Luego de esperar media hora en ese hospital, sin nadie que nos diga nada, una señora regordeta y pelirroja, aunque luciendo amargada, sale de la sala de emergencias.

—¿Ustedes vinieron con Jake Collins?—pregunta ella con cara de querer matarse.

—Sí, Jace—corrige Aaron. Ya ni les debe importar el nombre.

—Fue una herida superficial. Por suerte, la hemorragia no fue muy grave. Le hicimos 4 puntos en la cabeza. Ahora está dormido. Aproximo que como en unas...dos horas despertará y tras recibir las indicaciones, podrá irse a casa—concluye.

Todos suspiran de alivio, me limito a asentir.  L a señora se va por donde vino, dejándonos solos en la sala de espera aunque un poco más tranquilo.

—¿Que hacemos en 2 horas?—pregunta West bufando. Luce demasiado cómodo como para estar usando pijamas en un lugar público.

—Sí, que yo recuerde me prometieron un desayuno—murmuro cruzándome de brazos. Le lanzo a Aaron una mirada.

—Buena idea—dice Matthew levantándose de su silla—. Voy a desayunar por segunda vez porque el segundo lo tengo atravesado en el corazón.

Todos parecemos estar de acuerdo con su idea puesto a que también nos paramos. No contamos con West.

—¡No podemos salir así!—exclamo él sintiéndose cohibido.

¿Ahora vamos a avergonzarnos, Westy?

—Sí podemos, tú no puedes—aclaro señalando su atuendo.

—Si yo no salgo, ustedes menos—el egoísta se cruza de brazos.

Ajá.

—¿Qué hacemos con el pejelagarto?—interrogo mirando al resto.

—¿¡Pejelagarto?!—exclama de repente sintiéndose ofendido—. ¡Fea inmunda! ¡Pejelagarto la que tengo entre las...—Matt le cubre la boca antes de que terminara su frase.

—Yo digo que lo arrojemos a un pozo—sugiere Aaron luciendo serio.

West bufa.

—¿De dónde sacamos un pozo genio?—pregunta Leslie en un tono de obviedad.

—Lo arrojamos al mar—me alzo de hombros tras traer la idea más sensata.

—¡Ya dejen de pensar en mi muerte!—bufa mi primo levantándose—. Yo voy a casa, ustedes desayunen y nos encontramos por ahí.

—...Mejor que la muerte—murmura Matthew divertido.

Nos despedimos de West y salimos del hospital, por fin. No me gustan los hospitales, me asustan, me dan malos recuerdos. Trato evitar estar en ellos.

Apenas pisamos la calle, comienza la discusión sobre dónde iremos a desayunar.

—¡Vamos a...a ese lugar de pirataas!—exclama Matt como un niño emocionado—. Arrg —finge que su dedo índice es un  gancho y cierra un ojo.

—No, qué asco —protesta Leslie con una mueca de disgusto. Antes muerta que en ese lugar—. ¡Vamos a un Starbucks!

—Típico de chicas como tu —dice el rubio arrugando su nariz.

—¿Típico de chicas como yo? —inquiere ofendida.

—Sí. Prepara la cámara, no querrás perderte sacarle una foto a tu cara y tonta bebida —ríe este. Creo que es la primera vez en la vida que Matthew Oliver y yo coincidimos en algo.

—¿Y ese?—pregunta Aaron cortando la tensión. Señala a una esquina, mas exactamente a una cafetería frente a la playa.

—Me parece bien—apoyo la idea. Mi estomago ruge de hambre—. Genial, ganamos por mayoría—cruzo la calle oyendo las protestas de mi hermanastra y su amigo con derechos.

Apenas entramos, el olor a café me golpea con fuerzas. Arrugo mi nariz, odio el café. Nos sentamos en una mesa en el medio. Una chica se acerca a nosotros a tomar la orden.

Tras pedir cosas con mucho dulce, excepto por Leslie, entablamos una conversación.

—En fin—dice Leslie—. Me enteré que Riley y Tara están aquí.

Uh. Riley y Tara, las gemelas, y supuestamente las mejores amigas de Leslie. Aunque verdaderamente, no hay amistad. Son una mas falsa que la otra.

Los chicos asienten sin mucho interés, han estado con las gemelas tantas veces que ya deben aburrirse.

—Y les dije que haríamos una fiesta en casa esta noche.

Comienzo a toser.

—¿Fiesta?—pregunto con ojos bien abiertos—. ¿Cuándo pensabas decírnoslo?

