—¿Puedo besarte?—pregunta Aaron Johnson el mirándome a los ojos.

¿Cómo?

¿Qué clase de pregunta es esa?

—No.

—Uno y me voy.

Ojalá sea así.

—¿Para siempre?—bromeo.

—No —frunce el celo como si ni siquiera hubiese pasado por su cabeza.

—¿No quieres un beso? Esta bien—juego con él sacando capacidades para hacer esto de no sé donde dando a mi estado de ebriedad.

Se demora en procesar la información.

—No seas necia, un besito pequeño —hace una seña de pequeño con sus dedos — Y me voy.

—No—le contesto por segunda vez.

—Terca.

—Estupido.

—Fea—saca su mengua.

Woah. Para su cumpleaños debería regalarle un diccionario.

—Fácil —contraataco.

—¿«FÁCIL», ME DIJISTE?—eleva sus brazos y pone un puchero que no resulta tierno como el de un niño de cinco.

—Ya me escuchaste.

—Rubia teñida.

—Soy natural, Johnson.

No responde. Y cuando Aaron se pierde la oportunidad para largar un insulto, algo esta por suceder.

Se acerca más a mi. Intenta agarrar mi cabeza para que lo mire, pero lo tomo de sus muñecas.

—No vas a besarme—murmuro haciendo fuerza para que no me tocara.

—Sí voy a besarte—aclara acercándose mas.

La fuerza que ejerce en mi, es demasiada. Reneida, dejo caer mis débiles brazos y las manos de Aaron toman mi cara.

Cierro los ojos, esperando el ácido impacto de sus labios con los míos, sin nada mas que poder hacer. Sin embargo, nunca vienen. Aún así, lo siento a centímetros de mi cara.

Abro los ojos despacio.

—Yo...no puedo—dice mirándome directo a ellos y se vuelve para atrás soltando su agarre que por poco no me deja marca.

Qué alivio.

Me siento aún mas lejos de él.

—¿Qué caso tiene?—lo escucho bufar—. No quiero forzarte a que me bese —la ultima frase la dice en un susurro apenas audible.

Sus palabras me dejan en shock. ¿Desde cuando Johnson se comporta así? Supongo que es porque los dos estamos borrachos.

—Suficiente daño hemos sufrido, Aaron—hablo haciéndolo entrar en razón—. No somos compatibles. Nos arruinaría peor.

—Fue como una droga, me volvía cada vez mas adicto a ella y cada vez me mataba mas —comenta mi compañero de borrachera.

—Que profundo—dramatizo y por poco no pongo mis ojos en blanco—. yo también lo sentía así, o por lo menos algo parecido.

Un momento de silencio se origina entre nosotros.

—¿Te das cuenta que cuando estas borracho eres...eres mas valiente y dices lo que realmente quieres?—inquiere Aaron.

—No lo se...no recuerdo la ultima vez que me emborrache—río sincerándome.

Hubo un pequeño momento de silencio, pero luego habla:

—Me siento una mierda, Indiana.

Me giro a verlo, algo confundida. Él... Tiene la vida perfecta, casi arreglada. Nada de que preocuparse. Popular, querido por todos, guapo —si, lo admití— rico...¿Por que?

—¿Que? ¿Por que?—pregunto dejando de reír.

—Uso a las chicas como si fueran pañuelos descartables— se lamenta.

¿Acaba de admitir lo que yo creo?

Aclaro mi garganta e intento no lucir sorprendida.

—Por mas zorra que sea cada una, todas somos mujeres, que merecen ser respetadas —doy mi punto de vista.

—Yo....desde que eso  sucedió no me controlo. Tengo que olvidar —Aaron se recuesta en la pared.

Tranquilo, Bestia.

—Todos tenemos que olvidar Aaron. Todos tenemos algo que queremos olvidar, pero nunca podemos, el recuerdo te persigue a donde sea que vayas. Y es malditamente horrible.

Nos quedamos en silencio, uno demasiado incomodo. Aunque se disimulo un poco ya que ambos estábamos borrachos.

—Bueno—habla Aaron parándose—. Creo que ya es tiempo de irnos

—Opino lo mismo—murmuro levantándome. Me siento mareada, me tambaleo un poco, pero Aaron me sostuvo del brazo.

—¿Vamos juntos?—me pregunta Aaron señalando la calle vacía, ya que obviamente no iríamos en auto.

—Claro, supongo que los demás ya se fueron sin mi—me alzo de hombros y sigo a Aaron.

[...]

Al día siguiente...

Me levanto con un fuerte dolor de cabeza.

Apenas abro mis ojos, me doy cuenta de algo que era inevitable pasar por desapercibido.

No estoy en mi habitación.

Segundo dato interesante, mi vestido desapareció en algún momento de la noche y estoy en ropa interior.

