Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

26




¿Eiqué? ¿Eicómo? ¿El Continente Oculto? Frunzo el ceño, sus palabras no ofrecen consuelo a esta situación de locos, ni a este dolor que amenaza con desbordarme en gritos y llanto infinito. Él tiene esas alas rojizas extendidas, brillando y susurrándome palabras que no logro comprender. Pese a que no quiero, no puedo evitar que mis ojos regresen a ellas, a su membrana y a las venas que la conforman. Quiero estirar la mano y tocarlas, sentir si son tan frágiles como cantan, pero de algún extraño modo sé que eso no debe hacerse, que es peor que si le tocara a un desconocido los genitales... Ay, así de extraño, solo que sin el morbo.

—¿Podrías... podrías guardar tus alas? —murmuro, luego, sin saber muy bien por qué, aunque sin duda empujada de igual forma por su tierno sonrojo que rompe con la seriedad de su faz, añado—: es injusto ver que tu tienes alas y yo no. Si esta es una ilusión que mi cerebro ha creado, habría sido bueno si al menos también me hubiese dado a mí.

—Tus talentos son más grandes, Karim... —responde a la par que sus alas se contraen hasta devolverse al interior de su cuerpo—. Solo que todavía no lo sabes.

—No tengo ninguno. —Concentrarme en cosas ajenas a este mundo ayuda a mi ritmo cardiaco.

—¿Qué?

—Talentos. No soy buena en los deportes, tampoco en las materias ni en el arte —enumero.

Él suelta una suave risilla.

—Esos son estándares humanos, permíteme mostrarte parte de lo que puedes hacer. —Se incorpora y como un caballero de la época medieval, se inclina ante mí para ofrecerme ayuda—. Por favor, no me rechaces.

—¿A dónde iremos?

—Al norte.

—¿Caminando? —Gimo de tan solo imaginarlo, eso lo hace reír.

—En parte, sí y, si no te rebelas como hace unos minutos, volaremos. Iremos a una aldea al norte, no en el norte.

Acepto su mano y me incorporo.

—No estoy alucinando, ¿verdad?

—Lo siento. —Niega con tristeza, sus ojos antes fríos ahora parecen marchitos, casi desconsolados.

—¿Cuándo volveremos?

Recuerdo a Alexander, sus ojitos y sus besos, y de repente no hago más que extrañarlo. También me acuerdo de mi madre, y me pregunto si ya se habrá percatado de mi desaparición. ¿Habrá llamado a la policía? ¿Creerán que he sido secuestrada por el asesino de Mad? ¿Lo estoy, estoy secuestrada por la misma persona?

—En cuanto el médico le dé un vistazo a tus rodillas y brazos.

La adrenalina y morfina de mi cuerpo deciden bajar en ese preciso instante y descubro que estoy llena de arañazos y mi ropa hecha jirones. En las múltiples caídas debí haberme lastimado.

—¿Lo prometes? —Sé que él cumplirá su palabra, no sé cómo lo hago; sin embargo, necesito que me lo prometa.

—Por mi vida, Karim.

Ahogo un gritito, algo ha tirado de mí, como si hubieran atado mis manos con cuerda invisible y que además desconozco el otro extremo. Antes de que pueda preguntar por ello, la sensación desaparece y solo queda Dwane y su semblante estoico.

—¿Nos vamos?

Asiento, y emprendemos el camino. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro