La habitación estaba oscura, la única luz leve era la pantalla de mi laptop, pues la película que habíamos estado viendo se seguía reproduciendo. Keyla y yo estábamos paradas en la puerta que daba al pasillo, yo estaba con la mano en la manija lista para salir si la persona en el balcón lograba entrar. Estábamos congeladas del miedo, cuando escuchamos la voz de Alexander.

- Chicas, abran la puerta.

- ¡Que susto! – dije mientras puse mi mano en el pecho en señal de alivio.

- ¿Qué les pasa?, ¿me van a dejar entrar?, está haciendo frío aquí afuera.

Mientras caminaba hacia el balcón para abrir la puerta, Keyla resbaló su espalda desde la pared hasta el suelo en señal de alivio.

- No vuelvas a asustarnos de esta manera – dijo Keyla mientras se levantaba del suelo.

- ¿Qué hice?, si casi siempre vengo por el balcón, me da pereza dar la vuelta, caminar por el pasillo, y golpear la otra puerta. – dijo mi hermano mientras se sentaba en la alfombra y agarraba los dulces del bowl - ¿Qué estaban viendo una película de acción?

- Mas bien, suspenso – murmuró.

Pasaron las horas rápidamente y mientras Keyla le contaba todo lo que pasó en sus vacaciones a Alex, la alarma de mi teléfono comenzó a sonar, recordándome que era hora de ver los resultados.

- Ya es hora chicos, los resultados están listos.

Inmediatamente cada uno agarró su teléfono, e ingresó a la plataforma.

- Listos, a la cuenta de tres le damos clic a cargar, ¿OK? – dijo Keyla – uno, dos, y ...... tres.

Le di clic a mi teléfono y rápidamente salieron los resultados de mi admisión, la respuesta podía ser solamente dos palabras, "Aceptada" o "Rechazada" dije en mi mente. Al ver mis resultados la alegría invadió mi ser, "Es un placer informarle que su solicitud de admisión fue aceptada, Felicitaciones."

- ¡Me aceptaron! – grité mientras me cubría la boca con la mano, estaba un poco incrédula, pues mis notas no eran malas, pero tampoco las mejores; además la empresa de mamá recién este año había ingresado al ranking de las empresas más rentables de la ciudad.

- ¡Aceptado! – gritó mi hermano – mientras alzaba los brazos en señal de victoria. – entendía su euforia – mi hermano había sido aceptado en la carrera que quería.

- ¿Keyla? – le pregunté, pues noté que estaba callada viendo el teléfono si emitir una sola palabra.

- Lo siento chicos – dijo en un tono triste.

Alex y yo dejamos de celebrar, pues había la posibilidad de que Keyla no haya sido aceptada, ahora me sentía culpable por celebrar antes de ver sus resultados.

- ¿Qué pasó? – mi hermano agarró su hombro.

- En serio lo siento ..... – dijo nuevamente – siento que tengan que soportarme hasta en la Universidad – gritó - ¡Me aceptaron!

Mi hermano abrazó a Keyla, y yo me uní al abrazo, Alex quería a Keyla, pues convivíamos mucho tiempo juntos, y ellos se habían tomado aprecio el uno por el otro. Este pequeño momento era mágico, estábamos cada uno felices por el otro. Era un sentimiento de alegría ya que íbamos a seguir estudiando cerca; y aunque no juntos, si en la misma universidad.

Luego de ver algunas películas, limpiamos toda la comida, para que mamá no viera que Keyla había traído a escondidas "snacks nada saludables" dicho por ella. Alex regresó a su habitación, y Keyla y yo nos preparábamos para dormir, la celebración había terminado.

- Te tengo un regalo de cumpleaños - dijo Keyla sacando algo de su bolso – cierra los ojos.

- Ok – le respondí con mis ojos cerrados – mientras sentía que Keyla agarraba mi mano y ponía algo en mi palma.

- Listo, ya puedes ver.

Abrí mis ojos, y vi un par de entradas Golden para el concierto del sábado de SEVEN, un grupo que nos encantaba.

- ¡No puede ser! – grité mientras brincaba – gracias, nos vamos a divertir un montón.

- ¡Lo sé! – dijo Keyla saltando conmigo.

Mientras festejábamos, escuché el sonido de mi teléfono, era Liam "Me aceptaron" decía su mensaje. No puede ser ..... me olvidé que Liam estaba postulando igual que nosotros. Decidí llamarlo, pues me sentí un poco mal por olvidarlo, pero fue sin intención, estaba acostumbrada a que el estuviera lejos.

- Felicitaciones cariño - le dije apenas contestó el teléfono – estoy muy feliz por ti, ¿y adivina qué?, nosotros también fuimos aceptados, así que volvemos a ser compañeros después de 4 años.

- Estoy muy feliz por ti y por Alex, si puedes le haces llegar mis felicitaciones, aunque no hablamos por el momento, espero que todo esto se solucione.

- Yo también lo espero – le contesté.

