2|Es normal
El día había llegado, su madre había ido al Museo y su hermano estaba en la cocina preparando algo de desayunar. Ella se encontraba en la ventana viendo al exterior, más específicamente el pasto frente a su casa, donde había forcejeado con Jeremy y donde sin querer había accionado su arma. Aún había un poco de sangre manchando el césped y aquel disparo que el mayor dió para alejar a Hamish se notaba en la tierra.
Hamish...
Recordaba su enojo, la manera en que miraba a Jeremy y su desesperación por querer hacer algo.. ¿Ella sería así ahora?
—Elsa.. –la voz de su hermano la hizo reaccionar
—¿Si? –giró su vista hacia la cocina, viendo en la entrada de está a su hermano
—El desayuno está listo –sonrió
—Oh, claro.. –se levantó y avanzó hacia la cocina con media sonrisa
Le ayudó a Jack a poner la mesa y se sentaron a desayunar en un silencio tranquilo.
—¿Tú sabes lo que pasó? –preguntó Elsa después de unos minutos en silencio
—Esperemos a mamá, ¿te parece? –respondió queriendo evadir el tema
—¿Por que no quieres hablar de ello? ¿Qué es lo que pasa? –se quejó frunciendo su ceño
—No sé que fue lo que pasó –comenzó a hablar con suavidad queriendo hacer que ella se calmara —cuando pasamos por aquí vimos las patrullas, Astrid me sugirió ir a buscarte a casa de Hamish y eso hicimos.. Cuando volví aquí con el señor Abadejo él ya estaba afuera con mamá, apuntándole con el arma y alegando que solamente la dejaría ir si te tenía a ti..
—¿Mamá no te dijo nada?
—No –mintió —Quería esperar a que estuviéramos los tres juntos para hablarlo
—Bien.. –murmuró
Siguieron comiendo y al terminar ella se dedicó a lavar los trastes que habían usado mientras Jack ordenaba la sala.
—Oye, ¿te parece si vemos una película? –sugirió él entrando de nuevo a la cocina
—Si, claro –asintió terminando de acomodar lo que había lavado
Ella preparó unas palomitas mientras Jack salía a una tienda cercana a comprar unas sodas.
Se sentó en el sofá y comenzó a buscar una película mientras su hermano volvía, fue entonces que recibió un mensaje.
"Deberías desaparecer, estás poniendo a tu familia en riesgo."
Frunció su ceño, era un número desconocido.
—Volví –anunció su hermano abriendo la puerta, ella guardó su celular y giró a verlo
—¿Conseguiste de Limón?
—Si, aquí tienes –le extendió una Soda de Limón y se sentó junto a ella en el sofá
—Gracias
Vieron una película de comedia, entre risas y comentarios graciosos.
Ella soltó un suspiró y recargó su cabeza en el hombro de su hermano.
—¿Estás bien? –preguntó acomodándose mejor en el sofá para poder abrazarla
—Me siento cansada, pero a la vez siento que tengo mucha energía.. No sé.. Es una sensación extraña..
—Estás cambiando, tu sistema Alfa está despertando.. Es normal que te sientas extraña
—Supongo que si –murmuró y estiró su brazo para tomar más palomitas
Siguieron viendo la televisión hasta que sintió cerca un aroma familiar. Se enderezó en el sofá y vió hacia fuera de la casa con atención.
—¿Qué pasa? –preguntó Jack viéndola desconcertado
—Astrid... –murmuró
—¿Qué? –su celular comenzó a sonar y al ver quien llamaba se dió cuenta que era precisamente, Astrid —¿Hola? –contestó la llamada
—Tu madre me pidió que viniera, pero no sé si sea buena idea acercarme más, ¿podrías venir un momento?
—¿A dónde? –Elsa soltó un gruñido viendo hacia la ventana, por lo cuál él giró su mirar hacia ahí, viendo en la acera frente a su casa a la rubia —ahora voy.. –murmuró y colgó la llamada poniéndose de pie
—¿Vas a salir con ella? –preguntó con repentino enojo sorprendiéndolo
—Mamá le pidió que viniera, veré que pasa ¿si? –sonrió y dejó un beso sobre su frente tratando de hacer que se calmara, pero su ceño fruncido no se fue
Lo vió salir de la casa y se acercó a la ventana para verlos. Ni siquiera sabía por qué estaba tan enojada, era Astrid..
Tal vez sólo no le gustaba su intenso aroma a manzanilla, le parecía en cierto modo asqueroso ahora que lo detectaba más fuerte.
Los vió hablar con calma, ¿qué estaría tramando su madre? ¿Por qué le llamó a esa rubia?
De pronto vió que Eugene y Dagur se acecaban a la pareja saludando con una sonrisa. ¿Ahora que pasaba? ¿Se reunirían sin ella acaso?
