Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 04 | Resaca.

Alex.

Imágenes de la fiesta de anoche llegaban a mí mente, recuerdo cuando llegamos. Me sentía tan fuera de lugar por no conocer a nadie.

Aunque solo fue cuestión de tiempo, solo bastó con que Diego, Daniela y Valeria empezarán a tomar y presentarme personas—ventajas de salir con los populares—, la fiesta subió de nivel cuando llegaron el resto de los chicos del equipo de Béisbol y llevaron más alcohol.

A diferencia de los chicos, yo no bebí tanto. Pero al parecer fue suficiente para que justo ahora esté sufriendo de un dolor de cabeza bastante fuerte, vaya mierda.

—Creo que apenas pude dormir dos horas, así que haciendo algunas cuentas solo tengo poco tiempo para...

—Alex hijo, despiertate. Vas a llegar tarde al instituto.— Escucho la voz de mi madre al otro lado de la puerta.

Joder.

—En unos minutos bajo. —logro decir

Va a ser un día largo.

***

Luego de ponerme el uniforme—cosa que no creí jamás que fuese tan difícil.—, bajé a desayunar con mis padres, quienes no tardaron mucho en atar cabos y darse cuenta que había tomado.

Así que después de una increíble sobre "Uso responsable de sustancias" y "No puedes llegar a casa a las tres de la mañana sin permiso", pude irme al instituto.

He notado que la mitad de mis compañeros también están pasando por la resaca, las ojeras y sentir que la vida es una mierda.

Odio el alcohol.

No decías eso anoche.

Ni Valeria, ni sus amigos me han dirigido la palabra, cosa que en serio agradezco, me duele mucho la cabeza como para conversar con alguien.

***

La clase termina y gracias a Dios porque no aguantaba una fórmula de química más.

Me levanto para ir al comedor del instituto ,estoy seguro que cuando Valeria me hizo recorrido vi una máquina de café.

Justo cuando tomo mis cosas para irme una voz me llama.

—Hola Alex, ¿Cierto?—Habla un chico rubio, ojos claros y de mi estatura.

—Hola, si. Me llamo Alex...—le digo confundido.

—Yo Dilan, Dilan Foster.—Se presenta.

—Mucho gusto.

—Venía a presentarme, perdón por no haberlo hecho antes.—sonríe.

—Pues recién ayer fue mi primer día de clases así que tarde no llegas. —Intento bromear.

—Veo que para ser nuevo ya tienes amigos. —Pronuncia la última palabra con algo de ironía.

O tal vez la resaca me está afectando.

—Oh, si te refieres a los amigos de Valeria son exactamente eso: sus amigos.—digo.

—¿Osea que aún no tienes amigos?

Este chico es algo extraño.

—¿Eres así con todo el mundo o solo conmigo?

—¿"Así" como?—Me mira confundido.

—Así de preguntar cosas que realmente no son tu problema y te hacen ver como un raro?

—Era curiosidad.—Lejos de enojarse, ríe. —Tienes carácter, vamos a ser buenos amigos.

Vuelve a sonreír antes de darse la vuelta y desaparecer por el pasillo.

***

Luego de dejar algunas cosas en mi casillero me dirijo a la cafetería del instituto, justo cuando estoy pidiendo un "expreso" en la máquina alguien me llama...

Volteo y observo a una chica sonriéndome.

Ofrece su mano saludando y yo la estrecho.

—Mucho gusto soy Samantha, tú debes ser Jensen.

—Alex Jensen, aunque prefiero que solo me digan Alex.—le sonrió.—Veo que soy el centro de atención temporal.

—No tan temporal...—No me mira a los ojos cuando lo dice.—¿Que te ha parecido el instituto?

—¿Puedo ser sincero?—Asiente.—Todos aquí son algo extraños.

Ella suelta una risa, divertida.

—Alex, aquí todos son extraños.—Asegura.—Mira a tu alrededor, estás en medio de una escena tan cliché.

—No entiendo a qué te refieres.

—Mira a esa mesa.—Se pone a mi lado para señalar.—¿Ves esos chicos? Son jugadores del equipo de Béisbol, "sus chicas", mucho egocéntrico, en resumen Populares.

Me doy cuenta que ahí están Valeria y sus amigos pero no digo nada.

>>Ahora mira allá.—Señala a dirección contraria.—Miopía, libros e instrumentos que sacan sin permiso del laboratorio, el club de los nerds.

—También están esos que parecen una pandilla...—Le comienzo a seguir la corriente.—Los que llevan chaquetas negras encima del uniforme.

—No te preocupes, solo es apariencia no hay Una pandilla aquí, creo. —susurra lo último, pero la escucho.—Bueno sigo, también están los gamers y en la mesa de al lado las chicas con mucho maquillaje negro y literatura de vampiros.

¿Cómo es posible que no se den cuenta que son un cliché tan básico?

—¿Y tú?—La chica me mira.—¿Donde estás tú en toda esta película de secundaria bastante cliché?.

