Regulus Black
— ¡¿QUE MIERDA HACE ESTE IMBÉCIL AQUÍ?! — pregunto a gritos una furiosa Alexandra mirando a un joven de cabello negro azabache y ojos tan grises como el mercurio
Dos meses habían pasado desde lo ocurrido en la madriguera y las cosas seguían igual o bueno casi igual, ya no les contaba muchas de sus cosas a la pareja Black Lupin más que por miedo a ser juzgada lo hacia porque ya no le brindaban esa confianza como antes, Remus aun tenia su confianza, pero ella no podía poner entre la espada y la pared a su amigo.
Algunas veces pasaba por momentos de inseguridad y vivía constantemente con la presión de ser aceptada y de ser superior a las expectativas que otros imponían sobre ella...viejos hábitos que su padre le dejo.
— Alex...yo vine a.....— la joven mujer lo interrumpió
— Me vale una mierda a que venias — dijo con completa hostilidad — Que no se te ocurra volverme a decir Alex ni ningún otro apodo, hace años perdiste ese privilegio
La expresión del Black mayor cambio drásticamente.
— No tienes porque hablarle así a mi hermano Alexandra, deberías estar tan feliz como yo ¡Esta vivo! — grito Sirius entre emocionado y molesto por la actitud de su ex-cuñada
— Mira Sirius, yo le hablo como yo quiera ¡Porque él esta en mi casa!...además él bien sabe que se merece el trato que le estoy dando, si tu hermano tiene que hablar contigo yo no me voy a oponer por que no es mi asunto, pero tampoco son tu asunto los problemas que él y yo tengamos — respondió al pequeño reproche de Canuto — Y con respecto a que tu hermanito esta vivo a mi me da exactamente lo mismo...para mi estuvo muerto por once años, y puede seguir muerto otros once años más — dijo poniendo la expresión sangre pura más fría que su madre desde niña le enseño — Que tengan un buen día "caballeros"
El ojigris se acerco lo más rápido que pudo y tomo el hombro de la castaña.
— Sigo siendo yo...el Regulus de hace once años...tu Reg — susurro en su oído — Mi amor..
— No te atrevas a volver a llamarme amor y ese Regulus del que me hablas, ya no existe, lo enterré junto a mis sentimientos hace mucho tiempo — Sirius y Remus miraban la discusión con curiosidad — Ese Regulus Black murió el mismo día en el que prefirió abandonarme y abandonar nuestros sueños para jugar a ser el héroe de la historia — relato con amargura quitando la mano del ojigris bruscamente
Alexandra se dirigió al jardín de la mansión soltando pequeñas lágrimas se sentó cerca de la fuente y se permitió ser débil una vez más ¿Por que ahora? ¿Por que carajos tenia que regresar cuando por primera vez en su vida lo tenia todo bajo control? ¿Por que tenia que llegar a cambiar todo? Y principalmente ¿Por que todos los sentimientos que creía aun tener por él, se esfumaron en cuanto lo volvió a ver? Sus pensamientos se vieron interrumpidos con la llegada de su lechuza.
— ¿Que traes para mi hoy Rouse? — pregunto dándole mimos a la lechuza, como si la ave se sintiera una humana volteo a ver a la joven y la consoló limpiando con el pico una de sus lagrimas y se acurrucó en su cuello como si la estuviera abrazando — Él volvió Rouse, Regulus volvió — la lechuza entendió el porque del llanto de su compañera, Rouse conoció a Regulus cuando su compañera y él se hicieron amigos, Rouse en su momento fue la única amiga que Alexandra tuvo desde niña, a ella le contaba todo, ha veces la Potter se preguntaba que tan patético sonaba eso.
(Rouse es como la Hedwig de Alexandra, estuvo con ella desde que era un polluelo es como su familiar y además es muy inteligente)
Tomo la carta que parecía de origen muggle y la leyó.
Para Alexandra Potter
Soy Vernon Dursley tal vez no me conozcas y espero en dios que esta carta si llegue a tus manos, el asunto por el cual me comunico contigo es mi hijo Dudley, creo que es uno de los tuyos...desde su primer año a presentado una conducta rara...ha su alrededor pasan cosas muy extrañas levitan objetos, explotan focos y otras cosas que supongo son normales en tu mundo...el mundo de mi hijo.
Petunia no lo quiere más en casa y yo la verdad soy muy cerrado con el tema de la magia, este tiempo me he estado haciendo a la idea pero no lo he conseguido con mucho éxito y me es más difícil con las ideas de Petunia, se que es mucho pedir y más en un desconocido pero por favor hazte cargo de mi Dudley, no es que no lo quiera pero tengo que reconocer que conmigo no va a vivir tan bien que con los suyos, cuando sea más grande tal vez pueda decidir si quiere visitarme te aseguro que me voy a divorciar de Petunia y nunca más le va hacer daño a mi hijo...es lo que menos quiero, no puedo permitir que sufra por más tiempo.
Si puedes venir hoy seria grandioso te dejo nuestra dirección Little Whinging, Surrey, al suroeste de Londres. Privet Drive número 4.
Gracias
Atte: Vernon Dursley
Pero que mierda, ¿Cómo carajos sabe quien soy? Y más importante ¿Cómo mierda me hizo llegar la carta sin que Rouse le arrancara el dedo?¿Para empezar que rayos hacia mi lechuza en Privet Drive? Pensó la mujer.
— Parece que vamos a tener a otro inquilino en esta casa — hablo mirando a su lechuza
Sin perder más tiempo se dirigió a Privet Drive, llego en una camioneta que compro para cuando sus hijos y sobrinos quisieran visitar el mundo muggle y así pasar más desapercibidos, toco el timbre de la casa y una mujer rubia con el cuello un poco más largo de lo normal y de expresión severa la recibió al instante la reconoció como la hermana de su difunta cuñada.
— ¿Que haces en mi casa? — pregunto mirándola con miedo y repulsión, algo muy normal en esa mujer
— No estoy en tu casa muggle, que no ves que estoy en la puerta, de todas formas no te preocupes el sentimiento es mutuo querida, no creas que vengo a ver tu linda cara, tu marido ¿Vernon? me mando una carta para hablar acerca de su hijo — informo entrando a la casa sin importarle quitar a la mujer de la entrada de la casa por la fuerza — Que linda casa tienes Petunia, lastima que tu interior no es tan lindo como esta casa...Petunia querida, como esta eso de que no quieres a tu hijo por ser un posible mago...muy mal querida...muy mal
La mujer trago seco, pero no permitió mostrarse nerviosa por la presencia de la cuñada de su hermana.
— ¿Sabes lo te puedo llegar a hacer si descubro que lastimaste a ese niño? no querida ¿Ni una ligera idea de lo que te puede pasar? — pregunto con una sonrisa sádica que asusto aún más a la mujer
— ¿Dónde está Lilian? Ella es la que debería estar aquí y no tú — argumento con valentía
La rubia toco un nervio sensible en Alexandra sin siquiera saberlo.
— Lily y mi hermano murieron — fue todo lo que dijo, no hubo tiempo para que la mujer la siguiera cuestionando porque un hombre castaño oscuro de estatura promedio y un poco llenito entro a la sala con un niño también castaño oscuro de piel pálida y de apariencia asustada
— Hola pequeño, mi nombre es Alexandra Potter y soy la cuñada de tu tía Lily ¿Te acuerdas de ella? — el niño asintió tímido — ¿Me podrías decir tu nombre? — Cuestiono rompiendo el hielo
— Me llamo Dudley Dursley...señorita Alexandra — respondió jugando con sus manos igual que hacia Harry cuando estaba nervioso, eso le sacó una sonrisa a la mujer
— Mucho gusto Dudley, ¿cuántos años tienes? — pregunto nuevamente brindándole una sonrisa maternal
— Seis años, señorita — respondió tomando un poco más de confianza
— Que bien, sabes; tú y Harry tienen la misma edad...supongo que se llevarán muy bien — dijo sentándose en uno de los sillones, Petunia quiso replicar pero Vernon la detuvo
— ¿Quién es Harry? — pregunto también sentándose en el sillón
— Harry es tu primo, es hijo de tu tía Lily y ahora también mi hijo — respondió sintiendo la magia que el niño poseía
— ¿Tuyo? ¿Qué le paso a la tía Lily? — pregunto confundido
— Bueno cariño, la tía Lily falleció y también el papá de Harry, así que ahora Harry se convirtió en mi hijo — relato mirando al niño y midiendo su reacción
— El papá de Harry era tu hermano verdad — afirmo el niño mirándola también con curiosidad
— Sí, James era mi hermano — confirmó Alexandra — Tu papá me hablo acerca de las cosas que suceden cuando tienes emociones muy fuertes, me podrías decir ¿Cuáles son las cosas que te ocurren con más frecuencia?
