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02 │Jace Collins

Hey lovers, estoy super ocupadame tengo que ir AYAYAYAYAYAYAY. capitulo dentro de poco para recoompensar la tardanza!

          


Me quedo parada frente a la puerta como una tonta. Sigo en un estado de shock que logra abrumarme.

Resumiendo... Tengo que vivir casi tres meses con mi hermanastra, a quien no soporto y cuatro playboys con el cerebro del tamaño de una uña...

En un rápido movimiento, saco mi celular de mi bolsillo trasero y marco con rapidez un numero que me sé de memoria.

—Mamá, ¿me puedes venir a buscar? —digo sin rodeos luego de que ella dice "Hola".

—¿Irte a buscar? —sus carcajadas se oyen a través de la línea.

—¡Sí! No sabes... West tra—

—¿A sus amigos? —completa.

—¡Sí! —asiento frenéticamente con mi cabeza—. Por favor, pásame a buscar.

—No, disfruta tu verano.

Dicho eso, sin pudor alguno, termina la llamada y yo me quedo por severos segundos con el celular pegado a mi oreja mientras repaso en qué momento se volvió tan así. Seguro casarse con el imbécil de George.

Tomo mi maleta,  que "amablemente" —nótese el sarcasmo— Leslie había tirado en el suelo. Podía escuchar sus voces aun en la cocina, no iba a acercarme allí.

Subo las escaleras mientras arrastro mi valija. Supongo que los chicos ya se han acomodado en algunas habitaciones... Repito, la mansión de mis tíos tiene muchísimas habitaciones. Elijo una al final del pasillo, alejada de todas las infestadas por gente que tiene menos de catorce centímetros de ancho en el cerebro.

Esta era una de mis favoritas. ¿La razón? Tiene baño propio. Es una de las pocas que lo tienen. No por sonar mal pero ¿compartir baño con alguno de ellos? No.

La habitación es simple, paredes color verde manzana, una cama matrimonial, una mesita de luz donde había una lámpara y algunos cuadros con fotografías de flores. El baño no era para nada extravagante. Tenía lo necesario.

Para no bajar y tampoco aburrirme como tal ostra, comienzo a desempacar. Me tomo mi tiempo, acomodo todo en los estantes del armario y una vez que termino, guardo la maleta ahí también.

Termino más pronto de lo que esperaba, por lo que decido salir a caminar. Primero, esta habitación tiene olor raro y segundo, no me sentía con ganas de estar en la misma casa que ellos. Tomo lo que creo necesitar, lo cual no es mucho y salgo. Bajo las escaleras en silencio y noto algo fuera de lo normal.

El living estaba a oscuras, salvo por la tenue luz que entraba por la ventana. Estaban todos tirados en la alfombra, viendo una película. Todos acurrucaban a Leslie de una manera muy tierna y protectora. Una oleada de celos recorre mi cuerpo. Sí celos, porque no tengo algo así. Ignoro mis sentimientos de matar a Leslie y salgo de la casa, llamando su desinteresada atención.

Un viento fresco me azota de repente. La casa se encuentra al frente del mar, a veces resulta bueno, otras veces malas. Me envuelvo en mis brazos, haciendo omiso al frio que tenia, comienzo a caminar por la playa.

En un impulso de aburrimiento, marco el numero de mi mejor y única amiga Alex Hoffmann. Ella a comparación de mí, es una chica quien puede relacionarse socialmente muy bien, a veces la envidio. ¿Por qué no puedo ser como ella? ¿Que cuando recibe un insulto enseña el dedo del medio y sigue caminando en vez de salir corriendo? Ugh. A veces, me gustaría ser ella.

Pocos tonos mas tarde, su voz inunda mis oídos.

—¡Indy! ¿Cómo va todo? ¿Ya llegaste?

—Si... llegue como hace una hora.

Pateo arena y me muevo de un lado hacia otro.

—¿Y como estas? —su voz se escucha a lo lejos por lo que deduzco que puso el altavoz mientras habla desde algún punto de su habitación.

—¿Te digo la verdad? Mal.

—¿Que paso? —de repente oigo su voz tan cercana que debo alejarme un poco del teléfono.

—¿Recuerdas a mi primo? West. Bueno, se supone que el pasaría las vacaciones con nosotras, y el estúpido le pidió permiso a mis tía Karen para traer a unos amigos y como mi tía es demasiado amable le dio el permiso.

—¿Y cual es el problema, Adams? Mejor así no vuelves virgen.

A esta chica le falta materia gris en el cerebro.

—Claro, los amigos de mi primo son One Divanshon.

—¡Es One Direction! —chilla tan fuerte que temo haberme dañado el oído—. Momento —su cabeza parece estar dejando que pasen los neurotransmisores—. No me digas que son esos egocen...

—Ding, ding. Son esos.

Oigo a Alex ahogar un grito. Su relación con ellos no era la mejor, mucho menos con Matthew Oliver ya que ella fue víctima de la frágil y subestimada seducción del rubio.

—Indiana, prende fuego esa casa. Y hablo enserio.

—No prenderé fuego ninguna casa, los ignoraré.

Seguimos charlando acerca del tema por unos minutos, me sirve para distraerme y dejar de pensar en que este es el día uno de mi convivencia con ellos. Alex no sirve de mucho para resolver esta cuestión tampoco, lo único que hace es hacerme reír. Ella termina la llamada con un "Mamá me está buscando".

El frío se me va de las manos cuando guardo mi celular, detesto esto. ¿No se supone que es verano? Quiero ir por un café. Desafortunadamente no tengo la más remota idea de donde hay uno. Me alejo de la playa y entro a una zona más céntrica.

En eso mi celular suena, indicándome que me llego un mensaje. Agarro mi celular, desbloquee la pantalla y lo abri. Era mamá, preguntándome si hablaba enserio cuando le dije que me pase a buscar.

Sí era verdad. Por favor cuanto anfujsdfha.

Mi cabeza se estrella en el hombro de alguien y como una inútil, caigo al suelo. Elevo la vista, totalmente avergonzada por este papelón. Desde arriba, unos ojos azules me observan con curiosidad. Momento, yo conocía esos ojos.

—¿Chris?—pregunto elevando mis cejas con sorpresa.

—¿Indy?

Me extiende una mano y me ayuda a levantarme. Parpadea con desentendimiento al verme. Estoy por hablar, cuando sus brazos me rodean fundiéndome en un abrazo. Lo recibo con ganas.

Chris Harrison... ¿cómo me explico? Mi mejor amigo desde que usábamos pañales. Con él pase toda mi vida. Lamentablemente se mudo de ciudad hace un año... Fue muy duro para mí. Pero... Logre superarlo y me hice amiga de Alex.

—¡Ha pasado mucho tiempo! —exclamo.

—Te extrañe, pesada —me eleva por unos segundos y me vuelve a bajar.

—¡Que no soy una pesada!

—Lo que digas...

Deshacemos el abrazo y en su momento de rarito, me comienza a tocar la cara, asegurándose que soy efectivamente, yo. Una rubia con problemas de tolerancia.

—¿Estas en lo de tus tíos?

Asentí. ¿Debía decirle que los playboys de la escuela estaban en mi casa? Supongo que no es buen tema de conversación.

—Al final... ¿Tu madre se caso con George?

—Sí —digo en un suspiro recordando el imbécil.

Parpadea con sorpresa. Chris había estado conmigo en mis infinitas peleas con mamá sobre George cuando estaban saliendo, me había entendido y hasta ayudado a pincharle las ruedas de su auto. No contábamos con que tiene muchos autos mas para usar y cambia los neumáticos en tres chasquidos de dedos.

—¿Te fuiste a vivir con Leslie Stuart?!

—Y claro.

Larga una sonora carcajada mientras niega con la cabeza.

—¡Hey! Me prometiste no reírte el día que eso pase.

—El día ya paso, pesada.