—Pues...diría que estoy atrapada justo en el medio de esta guerra de estatus social.—señala una última mesa.

Ahí no parece haber algo que los "defina", son solo un grupo de amigos completamente normal conversando, enseguida noto que el chico que me saludó hace rato está ahí.

—¿Conoces a ese chico?—Pregunto.

—Ese es Dilan, si lo conozco...—Noto que inconscientemente suspira.—¿Por qué?

—Se acercó a saludarme hace un rato.

—¿Dilan se acercó a saludarte?—Intenta disimular su tono de sorpresa, aunque no lo hace muy bien.

— No se si piensas que puedes disimular tus reacción, pero no es así...—le digo, sus mejillas se tornan rojas.—¿Por qué te sorprende que me saludara, no es sociable o algo así?

—No, no les para nada. Desde que—

—Hola Alex.—Noah me saluda y mira a Samantha.

Frunzo el ceño confundido, cuando noto que el chico le está hablando con la mirada a Sam, ella lo entiende porque me mira, se despide con una sonrisa forzada y se va.

—¿Ya te estás acostumbrando al instituto?—Noah sonríe como si nada luego del momento extraño, así que decido no prestar atención.

—Si, supongo.—Digo.

—¿Te sientas con nosotros?—Me empuja el hombro para que camine.

—¿"Nosotros"?

—Los chicos, están justo allá.—Señala la mesa.

—Oh, okey.

Camino con él, bajo las miradas extrañas de casi todas las personas de la cafetería.

Puedo jurar que las miradas eran de odio, lástima, no lo sé....

—¡Me encontré a Alex en el camino!—informa sentándose, me siento a su lado.

—Baja el tono de voz idiota.—Se quejan Diego y Daniela.

—Se merecen esa resaca por beber de más anoche.—Ríe.—Perdón casi lo olvido. Alex, ellos son Zac, Nicole y Montgomery.

—Mucho gusto.—Los saludo a cada uno.

Miro a Valeria la cuál solo me asiente en señal de saludo.

—Jensen, ayer no hablamos mucho. ¿Que te pareció el partido?—Pregunta Marcos.

—Pues...son buenos jugadores pero noté que el jardinero central y el campo corto se comunicaban muy mal a veces, aunque creo que la culpa es del jardinero central porque estaba muy adelante, ah y también—

Cierro la boca al notar que he hablado de mucho entusiasmo.

—¿Qué?—Pregunto al notar que los chicos me observan como si tratarán de descifrar algo.

—Normalmente solo les dicen "buen juego" o les suben la autoestima con respecto a su físico, nunca les han dicho si cometen algún error.—Explica Mariano, pero luego vuelve su atención a su móvil.

—Admito que me sorprende un poco, eres bastante observador.

—Si, es que soy Jardinero central lo que hace que me concentre—me callo.

Mierda.

Okey, dije que nada de béisbol.

Tal vez ni lo escucharon.

—¿Eres jugador?—Joder, si escucharon.

—Solo jugué un tiempo en mi antigua escuela.—Miento, juego desde pequeño.

Por un momento pensé que dejarían el tema ahí, pero estaba muy equivocado.

Comenzaron a preguntarme sobre béisbol, mi equipo favorito y cualquier cosa en relación a ese deporte.

Me limité a responder sin interés, hasta que hicieron una pregunta que me dejó en silencio.

Porfavor que escuché mal...

—¿Que dices?—Pregunto al chico delante de mí.

—¿Te interesaría jugar en el equipo?—Marcos repite.

¿Que si quería jugará?

Joder, hace meses que quiero volver a ir a un campo de béisbol.

Pero no puedo, no debo.

Por mucho tiempo he estado pensando a quien perjudico más con mi decisión, si a mí o a mis padres.

Aunque sé que a ellos les duele, no se compara mínimamente a lo que me duele a mí no volver a jugar.

—¿Así de fácil?—Me atrevo a preguntar.

Marcos y Montgomery ríen.

—Siempre y cuando pases la prueba con el entrenador Michael.—Explica.—Aunque el apoyo de varios jugadores del equipo también ayuda a tu aceptación.

—¿Te refieres a su apoyo?—Todos los chicos de la mesa sonríe con complicidad.

—¿Eso es un si?...—Insiste Noah.

—Es un "Lo voy a pensar".—Respondo.

***

—...y para la próxima semana deben traer un ensayo sobre "Las ciencias que estudian las células". Pueden irse.

Por fin, pensé que no llegaría al final del día y no por la resaca o las conversaciones extrañas, sino por un examen de matemáticas sorpresa.

Si, el segundo día de clases.

Tomo mis cosas y luego se dejar algunas en el casillero salgo del instituto.

El sol está de los mil infiernos, Camino lo más rápido posible. Ayer olvidé poner mi celular a cargar, así que hoy a primera hora se ha apagado y no puedo llamar a un Uber.

Luego de varios minutos bajo el sol sudando hasta donde no me da el sol, un Jeep blanco baja la velocidad al pasar a mí lado. Baja la ventanilla y reconozco al conductor de inmediato.

—¿Quieres que te lleve?—Sonríe.

Dilan, el chico extraño parece esperar mi respuesta.

—Sin ofender, pero sigues siendo prácticamente un desconocido.

—Ayer fuiste a un partido de Béisbol y a una fiesta con gente que es prácticamente desconocida.—Responde.

Buen punto.

Le quita el seguro a la puerta, la abro y me subo al coche.

—¿Como sabes eso?

—En este pueblo no hay muchos secretos, además te ví.—Arranca el auto.

—¿Estabas en el juego o en la fiesta?

—En ambos lugares. Juego en el equipo de béisbol y me invitaron.—Explica.—Tu también juegas por lo que oí.

—Así que además de extraño, también tienes muy buen "oido".

—Hey, no tengo culpa que Noah y Marcos le hayan dicho al equipo completo que el nuevo se iba a unir.

—¿Que mierda dices?

—Si, hasta el entrenador está informado.

—Esos idiotas, en ningún momento les dije que sí, se supone que solo era una propuesta.

—Bueno ellos suelen a ser algo...controladores.

—¿Tú que tantos los conoces?—Curioseo un poco, este chico parece saber mucho de mí.

—No somos amigos, pero los conozco más de lo que quisiera.—Habla serio.

Y por alguna razón creo que no solo habla de Noah y Marcos.

—¿Me tiene que preocupar que conozcas a todo el mundo?

—Este pueblo no es tan grande.—Se defiende.—Hay un problemita...

—¿Cuál?—Lo miro extrañado.

—No me has dado la dirección de tu casa.—ríe.

—Calle Montejo, casa número diez.

—Bueno, ahora...¿Puedo tomar la iniciativa de conversar contigo sin que me llames extraño o entrometido?.

Sonrío.

—Si, perdóname por eso, es que no suelo ser muy sociable.—le digo.—Es irónico teniendo en cuenta que siempre recibo la atención de ser "el nuevo".

—¿Cuantas veces te has mudado?

—Tres. La primera vez a a los once, la segunda a los quince y está a los diecisiete.

—Mierda, debes estar cansado de tantas cajas.

Río abiertamente.

—Te aseguro que lo que menos me molesta de mudarme son las cajas.—Miro por la ventana.—He tenido que dejar amigos, recuerdos, mi vida...

—Oh, si también eso.

—No eres muy sociable, ¿Cierto?.

—Antes lo era...—Confiesa. —Pero me topé con gente de mierda.

—Creo que no tienes que cambiar por gente que acababas de conocer.

—No eran extraños. Los conocía desde la infancia.

—¿Como puedes darte cuenta años después que la gente cercana a tí no es como crees que son?

—Supongo que nunca terminas de conocer a las personas.

—O tal vez si sabías, pero fingiste no hacerlo por el amor que les tenías.

Él frunce el ceño mirando al frente como si pensara algo, luego asiente lentamente.

—Creo que tienes razón.—Admite.

—Es algo que siempre me dicen.

—¿Egocéntrico?, tremenda red flag.—Bromea.

Observo como aparece mi casa en mi campo de visión. Dilan frena.

—Bueno, gracias por traerme extraño.—Sonrío.

—Espera...—dice justo cuando iba a bajar.—Sé que va a sonar raro, como cada palabra que suelto a veces pero...no confíes en nadie ¿Okey? En este lugar es peligroso confiar en gente incorrecta.

—Okey.—lo miro serio.

Es broma, ¿O no?

—Por cierto, espero que pienses lo de entrar al equipo.—Me anima.—Siempre y cuando sea lo que quieras.

Solo asiento y bajo del auto cerrando la puerta.

Pero antes que se vaya toco la ventanilla del coche y él la abre.

—La verdad es que si quiero volver a jugar.—Admito por primera vez en voz alta.

—¿Por qué te da miedo volver a jugar?

—No es miedo, al menos no por jugar...¡¿Y si me vuelvo a mudar luego de acostumbrarme a estar aquí?!.

—¿Y si no?—Pregunta. No respondo así que el sonríe.—Hasta luego, Alex.

Sube la ventanilla y se va.

Me dijeron que no nos volveríamos a mudar.

Siempre lo dicen...

Esta vez puede ser cierto...o no.

No puedo quedarme sin hacer nada solo por el miedo a algo que es tan probable que pase como es tan probable que no.

A la mierda, voy a intentarlo.

¿Que puede salir mal, además de todo?

______________________
Nota de autor: ¡Hola!, me he tardado trayendo este capítulo porque es un de los primeros capítulos largos que tiene la historia.

Espero que disfruten la lectura, no olvidan votar y comentar.

Redes sociales: ierickdiazz

¡Hasta la próxima actualización!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro