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🥀Capitulo 6🥀

La oscuridad me invade, sin temer bailo a través de ella con dulzura y gracia.
V

Tienen que comerse eso—la fuerte voz de su padre resonó a través del bosque.

Les había dicho que hoy tendrían su primera lección una que según el sería muy importante, ellas sabía que el siempre decía eso, de cierta manera ya les aburría cada vez que lo mencionaba, para su padre cada una era más importante que la anterior.

—¿Pero porque?—pregunto horrorizada.

Estaba empezando a tener náuseas.

—Tienes que adaptarte a cualquier tipo de situaciones.

Ella estaba observando al siervo a lo lejos, pobre animal.
Toma su pequeño arco y le apunta, decidida, la flecha sale disparada con velocidad hasta el ojo izquierdo del animal. La siguiente en su corazón.

—Pequeña, ahora vez y ya sabes que hacer y tú ayúdale a despedazar a ese animal.

Pero no había sido un siervo, si no una persona.

Mis manos temblaron, esto era una cacería de humanos, pero que tan enferma y retorcida tenía su mente.

Volteo a ver a Alisse con una sonrisa tras ver la sangre escurriendo del desconocido por sus manos, se empezó a reír llenándose de sangre todo el cuerpo. Realmente parecía una desquiciada, nuestro padre la vio orgulloso le abrazo sin importarle la sangre que tenía en su cuerpo.

La locura le consumía su mente.

Alisse lo es, ella si parecía pertenecer a este lugar, no temía a nada ni a nadie.

Quisiera tener su valentía.

***

Diciembre 1990

Once años

Pasaron los días los meses y con eso un año uno muy duro, difícil, más que el anterior, todo este tiempo habían hecho cambios, unos muy bruscos, mi capacidad de procesar, todo estaba muy lejos de adaptarme, ya que siendo una niña a la cual estaba instruyendo a ser sumisa, obedecer órdenes, ellos creaban una arma mortal.

Unas asesinas perfectas.

Yo lo era.

Una de las cosas que mi padre siempre estaba diciendo, Adáptate a cualquier circunstancia porque si no moriras, yo quería vivir, al costo que fuera, para eso tuve que sacrificar y demostrar mi lealtad hacia esa persona desagradable, dentro de mi lo odiaba más que a nadie.
Y más al descubrir que la partida de mis hermanas fue prevista ya que el quería lograr sus objetivos y yo no necesitaba a mi hermana para eso, según el ella era una distracción.

Una debilidad.

Tal vez tenía razón, pero eso no le daba el derecho de alejarme de las personas a quien yo más amaba, los días fueron pasando, continuaron, sin parar, fue triste pero mi padre lo tenía controlado todo.
Cuando llegó la navidad, una fecha tan especial que debería de recordar cosas buenas y felices eso no fue exactamente lo que nos pasó, solo estábamos los tres en una mesa repleta de comida, comida extravagante, había muchos dulces de toda la variedad y unos deliciosos olores.

No me dio buena espina todo eso.

Y menos cuando el solo tomaba vino blanco, el no había probado ni un poco la comida deliciosa que se le había servido en su plato.

—¿Por que no comes algo Printsessa?—me pregunta el observándome con una sonrisa cómplice.

Cómo si el supiera lo que en mi mente pasaba, a veces sentía que el podía ver a través de mis pensamientos solo con verme a los ojos. Nos conocía tanto que él podría saber si estábamos mintiendo o no.

—No tengo apetito.—siseo en un murmullo bajo mirando mis manos.

Alisse estaba comiendo de todo, incluso bebió del vino tinto que le habían dado en su copa, una de las regla, era que no debíamos de tomar vino y todo esto estaba mal.

—Alisse ¿Qué tal está la lasaña?—le preguntó, el sacándola de su ensoñación.

—B-buena, está deliciosa.—ella contesta en monosílabos, tenía la boca llena de esa cosa pegajosa, que de un momento me dio ganas de vomitar.

—Que bueno que te gustes las tripas de mis enemigos.—su comentario hace que ella saque todo de su boca, yo imposible me dieron ganas de hacerlo también.
Esa cosa eran tripas de... ¿de una persona? Claro que lo era.
Ella comenzó vomitar lo que había ingerido a sus pies, una asquerosidad de presenciar.

Damián se acercó un poco más hacia a mi y me ofreció agua, mi padre no se dio cuenta, ademas el siempre estaba a mi lado, bajo sus estrictas ordenes.

—El agua no tiene nada.—sisea en un bajo murmullo, solo para que lo escuchara yo.

Asiento sutilmente tomando el vaso de agua más cerca y llevándolo a mi boca, queriendo sacarme la imagen de mi hermana comiendo las entrañas de quien sabe qué persona.

—Oh mi querida Alisse, no deberías de ser más cuidadosa, cuando algo así pasa, siempre tienes que estar alerta, ¿Tenías mucha hambre como para no notar algo extraño?.—parecía quererse burlar, pero ella solo sonrió con malicia.