—Estúpido  —murmuro con una sonrisa tonta en mi cara. ¡Mi mejor amigo estaba ahí! ¡En frente mío! Luego de un año, esta era de las mejores sorpresas del mundo—. Cuentame de ti. ¿Qué paso con tu vida?

—Como ya sabes, me mudé a San Francisco. Fue difícil al principio, tú no estabas ahí, pesada. Éramos como culo y calzón —Estiro mi sonrisa—.  Empecé a ir a clases... Los primeros días me la pasaba solo...Luego conocí a una chica, rubia así como tú, muy simpática, de hecho, creo que podría ser tu hermana perdida.

Parpadeo sin tragarme sus palabras.

—¡Me reemplazaste!

—¡Indy! ¿Qué esperabas? ¡A que tú también me reemplazaste!

Iba a contestarle que nunca de los nuncas nuncaces, pero luego Alex se paso por mi mente.

—Bueno, sí—respondo con la mirada baja.

—Además, nadie nunca te podrá reemplazar —apunta.

Sonrió como boba. Si me ven de lejos, probablemente pensarán que estoy enamorada de Chris por mi manera de mirarlo. Bueno, déjenme aclararles, no es un pensamiento es un sentimiento bastante real.

—Cuestión que...Se llama Sophie. Fuimos amigos como... tres meses... Entonces algo mas comenzó a avisarse. Ahora somos novios. Adivina, ¡está en la ciudad! Nos vinimos en un viaje...ya sabes...festejando que llevamos más de un año juntos. Ya vas a ver...Se van a llevar genial.

—¿O sea que tienes novia? —siento mi corazón hacerse cenizas mientras me mira, esperando a que me alegre porque su novia está en la ciudad.

—Sí.

—Bueno... Felicidades—fuerzo una sonrisa. Un silencio incomodo nos rodea. ¿Qué espera? ¿Qué me ponga a saltar como una tonta festejando que tiene novia? No, joder no—. Yo también tengo novio. Está en la ciudad al igual que Sophie.

No puedo controlar la mierda que sale de mi boca, lo siento.

—Oh...—dice él sorprendido—. Sería genial  que uno de estos días nos juntemos los cuatro.

—Seria genial—sonreí.

¿Por qué sigo hablando?

—Woah, Indy. Tenemos mucho de lo que hablar. ¿Vamos por un café?

Hace minutos, la idea me habría parecido encantadora...Pero ahora...Me da arcadas.

—Me encantaría...Pero...Leslie me está esperando en casa y no tenia que demorar—las palabras salen de mi boca rápidamente—. Adiós Chris... Nos vemos luego.

—Ah, bueno—pareció decepcionarse ante mi rechazo—.  ¿Te puedo hacer una pregunta?

—Claro.

—¿Sabes algo de Jason o de Abby?—pregunta.

—No, no los veo hace un año.

Asiente con la cabeza. En un rápido movimiento, me giro y comienzo a caminar por la dirección en la que vine, esperando que se acerque y me diga algo más, me invite a quedar otro día, algo, pero eso no sucede.

¿Fantaseo mucho verdad?

Soñar es gratis.

¿Por qué me gustaba tanto? Pensé que con su partida, todos esos sentimientos se irían como papeles al viento pero al parecer, verlo solo hizo que lo que siento por él salga a la luz otra vez.

Camino unos cinco minutos y llegue a la casa. Estaba por tocar el timbre, cuando me di cuenta de que la puerta estaba abierta. Si serán estúpidos. Empujo y la abro. Los chicos habían terminado de ver la película y se estaban levantando. Los ignoro nuevamente y subo las escaleras. A refugiarme en mi habitación. Sí eso. Tendría que volver a llamar a Alex... Ella sabe todo el rollo con Chris y siempre me ha apoyado.

Cierro la puerta tras mi y decido no ser un grano en el trasero, en cambio, le envió un mensaje explicándole muy brevemente que había visto a Chris.  Simple, corto y conciso. Todo lo que debe saber, apuesto que en cualquier momento me llama.

