Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 5. Reclutamiento

El cielo es naranja con rojo, cómo llamas. Siempre hace calor, pero eso no me afecta.

Miles de reinos residen aquí. En el infierno.

El reino de la malcriada Allaton, con el poder de tentar a los hombres a realizar actos impuros e inmorales. Además, esclaviza hombres para obligarlos a tener sexo día y noche con demonios de bajo nivel. Suena bien, pero es asqueroso. Los demonios de ese nivel son repugnantes, son seres que van desde demonios lagarto hasta pirañas de dos pies, ahora que lo pienso, tiene cierta similitud con mi hermana Galia, ambas malcriadas y esclavizadoras de hombres, vaya. No me había dado cuenta.

Luego el reino de mi amante favorita, Bast. Ella es una Diosa egipcia del placer, adicta a la sangre y al sadomasoquismo.

Sigue el reino de Cali, Reina de demonios carroñeros y sultana del infierno a la que se le ofrecen sacrificios humanos.

Los seis reinos que siguen son de contrabando de sangre, órganos y piel humana. Torturas y creación de demonios menores.

Más allá está el reino de la oscuridad. En seguida el de Lilith. Después el de Andras, mi tía, la reina demonio con aspecto angelical que protege a asesinos y fanáticos.

Y a miles más está el de mi mujer, La Muerte.

En fin... hay muchos reinos. Solo nombro los que voy pasando en mi recorrido camino a casa.

Tengo hambre...

Cuando llegamos están mis hermanos reunidos.

Parece que hay problemas

— ¿Qué pasa? —pregunté confundido.

—Un humano logró salir —dice mi hermano Asmodeus.

—Jo...papá debe estar furioso.

—Si... y es contigo. No le has puesto atención al infierno.

—¡Tienen a las Diosas!

—Belial...— escucho la voz de mi padre detrás de mí y un escalofrío me recorre la nuca.

—Lo sé, padre. Pero si me dejarás reunir mi ejército...

—He dicho que no— giro hacía él.

—¿Entonces cómo quieres que...?

—No lo has necesitado

—Esta vez tengo que custodiar todo el infierno porqué nos invadieron unas ratas apestosas.

—¡Belial! — mi madre, la cual no veía en meses, me alza la voz con gesto de molestia. —no hables así, ten más respeto.

—Respeto, mis huevos.

—¡Belial!

— ¡Voy a despertar mi ejército y entonces atacaré porque quién es el guardián del infierno soy yo! ¡y punto! — salgo a máxima velocidad del castillo, creí haberme logrado perder, pero justo una flecha es lanzada en mi contra, apenas llega a tocarme la nariz, lo bueno que alcancé a detenerla.

—¡Lo siento! ¿ves niña estúpida? ni para eso sirves — una de las Diosas corre a mí y me quita la flecha. Lleva puesta una armadura oscura y el cabello recogido de los costados, su estilo aterrorizaría a los mortales. Sin embargo, su mirada se parece a... ¡oh sí! Justo a ella, a la Diosa odiosa quien viene detrás con gesto apenado. Por cierto, ya ha vuelto a ser pelinegra, por lo visto odia que cuando baje al infierno su cabello se vuelva plateado.

—Disculpa a mi hermana, es bastante torpe—sonríe.

Ya recordé como se llama la Diosa que casi mato. Perséfone, y es la hermana de esta aparentemente, ruda Diosa. Ella delinea sus ojos al contrario que Perséfone, la cual solo lleva unas largas y abundantes pestañas rizadas.

—Me llamo Morrigan— extiende su mano hacia mí. La tomo.

—Lo sé. Y sí, ya sé que es bastante torpe — sonrío burlón cuando Perséfone me mira enojada. —Qué bueno que ya estés bien, me han mandado a la cuerva por tu culpa.

Abre la boca sorprendida y a la vez con gesto de incredulidad

—¡No fue mi culpa! ¡tú me mordiste! —responde furiosa tratando de intimidarme, aunque no lo logrará, con su pequeña estatura causa risa.

—Tú me besaste.

—¡Necesitaba oxigeno!

—De mi boca precisamente —me hace gracia ver como pisotea el piso como berrinche.