Tercer dato interesante, tengo a alguien que me abraza por la espalda.

Mi corazón comienza a latir de una manera descontrolada y me giro bruscamente para encontrar a Aaron. Me abraza, esta sin remera, y duerme como un bebé..

¿Pero que mierda? ¿Como termine así?

Mi cabeza intenta recordar algo pero son pequeñas porciones.

Oh no, dime que no es lo que pienso... Por que...por....

—Aaron —lo muevo un poco desde su hombro— Aaron.

Poco a poco, fue abriendo los ojos. Pero que ojos azules mas lindos...SHH, CONCENTRACIÓN INDY.

—¿Hm?—pregunta somnoliento.

Al verme, abre sus ojos como platos y se separa de mi como si tuviese alguna enfermedad altamente contagiosa. Se sienta en la cama inmediatamente. Me cubro con la sabana.

—¿Qué sucedió?—pregunta Aaron.

Él tampoco recuerda una mierda.

—No lo se, Johnson—contesto con algo de duda en mi voz—. Pero no me gusta.

—¿Acaso nosotros tuvimos...?—empieza a insinuar.

—Iugh, no. No creo, tu sigues con tus pantalones.

—Hm, cierto—se levanta y me doy cuenta de algo importante.

Tiene manchas lápiz labial en la espalda y grandes rasguños.

¿Yo hice eso? Oh, dios mío. No, seguro fue otra.

Inmediatamente mis mejillas se tiñen de rojo. Tapo mi cara con la sabana sin poder aguantar la vergüenza.

—¿Recuerdas algo de anoche?—le pregunto en un hilo de voz.

—Algo así, pequeños fragmentos —rasca su nuca—. Recuerdo haber bebido en ese club. Demasiado. Los dos nos fuimos para la calle, empezamos a hablar, recuerdo haber vuelto a casa y luego...son partes pequeñas.

—¿Como que?—pregunto muerta de curiosidad.

Me siento impotente al no poder recordar nada.

Se gira a mirarme.

—Tu arriba mío, yo besandote.

—¡¿Nos besamos?!

—A juzgar por las marcas en mi abdomen y mi espalda, no hicimos solamente eso —muerde su labio como si fuese la cosa más normal del mundo. ¡No, joder!

Se levanta de la cama para mostrarme su espalda. Toda llena de rasguños.

Pensé que no iba a darse cuenta. Joder, que ingenua.

—Dios mío—murmuro hundiéndome en las sabanas por la semejante barbaridad que veía.

Aaron ríe.

—Ahora sí, la cabeza me esta martillando, voy por una aspirina—anuncia y me deja sola en el cuarto.

Al estar en pleno silencio, intento hacer memoria. Solo recuerdo a Aaron queriéndome dar un beso en la calle. Nada mas que eso.

Pero despues...¿Como rayos terminamos asi? ¿Quién me manda a beber asi?

Y de todas las personas en el mundo, Aaron Johnson. Probablemente, el peor ser humano del planeta.

—Ten —escucho una voz a mi lado, me destapo, dándome cuenta de que perdí noción del tiempo bajo la sabana.

Aaron tiene en su mano lo que luce como shorts y una blusa negra.

¿Enserio?

—Gracias—digo tomando la ropa.

Lo corro de la habitación para poder cambiarme. Para mi sorpresa, no dijo nada y se fue.

Rápidamente me pongo los shorts que me trajo Aaron junto a la blusa. Perfecto, casi como si nada hubiese pasado.

Salgo del cuarto y noto a Aaron apoyado en la pared.

—Ponte algo encima, pensaran que hicimos...que tuvimos... —comienzo a murmurar sin saber que decir al verlo con el torso descubierto.

—¡SEXO INDIANA! ¡DILO! ¡QUE NO TE AVERGÜENZE! —grita.

Miro alarmada hacia todos lados, rogando que nadie se haya despertado pero no es el caso. Todos salen de sus cuartos.

Matthew, West, Jace y Leslie nos miran medio adormilados desde sus puertas, que va, parecen zombies.

—¿Alguien dijo sexo?—pregunta Matthew rascándose la cabeza.

Rode los ojos.

No si, el ninfomano.

—Vayan a dormir—les ordeno con las mejillas rojas.

—No, ya me despertaron—protesta Leslie cruzandose de brazos.

Jace y Matthew vuelven a sus habitaciones.

—Hey bro ¿Que es eso que tienes...en el pecho?...—pregunta West acercándose. Mis mejillas se encuentran rojas tomate—. Mierda...¿Que gata te atacó?

Tu prima, quizás.

Sonrojada, abandono la situación por mi escape mas proximo, las escaleras.

Iugh.

Seguramente que llegamos a casa y Aaron me drogó. Sí, e intento violarme. Pero se rindió. O algo asi paso.

Lo bueno, es que no llego a mas. Con eso soy feliz.

En la cocina, me fijo la hora. Ya son como las dos de la tarde. Igualemente, me desayune mis cereales. ¿Quién sabe a que hora estaremos comiendo con esta gente?

Los otros bajan al rato, para mi suerte, Aaron ya tenia una camiseta puesta. Todos están con una resaca impresionante, así que nadie hablo. Fui la primera en irme de la mesa de este raro desayuno a las tres de la tarde ya que recibí una llamada.

—¿Hola?—pregunto al atender lejos de todos

—Hey, Indy, soy Chris—saluda mi amigo por la línea.

—Oh, lo siento que estupida, estoy tan dormida que ya no leo quien me llama.

Escucho su risa.

Como música para mis oídos.

—Te llamo para preguntarte si quisieras que... hagamos algo hoy.

Es como si mis ojos se iluminaran, mi resaca ida de un solo chasquido de dedos.

—Claro, me encantaría —respondo con rapidez—¿Te apetece un parque de diversiones?

—¿Bromeas? Seria genial.

—Perfecto, pasame a buscar en media hora.

—Ahí estaré.

Corto la llamada y veo que aún tengo tiempo. Después de todo, no estoy tan mal vestida y tampoco planeaba producirme más.

Me tiro en el sillon a ver television, mientras me pongo a pensar. Todas las tardes me las paso con Chris. Bueno, casi todas. ¿Quérayos hace Sophie? Digo...se vinieron juntos por algo. Me siento la peor persona del mundo por esto, si esto de robarme a Chris cuando su novia es Sophie.

Ya le explicare a Chris.

Estoy a haciendo zapping. Dios mio, ultimamente, no hay nada interesante en la television. Dejo un programa de cocina. Hm...pollo asado...Ay, tengo hambre.

Narra Aaron.

Miro a Indy relamerse los labios mientras veía ese programa de cocina.

Se ve muy tierna, va, siempre fue tierna. Es...tan inocente que te dan ganas de abrazarla y manterla a salvo de todos los daños del mundo. Pero lastima que no podia.

La miro, riéndose porque la cocina era en vivo y al tipo se le cayó el pollo al piso.

Sus labios...tan perfectos.

«Es ahora o nunca»

¿No me odiara de por vida cuando lo haga?

Uno nunca sabe si no arriega.

Buen punto.

Camino hacia ella y me doy cuenta de que me tiemblan las manos.

Vamos Johnson, le hiciste esto a miles de chicas, y ¿Por ella te debilitas? No vas a ser una excepcion Adams.

De repente, un recuerdo se me vino a la mente de la noche anterior.

Flashback. [3:27 de la mañana]

Bajo del auto con Indy, en el camino, nos la pasamos riendo como dos viejos amigos que no se veian hace años, bueno teoricamente, era eso.

Abro la puerta de la casa e Indy entro primero. Se quito esos zapatos que se veían muy incómodos. Los arrojo por ahí.

Y suspiro.

Rei.

—Esas cosas me estaban matando—reimos.

—Me voy a dormir—anuncio dirigiendome para las escaleras.

—Ash, yo también—dice Indiana y a tambaleos subimos las escaleras.

—Unooo, dooos, trrreeess—iba contando la rubia a medida que subia los escalones.

De repente, tropiezo y caigo. Impactando mi rostro contra la madera de las escaleras.

—Ohhh—dramatiza Indiana—. El bebé se cayo—se tira al suelo de las escaleras conmigo.

Me ayuda a levantarme, aunque creo, que yo la levanto a ella.

El golpe no fue nada, solo un tropezón. No voy a morirme.

—Te caisteee, hay que llevarte al hospital.

—No exageres, estoy perfecto—digo.

—NONONONO—Niega Indiana— Yo te reparo.

¿Que? El alcohol le pega bien feo.

—Curo —la corrijo.

Frunce el ceño por unos instante y dice:

—Es la misma mierda.

Me río. La Indiana de todos los días no diría eso, nunca.

—Dale, sube a tu cuarto, yo te arreglo—murmura ella sin bromear.

Mejor obedecerle. Entro a mi habitacion seguida por Indiana.

Apenas llegamos, Indy me tira a la cama.

Caigo sentado.

Ella se pone al frente mío y coloca sus manos en mis hombros.

—Quitate la remera, quiero ver el daño.

Dios mio, la chica no entiende que estoy perfectamente. Sin embargo, no me voy a soportar otros de sus berrinches. Me quito la camisa que tengo puesta.

Veo sus ojos abrirse por sorpresa al verme y no puedo evitar reir...es demasiada ternura.

Pone sus delicadas manos en mis brazos y traza lineas imaginarias por todo mi cuerpo. Muerdo mi labio.

—Hmm...Un hueso roto por aquí....Hemorragia por allá...—continua tocándome el pecho.

Ya estoy pensando que es una pervertida de primera.

—Oh, lo siento —dice de repente—. No hay cura, te vas a morir—sonríe tiernamente.

—Que pena—digo embobado sin siquiera pensar lo que hablo mientras me pierdo en sus ojitos verdes.

—La verdad...Una lastima.

Ella baja su mirada.

—Hay algo que me puede curar —digo despertándome.

Parpadea con sorpresa.

— ¿Que? —pregunta interesada.

—Un beso.

Arruga su nariz.

—No. Igh.

—En la mejilla—agrego elevando mis cejas—. Ya quisieras tocar mis labios, Adams.

¿Qué demonios estaba diciendo?

—¿Eso hará que no te mueras? —inquiere la rubia.

Sonrió.

—Incluso me hará el tipo mas feliz del mundo.

—Si tu dices...—murmura Indy. ¿Qué? ¿Ya esta sucediendo? No pensé que llegaría a y yo puse mi mejilla para que me besara.

Se acerca con sus ojos cerrados. Me pregunto quien habrá sido la última persona que toco sus labios de esa manera. Cuando esta por hacer contacto con mi mejilla, corro rápidamente la cara haciendo que el beso cayera en mis labios.

Dios mío, Aaron. O eres muy estupido o muy inteligente.

Se queda estática.

Por otro lado, yo pongo mis manos en su cintura y muevo mis labios para armar el esperado beso. Al cabo de un rato, me responde.

La siento delicadamente en mis piernas. A medida que la cosa iba avanzando, el beso se tornaba mas y mas salvaje.

Caigo de espaldas a la cama, con Indy encima de mi.

Me encanta la manera en que desordena mi cabello.

Se quita su blaiser fucsia, dejándome tocar su espalda desnuda ya que su vestido no cubre esa parte.

De repente, sus labios, bajan a mi abdomen, donde fue dejando pequeños besos por todas partes. Mierda, se siente tan bien. 

Cuando vuelve a dirigirse a mis labios, nos miramos, fue un micro segundo, pero lo suficiente como para sentirme maravilloso.

¿Qué me esta sucediendo?

Con su ayuda, lentamente, saco su vestido. Lo arrojo por alguna parte del cuarto sin cuidado.

Debo pararlo. Ella esta en un estado en el que no controla lo que hace.

Observo su cuerpo semidesnudo y mi corazón se acelera. Deja un beso en mi cuello y es cuando me pregunto con que fuerzas puedo parar esto.

—Eres preciosa—le susurro  al oido haciendo que su piel se erizara.

Puedo notar que se sonroja levemente.

Seguimos besándonos. Empiezo a juguetear con el elástico de sus bragas cuando Indy me detiene.

—No...no podemos continuar—niega y se aleja de mi.

Rayos, me habia puesto a cien y ahora paramos. Sin embargo, lo entiendo. No es un simple revolcón y ambos lo entendemos.

Asiento con la cabeza y me acuesto  en la cama, haciendole un lugar entre las sabanas.

—¿Creiste que te ibas a ir?—elevo mis cejas al ver su cara de confusión.

Fin del flashback.

En parte, es lo que recuerdo, pero siento que me falta algo crucial, algo importante. Ya...tengo que seguir haciendo memoria.

La observo reír, como sus labios se mueven. Rayos...no aguanto mas. Espero no arrepentirme. Nunca.

Me acerco al sillón a dos grandes pasos. Cuando estuve a su alcance, la tomo con mis manos, cierro mis ojos e impacto sus labios con los míos.

Indy.

Siento que dos manos me agarran y finalmente un beso que me agarra por sorpresa.

Shockeada.

Los labios de Aaron se seguian moviendo.

«¡Resiste!» grita mi subconsiente.

Pero se me hacia imposible. Le sigo el beso, y un vago recuerdo de nosotros besándonos anoche viene a mi cabeza.

Cuando se separa de mi, lo mire atonita.

¿Qué diablos se supone que debo decir ahora?

Como metodo de salvacion, el timbre suena.

Chris.

Rápidamente, me paro del sofá  y salgo corriendo de la casa.

Chris, mi mejor amigo esta ahi. Sonríe pero su sonrisa se borra y se delata mi respiración agitada.

—¿Estas bien?—me pregunta acercándose.

—Si....muy bien ¿Nos vamos?—pregunto y le doy una fugaz mirada hacia atrás. No hay señal de él.

—Claro, vamos—digo mientras yo lo sigo a su auto, Sin poder sacar ese inesperado beso de mi cabeza

Nota:

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