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Capítulo 4

Ante las repentinas órdenes dadas por aquella trinidad, los hombres presentes bajaron la cabeza impotentes ante la autoridad de aquel sujeto. No podían hacer nada al respecto y sabían perfectamente que era menos doloroso tirarse en una piscina con ácido que soportar las torturas de ese rubio a las personas que desobedecian sus órdenes.

Nadie dijo nada más y solo pudieron responder con un "sí, señor" que pronto se convirtió en un sepulcral silencio. Luego de que Jason se hubiera asegurado de que su voluntad sea escuchada, volvió a dirigir su mirada a la fémina que tenía en frente, que de cierta forma se mantenía en estado de alerta ante la situación en la que estaba. Por supuesto ese hecho no era pasado de ser percibido por el hombre que se divertía internamente al verla así; era como ver a un pequeño animal asustado frente a una serpiente.

Claro, no era por decirse de esa manera despectivamente, pero un dato importante de él era que amaba las serpientes. De todas sus formas y en realidad, sería un halago que alguien lo comparara como tal; lo cual pasó más veces de las que recordaba.

Volviendo sus pensamientos a ella, amplió un poco su sonrisa sin mostrar los dientes y achicó sus ojos mientras la observaba juguetón. Por alguna razón sentía que no debía dejar pasar eso como en anteriores ocasiones lo hubiera hecho y Jason era alguien que siempre hacía caso a su intuición que en más de una vez lo había hecho salirse con la suya.

Esa chica... esa rubia que tenía en frente realmente podría ser alguien de alto valor para él. O al menos eso intuía.

—Ven conmigo —ordenó con simpleza dándose la vuelta sin esperar algún tipo de respuesta por parte de ella en donde quepa la posibilidad de negarse; aunque de igual forma, ni siquiera podría hacerlo si quisiera.

Estaba en una organización criminal en donde las órdenes del líder eran absolutas. Si se negaba a seguirlo, incluso podrían cortarles las piernas y luego arrastrarla para llevarla con él.

Gianna que sentía el corazón a punto de salirse por la garganta, caminó en silencio tras de él. A pesar de el punzante dolor que sentía en sus extremidades causada por la pelea, de repente esa sensación desapareció por la adrenalina que nuevamente comenzaba a inundarla. Podía sentir como las miradas de aquellos hombres que antes querían atacarla la seguían con sigilo, siendo que ella también tenía el mismo pensamiento que posiblemente ellos tenían.

¿Quizás esa trinidad quería ser él quien la tome en su cama?

Se mordió con fuerza el labio inferior mientras la ansiedad la carcomia por dentro. ¿Qué carajos se supone que haría si de repente esa Trinidad quería acostarse con ella? Es casi un suicidio negarse, pero no quería hacer algo así...

Miró hacia el frente luego de darse cuenta que su mirada estaba sumergida hacia el suelo mientras sus pensamientos la iban torturando con un sin fin de escenarios donde quedaba finalmente decapitada. Por alguna razón quería ver hacia donde se dirigían aunque de igual forma no tendría idea alguna de donde sería... pero en eso no captó que aquel hombre ya había frenado y se encontraba frente a ella a lo que Gianna no tuvo peor suerte que casi chocarse contra su pecho. Hizo un brinco apresurado hacia atrás con sus ojos abiertos par en par siendo seguida por la mirada de aquel chico de verdes ojos agudos que sonreía entretenido por la actitud tan peligrosamente torpe de la menor.

¿Realmente estaba cometiendo tantos errores frente a una Trinidad? Lo mejor era que Jason disfrutaba ver que la joven captaba esos errores y reaccionaba exageradamente al respecto, ciertamente era encantador y demasiado estúpido como para tomarlo a mal.

—Entra —volvió a decir mientras abría la puerta con una de sus manos sin moverse de lugar. Recién ahí Gianna cayó en cuenta de que habían llegado a un pasillo donde había un gran marco que sostenía dos puertas de color negro  adornado de líneas violetas que de cierta manera simulaban raíces—, tranquila. No pienso follarte ni nada por el estilo.

