Terminar con la división de las castas."
Ahora la tarea pasará a los nuevos elegidos, ¿podrán cumplir con el destino que les han impuesto?
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