A la mañana siguiente nuestra madre nos había llamado a desayunar con ella, algo que solamente hace cuando tiene noticias importantes que darnos, cuando está enojada por algo, o cuando tiene noticias importantes por recibir de nosotros. Por los recientes eventos era evidente que nos llamó para saber cuál fue el resultado de admisión a la Universidad.

- Bien chicos necesito saber cómo les fue – dijo en medio de nuestro desayuno.

- Pues, estas viendo a tres estudiantes de primer semestre de la Universidad General del Pacífico – le dije sacando pecho.

- ¿Los tres? – preguntó haciendo referencia a Keyla.

- Mas bien los cuatro – respondí.

- ¿Cuatro? – dijo Alex extrañado.

- Si, Liam se postuló para este semestre y también fue aceptado.

- Que maravillosa noticia - expresó mi madre emocionada.

Ella no era mucho de expresar sus emociones, pues creía que la hacían ver vulnerable, siempre nos decía que el mundo de los negocios no les da espacio a mujeres vulnerables. Con el tiempo, Alex y yo supimos diferenciar los pequeños gestos que hace cuando está muy emocionada, o cuando está triste; y los gestos que hizo cuando se enteró que fuimos admitidos, definitivamente eran de emoción.

- Alex, por poco lo olvido – exclamé - Liam me pidió que te hiciera llegar sus felicitaciones por tu admisión.

- Le dices que igualmente – respondió entre dientes, agachado la cabeza mientras desayunaba.

Pronto percibí que a mi hermano no le encantó la noticia de que Liam estudiara con nosotros; mirando con detenimiento todo lo que había pasado, noté que no estaban enojados entre sí. Mi hermano estaba enojado con Liam. Claro..... por eso lo evita y es frío con él.

- Sra. Ackerman, le regalé a Alexandra por su cumpleaños, entradas para el concierto de SEVEN de este sábado – interrumpió mis pensamientos Keyla.

- ¿Puedo ir con Keyla? – le pregunté emocionada.

- Claro niñas respondió, Alex no ha celebrado su cumpleaños, pueden ir siempre y cuando alguien las lleve.

- No se preocupe, ya hablé con mis padres y nos va a llevar Esteban, nuestro chofer, nos va a dejar y regresa por nosotras al terminar el concierto.

- En ese caso no veo inconveniente alguno.

- Gracias, gracias, mami – le decía mientras la abrazaba por la parte posterior de su cuello.

La noche del sábado llegó y estaba muy emocionada por el concierto, decidí ponerme un hermoso vestido color turquesa, escote halter, 7cms por encima de la rodilla. Estaba colocándome unos aretes, pues llevaba el cabello recogido, y escuché el claxon del auto de Keyla. Me puse mis tacones agarré mi cartera y salí.

- Vaya ... te ves muy bien con ese vestido – le dije cuando vi a Keyla.

- Gracias, me sienta el negro – hizo poses de modelos por diversión.

Era interesante ver a Keyla con vestido, pues ella es una chica de pantalón; por lo que, cuando se ponía falda, short, o vestido, no pasaba desapercibida por sus amigos.

- ya en serio amiga tú también te ves muy bien con ese vestido, y esos tacones hacen que tus piernas se vean más largas aún.

- Gracias – le contesté – ¿Nos vamos? No quiero llegar tarde.

- Si vamos, ya quiero ver a mis bebés – dijo emocionada.

En el auto Keyla estaba hablando con sus padres por teléfono, poniéndolos al tanto de nuestro plan para la noche, y contándoles lo emocionada que estábamos por el concierto; mientras que yo estaba viendo por la ventana el caos con el tráfico, pues cuando hay conciertos el centro de la ciudad se vuelve una locura. Keyla colgó la llamada, y mientras me contaba lo que le habían dicho sus padres, puso su atención en la pulsera que llevaba puesta.

- Que pulsera tan linda – tomó  mi muñeca y la acercó a su rostro para poder ver la pulsea a detalle.

- Es un regalo de cumpleaños.

- ¿De quién?

- De Liam.

- Vaya, aparte de lindo y caballero, salió detallista y con buen gusto el muchacho.

- ¿Qué tal si planeamos una salida con Liam para que lo conozcas?

- Me encanta la idea – expresó – como la semana que viene es la última semana de vacaciones, ¿Qué tal si la planeamos para el sábado?

- Perfecto, hablaré con Liam y Alex para coordinar todo.

Definitivamente estábamos disfrutando mucho el concierto, y una de las ventajas de tener entradas Golden, es que puedes ver a tus artistas favoritos tan cerca que hasta ellos mismos algunas veces regresan a verte. Keyla y yo estábamos cantando a todo pulmón nuestra canción favorita, cundo extrañamente sentí la sensación de que alguien nos estaba viendo; por lo que comencé a buscar entre las personas, y de repente lo vi ......

- No puede ser él de nuevo – susurré.

- ¿Qué pasa? – dijo Keyla al ver que me quedé quieta, y dejé de cantar.

- Noah – dije mientras agarraba el brazo de Keyla.