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UNIENDO LAS PIEZAS

Sentí el latido de mi corazón en la garganta, revisé el reverso de la tarjeta, parecía una parte superior de una manzana, pues se podía ver algo parecido a un tallo, el inicio de una hoja, y debajo de ella comenzaba una figura roja. En la parte inferior se encontraba inscrito de manera diminuta 1/3.

Mi concentración al mirar la carta terminó con un pequeño golpe en mi hombro.

- Hola ... ¿Tan temprano por aquí?

- Connor, me asustaste - traté de retomar la calma, pues los nervios habían invadido mi cuerpo.

Guardé los libros en el casillero, y puse la carta en medio de uno de los cuadernos de mi bolso.

Mientras me encontraba en clases, esperaba ansiosamente salir al receso, pues quería hablar con mi hermano, y cuando al fin llegó la hora del almuerzo, me dirigí rápidamente hacia su campus, le envié un mensaje y nos encontramos en la entrada.

- ¿Qué pasó? – me cuestionó intrigado mientras me revisaba con su mirada para ver si estaba bien.

- ¿Has ido a tu casillero hoy?

- No – me respondió – no tuve tiempo. ¿Por qué la pregunta?

- ¿Podemos ir a revisar?, necesito confirmar algo.

- Claro vamos .... pero ¿Me vas a decir qué está pasando? – me interrogó mientras caminábamos hacia el pasillo.

Cuando finalmente llegamos, abrió su casillero, e inmediatamente calló una carta roja, idéntica a la mía, con la misma frase, con una imagen diferente, y escrito 2/3.

- ¿Qué es esto?

- En la mañana encontré la misma carta en mi casillero, solo que la mía decía 1/3.

- ¿Eso quiere decir que alguien más tiene una carta igual?

- Supongo que si ..... pero hay algo que no me cuadra, anteriormente solo nosotros recibimos una carta.

- ¿Quién puede tener la otra? ¿Quién está haciendo esto? ¿Qué es lo que buscan?

- No lo sé ..... – contesté en voz baja.

No quería admitir ante mi hermano que estaba comenzando a asustarme por estas cartas, por lo que decidimos ir a comer algo para pasar el mal rato, mientras caminábamos los recuerdos de las primeras cartas venían a mi cabeza, e inmediatamente recordé a la persona que vi un día espiándonos en el patio de la Universidad, y luego corriendo por los pasillos ésta mañana.

Llegamos por fin a la mesa donde estaba Keyla y Liam conversando, ellos estaban viendo algo pequeño que Liam sostenía en sus manos, mi hermano se quedó de pie, cuando vio a Liam en la mesa, inmediatamente intervine, no quería que se siguieran evitando, sea lo que sea que había pasado, los dos deben avanzar, y esta es la oportunidad.

- Vamos hermanito – lo tomé de la mano.

- Solo por un momento – me respondió mientras nos dirigíamos a la mesa.

- ¿Qué están haciendo chicos? – les pregunté.

- Hola .... – Liam estaba visiblemente sorprendido al ver a Alexander en la mesa junto a Keyla.

Podía notar la incomodidad de mi hermano quien evitaba ver a Liam, mientras noté que Liam tenía entre sus manos una pequeña tarjeta blanca, y al dirigir mi mirada hacia la mesa, vi el sobre rojo, el mismo que mi hermano y yo habíamos recibido, las dudas comenzaron a retumbar en mi cabeza nuevamente.

- ¿Quién te dio eso?

- La encontré en mi casillero esta mañana – me contestó Keyla – siento que alguien me quiere hacer una broma o algo así.

- Déjame ver – le pedí la tarjeta a Liam, al verla noté que tenía la misma frase escrita, y al darle la vuelta leí el 3/3.

- No puede ser ...... - miré a mi hermano – esta es la tarjeta faltante.

- ¿Faltante? – nos interrumpió Keyla.

Saqué la tarjeta de mi cuaderno. Mi hermano me pasó la de él, les di la vuelta, las uní la primera y segunda carta arriba, y en el centro abajo, junté la tercera carta, efectivamente mis sospechas fueron confirmadas, la figura era una manzana. Todos quedamos viendo un momento las cartas, estábamos en silencio tratando de descifrar qué era lo que estaba pasando.

- ¿Quién está haciendo eso? – preguntó Keyla.

- ¿Han recibido esto antes? – nos cuestionó Liam.

- No.... – dijo Keyla en voz baja.

- Nosotros sí – contestó mi hermano – esta es la segunda carta que Alex y yo recibimos, la primera fue el día de nuestro cumpleaños.

- ¡Por supuesto! – Keyla golpeó con la palma de su mano la mesa – la carta que me mostraste en la pijamada, como pude olvidarme, aunque esa carta no tenía el tono amenazante de esta.

- Ok, no quiero sonar alarmista, pero he visto a una persona vestida de negro completamente, observándonos aquí en la Universidad, tenía una gorra del mismo color, no pude ver su rostro, pero cuando nota que lo veo o lo reconozco huye.

- ¿No te parece que esa información es lo suficientemente relevante como para contarle a tu hermano? - Alex se alteró un poco, pues él siempre ha sido protector conmigo.

- Estoy de acuerdo con Alexander, ¿Por qué no nos dijiste nada? – Liam intervino.

- Creí que no era importante, solo lo he visto en la Universidad y no se me ha acercado hasta ahora.

- Puede ser un Paparazzi – intervino Keyla – ellos siempre andan por los alrededores.

- Puede ser ..... – continuó Liam – aquí hay muchos hijos de famosos y estrellas jóvenes.

- La seguridad de esta Universidad no es un chiste – mencioné – y si fuera un Paparazzi ¿que hace vigilándonos?, nosotros no estamos en el ojo público, a pesar de que nuestras familias tienen recursos económicos, siempre nos hemos mantenido con el perfil bajo.

- Por ahora – contestó Keyla.

- ¿Por qué lo dices? 

- Porque tu popularidad ha ido aumentando en estos días, has tenido cuatro pasarelas, y tu fiesta número 18 tuvo la portada de revistas, así que es solo cuestión de tiempo – continuó – ¿has visto tus números en las redes sociales?, no sería una locura que la farándula quiera saber de ti.

- No lo creo – le respondí – siempre he estado alejada de todo, nadie me conoce, y mis números de seguidores no son lo suficientemente altos para llamar la atención. Además, si fuera un paparazzi porque huye cuando lo veo, o cuando me quiero acercar a él

- ¿Acercar a él? – se alarmó mi hermano - ¿Cómo que cerca de él?

- Cuando lo vi en el pasillo esta mañana, lo seguí, quería saber quién era.

- Y en algún momento, mientras lo seguías, no se te cruzó por la cabeza, lo peligroso que era – me dijo.

- No ... - le contesté a mi hermano en voz baja.

- No puede ser – movió su cabeza de un lado a otro.

Mientras tratábamos de descifrar el significado de las cartas mi hermano y Liam interactuaban más en la conversación.

- Una manzana – susurró Liam – tiene algún significado para ustedes.

- No, no se me viene a la mente nada.

- A mi tampoco, no se me ocurre nada, contestó Alex.

- Una manzana – Keyla golpeaba su lápiz en su mentón – una manzana podrida – entrecerró los ojos - ¡No puede ser! – gritó.

- ¿Qué? ¿Qué cosa? – preguntamos intrigados.

- Manzana podrida – nos repitió – El incidente en la carretera – continuó.

- ¡Eso es! – le contesté.

- ¡Claro! – continuó Liam – la fruta podrida en el parabrisas.

- ¿Parabrisas? ¿carretera? ¿Incidente? – nos cuestionó mi hermano.

- Un día, con Keyla, nos lanzaron una manzana podrida en el parabrisas cuando veníamos de la Universidad, pensamos que nos querían asaltar, Liam nos encontró estacionadas en la esquina de mi casa, y nos ayudó a limpiar.

- No lo puedo creer Alexandra, me cuentas de tus partes favoritas y frustraciones de cada episodio de una serie que te estés viendo, y no me puedes contar cosas como estas.

- Lo siento - lo abracé del brazo – estos días han sido una locura – continué.

Nos pasamos el resto del día tratando de entender lo que estaba pasando, quien era esa persona, y que quería de nosotros. Decidimos dejar pendiente el asunto hasta obtener nuevas pistas, mientras tanto acordamos evitar andar solos, especialmente Keyla y mi persona.

Mientras los días pasaban, parecía que las cosas volvían a la normalidad, no había nuevos mensajes, cada día me adaptaba más a la Universidad, mi madre no sospechaba nada acerca del cambio de carrera de mi hermano, los padres de Keyla le daban un poco más de libertad, y Liam y mi hermano ......, bueno cruzar dos o tres palabras es mejor que nada.

El viernes de la semana siguiente, me desperté con el sonido del vehículo de Alex saliendo de casa. Me extrañó mucho que no me haya esperado como usualmente lo hace para ir juntos a la Universidad, pensé que tenía que hacer algo urgente, así que bajé directamente a la cocina, saludé a Nana, pues Mamá también había salido a la oficina.

- Nana, ¿Y mi hermano?

- Desayunó muy rápido y salió de prisa cariño, me dijo que tenía algo muy urgente que hacer.

Su respuesta no me tranquilizó para nada .... Por lo que decidí desayunar y subir a prepararme para ir a clases. Mientras me arreglaba un sentimiento extraño invadió mi pecho, de pronto todo lo que había pasado en las últimas semanas comenzaron a regresar a mi mente, nuevamente me sentí inquieta por mi hermano, por su extraño comportamiento, ya que cada vez que salía más temprano me avisaba, pero esta vez no lo hizo.

Debido a mi inquietud, decidí ir a su cuarto para ver si encontraba algo. Lentamente abrí puerta de su habitación y noté dos cosas que hicieron que mis alarmas se encendieran. Mi hermano había olvidado su mochila de clases, ¿Por qué haría eso si iba a la Universidad?; además había un sobre rojo en medio de su cama, inmediatamente me acerqué a ver el sobre, pero estaba vacío.

Mis manos se pusieron heladas, mi preocupación comenzaba a incrementarse, necesitaba hablar con mi hermano, por lo que decidí llamarlo, y cuando no obtuve respuesta, ya no pude más con mi preocupación.

- Es todo .... Necesito ir ahora mismo a la Universidad, necesito hablar con Alex – me repetía mientras Manuel sostenía la puerta abierta del auto para llevarme a la Universidad.

Inmediatamente llegué, me fui a su facultad, lo busqué por todos lados, por los salones, pasillos, cafetería, y no lo encontré. Decidí preguntar a sus compañeros, sus respuestas no me tranquilizaron para nada, me dijeron que no lo habían visto ese día, y además estaban extrañados pues Alex era muy puntual, y nunca se saltaba las clases, incluso pensaron que estaba enfermo, por lo que le habían escrito y tampoco les había contestado.

Llamé a Keyla le conté la situación, ella llegó super rápido, y visiblemente preocupada, pues ella sabía que el comportamiento de mi hermano no era normal, seguimos buscando por todas partes sin encontrarlo, y aún peor, ahora no entraban las llamadas al teléfono de mi hermano.

Keyla y yo nos saltamos las clases ese día, para mí la prioridad era encontrarlo, y como siempre, contaba con el apoyo de Keyla sin necesidad de que se lo pidiera. Cansadas de caminar decidimos sentarnos un momento en nuestro lugar favorito de la Universidad.

Liam nos vio mientras caminaba con sus amigos, y apenas nos notó se acercó a nosotras.

- ¿Cómo están las chicas mas bellas de esta Universidad?

- Mal ..... – le contesté

- ¿Mal? ¿Qué pasó?

- No encuentro a mi hermano, esta mañana salió super temprano, olvidó su mochila en la habitación, le dijo a Nana que tenía prisa, y peor aún había un sobre rojo abierto en la mitad de su cama.

- ¿Otro sobre rojo? ¿Ustedes recibieron otro sobre rojo?

- No, ya revisamos todo y no encontramos nada – le contestamos al mismo tiempo.

- ¡Alex! – grito Keyla.

- ¿Qué? ¿Qué pasa?

- Nuestros casilleros .... No hemos buscado ahí.

- Por supuesto – afirmé – obvio como no buscamos antes ahí.

Literalmente vaciamos nuestros casilleros, y no encontramos nada, buscamos hasta en el casillero de Liam, y el resultado fue el mismo. Nos estábamos quedando sin opciones, habíamos buscado en todas partes, no quería preguntarle a mamá, no quería preocuparla, ella es super cuidadosa con nuestra seguridad.

Intentamos llamar a Christian, pero se encontraba fuera de la ciudad con su familia, en un viaje de negocios, acompañando a su Padre.

Llegó el fin de la jornada escolar así que, una nueva preocupación rondaba en mi cabeza.

- ¿Cómo voy a llegar sola a mi casa? ¿Cómo voy a llegar sin mi hermano?

- Tranquila Alex, lo vamos a encontrar – Keyla me abrazó para consolarme.

- No se que está pasando, y ¿si le enviaron alguna carta solo a él?, y se fue a investigar solo – continué – ¿si lo llevaron directo a una trampa? – mis manos temblaban.

- Esta bien, no pienses esas cosas, te estás haciendo daño – Liam tomo mis hombros y prosiguió a secar mis lagrimas con sus pulgares – Alexander está bien – sostuvo mi rostro con sus manos.

- Si Alex – prosiguió Keyla – tal vez todo es un malentendido y él está haciendo algo para alguna clase, o algo para tu mami, y se olvidó de decirte, e incluso pude estar en una cita con una chica.

De repente una pareja pasó junto a nosotros discutiendo, por lo que alcanzamos a escuchar.

- Cariño en serio no fue mi intención, en serio lo olvidé ...

- Cómo pudiste olvidarlo, te hice un recordatorio Daniel.

- Lo siento mi celular nunca sonó.

- Incluso te envié un mensaje anoche – la chica sacó su teléfono y comenzó a leer el mensaje – No te olvides que mañana es 9 de octubre, tenemos el almuerzo con los Smith. – ves, ahí especifiqué claramente, ¿Cómo pudiste olvidarlo?

En ese momento, un balde de agua helada metafóricamente cayó sobre mí.

No puede ser ..... –susurré – ya sé donde está mi hermano.

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