—Eso no me matará, estando en una situación en donde mi vida corre peligro y donde no tenga posibilidades, tal vez si termine por comer las tripas de un desconocido o incluso las tuyas padre.—le lanza una mirada filosa, estaba loca, ella estaba muy mal de la cabeza para decirle eso.

Damián niega hacia mí, estaba dándome una de esas miradas que decían todo.

Habría problemas.

—Aún no lo entiendes verdad, aún no te doy el suficiente miedo como para que ¡Me respetes! Tú niña mal educada, me debes ¡Respeto!.—se levanta hacia ella.—Soy tu padre y tú único deber es hacer lo que yo te diga.—se acerca a ella en su mano traía un látigo, no sé de donde lo había sacado, le mostró una sonrisa macabra.

Ella comienza a lloriquear, tuve miedo hasta por mi.

—Otets.—clama con voz entrecortada.

—Conocerás mi furia.—sin pensarlo más le toma de cabello y sube a la mesa, mis ojos estaban sorprendidos a tal punto que me levante por un acto de miedo.—Oh no mi Printsessa no te vayas, aún esto no a comenzado.—el le quita bruscamente su largo vestido color azul rey y la deja con una camisola.

Me quede petrificada.

El nos había azotado, pero no en público, el solo lo hacia en la habitación de Sangre, le habíamos dicho así por que sus paredes estaban manchadas de manos ensangrentadas y el piso, ahí olía todo un hedor horrible.

Ella trato de soltarse pero su agarre era más fuerte, tanto que le golpea contra la mesa, mi instinto hizo que tomara las manos de Damián, el estaba con su inigualable seriedad, su rostro no emitía ninguna emoción, el primer azote llego, haciendo retorcer a mi hermana entre el desastre que había hecho, las copas y demás utensilios cayeron al suelo provocando un estruendo violento, la cena se había convertido en una noche de tortura. Volteo a ver la reacción de el pero es que ¿A caso esto le parecía indiferente? Parece notar mi mirada y mi mano entre la suya.

Hace una mueca soltándome rápidamente.

El deja la estancia sin que mi padre le diga nada, no es para tanto, por qué cuando regresa él tiene unas esposas. ¿El quiere...? No

Mi padre hace la señal, se dirige hacia mi y toma mis manos ahora temblando.

—Tú no debes de tener miedo nunca, mucho menos cuando no tienes porque sentirlo.—la voz de mi padre parecía agitada, estaba ansioso, Alisse se retorcía del dolor mientras temblaban todo en ella. Su espalda había quedado destrozada.—Llévatela, que también aprenda la lección.—el asiente, me esposa las manos.

Sacándome de ahí me lleva por unos pasillos, lejos de los continuos gritos de mi hermana.

—¿A donde me llevas?.—preguntó sin dejar de pensar en todas las posibles opciones. No tenia ni idea.

El me da una mirada antes de seguir caminando.

—Esto no te gustará.—comienza a hablar despacio.—Te quedarás afuera en el bosque, debes de durar una noche sin nadie más, solo tú y tu ingenio. Estarás por tu cuenta, sola.

No comprendía. Tenía miedo, afuera había cosas personas o bestias que podrían hacerme daño.

Niego llorando.

—No, no puedo, es imposible que yo pueda hacerlo, Damián.

Me toma la cara y me observa, estudiándome por unos segundos.

—Lo se.—parecía decepcionado.—Pero es tu deber.—al mirarme el observa mi temor.—Te recomiendo subir a un árbol, que se encuentra casi por la orilla de la carretera, no está a la vista pero eso parece ser tú única opción.—asiento tratando de comprender.—Mañana te buscaré, debes de estar ahí, no se te ocurra ir a ningún otro lado, los lobos feroces están ahí afuera, podrían despedazar todo de ti ¿Me escuchaste Alessia? No vayas a ser como Caperucita.

—Se lo que tengo que hacer.—mi voz estaba más lejos de estar segura con lo que me decía.

Me lleva afuera donde un Biki nos observa salir al frío de la noche el vestido, se me hace poca tela al estar ahí afuera, me encojo con mis brazos a mis lados, tenía mucho frío, pero en el fondo sabía que esto no era tan peor como lo que le estaba sucediendo a mi hermana en esos momentos. Observo la ventana que daba al comedor, estaba cerrada.

Dejo salir una lágrima.

—Vete, corre Alessia, ve a donde te dije y no mires atrás.—me da una sonrisa tratando de decirme algo.

Algo que no supe descifrar.

Hasta que escuche unos aullidos, unos que se encontraban muy cerca de mi.

Tuve pánico, así que corrí, corrí como puede, debía de salvarme de protegerme, debía de superar esta prueba, una más de todas las que me esperaban, veo al cielo la luna resplandeciente acompañada del cielo oscuro era mi única compañía.






Biki: guardaespaldas.

Gracias por leer deja tu comentario o voto te lo agradecería 🥀

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