—Cielos, hermanito, te has pasado de la raya — Asmodeus aparece a mi lado y rodea mis hombros por atrás con un aire de hermandad. Sonríe. — Papá te enviará a las cavernas ¿eh? deberías tener más cuidado, a tu edad podría darte un ataque al corazón —dice con burla, aunque sé que está jugando.

— Que dices, si solo tengo treinta años humanos o bueno —me alzo de hombros— eso aparento.

—Sí pero aquí...—frunzo el ceño, me mira con una sonrisita pillina.

—Ya cierra la puta boca— ruedo lo ojos con fastidio.

—Agh era mejor cuando estabas con mamá.

Oh si, pasé un tiempo con mamá, pero al final decidió regresarme a casa porque me follé a una angelita en su cama y desplumé a otro. En mi defensa solo puedo decir que ellos me provocaron.

—Como sea, ahora que quieres.

—Nada, nada — les guiña el ojo a las Diosas. Ah, ya sé que quiere.

"Voy a hacer que quieran follar conmigo" — me habla telepáticamente.

"Estas loco" — le contesto.

—Bueno pues me largo, tengo largo camino que recorrer antes de ir por mi ejército.

—Te dijo Lucifer que no y no volverás a mis territorios — salta Perséfone.

—¿Quién me va a detener? ¿tu? —me cruzo de brazos, me río a carcajadas y se me une su hermana.

—No le hagas caso, la niña cree que puede con todo —se burla también y ambos reímos.

Me lo estoy pasando bomba con una Diosa, quien lo diría.

Seguramente Ares las conoce, parecen de su época.

Mi diversión aumenta y mis pupilas se dilatan cuando veo aguarse los ojos Perséfone, parece que va a llorar. Me gusta, casi me hace babear. Nos mira y sale corriendo en dirección a los cubos, donde se encierran las almas para que sufran sus pesadillas en soledad. Espero que se sepa defender sino los teratornis se la comerán viva y Lucifer castigará a una de mis mascotas favoritas.

— ¿Te diviertes?

Ivory aparece a mi lado, mirándome divertida.

Justo a tiempo.

—Me voy — Seguimos caminando dejando atrás a la nueva víctima de Asmodeus.

—Tardaste mucho.

—Toma—Me da un frasco envuelto en bolsa de papel. El olor llega a mí.

Comida. Pero de la mía.

— ¿Qué hay en el menú? —pregunto oliendo la bolsa.

—Corazón ensangrentado con un alma de niño.

—Uuuhju ¡súper!

—Sip—rio.

—Vamos a mi casa.

—Vamos.

Ya dentro del averno voy hasta mi castillo de mármol en medio del mar negro, lugar de las almas en pena, de donde salen las cabezas y manos de las almas pidiendo ayuda, conectado por un par de puentes de piedra hacia el infierno.

Muevo los dedos invocando el papiro y este aparece frente a mí de inmediato. Veo quien es el siguiente mientras sigo caminando hasta mi habitación. Una sonrisa cruza en mi cara y pronto se convierte en una macabra risa.

Formaré un pequeño ejército con un ex ángel, una bruja y como ya terminó mi lista, ya veré a quien me llevo. Esto va a ser divertido.

Rompo la bolsa y abro el frasco, lo acerco a mi boca y succiono el alma, esta se adhiere a mi cuerpo como un tatuaje con la última expresión que hizo antes de morir. Voy a la cocina por un tenedor y me siento en una silla del comedor, Ivory me sigue como siempre y se sienta a mi lado. Subo mis piernas en la esquina de la mesa de modo que mis pies cuelgan y mis piernas quedan sobre ella. Pincho el corazón, me lo llevo a la boca y lo muerdo arrancándole una parte. La sangre salpica mi cara. Mientras más lo mastico más sangre sale disparada dentro de mi boca. El delicioso manjar sangrante esta riquísimo. Seguramente lo sacó de una persona viva por eso la sangre aún estaba acumulada ahí.

Este líquido esta malditamente rico. Mastico y mastico tocándolo con la lengua de vez en cuando para tomarle más sabor. Una vez que me termino el que tenía dentro de la boca, sigo mordiendo y arrancando pedazos hasta terminarlo.

Pienso en un plan. Miro el techo, la habitación, el frasco, vuelvo a morder otro trozo y vuelvo a mirar el techo...

Tengo un plan.

—Bien, este es el plan— se acerca para ponerme atención–conseguiremos tres almas, con ellas crearé un respaldo que me vigilarán la espalda mientras tú y yo entramos al lado contrario para sacar información ¿entendido? —asiente— antes daremos una vuelta para asegurarnos que todo marcha bien, pero antes...—dejo el frasco ya vacío sobre la mesa y me levanto para abrirme la bragueta y meter la mano dentro del pantalón — Date vuelta y arrodíllate.

Tomo mis dagas en forma de luna adornadas con obsidiana —mi piedra favorita— preparo mi caballo negro de ocho patas, de ojos llameantes y dientes filosos, y subo para empezar a recorrer las puertas.

Apenas me sienten llegar y se tensan, pero siguen en lo suyo, los castigos a las almas, los descarnados llegando poco a poco, las puertas siguen selladas.

Entonces por donde será que entraron...

Camino por el pasillo. Buscando el olor entre cientos más. Algunos huelen a mierda, otros a enfermedades incurables, a comida o muerte.

El que yo busco huele a ángel. A esos seres emplumados con voz tranquila y rostros relajados.

Me dan nauseas.

Termino de recorrer el primer piso y subo al siguiente. A tres puertas el olor me inunda las fosas nasales, pero muy suave. Eso quiere decir que está cerca. Sigo hasta que el olor se hace realmente fuerte.

Abro la puerta y entro despacio. Una joven enfermera le revisa los latidos al anciano tumbado en la cama. Las canas poblan su cabeza y cejas.

— ¿Es pariente? —pregunta la enfermera con rostro serio.

—Sí, es mi abuelo ¿Cómo está? —digo con rostro triste.

La enfermera me mira de pies a cabeza con duda.

—Estable, los pre infartos casi acaban con él.

—Oh vaya. Lo bueno es que es un hombre fuerte.

O lo era.

—Sí...—guarda sus aparatos y se cuelga el estetoscopio en el cuello— los dejo solos. Vendré en un rato para darle de comer.

—Sí, gracias.

Espero a que salga de la habitación, entonces rio.

— ¿Así que has sobrevivido? Bueno, si no te mataron esos pre infartos lo haré yo.

El anciano abre lentamente los ojos y el pánico los inunda. Trata de gritar, pero de inmediato le tapo la boca. Forcejeamos un poco.

— ¿Cómo te va siendo humano? —murmuro cerca de su pálido rostro.

Oh, ya se.

Le quito la almohada y la pongo sobre su rostro, patalea y se revuelve por un momento hasta que siento su alma danzar angustiada. Debo salir rápido. Me acomodo la chaqueta. Me acerco a su boca e inhalo su alma, esta pasa a formar parte de un tatuaje más en mi cuerpo.

Abro un portal y me tele transporto a fuera donde Ivory me espera con el siguiente nombre.

Lunyaa

Llego a una mansión a oscuras, apenas alumbrada por unas velas negras.

Una mujer pelinegra con atuendo extravagante me miraba con nerviosismo sentada en la única mesa en el centro, me reflejo en su bola de cristal, al parecer leía las cartas porque las tiene desplegadas en la mesa.

— ¿Quién eres?

Un enorme pentagrama la cubre desde el principio del cuello hasta perderse en su escote.

Es bruja.

—Tu asesino —alza las cejas sorprendida. No le doy tiempo de responder, me abalanzo sobre ella. Agito la mano y la paralizo. Su respiración se agita.

Los ojos y la respiración es lo único que pueden controlar cuando los paralizo. Normalmente para comer de ellos, para asustarlos o matarlos.

Succiono su alma y salgo a buscar el siguiente...No hay tiempo que perder.

Soldado coronado

Cruel príncipe del mal

Una temblorosa voz me detiene en la puerta

Oh, poderoso demonio de la guerra y del engaño

Una sonrisa cruza mi rostro. Ivory me mira sin entender, le hago señas.

Bestia asesina

Toma este sacrificio y déjanos ver tu resplandor

Ya sé quién será el siguiente.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro