¿QUÉ ESTÁ PASANDO?
Keyla y yo nos dispusimos a limpiar el parabrisas con unas toallitas desinfectantes que no pueden faltar en mi bolso. Liam nos encontró en la esquina de la casa, se bajó del vehículo y se acercó a nosotras.
- No puedo evitar preguntar ....... ¿qué están haciendo en la esquina de la casa limpiando el auto?
- Nos lanzaron manzanas podridas camino a casa.
- ¿Quiénes? ¿Cómo? - preguntó intrigado y un poco preocupado - ¿Están bien? ¿No pasó nada?
- No, Keyla manejó directo hasta aquí, no quisimos parar en ningún lado por seguridad.
- Hicieron bien, he escuchado varios casos de asalto lanzando cosas a los parabrisas para que las personas se detengan.
- Lo sé - contesté - Manuel me ha repetido varias veces eso, si alguna vez nos encontramos en una situación así, no se estacionen, podría haber alguien esperando; y afortunadamente me acordé de él en ese momento.
Liam nos ayudó a limpiar, y cuando terminamos, nos invitó a salir a tomar algo el próximo sábado, abrirían una nueva discoteca y queríamos conocerla.
Keyla llamó a sus padres para pedir permiso y Liam llamó a mi mamá para hacer lo mismo. Yo estaba segura de que la respuesta iba ser sí, ya que a mamá le agrada Liam, y para ser sincera, creo que hasta nos empareja, porque ella siempre dice que sería el novio perfecto, y si fuera de otra manera también pensaría igual; pero en este caso no quería a Liam de esa forma, él siempre estuvo conmigo, crecimos juntos, no lo podía ver de una manera diferente.
Tras obtener todos los permisos, Keyla pensó que sería buena idea invitar a mi hermano y a Christian; quién aceptó de inmediato, respuesta totalmente opuesta a la de mi hermano, que prefirió quedarse en casa.
El fin de semana llegó y estábamos emocionadas por ello; camino a la discoteca Liam nos comentaba que había logrado obtener entradas VIP, el dueño era conocido de su familia así que no tuvimos problemas con obtenerlas.
- Se ven hermosas chicas - nos miró por el retrovisor. Él iba adelante con el chofer de su padre; mientras que Keyla y yo estábamos en el asiento trasero, terminando de retocar nuestro maquillaje y cabello.
- Siempre se puede estar mejor - respondió Keyla mientras frotaba sus labios de un lado a otro para que el labial cubra todo.
- Christian nos está esperando en la entrada - les comenté, mientras guardaba mi celular.
- Liam ¿No conoces a Christian verdad?
- Aun no Keyla, pero Alex me ha hablado mucho de él.
- Se llevarán bien, es un buen chico.
Mientras encontrábamos espacio para estacionarnos, vi a Christian parado cerca de la entrada, entrelazando sus brazos por el frío mientras movía su cabeza de un lado a otro buscándonos entre las personas que llegaban, nos bajamos del auto, él nos vio y vino inmediatamente hacia nosotras, con una enorme sonrisa que mostraba amabilidad.
- ¿Cómo están mis chicas favoritas? - dijo mientras nos abrazaba
- Muy bien ¿Y tú como has estado? Te has perdido estos días - le respondí.
- Tenía mucha tarea, pero pensé que necesitaba despejar un rato la mente, por eso su invitación me cayó como anillo al dedo.
- Te ves muy bien con chaqueta de cuero - lo piropeó Keyla.
- Gracias, estoy probando estilos nuevos - se acomodó la chaqueta.
- Te queda bien, me gusta este estilo - sonreí - Chris él es Liam, el amigo de quien tanto te he hablado.
- Hola - estiró su mano - Alex me ha contado tanto de ti.
- Liam - le respondió el saludo - al parecer Alex ha hablado mucho de los dos en estos días - le contestó con una pequeña sonrisa.
Ya en la zona VIP, nos sentamos en nuestra mesa, y mientras pedíamos nuestras bebidas, Christian nos invitó a bailar.
- Bueno chicas ¿vinimos a bailar o solo a estar sentados?
- A bailar obvio - contestó Keyla mientras le estiraba la mano para salir a la pista - Liam ¿no vas a invitar a Alex?.
- Si, en un momento - contestó tímidamente.
Keyla y Christian definitivamente estaban disfrutando de la música, bailando y riendo como viejos amigos. Liam cree que no es un gran bailarín, siempre evita bailar en las fiestas, cree que no tiene ritmo; para mí no baila mal, pero una inseguridad es una inseguridad......... y aunque a veces las personas lo niegan, todos tenemos inseguridades, o por lo menos alguna vez en la vida nos hemos sentido así.
En mi caso, no suelo mostrar las pecas que tengo en el rostro, justo debajo de mis ojos en la zona alta de las mejillas, forman una especie de franja que pasa por el puente de mi nariz.
Mientras charlábamos me dio mucha sed y noté que mi bebida se había terminado.
- Voy a la barra, ¿Quieres que te traiga algo?
- Si, una piña colada por favor.
- Listo en seguida regreso, no te diviertas mucho sin mí.
- No lo haré - me contesto.
Mientras caminaba hacia la zona de bebidas, me llamó la atención una chica que estaba bailando sobre una mesa, mientras sus amigos la animaban, salí de la zona VIP, llegué a la barra y pedí un coctel de frutos rojos sin alcohol y una piña colada para Liam.
Como habían pasado varios días sin cometer algo torpe, obviamente tenía que elegir el lugar con mayor afluencia de personas para hacerlo. En cuanto tuve las bebidas en mis manos, quise regresar a la zona VIP antes de derramarlas o que se me cayeran; por lo que me di la vuelta rápidamente para ver como una camiseta blanca se manchaba con mi bebida de frutos rojos.
Estaba totalmente avergonzada por lo que solté la piña colada en la barra, comencé a limpiar la camiseta con mis manos, sin levantar la mirada, mientras me disculpaba insistentemente.
- No es necesario que hagas eso para llamar mi atención.
Su voz familiar hizo que levantara la cabeza lentamente para confirmar mis sospechas, era Thomas.
- ¿Crees que me gusta ridiculizarme en público siempre? Te tengo noticias, no me gusta.
- Tranquila, no te alteres.
- No, es que tú no entiendes, no es divertido - estaba completamente frustrada por la situación.
- Mírame - puso sus manos en mi rostro y lo levantó hasta que mis ojos se encontraron con los suyos. - no pasa nada, no quise hacerte sentir mal, lo siento.
- No tienes que disculparte conmigo, al contrario, yo tengo que disculparme, si sigo así no te voy a dejar ropa buena.
- Si cada vez que mi ropa se manche o dañe, tú eres la causa, vale la pena.
Mis ojos seguían a los suyos, de pronto ambos nos callamos, dejé de limpiarlo con mis manos, y durante unos pocos segundos, nuestras miradas conectaron como si nadie más estuviera ahí.
- ¿Alex? .... ¿Qué pasó? - nos interrumpió Liam.
- Un pequeño accidente no es nada - Thomas le extendió la mano - soy Thomas, amigo de Alexandra.
- Liam - estrechó su mano - ¿Ustedes ya se conocían?
- Si - Nos conocimos el primer día de clases, el me ayudó con un pequeño problema que tuve.
- ¿Estudias con nosotros entonces? ¿En qué carrera estás?
- Medicina ..... ¿y tú?
- Negocios Internacionales.
- Un placer conocerte - Liam luego dirigió su mirada hacia mí - ya son las 11 de la noche, nos tenemos que ir, tu permiso expiró.
- Si claro - contesté - enseguida los alcanzo.
- Voy por Christian y Keyla, te esperamos en el auto - quienes ya estaban parados detrás de Liam.
- Chicos ¿Dónde estaban? Nos tenemos que ir - dijo Keyla mientras se terminaba su coctel - Hola Thomas ¿Cómo estás? - lo saludó emocionada.
- Bien Keyla, con un poco de frío.
- ¡Qué te pasó! - Christian miró su camiseta completamente manchada.
- Accidentalmente derramé mi bebida en él - contesté antes de que Thomas lo haga - Thomas él es Christian ..... Christian él es Thomas - los presenté.
se saludaron con la mano, pero agregaron un golpecito de hombros al final.
- Si, si, todos somos amigos, que viva la amistad, pero nos tenemos que ir, si no llegamos antes de las 11:30 no nos van a dar permiso de nuevo, Voy a ver dónde está estacionado el auto - Liam se adelantó.
- Chris, ven - Keyla lo llamó con su mano - vamos a acompañar a Liam.
Claramente Keyla quería darnos un poco más de tiempo para Thomas y para mí.
- Lo siento por tu camisa - nuevamente me disculpé.
- Puedes hacer lo que quieras con ella, mancharla, rayarla, e incluso romperla con tus manos si quieres - sonrió.
- Gracias estoy bien - ¿Qué fue esa respuesta? Pensé ¿por qué siempre digo cosas tontas cuando me pongo nerviosa?
Nuevamente sentí el calor en mis mejillas.
- Y ahí ... está el rubor - sonrió.
- Que no se te haga un hábito - lo miré entrecerrando mis ojos.
- Entonces ....... ¿Viniste con tus amigos?
- Si a divertirnos un rato, luego de una larga semana, ¿Y tú?
- En este momento estoy trabajando.
- ¿Trabajas aquí? - le pregunté interesada.
Un mensaje de Liam en mi teléfono nos interrumpió antes que Thomas me contestara, ya estaban todos esperándome.
- Me tengo que ir, nos vemos luego.
- Nos vemos luego - besó mi mejilla.
Cuando salimos del estacionamiento pasamos por una de las puertas de salida, donde inconscientemente regresé a ver hacia una de ellas, notando que un chico salía abrazando por el costado a una chica, mientras se dirigían a uno de los vehículos cerca.
Inicialmente no me llamó mucho la atención, pero no entiendo por qué, continué viéndolos, hubo un momento en el que pasamos frente a ellos, a tal punto de poder ver sus rostros, era la chica que estaba bailando en la mesa, y el chico era Thomas......
Llegué al fin a mi casa luego de dejar a Chis en la suya, Keyla se despidió de nosotros y se fue en su auto que había dejado estacionado en mi casa. Liam me acompañó hasta la entrada.
- Entonces ........
- ¿Entonces? ..... le contesté
- El chico, Thomas ....... ¿Qué pasa con él? ¿Desde cuándo lo conoces? ¿Es buen chico?
- Desde el primer día de la Universidad, como dije, y ... referente a lo de buen chico, creo que sí, no ha hecho nada raro hasta ahora.
Liam se quedó en silencio un momento, mientras me miraba ente cerrando sus ojos.
- ¿Que? - le contesté nerviosa ¿por qué esa mirada?
- Thomas ...... te gusta. - soltó esas palabras sin anestesia.
-¿Porque? ..... solo lo viste dos minutos exageradamente, ¿Qué te hace pensar que me gusta?
- Tu mirada ...... - señaló a mis ojos - no te la había visto antes.
- No me gusta - afirmé - es solo un amigo que me ayudó en cierto momento.
- Está bien - pero no me mires de esa manera.
- ¿Cómo?
- Enojada - me contestó.
- No estoy enojada - cambié mi expresión - es solo que siempre tratan de emparejarme con todos los chicos con quienes tengo contacto.
- Ok, Ok. - dijo en sentido de burla.
- Tu más que nadie deberías entender el concepto de amistad chica - chico - le dije mientras entraba a mi casa.
- Lo sé, - me entregó la cartera que amablemente se ofreció a llevarlo por mí, para luego despedirse.
Estaba cerrando la puerta cuando escuché la voz de Liam nuevamente.
- ¿Sabes por qué te pregunté sobre Thomas?
- No.... - volví a abrir la puerta.
- Porque vi la misma mirada en el también ...... En fin, nos vemos luego - se despidió y regresó a su auto.
Puede que las palabras de Liam, en otro escenario me hubieran emocionado, pero no en ese momento, lo había visto salir con otra chica de la disco, me había mentido.... No estaba trabajando. Además, parece que solo se divierte conmigo, le gusta ponerme nerviosa, y eso es todo.
Me puse mi pijama y salté al balcón de mi hermano, golpeé su puerta y salió inmediatamente, y nos sentamos en el suelo como siempre.
- ¿Cómo les fue hoy? ¿Se divirtieron?
- Si bastante, solo que nos hiciste falta.
- Seguro - dijo en tono sarcástico.
- Es verdad - continué - nos hiciste falta a todos. Keyla y Christian te esperaban por si te arrepentías. Y Liam me preguntó por tí cada vez que tuvo la oportunidad.
- ¿Qué cosas te preguntó?
- Quería saber si estabas bien, como sobrellevaste lo de papá, como te va el primer semestre de Universidad.
- ¿No le dijiste nada sobre mi carrera verdad?
- Obvio no, ni Christian, cada vez que el retomaba el tema, Christian desviaba la conversación.
- Es un buen chico, elegiste a la persona correcta para que nos ayude.
- Es muy confiable, a pesar de que lo conocemos poco tiempo, siento que no es así, lo siento muy cercano.
- Al comienzo, me mostré un poco desconfiado, pues no sabíamos nada sobre él, incluso ahora, no sabemos nada sobre su familia, sus hobbies, intereses, sus otros amigos, nada.
- Hoy lo dejamos en su casa, vive en una de las residencias privadas de la ciudad. Sé que él es misterioso, pero al mismo tiempo sé que no es nada malo, es una buena persona, es atento, y siempre hace lo posible por ayudarnos.
Terminamos de charlar, regresé a mi dormitorio, y traté de dormir, aunque no pude conciliar el sueño, el recuerdo de lo que había pasado con Thomas en la discoteca regresaba a mi mente, y verlo con esa chica, despertó un interés por saber a qué estaba jugando conmigo, ¿será un típico Casanova?, un jugador como muchos. ¿Estoy cayendo en sus juegos?
De tanto pensar me quedé dormida, y temprano en la mañana, Nana me despertó, pues mamá quería desayunar con nosotros como todos los domingos. En el desayuno nos preguntó cómo nos iba las primeras semanas en la Universidad, y cómo me fue en la fiesta la noche anterior.
Estaba contenta por nuestras respuestas, pues mis notas estaban mejorando, y Alexander como el niño aplicado que siempre ha sido, no tenía inconveniente con las clases tampoco. Y según el reporte del personal de seguridad de mamá, llegué a las 11:28 a la casa, había obedecido las reglas.
Pasamos el resto del domingo en casa con mamá, vimos películas, y cenamos pizza vegetariana, su favorita. Nos fuimos a dormir temprano, quería iniciar la semana con buena cara, y no parecer un mapache. Hice mi rutina de limpieza nocturna, puse la alarma en mi teléfono, y me acosté, como estaba feliz por el día en familia que pasamos, me dormí rápidamente.
Me desperté super descansada minutos antes de la alarma, pues había dormido mis horas completas. Llegué a la Universidad, y me dirigí rápidamente a mi casillero para dejar los libros de toda la semana, los pasillos estaban casi vacíos, pues era super temprano. Cuando llegué finalmente al pasillo de mi casillero, vi nuevamente a esa persona completamente de negro y con gorra, que se alejó rápidamente al sentir mis pasos, no puede verlo completamente, pues apenas me asomé, el dobló la esquina del otro lado del pasillo.
Sentí un impulso de correr tras él, pero cuando llegué al final del pasillo, y doblé la esquina, no había nadie, al mismo tiempo que eso pasó, otros estudiantes se acercaron a sus casilleros, por lo que decidí regresar al mío.
Abrí mi casillero, y vi que algo calló desde el mismo, cuando miré hacia abajo, mi respiración y corazón se aceleraron, era un sobre rojo, como el que había encontrado en mi balcón, con miedo lo levanté rápidamente, mientras solté mi bolso en el suelo. No quería abrir la carta, tenía miedo de ver lo que había dentro.
Pero el hecho de que más personas estaban conmigo en ese momento me llenó un poco de valor, por lo que firmemente, decidí abrirla. Lentamente, la despegué, dentro de ella había una tarjeta blanca, con letras pequeñas impresas en tinta negra.
"Ten cuidado con las manzanas podridas, pueden podrir a las demás".
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