— Bueno...em...cuando me enojo mucho, las cosas explotan y cuando estoy muy muy feliz los objetos a mi alrededor empiezan a flotar o a veces cambian de un color a otro de la nada — al principio titubeo pero luego sintió que Alexandra no lo iba a juzgar por lo que iba a decirle así que se soltó más — Es como si fuera magia
— Lo es, cariño todo lo que me has dicho se puede catalogar como magia accidental... — el niño la interrumpió con expresión de asombro y miedo
— ¿La magia de verdad existe?, mi madre dice que tal cosa no existe, que los que creen en ella están locos y que yo soy un fenómeno por hacer todas esas cosas — murmuro con la voz apagada — Así que tal vez debes estar equivocada
— No pequeño, la magia si existe, lo que sucede es que tu madre no la puede hacer como tú y como yo — explicó mirando de mala forma a Petunia después de darse cuenta que Dudley le tenia miedo a su madre — La magia solo florece en seres excepcionales...por eso tu madre no puede hacer magia — dijo sacandole una risita al niño y un gruñido a Petunia
— ¿Entonces tú también puedes hacer magia? — pregunto sorprendido después de calmar su risa
— Así es, existen muchos magos y brujas en el mundo...personas que como tú y como yo que pueden hacer cosas impresionantes — las palabras de Alexandra lograron maravillar al pequeño Dudley — Mira, los muggles son personas que no tienen la habilidad de hacer magia, pero también esas personas tuvieron un mago, bruja o squib en su familia y pueden pasar muchas generaciones sin que el gen magico se active, en este caso se activo en ti, corazón
— ¿Y hacer magia es malo? — pregunto temeroso de la respuesta
— No, no es malo hacer magia, lo que sucede es que los muggles como tu madre le tienen miedo a lo diferente y eso lo asocian con algo malo o simplemente fingen que no existe — dijo mirando aún peor a Petunia — Dime, ¿quieres aprender a utilizar tu magia?
— ¿Eso es posible? — pregunto emocionado e ilusionado
— Sí, hay muchas escuelas para aprender magia, tu tía y yo fuimos a Hogwarts...también espero que que mis hijos y tú puedan asistir ahí o ha cualquier otra que ustedes elijan — agrego sorprendiendo aún más al niño — No estoy aquí para obligarte a asistir o ha vivir conmigo; es completamente tu decisión, sino quieres esta bien, no pasa absolutamente nada, okey — tranquilizo al niño
— ¡Por mi te lo regalo, ese mocoso es un fenómeno igual que mi hermana y todos los de tu clase! ¡Llevatelo me quitarias un peso de encima! — escupió la estúpida muggle haciendo llorar a Dudley y haciendo enojar a Alexandra
La azabache camino por la sala hasta llegar frente a Petunia, lo primero que hizo fue darle una cachetada que hizo que la cabeza de mujer volteará bruscamente de lado y saliera sangre de la comisura de sus labios.
— ¡Nunca más, óyeme bien nunca más vas a hablar así de ese niño ni de cualquier otro! ¡¿escuchaste despreciable cucaracha?! — grito dándole otra cachetada igual de fuerte que la anterior
— ¡Maldita anormal! ¡¿Quién te crees que eres para pegarme en mi propia casa?! — el pequeño ante los gritos se refugió tras un sillón — ¡Dile algo Vernon, defiendeme! — le grito a su esposo quien tenía una sonrisa de satisfacción en el rostro
— No Petunia, hace mucho tiempo que quería que alguien te pusiera en tu lugar; yo no podía hacerlo porque soy hombre y por que no soy un golpeador de mujeres — respondió mirando con suficiencia a la mujer que un día llamo su esposa
— ¡Pero soy tu esposa! — grito indignada
Alexandra juro que si la mujer no fuera muggle y Walburga estuviera viva las dos serían grandes amigas.
— Ya no eres mi esposa, estos son los papeles del divorcio, legalmente estamos divorciados y tengo la custodia completa de Dudley — dijo enseñándole los papeles a Petunia
— Dejemos de hacer este espectáculo, Dudley todavía esta frente a nosotros — murmuro Alexandra interrumpiendo la discusión que estaba por iniciar
— Claro, perdon hijo — se disculpo Vernon mirando apenado a su hijo
Petunia soltó otro chillido agudo y subió las escaleras para empacar sus cosas.
— ¿Entoces voy a vivir con la señorita Alexandra? — pregunto Dudley en un susurro
— Sí tú quieres sí — respondió inmediatamente la muchacha
— ¿Te quieres deshacer de mi, padre? — pregunto mirando a Vernon con súplica
— No, eso jamas hijo, pero tenemos que admitir que yo aún no me hago a la idea de tener un hijo mago — dijo haciendo una mueca — Entiéndeme Dudley, yo creci con ideas muy conservadoras y no quiero que mis desplantes o mis ideas te lastimen más de lo que tu madre y yo ya lo hemos hecho — termino con una mirada de tristeza
— Esta bien, pero aún así siento que tú y Petunia se deshicieron de mi porque no pudieron conmigo — refutó el niño — Tal vez sea muy rencoroso pero por un tiempo no quiero saber nada de ustedes...quizás más adelante cambie de opinión — Dudley se dio la vuelta y miro a Alexandra
《 ¿Necesita que empaque mis cosas o...?》
— No te preocupes, no necesitas llevarte nada yo de hoy en adelante me encargare de que nada te falte — respondió tomando el mentón del pequeño y viéndolo directamente a los ojos con una sonrisa sincera
El pequeño y ella se sintieron en paz, llenos de cariño y de amor, ellos no se dieron cuenta pero Madre Magia los unió en un vínculo de madre e hijo.
Salieron de la casa dándole un último adiós a Vernon, no sin que antes Alexandra le pidiera los papeles de la custodia total de Dudley para que más tarde ella se registrara legalmente como su nueva tutora.
— Sube a la camioneta Dud ¿Te puedo llamar así? — pregunto la mujer ya en la camioneta
— Sí — respondió mirando por ultima vez su antiguo hogar
— Esta bien, entonces ahora vamos al callejón diagon, tenemos que comprar todo lo necesario para que te sientas cómodo — dijo poniendo en marcha la camioneta
Al llegar al Caldero Chorreante bajaron de la camioneta, Alexandra con magia no verbal hizo el vehículo tan pequeño como una camioneta de juguete y la guardo en su bolsillo, entraron al lugar ignorando a todos y una vez en la entrada del callejón transfiguro su ropa muggle a ropa magica para que quedara igual a la de las demás personas en en callejón, tres horas más tarde salieron del lugar en dirección a la Mansión Potter con todo lo necesario para el niño.
— Mamá Alex ¿Quién es él? — preguntaron de forma celosa Neville y Harry mirando acusatoriamente al niño desconocido
— Él es Dudley y es tu primo Harry — respondió poniendo sus manos en los hombros del pequeño para que se sintiera tranquilo
— Hola — saludo en voz baja
— Hola Dudley — saludaron de forma más amigable
Ambos se vieron pensativamente y después se llevaron al niño casi aarrastrando por el pasillo.
— ¡También será nuestro hermano! — gritaron emocionados regresando con Dudley abrazado como si fueran mueganos
— Eso me parece excelente — los adultos se miraron extrañados por la actitud de los niños y luego les pidieron helado para irse a su "cuartel general"
— Niños — dijeron encogiendose de hombros como si esa fuera la explicación más racional que encontraron.
Creo que es el capítulo más largo que he hecho.🤔
Espero que le guste este capítulo.
Voten y Comenten
Gracias por leer
🐍🐍🐍🐍
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