La rubia sintió sus mejillas arder al ser leída tan fácilmente y por un momento quiso dejar y aparentar que en realidad esa no era una preocupación suya, por lo que reuniendo toda la seguridad que poseía, intentó avanzar para los adentros de ese lugar intento ignorar que debía pasar muy cerca de aquel sujeto.

Pero aquella seguridad fue derrumbada en segundos.

—Por ahora... —añadió el hombre logrando que los sentidos de la chica se volvieran a disparar sin control, haciéndola avanzar con velocidad ante el nerviosismo repentino que eso le causó.

En cuanto a Jason, lo único que pudo hacer fue soltar una sonora carcajada de diversión ante la reacción de la fémina mientras cerraba la puerta y ambos quedaban solos en su oficina.

(...)

Caminó como pudo siguiendo los apresurados pasos del hombre que le había ordenado seguirlo y que ella a muy mala gana y mordiéndose la lengua. Le preocupaba haberse separado de su amiga pero en este momento no podia hacer nada al respecto y aunque no le gustaba del todo la idea de estar separadas, la morena tenía razón al decir que si se separaban en las tres raíces podrían encontrar más rápidamente lo que estaban buscando.

Por un momento sus pensamientos se oscurecieron al analizar todo lo que estaba sucediendo. Generalmente ella era una persona guiada por el impulso, el hacer las cosas sin darle muchas vueltas para evitar reflexionarlas era su estilo de vida y casi su pilar para sobrevivir a cualquier cosa. Había dado la idea de infiltrarse para encontrar a la hermana de su amiga porque ella misma ya no aguantaba ver a la morena así. Entendía su sufrimiento pero le daba cólera verla en el estado en el que había quedado luego de ese acontecimiento. Verla destruida y echando a perder todo gracias a que no podía soportar el dolor de la pérdida hacia que el estómago se le revuelva con desagrado.

Porque era casi verse reflejada en ella...

—Ahg... —gruñó a lo bajo al sentir un ligero sabor amargo sumergirse en su boca al dejarse llevar por sus pensamientos nuevamente. Cosa que odiaba con todo su ser.

Pero para su sorpresa, su mente pudo distraerse con la duda de ver a aquella trinidad abrir dos puertas que eran casi el doble de altas que ella teniendo un color igual de negro pero con diseños grises que formaban partes de un árbol.

En aquel lugar se podía ver una gran sala lujosa semi moderna. En un extremo se encontraba un escritorio y al rededor de casi todas las paredes se encontraban un sin fin de libros que por poco y reemplazaban las paredes. En medio del lugar, estaban varios de los hombres que conformaban su grupo, Luke miró de reojo a la castaña con una expresión de fastidio ya que la misma se había quedado momentáneamente embelesada por el lugar y el repentino cambio de ambiente.

—¿Que esperas, enana? —expresó alzando una ceja—, ¿una presentación? Entra de una vez.

Alessia presionó su mandíbula con fuerza tratando de controlar su lengua para evitar algún tipo de respuesta que la pudiera poner en problemas y avanzó rápidamente para unirse al grupo que estaba formado esperando al líder.

La puerta ya se había cerrado y el penumbre silencio reinó repentinamente en el lugar. Se sentía una terrible tensión en el lugar pues era más que evidente que aquella Trinidad estaba molesta y no era de menos para Alessia que había presenciado como casi se enfrentaba a el psicópata rubio ese.

El de ojos grises fue a parar cerca de su escritorio en donde se recostó en el mientras sus afilados ojos cuya vibra intimidaba a cualquiera, recorrió toda la habitación analizando a cada uno de los presentes.

—Jules, pasa al frente —ordenó autoritario.

Pronto vio cómo un hombre de las primeras filas avanzaba hasta ponerse casi en frente de la trinidad para proceder a ponerse de cuclillas como era el protocolo para dirigirse ante una gran autoridad.

—Señor...

Alessia abrió los ojos con asombro cuando reconoció al hombre que se había puesto en frente, pero al hacerlo, rápidamente intentó disimularlo para no llamar la atención. Pero de forma sutil, alzó un poco su mirada para visualizar lo que estaba ocurriendo.

Ese hombre "Jules", era un compañero de trabajo. Un agente que se había infiltrado en la familia Empirio para ser quien diera información de relevancia sobre sus operaciones al hacer provecho de cierto vínculo que poseía con una de las Trinidades; supuestamente en el pasado, antes de que el hombre de ojos grises sea lo que es hoy, compartieron como compañeros de juventud. Porque esa Trinidad, según sabía, tenía un pasado muy particular.

El punto era que ella se encontraba ahí gracias a la recomendación de ese hombre; en pocas palabras pudieron infiltrarse por él.

—Tú eres el encargado de filtrar reclutas, pero resulta que dos de ellos fueron espías y ni más ni menos que el imbécil de Jason fue quien los expuso —expresó este manteniendo una expresión indiferente—. Son tan inútiles como para ser atrapados por él, pero demasiado listos para que tú puedes hacer algo al respecto, ¿eh?

Ante las tajantes palabras de la deidad, el hombre que se mantenía casi de rodillas no dijo ni una sola palabra y de cierta forma Alessia comprendió esa acción. Pues en esa situación, viendo la personalidad de aquel hombre, tratar de justificarse ante él lo haría simplemente aún peor.

—Parece ser que fui demasiado blando contigo como para que te vayas volviendo así de incompetente —expresó clavando sus llamativos ojos en el hombre que seguía doblegandose—, espero que no se vuelva a repetir algo así. Porque para la próxima seré yo quien corte una cabeza y será la tuya.

—Sí, señor. No volverá a suceder —expresó el sujeto que a pesar de que intentó mantenerse firme, su voz había salido nerviosa ante la fuerte advertencia dada por el contrario.

Luego de ello, Luke hizo un movimiento con la mano dando la orden de que el mismo podía retirarse de a su lugar nuevamente.

—Bien... —expresó el de cabellos oscuros una vez la formación volvió a la normalidad, movió ligeramente la cabeza ante el dolor de cuello que había comenzado a sentir por los acontecimientos. Pero pronto una irritada sonrisa apareció en sus labios— todos larguense a realizar sus tareas.

Luego de esa orden, la mayoría había comenzado a abandonar la sala en un respectivo orden. Y en tanto eso, Alessia notó como de forma disimulada, aprovechando que la Trinidad se encontraba leyendo unos documentos, aquel hombre Jules se iba acercando a ella mientras esperaban su turno para salir.

—He visto que tus amigas también fueron aceptadas —murmulló—, solo espero que hagan bien las cosas. Ya escuchaste como me irá si las descubren.

—Bueno, tu estas haciendo más fácil las cosas ahora hablándome de eso en frente de una Trinidad —expresó la fémina la lo bajo—, ya entiendo por qué te llaman el temerario.

El hombre, que más no pasaba de los 24 años, soltó una pequeña sonrisa ante las palabras de la menor dirigiendo sus ojos café a los de la menor.

—Me gusta ser doble de riesgo, suele ayudar con las chicas.

—Ajá y yo soy hija ilegítima de Lady Gaga. Debes estar más solo que un perro de la calle.

—Auch.

Cuando iba a ser el turno de ambos para salir, permanecieron en silencio esperando a llegar a fuera para seguir con la conversación. Alessia se sentía aliviada de tener ese compañero en su grupo pues eso le podría facilitar con demasía el pasar bien todas las pruebas que pudieran venirsele encima. Pero antes de que siquiera eso pudiera suceder, la voz de cierta persona resonó en el lugar.

—La enana se queda aquí, todos ya largo.

Los ojos suyos y los de Jule se cruzaron por un momento y aunque con la mirada le había pedido ayuda, el chico realmente no podía hacer nada más que darle sus bendiciones para proceder a abandonar la habitación. Aunque Alessia se había demostrado temeraria ante sus actitudes con respecto a la Trinidades, lo cierto era que realmente estaba cagada de nervios, en especial que se encontraba sola en medio de la sala y aquel hombre de mirada intimidante se levantaba para dirigirse a ella.

La castaña quedó inmóvil cuando el hombre se mantuvo mirándola de frente por unos segundos en los que sintió que el aire no le llegaba correctamente a los pulmones, y este, por si no fuera poco, procedió a caminar rodeandola sin dejar de analizarla en ningún segundo.

Como si fuera un depredador y su presa. Alessia se sintió asqueadamente vulnerable y no supo que hacer más que quedarse totalmente quieta. Eso hasta que de repente esté volvió a tomar su distancia.

—Sí, tu servirás —expresó satisfecho, como si su humor repentinamente hubiera mejorado de un momento para otro.

Alessia quedó confundida por un instante y sin poder evitarlo siendo parte de su personalidad, habló;

—¿Para qué o qué?

Luke quien parecía haberse sorprendido ligeramente por la osadía de la chica, alzó sutilmente la cejas mientras sus labios formaban una pequeña sonrisa. ¿Acaso esa chica era estúpida? Había hablado en frente de una Trinidad sin permiso y para rematar de una forma poco respetuosa y en ese lugar, sin importarse seas hombre o mujer; eso era imperdonable.

Pero de alguna manera, ver a esa chica cuyo tamaño parecía ser el de un umpalumpa, hacia que le pareciera ciertamente gracioso por lo que simplemente lo dejó pasar.

—Eres la única chica en mi escuadrón y es sorprendentemente conveniente que seas decente para la misión que tengo para ti —expresó relajado volviendo a recostarse por el escritorio mientras cruzaba los brazos.

—¿Cuál es esa misión? —indagó la muchacha con cierto recelo.

(...)

—Mierda, mierda, mierda... —susurró la castaña con desespero mientras se cubría con aquel abrigo de forma desesperada.

¿En qué mierdas se había metido?

—Deja de llorar y haz tu trabajo, no es tan difícil —bufó el de ojos grises que había comenzado a prender un cigarrillo en medio de la sutil penumbra que apenas era iluminada por el foco rojo del lugar.

—Ponte tu en pelotas entonces y baila en ese tubo si no es tan difícil —bufó la fémina golpeando su pie entra el suelo con impaciencia, haciendo resonarlo ligeramente gracias a los tacones que llevaba.

Habían sido ya cuatro días desde que fue involucrada en aquella misión de porquería a la cual ella llamaba y había pasado más tiempo del que quisiera cerca de aquella Trinidad como para que para ese punto ya no pudiera controlar su lengua debido al estrés.

Ese hijo de puta, a lo cual ella llamaba también, la había metido en cubierto en un puto burdel de estripers y prostitutas para cazar a cierta persona que no había aparecido en esos jodidos cuatro días.

—Cuida tus palabras que terminaras atada en el fondo de un río —expresó indiferente muy a pesar de esa repentina amenaza—, hay que encontrar a ese hijo de perra y luego podrás salir de aquí.

—Es muy fácil decirlo si no tienes que lidiar con viejos verdes que pretenden cogerte a cada oportunidad disponible —expresó ella mirando con recelo al chico que le había dado una última calada a su cigarro para tirarlo a un costado.

—Noquealos cuando estén en la habitación, ¿no es lo que siempre haces?

—Es igualmente repugnante...

—Como sea, tengo entendido que nuestro objetivo vendrá hoy así que esfuérzate como puedas y haz que él te pida para una noche —soltó acomodando su chaqueta larga cuyo color era negro al igual que casi toda su vestimenta—. Una vez que lo tengas ahí, inmovilizalo para mí e iremos contigo para interrogarlo.

—No entiendo por qué tanto juego para atraparlo, la verdad —expresó en un suspiro. Luke la miró de reojo por unos segundos apreciando lo poco que aquella chica valoraba su vida para seguir cuestionandolo. Pero extrañamente no le molestaba hasta el punto de querer descuartizar sus partes y darselas de comer a sus perros, por lo que solo continuó hablando.

—Es un aliado de Jason —soltó de repente formando una pequeña sonrisa maliciosa—, es por eso que fue complicado agarrarlo. Pero si todo sale bien, puedo sacar una jugosa recompensa de esto —continuó llevando una de sus manos a su barbilla para luego dirigir su mirada cómplice hacia la muchacha—. Ese hijo de puta pensó que no se lo iba a devolver.

Alessia puso una cierta expresión de confusión ante las palabras del mayor, pero no le quedaba de otra que volver a tragarse su orgullo y salir en aquel escenario nuevamente. Por suerte para esa vez podía usar una pequeña máscara de ojos que pudiera cubrir su rostro y opacar un poco su vergüenza.

Si sus amigas se llegaran a entrar de esto... realmente se querría matar.

(...)

Por primera vez en los cuatro días, Luke se quedó en la parte de clientes sentado en uno de los sillones VIPs donde podía estar en solitario para ver cómodamente los espectáculos. Pero realmente no estaba ahí para ver bailar a nadie, sino para localizar a su objetivo y así fue cuando a lo lejos vio a un gordo calvo rodeado de varias mujeres en otro sector VIP. Debía estar ahí para saber cuando volverse si es que Alessia lograba capar la atención de su objetivo.

—Será mejor que esa enana le eche ganas, porque le veo muy difícil esa competencia —murmulló el chico de ojos grises con indiferencia mientras sacaba otra cigarrillo y se acomodaba a la espera de que el espectáculo comience.

En todo ese momento no había visto a su secuaz actuar en el escenario pues se había encontrado tratando otros asuntos ya que aquel gordo no había aparecido y para que la castaña no fuera sospechosa debía de trabajar como cualquier otra chica en ese lugar. Aunque claramente ella no llevaba a cabo los trabajos sexuales que también se daban.

De repente gran parte de la luces se apagaron y otras cuantas se prendieron dejando ver un diminuto cuerpo cerca de un tubo metálico. Luke se recostó contra el sofá mientras cruzaba sus pies con aburrimiento, realmente no esperaba mucho en ese momento y mientras seguía disfrutando de su cigarrillo, solo esperó que esa asquerosa bola de grasa se fijara en la enana que había estado soportando en esos días.

De repente una canción comenzó a sonar en el lugar en donde la menor comenzó con su espectáculo. El de ojos grises, al no tener nada más que mirar, decidió fijar también su atención a la fémina que tenía en frente y a medida que los segundos pasaban, una pequeña sonrisa de diversión se iba enganchando en sus labios.

—Con que así, ¿eh?

Pudo apreciar como la castaña tenía un traje ligeramente sugerente y muy por el contrario de sus otras compañeras que solían tener atuendos vulgares que por poco y mostraban sus pecados, la chica estaba ciertamente cubierta pero en el punto correcto de parecer sensual. Movía lentamente sus caderas al son de la música y una de sus manos subió por su blanca piel hasta acabar en el tubo en donde se unió a él para seguir su espectáculo de forma sublime.

Y ya para ese punto, Luke no podía mirar nada más.

Ya no tenía una sonrisa en sus labios, ya no se estaba burlando. Estaba atento, perdido repentinamente en los movimientos de aquella fémina.

Era la primera vez que la miraba de esa manera y se sentía cautivado.

—Señor, ella fue elegida —soltó una voz que apareció tras él, siendo uno de sus agentes que le había avisado que la castaña había sido elegida por su objetivo.

—Sí —expresó serio mientras sus intensos ojos caían en la fémina que había finalizado su presentación—, no me sorprende...

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