Los humanos son imperfectos, por lo tanto sus creaciones también lo son.

Theodorus Caulfield era uno de los mejores científicos del país, pero de todas formas a veces se equivocaba.

Se esforzó muchos años por preparar el experimento que revolucionaría al mundo, hizo experimentos previos con animales e incluso probaba sus descubrimientos con él mismo.

Pensaba que, si modificaba lo suficiente los genes del bebé que llevaba en el vientre su esposa, este llegaría a ser el humano que tanto esperaba, uno que nunca pudiera sentir. Sin embargo, la naturaleza humana es muy compleja y caprichosa, es por eso que, al quitarle los sentimientos al pequeño Miles, el Dr. Cauldfield tuvo una falla. Una que podría arruinar toda su creación.

Lo que Theodorus no sabía era que existía una emoción primaria, una que pocas personas la llegan a experimentar realmente, que si Miles llegaba a sentir, podría desencadenar todas las otras.

Ahora la cuestión por descubrir es: ¿Cuál es ese sentimiento?

Las palabras de Miles resuenan en mi mente. Las dice tan seguro y firme, que hace que yo también me las crea. Nuestro hogar nos espera.

Subimos al autobús y se sienta a mi lado. Después de unos minutos de silencio, me doy cuenta que seguimos tomados de la mano. Por los nervios, ya he empezado a sudar así que poco a poco me suelto de él.  

-Ah, lo siento. No me había dado cuenta.- Dice tratando de excusarse.

Hay otro silencio y por fin me ánimo a decir:

-Por cierto, disculpa por lo de antes, creo que exageré un poco.- No he podido sacar de mi mente lo que hice. Al principio me justificaba pensando que yo tenía razón y que, al fin de cuentas, a Miles no le importaba lo que había hecho. Pero luego entendí que él es un ser humano y merece ser respetado como tal.

-No te preocupes.- Sus palabras en vez de calmarme, me hacen sentir más culpable. Sobredimensioné el problema y desquité toda mi furia contenida en Miles, probablemente en algunas semanas todos olvidarían el asunto.- Ya es común para mí los insultos y los golpes.

Escucharlo decir eso me hace querer conocerlo más.

Quiero saber quién lo había tratado tan violentamente, saber su infancia, sus metas, sus secretos. Él es un enigma indescifrable que me gustaría llegar a entender.

-¿Quién te trataba así?- Hay verdadera preocupación en mi pregunta pero Miles no responde. Debí imaginármelo. Tengo que conformarme con ir despacio.

-¿Blanco o negro?

-¿Cómo?- Miles no entiende mi pregunta.

-Solo responde, ¿Qué prefieres?¿Blanco o negro?

Lo piensa un largo rato y al final responde:

-El negro es la ausencia del color y el blanco, la mezcla de todos. Así que creo que el blanco es más interesante.

-¿Perros o gatos?

-Perros, los gatos son más ingratos.

-¿BTS o EXO?

-¿Quiénes son?- Responde.

-¿No sabes quiénes son? Lo siento pero no creo que seas un buen padre para mis hijos.

Termino de decirlo, y Miles emite un sonido, es pequeño y casi imperceptible, sin embargo, es lo más parecido a una risa que he escuchado de él.

-¿Y tú?¿Cuál es tu pasatiempo favorito?- Miles me sorprende haciéndome esa pregunta. Sinceramente, solo tuve algo que realmente me apasionó pero lo dejé cuando entré a la adolescencia.

-Cuidar animales, eso me gusta.

-¿Y por qué no estudiaste veterinaria?

Encojo los hombros, no sé por qué no escogí esa carrera, solo se me ocurre una respuesta obvia.

-Creo que es porque quería ganar bastante dinero- Miles asiente como si entendiera mi situación- Ya sabes que no siempre se puede hacer todo lo que uno quiere.

-No sé qué es peor, que no te guste absolutamente nada o que te guste algo pero no lo puedas hacer.- Dice más para sí mismo que para que yo lo escuche.

Luego de unos minutos de silencio, yo le sigo haciendo preguntas sin sentido y él respondiendo a cada una de ellas y, aunque no llegué a conocerlo tanto como quería, el momento que pasé con él me hizo realmente feliz.

****

Al día siguiente, tenía curso de biología celular. Me parecía uno de los cursos más aburridos pero la asistencia era obligatoria. Lo único bueno del día es que compartía mi sufrimiento con Thomas, él sabía siempre como alegrarme. Además, estaba ansiosa  por saber qué era lo que los demás estaban diciendo ahora de mí. Había escuchado que decían que Miles y yo estábamos en una relación desde la secundaria y recién mis padres me habían dado permiso para vivir juntos, otros contaban que Miles me había defendido ante los que se burlaron de mí y hasta los había amenazado. Había toda clase de teorías locas, pero aunque no lo quiera admitir, me gustaría que algunas fueran ciertas.

-Buenos días, amigo querido, ¿cómo has amanecido?- Le digo lo más alegre que puedo.

Thomas no reacciona, solo se queda mirando a la nada.

-¿Sigues molesto por lo de ayer? Ya te pedí disculpas, además he traído para ti el chocolate que tanto te gusta.

Sigue ignorándome, me pone nerviosa, nunca lo había con un semblante tan sombrío.

-¿Thomas?- Le sacudo un poco el brazo.

Cuando lo hago, por fin se da cuenta que estoy a su lado y al verme empieza a llorar. Automáticamente lo abrazo y le doy suaves caricias en la espalda. No pregunto nada, no importa por lo que llore sino que estoy aquí para apoyarlo.

-Caleb me ha estado engañando- Dice entre lágrimas.

-¿Caleb?¿Con el que estabas saliendo?¿Con qué chico te engañó?

Niega con la cabeza. -Tenía novia, Faigel, tu hermana. Solo me utilizó para sacarme información sobre ti y contársela a ella.

Thomas termina de hablar y me levanto bruscamente. Faltan algunos minutos para que empiece la clase así que me dirijo hacia donde está Caleb. Lo encuentro acosando a unas chica de su aula y me pregunto qué vio mi amigo para fijarse en él.

En mi camino hacia él, Miles se cruza. Resulta que tenían clase juntos.

-¿Qué haces aquí?- Me pregunta, estoy tan molesta que no quiero responderle a nadie.

-Permiso.- Le digo y lo esquivo.

Llego a donde está Caleb y lo llamo por su nombre, él se levanta de donde está y puedo observarlo completamente. Es muy alto y musculoso, el típico chico rubio bravucón, pero no me intimida.

-¿Quién te has creído?¿Crees que puedes engañar a mi amigo y salirte con la tuya?

Caleb hace un gesto de picardía y dice llamando a Miles:

-Caulfield, controla a tu noviecita.

Miles se acerca e intenta alejarme de él. Me susurra:

-Eleonor, vete por favor.

Eso me enfurece mucho más. No está apoyándome.

-No me voy a ir hasta que te disculpes con Thomas.

-No tengo nada que decirle a ese marica, yo no tengo la culpa que haya caído por mí.

Ya no soporto más. Voy a pegarle pero otra vez Miles me interrumpe.

-Eleonor, vete.- Lo dice fuerte y claro. Sus ojos oscuros sin expresión me atemorizan y me quedo congelada.

Thomas llega a mi lado y me dice que pare. Le hago caso, ya no tengo fuerzas para seguir luchando, Miles me las ha robado todas.

Thomas se lleva a Eleonor y Caleb vuelve a su lugar como si nada hubiera pasado.

Puede que parezca un engreído idiota pero no solo es eso, sino también el hijo del director. Si Eleonor seguía causándole problemas, seguramente Caleb hablaría con su padre para que la echara de la universidad. Ya lo hizo antes con varios chicos que tuvo roces, ella no sería la excepción así que tuve que detenerla antes que le pasara algo peor.

Pero, ¿por qué lo hice?. Me convenzo a mí mismo que fue para asegurar la renta.

Terminan las clases y mientras ordeno mis cosas se acerca una joven, la novia de Caleb. Extiende su mano y dice:

-Hola, soy Faigel. ¿Puedo hablar contigo?

****

~bananatoxica