—Eso. ¿Cuándo pensabas decírnoslo? —pregunta Matthew.

—Hoy a la mañana, pero...Indy y Aaron fueron a hacer el paseo de los enamorados...

—¿Paseo de los enamorados?—interrumpo tras soltar una risa—. Que yo sepa un "paseo se los enamorados" no es cuando te llevan a la fuerza—lanzo una furtiva mirada.  Eleva las manos en forma de inocencia.

—Ay ya cállense, los dos se aman y no pueden ocultarlo—dice Matt arrugando el rostro.

—¡Que no lo amo!

—Piensa lo que quieraaas—canturrea el rubio.

Bufo molesta pero sin atreverme a mirar a Aaron quien se ha quedado en silencio.

—¿O sea que esta noche, la casa, se va a llenar de personas y tu recién nos dices ahora?—recapitula Aaron.

A mi hermanastra definitivamente le pagan para ser idiota.

—Lo... Lo siento—murmura.

—Bueno, una fiesta no nos viene mal eh—Matthew decide ponerle buena onda a la situación.

—¡Exacto!—exclama Leslie sonriente.

Nuestro pedido llega con demasiada rapidez.

—¿A quién invitaste?—pregunto algo nerviosa.

—Chicos y chicas que conocí por ahí.... —cuenta—.  También a gente de la escuela. ¿Saben que casi toda la escuela esta aquí? ¡Es  genial!

Sí, genial.

—Bueno...—murmura Aaron aceptando la idea—. Supongo que hay que comprar bebida y de más.

—Oh, la fiesta es de disfraces—agrega Leslie.

—¿Qué?—suelta Matt—¿Cuántos años tienes? ¿Ocho?

—No, diecisiete—responde con orgullo—. Pero me pareció una muy buena idea hacerla de disfraces.

—¿Tenemos que comprar un maldito disfraz?—pregunta Aaron sin mucho humor.

—¡Sí!—exclama emocionada mi hermanastra aplaudiendo dos veces—. Indy, tu vienes conmigo. Vi unos que te quedaran geniales.

PAAAREN EL MUNDO. ¿Desde cuándo Leslie es amable conmigo?

Asiento algo confundida.

Terminamos nuestro desayuno hablando de cualquier cosa, por primera vez, me sentí incluida al grupo. Fue...una charla...¿Normal? Sí, eso.

Al salir, nos encontramos con West, ya venía vestido.

—Jace ya despertó—nos informa. ¡Cierto, Jace!

Caminamos hacia el hospital.

—¿Tu sabias que Leslie organizo una fiesta?—le pregunta Matt a West.

—Pero claro —dice este sonriente—. Yo la ayudé a correr a la voz.

Lo que me faltaba.

—Son unos dementes—murmura Aaron—. ¿Donde mierda tienen la cabeza?

—Arriba del cuello, duh—le contesta West y todos menos Aaron, rompemos en carcajadas.

Jace nos espera en la sala de emergencias.

—¿Te sientes mejor?—pregunto apenas lo veo.

—Hm... Podría estar mejor—responde con una mueca de dolor. Se tambalea un poco y nos da a saber que sigue algo mareado por la anestecia.

Leslie llega detrás de nosotros tras haber recibido unos medicamentos que le dio una enfermera. Apenas ve a Jace, no le da tiempo ni de respirar.

—¡JACKSON COLLINS! —exclama ella haciéndonos sobresaltar a todos—. ¿¡QUÉ ES ESO DE ANDAR HACIENDOTE EL BATMAN?! ¿Eh? ¿¡ERES ESTUPIDO O QUÉ?! ¡ME MATASTE DEL SUSTO,  HIJO DE PERRA!

Se miran por unos momentos hasta que la castaña corre a abrazarlo. Jace, con sus ojos bien abiertos y sorprendido la recibe entre sus brazos.

—Nunca más me hagas esto, te quiero—murmura en su hombro.

—Haremos de cuenta como si Leslie no estuviera loca —dice Matt en voz baja para los que no formamos parte del abrazo escucharan.

Antes de irnos, West le explicó la idea de la fiesta a Jace. Quedo encantado, como no. Cabeza partida y todo, una fiesta siempre le viene bien a Collins.

notaza:

les recuerdo que esta novela esta siendo RESUBIDA, y toodo esto que ven acá lo escribí en el 2015 con 12 tontos años. me da vergüenza ajena honestamente peeero, le debo todo a esta novela. así que la amo, bai.

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