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07.

Me sorprendió no solo que no me apartó sino que me respondió de la misma forma desesperada.

La subo a mis piernas sin separar nuestros labios y meto mi mano por debajo del camisón que trae puesto, comienzo a subir lentamente hasta que llego a su sostén donde comienzo a masajear. Ella suelta unos quejidos.

Me despego de sus labios y lentamente comienzo a dejar besos húmedos en su cuello...

Hasta que un sonido nos interrumpe.

El timbre.

Ella se separa abruptamente y me mira con espanto.

—¿Esperabas a alguien?—Le pregunto.

—No. Voy a ver quien es.—Se levanta y entra a la casa.

Enseguida la sigo y ambos bajamos.

—Es noah.—Susurra luego de mirar por la mirilla de la puerta.—¿Que hace Noah aquí?

—Si no sabes tú...

—Calla Alex, no ayudas.

—¿Quieres ayuda?—Sonrío.—Empieza por tú cabello, estás algo despeinada.

Ella me mira como si quisiera matarme.

—Y tú deberías acomodar...—No dice nada más pero abre los ojos en dirección a mi entrepierna.

No me jodas.

—Cállate.—Borro mi sonrisa, mientras acomodo el bulto en mi entrepierna.

El timbre vuelve a sonar.

—Ábrele.—le digo a Valeria.

Ella procede a abrir la puerta y un muy confundido Noah entra.

—¿Alex?, ¿Que haces aquí?.—Me da la mano.

Miro a Valeria en busca de una excusa o algo.

—Vine a ver cómo estaba Valeria luego de enterarme de lo de Mariano,.

Y vaya que estabas viendo como estaba.

—¿Por que están todo rojos?—Noah nos mira con el ceño fruncido.

Nos estábamos besando jodidamente increíble antes que llegaras.

No, eso no.

—Estábamos en el balcón viendo el atardecer, estuvimos un buen rato. Seguro fue por el sol.—miente Valeria rápidamente.

—Si, en el balcón.—agrego.

—Okey...—Suelta Noah.

Y luego pasan unos segundos de silencio muy incómodos.

—Bueno, ya es algo tarde...mis padres seguro que me deben estar esperando. Nos vemos mañana en el instituto—

—Mañana no hay clases, Jensen.—Dice Noah.—En realidad no hay por el resto de la semana.

—¿Que dices?—Lo miro con el ceño fruncido.

—Si, las han cancelado por el asunto de Mariano.

—No lo sabía.

—Seguro que el instituto te enviará una notificación o publicaran algo en sus redes.

—Revisaré en mi casa.—Sonrío.—Adiós a ambos.

***

Al salir de la casa de Valeria, pedí un taxi y por todo el camino solo pensé en ese beso.

Cuando revisé mi móvil tenía unas siete llamadas perdidas de mis padres, cuando les devolví la llamada solo me dijeron que me necesitaban en casa urgente.

Bajo del taxi y camino hasta la puerta.

Al abrir la puerta mi mamá me recibe.

—¡Hijo!, Hasta que por fin llegas. Nos tenías preocupados.

La miro confundido.

—¿Pasó algo?.

—Lo que pasó fue que tu padre y yo nos enteramos del muchacho que encontraron muerto. Te llamé varias veces y no contestaste. ¿Donde estabas?

— Pueden calmarse, solo estaba en casa de una amiga y no le presté atención al móvil.

—Puedes estar al otro lado del mundo pero cuando te llame me respondes el celular al instante, ¿entiendes?.

—Okey...—Pongo los ojos en blanco.—¿Ya puedo subir a mi habitación?.

—Báñate y bajas a comer.

***

Después de darme una ducha revisé mi móvil y vi en un grupo de compañeros del instituto que era cierto lo que me había dicho Noah horas antes: no habría clases el resto de la semana.

—Alex baja a comer.—Mi padre toca la puerta.

Salgo de la habitación y bajo las escaleras para encontrarme a los padres de Carlos justo en la puerta.

—Señor y señora Vega. ¿Como están?—les saludo y me acerco para darles la mano.

Atrás de ellos entra Carlos el cual solo asiente con la cabeza en señal de saludo.

—Alex mira cuánto has crecido.—La primera en hablar es la madre de Carlos.—¿Como te va?

—Todo bien señora.

—Cuanto me alegra que mi bebé Carlos y tú estén juntos de nuevo.—Sonríe.

—Pasen al comedor que de seguro están hambrientos.—llega mi madre.

***

La cena pasa rápido con muchos temas conversación. Al parecer nuestros padres tienen más cosas de las cuales hablar que nosotros.

Al terminar de comer los adultos salieron al patio trasero a seguir conversando mientras que Carlos y yo subimos a mi habitación.

—He ido hoy al instituto a llevar unos papeles, pedí estar en tus clases.—Me dice Carlos.

—No te voy ayudar a pasar las materias.—Bromeo.

Llega una notificación a mi móvil y lo reviso, es un mensaje del instituto.

Instituto Educativo Nacional.
(INE)

Informa a los estudiantes que las clases quedan suspendidas por los próximos tres días. La razón de esta decisión ha sido para guardar luto un "estudiante ejemplar" de nuestra institución, como lo fue Mariano Jones.

Nuestro más sentido pésame a la familia Jones.

—John  S. Mclain.
Director del INE.

—¡Jensen!—Grita Carlos.

—¿Que carajos te pasa?.

—Eso te pregunto a ti, te quedaste hipnotizado en tu móvil.—reclama

—Estaba viendo el comunicado del colegio, ha cancelado las clases por lo que queda de semana.

—Sin ofender, pero, ¿Todo esto por un simple estudiante?. Es decir, sé que es importante pero parar todo un instituto lo veo como algo un poco excesivo.

—Puede que tenga que ver más con su apellido que con que haya sido un "estudiante ejemplar".

El timbre de la casa suena y frunzo el ceño.

—Son casi las once de la noche, ¿quien viene a esta hora?.

—Ni idea, pero ve a revisar porque tus padres están en el patio y seguro que no escucharon.

Bajo las escaleras y la persona insiste porque el timbre vuelve a sonar.

—¡Espere, ya voy!.—grito y abro la puerta.

Un hombre vestido con traje negro esperando.

—Buenas noches, ¿eres Alex Jensen?.—Pregunta.

—Si...¿Por que?—frunzo el ceño.

En lugar de responder, solo me pasa una tarjeta de color negro con un lazo dorado.

—¿Quien eres?.—Tomo la tarjeta.

—Me llamo Wilson Stefasson, yo era el mayordomo del señorito Mariano.

—¿Y esto que es?—Levanto la tarjeta.

—Es la invitación a la "Mansión Jones", para la ceremonia de gala del joven Mariano.

¿Ceremonia de gala?

—Okey.—Digo confundido.—Gracias.

—Buenas noches, señor Jensen.—Se despide.

Cierro la puerta y subo a mi habitación, donde el estúpido de mi amigo me observa llegar con la tarjeta.

—¿Quien era?—Pregunta.—Y, ¿Que es eso?.

—Era el mayordomo del chico que murió y esta es la invitación a su funeral.

—¿Una invitación?., si saben que existen los mensajes de texto.

—Quien soy yo para decirles como tienen que invitar a alguien a un funeral.—lo miro irritado.

—Cálmate y veamos una película.

***

Al final de la noche Carlos se quedó a dormir en mi casa—y no vimos ninguna película, porque estaba cansando—.

Pero algo me despierta: el timbre.

Miro el reloj en mi mesa y marca la una de la mañana en punto.

Al bajar y abrir la puerta principal encuentro una caja mediana en la entrada.

La recojo y cierro la puerta.

El cartero no pasa a estas horas.

El paquete está cubierto con papel marrón y una letras grandes que llevan mi nombre:

ALEX JENSEN.

Cuando la abro me sorprende contenido.

Son fotos...de Diego, Marcos, Valeria, Daniela, Zac, Monty, Nicole, Dilan y una mía.

Son fotos completamente normales.

Pero la de Mariano está marcada con una "X" de lo que parece ser pintura roja.

Además también hay una nota que dice...

Uno menos, tal vez sigas tu :)