Volvió a soltar un gruñido y se cruzó de brazos. Desvío su mirar no queriendo ver esa "traición".
Regresó su mirar a la ventana al ver de reojo que se acercaban a la casa, aseguraba que sería Jack y que despediría para irse con esa rubia y aquel par de tontos..
Se sorprendió de ver a Hipo ahí, fuera de su casa, sonriendo a medias y saludando con un gesto de su mano.
En ese instante su enojo pareció esfumarse, relajó sus facciones y su postura defensiva también se relajó. Sonrió a medias y le regresó el saludo.
El castaño se acercó hasta la ventana para verla mejor.
—No sabía que eras así de celosa –comentó con gracia a través del cristal
—No estoy celosa –frunció su ceño de nueva cuenta e hizo una mueca, él soltó una risa al verla
—No puedes mentirme, perfectamente puedo saber que estás celosa –sonrió con ternura al verla sacar su lengua como si fuese una niña chiquita
Jack se acercó a su lado y detrás de éste venían Eugene y Dagur.
El peliblanco abrió la puerta para dejarlos pasar y los cuatro entraron. Elsa hizo una mueca de desagrado al olfatear a su hermano y se alejó de él avanzando hacia la cocina.
—¿Huelo mucho a ella? –preguntó al ver su reacción
—Lo suficiente –murmuró tapando su nariz —¿qué quería?
—Tooth traerá a Aster en un rato –comentó mientras quitaba su sudadera y la dejaba en la entrada, lejos de Elsa
—Creí que no era bueno que se acercara a mi... –preguntó confundida
—No es lo más recomendable, pero tu madre quiere hablar con los tres –comentó Eugene sentándose junto a Dagur en uno de los sofás
—Y supongo que ustedes cuatro son el apoyo de emergencia –comentó viéndolos a los cuatro
—En cierto modo si –Jack se encogió de hombros
—Tal vez no podamos hacer mucho teniendo en cuenta que ahora eres más fuerte, pero podríamos hacer el intento –comentó Dagur con una sonrisa un tanto incómoda
—Y si no podemos, Astrid y Toothiana podrían...
—No las quiero aquí –volvió a cruzarse de brazos, giró su vista hacia Hipo al escucharlo reír con suavidad —No son celos –reclamó
—Yo no dije nada –levantó sus manos a la altura de sus hombros con gesto de inocencia
—Supongo que fue bueno que Eret se quedara en casa –murmuró Dagur desviando su mirada
Esperaron unos minutos, hablaban con calma mientras esperaban que llegara la señora Frost y Aster.
De pronto estaban entre risas, cuando Elsa se quedó completamente en silencio viendo hacia la ventana.
—Creo que ya está cerca –comentó Jack al verla y precisamente en ese momento el celular del peliblanco sonó
—Está afuera, de hecho –comentó Eugene viendo a través de la ventana a su hermana, Aster, Astrid y la señora Frost
Elsa se colocó cerca de la cocina junto a Hamish, mientras los otros tres chicos estaban entre ella y la puerta de entrada. Jack estaba cerca de la puerta junto a su madre, quien estaba por abrir la puerta. En el exterior estaba Aster, nervioso por poder entrar a su casa. El chico tenía un pequeño frasco con supresores por si eran necesarios.
—¿Lista? –murmuró Hamish sosteniendo su mano, ella asintió con la cabeza y suspiró
Su madre abrió la puerta con cuidado y el aroma del Omega llegó de lleno hasta ella.
El delicioso aroma de chocolate la hizo cerrar sus ojos, si antes amaba ese aroma ahora era aún mejor. Sonrió ampliamente al detectarlo, hasta que de pronto un olor a menta llegó hasta ella. Abrió sus ojos y frunció su ceño.
—¿Todo bien? –preguntó el peliblanco al verla
—Hueles a Tooth –comentó enojada
—Venía en su auto, es obvio que si.. –sonrió a medias
La platinada se acercó a él haciendo que los chicos se pusieran alerta.
Se colocó frente a él y lo observó con seriedad, el chico se comenzó a sentirse nervioso, cosa que hizo sonreír a la chica.
Lo abrazó con suavidad para no hacerle daño y suspiró.
—Amo tu esencia –murmuró sorprendiéndolo
—Eres rara –comentó con gracia y le devolvió el abrazo
—Siempre lo he sido –se encogió de hombros
—Lo está haciendo muy bien –comentó Tooth al verla abrazando a Aster, ella y Astrid estaban en el auto de la pelinegra el cual estaba estacionado en la acera frente a la casa Frost
—Si, demasiado –murmuró Astrid entre dientes
—¿Por qué te molesta? –preguntó desconcertada
—Por nada –le restó importancia
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro