UN SOLO EQUIPO
El teléfono no dejaba de sonar, recostada en mi cama miraba como se perdía cada llamada que Liam y Keyla me hacían, no había hablado desde el viernes con ellos, imaginaba lo incómodo que sería verlos la mañana siguiente en la Universidad. El fin de semana lo había pasado con Christian, hablando sobre lo que pasó ese día, y como me sentía herida por el comportamiento de dos de mis mejores amigos, la manera en que reclamaron conocer un secreto que no me correspondía, el mismo que mi hermano no tenía ningún derecho de revelar, y que por la culpa de quien quiera que fuera la persona que está atormentándonos, Alex nunca se habría forzado a estar en ese momento tan incómodo.
De repente esos pensamientos angustiantes se vieron opacados por el cálido recuerdo de la manera en que Thomas me defendió de Liam, ese momento pensé por un instante que tal vez le interesaba en serio y que no me consideraba su distracción, o su "deporte favorito" como el me llamaba cuando me hacía sonrojar, luego mis pensamientos negativos que me hacen creer que esas cosas no podrían pasarme a mí, me decían que él era un caballero y que hubiera reaccionado de la misma manera con cualquier persona en una ocasión similar.
Ese día Thomas me sacó de esa situación y me llevó, junto con Christian y Alex, a una cafetería cerca de la Universidad para que nos calmáramos, hablamos de tantas cosas, nuestros gustos, recuerdos de infancia, nuestra historia, hobbies que teníamos, etc.
De repente un sonido en mi ventana interrumpió mis pensamientos, mi hermano entró por la puerta de mi habitación con su ropa para dormir y sus headphones en el cuello.
- Asómate al balcón, mira quienes llegaron
De un salto ya estaba en el balcón completamente intrigada, para ver una escena que debilitó el hielo que supuestamente tenía en mis sentimientos en ese momento. Parados en el pasto con un letrero hecho a mano, sostenido por un lado Keyla, y en el otro extremo Liam, se podía leer en letras azules "¿Nos perdonan? Actuamos como tontos"
Mi hermano soltó una pequeña sonrisa por la escena, mientras que yo me limité a pensar que tal vez pude exagerar un poquito en enojarme tanto con ellos por lo que pasó, puede que el miedo y coraje que tenía por lo que está pasando, lo redirigí hacia ellos inconscientemente, y comencé a sentirme mal por no responder los mensajes ni llamadas de ellos.
- ¡El azul es el color más triste! – gritó Keyla mientras agitaba su mano para saludarme.
Bajamos a recibirlos, Keyla y Liam se disculparon con nosotros y nosotros con ellos, y en un momento parecía que toda la incomodidad se había ido.
Luego de una pequeña charla en el jardín, Liam se dispuso a regresar a su casa, mientras que Keyla y yo subíamos a mi habitación, y nos recostamos en mi alfombra para conversar, como acostumbramos.
- Nunca habíamos estados distanciadas tanto tiempo, fue horrible, no lo volvamos a hacer.
- Lo sé – le contesté – los días se hicieron tan largos.
- Cuando se fueron los cuatro y me quedé con Liam, sentí como se formaban grupos e inmediatamente me sentí aislada.
- Ni siquiera lo pienses Key Key – la regresé a ver – no te apartaría de mi lado, eres mi mejor amiga, no te haría eso, somos un equipo.
Luego de una noche de risas y películas, un pequeño sonidito interrumpió mi sueño.
- Alex – escuche el susurro de Keyla en la oscuridad
- ¿Qué pasó? – le susurré de regreso
- ¿Estas despierta?
- Ahora si
- ¿Te puedo preguntar algo? – encendió la lámpara que se encontraba en el lado de su cama.
- Claro, dime ¿Qué pasó?
- ¿Qué sientes por Liam?, se cien por ciento sincera conmigo, ¿Alguna vez te gustó?
- Por supuesto que no – respondí rápidamente – Liam es familia para mí, jamás lo vería de una manera diferente.
- Ok, bueno, descansa – apagó la lámpara.
- ¿A qué se debe esa pregunta? – encendí la lámpara de mi lado de la cama ¿sientes algo por Liam?
Keyla solo sonrió, y ese silencio me bastó para darme cuenta que si, a Keyla le gustaba Liam.
- ¿Desde cuándo te gusta Liam? – estaba completamente emocionada y quería saber cada detalle.
- Siempre me ha parecido guapo, pero estos dos días que pasé con él, hablando y haciendo el cártel, me di cuenta lo lindo y divertido que es – sus ojitos brillaban - ¿Tú crees que tengo oportunidad con él?
- Por supuesto que sí, eres linda, divertida, buena amiga, inteligente, y muy talentosa, sería un tonto si no.
- ¿Sabes que sería buena idea?
- ¿Cuál? – le respondía intrigada
- Qué tal si hacemos una fiesta en mi casa el viernes. Mis padres se encontrarían de viaje y obvio que si me darían permiso.
- Me parece perfecto estos días han sido un estrés total y lo necesitamos.
- Entonces ya está decidido hacemos la fiesta el viernes, invitamos solo a las personas más cercanas, nuestro grupo y nuestros compañeros.
Pasamos las tardes de la semana después de clases, planeando la fiesta, Christian se ofreció para ser el DJ, Liam y Alex se encargaban de las bebidas, Thomas traería los bocaditos, mientras que Keyla y mi persona nos encargaríamos del resto.
El viernes llegó en un abrir y cerrar de ojos, tenía mi outfit ideal para la ocasión, ya que la temática era pool party, y comenzaba a las 5, tenía en mi closet el vestido blanco veraniego perfecto, largo y sin espalda, con una apretura que comenzaba en el muslo izquierdo y terminaba a la altura de mi tacón, no tenía botones para no dañar el patrón del vestido, solamente un cierre invisible a la altura de mi cadera derecha.
Estaba a punto de llegar a la fiesta con mi hermano, cuando nos llegó una notificación al chat grupal, era Liam, "Chicos me surgió un inconveniente, no puedo asistir, lo siento; todo el asunto de las bebidas ya quedó listo, que se diviertan mucho, los quiero"
Me sentí mal por Keyla, mi hermano llamó a Liam, quien le explicó que no era nada grave, que luego nos contaría.
En cuanto me bajé del vehículo, vi a Keyla esperándome con un puchero, corrí a consolarla.
- Solo espero que esté todo bien.
- Sí, mi hermano habló con él, no es nada grave, dijo que luego nos explicaba – entrelacé mi brazo con el de Keyla – además estamos aquí para divertirnos, nos esforzamos mucho por esta fiesta.
- Tienes razón – se animó – vamos a divertirnos, merecemos esto después de todo lo que ha pasado.
La estábamos pasando súper bien, Christian estaba disfrutando al máximo ser DJ. Connor estaba bailando con una chica que lo invitó mi hermano conversando con sus amigos, y Keyla, Thomas y mi persona, bailando en la pista, hasta que de repente todo quedó en tinieblas.
- Los chicos comenzaron a silbar y a gritar por la luz, Keyla llamó a seguridad y nos fuimos a ver los breques de luz que estaban en la cochera, con las linternas de nuestros teléfonos.
El cielo se veía tan iluminado por las estrellas y todo se sintió tan tranquilo, estaba tan distraída mirando las estrellas, que di un paso en falso y tambaleé, Thomas evitó que cayera tomándome del brazo y la cintura.
- Cuidado – sonrió
- Si, gracias – arreglé mi cabello tras mi oreja.
- Ya encontramos el problema señorita Keyla - la luz regresó de repente - al parecer tenemos un bromista que bajó los breques, no se preocupe, revisaremos todo el lugar para que esté tranquila.
- Gracias Danny – amablemente contestó Keyla
Mientras estábamos en el Garaje algo llamó la atención de Thomas, los cuadrones de la familia de Keyla.
- Wow, no sabía que manejabas cuadrones Keyla, son preciosos.
- Si, nos gusta hacer carreras en familia, ¿tú los sabes manejar?
- Sí, mi vecino tiene un par y nos gusta salir a conducirlos de vez en cuanto.
- ¿Entonces que les parece si organizamos una carrera? – dijo Keyla
- Si - asentí emocionada – en algunas ocasiones he participado en sus carreras familiares.
- Listo, ahora tenemos cuatro cuadrones aquí, el mío es el rosa, el blanco de papá, el negro de mi hermano, y el rojo de mamá.
- Entonces ya que el rosa es tuyo, yo tomaré el blanco, combina con mi vestido - guiñé mi ojo- Thom, ¿tu cuál quieres?
- Yo correré con el cuadrón negro
- Entonces, nos falta uno – intervino Keyla – regresemos a la fiesta para preguntar si alguien más quiere participar.
Connor se ofreció inmediatamente, a lo que Keyla intervino – está bien chicos la carrera inicia aquí, pasamos por este camino, cruzando la cancha de tenis, rodeamos la piscina y regresamos, gana el primero que llegue a este punto.
Nos preparamos, trajeron los cuadrones al punto de partida, me saqué los tacones para estar más cómoda y cuando estaba probando el acelerador, Keyla notó mi cara nerviosa.
- Alex ¿Está todo bien? – me preguntó
- Sí, es solo que este control de velocidad está muy sensible.
- A mi padre le gusta la velocidad y lo tiene así, más suave, pero tranquila, toma el mío, este tiene más control.
- ¿Estás segura?
- Si no hay problema, manejo el cuadrón de mi Padre siempre.
Connor y Thomas se subieron a sus respectivos cuadrones, estaba todo listo, y mientras todos en la fiesta estaban detrás nuestro animándonos, una de las chichas tomó una servilleta y comenzó a ondearla para dar inicio a la carrera.
Salimos, y rápidamente comenzamos la carrera, la ventaja la tenía Keyla y casi alcanzándola, Thomas, por lo que comencé a acelerar para no quedarme en último lugar. Luego de unos segundos alcancé a ver que Thomas había pasado a Keyla, y seguí acelerando hasta que me puse a la par de Keyla, quien me sonrió, y cuando me dispuse a reducir la velocidad para la curva que nos permitía llegar a la cancha de tenis, no pude; inmediatamente me asusté, trate de frenar pero la velocidad no se reducía en lo más mínimo, mis manos comenzaron a sudar, nuevamente intente frenar, pero el cuadrón no bajaba la velocidad, al contrario aumentaba la velocidad cada vez más, avancé a curvar con dificultad, Keyla lo notó y me gritó.
- ¡Frena Alex, Frena!
- No puedo, lo estoy intentando, ¡no funciona! – le contesté angustiada mientras la iba dejando atrás - ¿Qué hago? – le grité mientras veía en sus ojos la desesperación de verme alejándome de ella y dirigirme hacia la cancha de Tenis.
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