Capítulo 6: Es la hora de escapar
Guardé mi teléfono con rapidez, no tenía tiempo. En lugar de ir al baño, giré hacia la salida y me dirigí hasta la directora, fingiendo estar nerviosa:
-Laura, mi madre tiene el cinturón, ¿puedo ir rápido a pedírselo?
-Sí, Alex, pero date prisa -respondió ella mientras revisaba que estuviera todo en marcha.
Asentí y me fui corriendo, antes de que alguna de mis compañeras me viera.
Cuando salí del recinto, miré la hora: 16:31. Iba bien. Comencé a caminar, pues aunque iba a pedir un taxi quería alejarme lo más posible de la gala.
Una vez entré al taxi estuve más relajada, ya nadie me iba a encontrar. Tardaría un poco en llegar, así que empecé a hablar con Arny:
Sonreí. Arny siempre sería mi mejor amiga.
...
20 minutos después, el taxi llegó a la estación.
-Son 10 euros. ¿En tarjeta o efectivo? -dijo el conductor con voz aburrida.
-En efectivo, por favor.
Busqué en mi mochila el dinero y se lo entregué al conductor.
-Gracias. Que tenga un buen viaje -recitó como quién lee un libro de texto.
Salí del vehículo, justo en frente de Arny.
-¡Arny!
Las dos nos abrazamos, felices de encontrarnos.
-¿Te das cuenta, Alex? -dijo ella con lágrimas en los ojos.
-¿De qué?
-¡Lo has conseguido!
Las dos nos pusimos a llorar de la emoción, sin poder evitarlo.
-Nunca te olvidaré Arny -no podía parar de llorar.
-Ni yo a ti -respondió ella. -Pero cuando seas famosa, espero una entrada VIP a todos tus conciertos -río.
-Tenlo por supuesto -respondí.
Las dos reímos, alegres y nos separamos por fin.
En ese momento, al pie de la estación, a punto de coger el tren que cambiaría mi destino, me sentí más libre que nunca. Estaba a punto de cumplir mi sueño.
Ya solo faltaban 10 minutos, así que Arny y yo entramos para comprar el ticket.
-Que disfrute del trayecto -me entregó el billete una mujer muy amable.
-Gracias.
Arny y yo nos miramos y nos volvimos a abrazar.
-Llámame cuando llegues -dijo Arny. -Y cuando entres al hotel. Y cuando vayas a la audición. Y si alguien se mete contigo, ya verás que aprendo coreano para insultarle de 30 maneras diferentes.
Reí.
-Gracias Arny. Hasta pronto.
-Hasta pronto -se despidió con una gran sonrisa.
Cogí la maleta y empecé a subir al tren.
Sin embargo, de repenté escuché una voz:
-¡No se te ocurra subir, Alexandra García!
Me giré, eran mis padres.
-¡Cómo des un paso más...!
Me dirigí hacia ellos, segura:
-Voy a hacerlo. Es mi sueño -y con lágrimas en los ojos me subí al tren.
Se cerraron las puertas.
Si has llegado hasta aquí te lo agradezco y espero que estés disfrutando de la historia tanto como yo. Antes de acabar un saludo a:
No olvides dejar un 💗 en los comentarios para que te salude en el próximo capítulo.
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