¿Qué se supone que hago ahora? Estoy aburrida.

Doy unas cuentas vueltas por la habitacion, debatiendo entre salir y buscar algo para comer y tirarme en el sofá a ver películas o encerarme aquí a leer. Ambas ideas suenan tentadoras, pero decido darme un baño.

Tomo una toalla del armario y todo lo necesario. Entro al baño, dejo las cosas a un lado y abro la llave del agua caliente, entro y siento las gotas de lluvia artificial caer en mi cuerpo, se siente genial. Termino de bañarme, me envuelvo en la toalla. La aseguro a mi cuerpo y salgo del baño, tatareando una canción que me pegó Alex hace unos días. No de One Divaneshion, claro.

Un grito se escapa de lo más profundo de mi garganta al ver a un castaño sentado en mi cama. Jace sube la vista completamente asustado por mi grito.

—¿¡Qué haces aquí?! ¡Fuera!—le regaño mientras lucho para que la toalla no se me cayera.

—Tranquila, no es nada que no haya visto antes, puedes quitarte la toalla si quieres.

Mis mejillas están encendidas de la vergüenza y en cualquier momento podría desmayarme del susto aunque no sería buena idea ya que la toalla probablemente se me caiga, cumpliendo los deseos de Jace.

—Jace... Por favor... Sal de mi habitación —ruego como una niña pequeña.

—Venia a avistarte que tienes que hacer las compras con Aaron.

Repite eso, amigo.

—¿Qué?.

—Aaron perdió una apuesta tiene que ir al supermercado. ¡No tenemos comida! Y Leslie dijo que tu estarías encantada en ir—resume de mala gana.

—Ehmm...Yo no puedo ir....ya que tengo...planes.

—¿Alguien como tú, planes? Claro—dice sarcásticamente—. Vístete, en quince minutos se van.

Dicho eso, salió de mi habitación, dejándome temblando y en un estado de humillación enorme.

Por esto envidio a Alex, ella seguramente, ignoraría el comentario y planearía una venganza. Pero...yo no soy Alex. Soy Indy. Me tire en mi cama y las lagrimas no tardaron en hacerse presentes. Juntados con sollozos, se volvió un llanto especial. Por eso mi odio a los playboys, se creen la gran cosa, cuando no lo son. Hieren a personas sin importar las consecuencias o lo que le suceda a esas personas. Que puedan terminar sin comer, porque le dicen gorda, cortándose los brazos porque la llaman "zorra". Los odio, realmente pueden herir a personas.

Cuando logro tranquilizarme, me visto con algo simple como shorts y una remera cualquiera. Salgo de mi habitación y recorro el pasillo. Bajo las escaleras, respirando, ignorando mis ganas de llorar, los chicos estaban en el sillón charlando. Cuando termino de bajarlas todas sus miradas se posan en mí. Dios, se darán cuenta de que llore, bajo mi cabeza mirando el suelo.

—¿Indy?—pregunto West levantándose de su lugar y corriendo hacia mi—. ¿Que te paso?

—Na...nada—intente forzar una sonrisa en vano.

No dijo nada y se acerco a abrazarme. Escondo mi cara en su hombro. No resisto mas y estalloen llantos.

—Debe ser por lo que le dije ¿Verdad, nerd?—Jace se acerca con una sonrisa, de fondo oigo las carcajadas de Leslie.

Empujo a West, separándome de su abrazo. Y corro hacia la puerta, seguía abierta, Dios así cualquiera nos entra a robar. Salgo de la casa, odiando a Jace Collins.

Me echo a caminar, sin rumbo, sin importarme a donde voy.

—¡Indy! ¡Indy!—oigo a West gritar atrás.

No dejo de caminar.

—Indy no le hagas caso a Jace—West ya me había alcanzado y esta rodeándome con sus brazos—. Volvamos a la casa. ¿Okey? No dejaré que vuelva a hablarte.

Lo miro indecisa, pero termino cediendo.




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