Especial de navidad
Diciembre 24
Londres, Inglaterra.
3:20 p.m
Deckard Collins.
—Dije no—suelto exasperado.
—¿Por favor?—suplica por décima vez a lo que yo niego.
—Dije que no.
—Pero Deckard.
—No.
—¡Deckard! Si ibas a ser tan aburrido no me hubieses acompañado a hacer las compras navideñas de última ahora.
Alzo una ceja observandole incrédulo por las palabras que acaban de salir de sus labios.
—¿Debo recordarte que prácticamente me obligaste a venir? ¿Para qué mierda quiero comprar regalos que no son míos y que tú irás por ahí regalando a quien se te cruce en frente? Estás gastando mucho dinero. Así que no, no compraremos un oso de navidad tamaño real.
Una risita sale de entre sus labios. A pasos lentos camina hasta estar frente a mí, la diferencia de altura era notable, sus delgados brazos me rodean el torso y tiran de mi. Sé que trata de hacer así que me aseguro de poner mi palabra firme.
—No me convenceras, dije no.
Bufante se aleja sabiendo que estoy en mi etapa firme. Una sonrisa tonta se asoma en mis labios al ver su aspecto. Londres estaba en su época fría, yo era bueno manejando el frío pero ella parecía aún no poder acostumbrarse. Su ropa la hacía ver adorable, el gorro en su cabeza cubría parte de su frente.
Era claro que su ropa le incomodaba pues llevaba al menos unos cuatro abrigos y dos bufandas encima, sin contar los cinco pares de calcetines que se puso esta mañana. El gorro en su cabeza le resultaba un estorbo pues estaba constantemente acomodandolo para que no le tapara la vista.
Yo por mi parte me mantenía con apenas una chaqueta, no soy fan del frío pero tampoco lo odio, lo he aprendido a disfrutar.
—Te dije que no te pusieras todo eso encima—digo en tono burlón mientras empujo el carrito lleno de compras.
La navidad había llegado y la cena navideña nos esperaba más tarde. Si bien era una época que no adoraba me gustaba pasar tiempo con ella y con las demás personas que por alguna razón me importaban.
Soy detenido varias veces por algunas chicas que me piden fotos. Momento dónde ella aprovecha para echar más cosas al carrito. Para cuándo me doy cuenta, todo el carro está lleno de cosas.
Mi mirada confusa recae en ella quien me sonríe inocente.
—¿Que rayos Julie Jones?
Con una mirada inocente vuelve a acercarse a mi pasando ambos brazos por mi cuello.
—Disfruta de la navidad, Deckard.
—Disfruto pasar mi navidad contigo, pero me hiciste invitar a muchas personas y ahora me estás haciendo comprar todas estas cosas para personas a las cuales honestamente no me interesa regalarles nada.
Besa mis labios por cortos segundos, dulces y deliciosos segundos en los que disfruto de sus labios. Mis reproches son en voz alta cuando nos separamos haciéndola reír.
—La navidad es para disfrutarla. Sé que no te molesta pasar la navidad con Jeremy ni con Daniel.
Y tenía razón, no me molestaba pasar la navidad con ellos, pero este no era el caso.
—¿Debo recordarte que invitaste a tu prima junto con su familia y a todos los de la disquera?
Julie rueda los ojos alejándose completamente de mi.
—No me gusta el Deckard antipático, prefiero al Deckard dulce. ¿Será que me equivoqué de gemelo y me traje a Daniel?
Resoplo en molestia. Julie y yo llevábamos saliendo al menos un año y un par de meses; a pesar de eso ella a veces solía jugar con que se equivocaba de gemelo, cosa que hacía que mi celos salieran a flote.
—No juegues así.
—Y tú no luzcas tan serio—vuelve a mí tomando mis mejillas y obligandome a sonreír—¿Te has visto sonreír? ¡Te ves muy bonito!—aleja sus manos de mi para luego volver a su camino.
La sonrisa no se borra de mis labios, se queda ahí, plasmada justo como ha pasado durante todo este tiempo en el que hemos estado juntos.
—De acuerdo—concedo.
Julie se detiene y me observa con el ceño fruncido.
—¿Qué?
—Compraremos todo lo que quieras
—¿Y vas a sonreír más?
—Por supuesto que sí.
Y es que Julie tenía algo especial, siempre me hacía sonreír.
(...)
8:45 p.m
El bullicio era horrible.
Joder con las cenas navideñas. Joder con las personas que invaden tu casa, joder con todos los que me dan abrazos. Y con Julie que invitó a todos, joder con ella también.
Las fiestas no eran mi cosa favorita, las personas movilizandose de un lado a otro por mi hogar me ponía muy nervioso pero a Julie parecía ponerla feliz, ella solía jugar diciendo que yo era el Grinch por no emocionarme estas fechas.
A paso rápido escapo del círculo de personas en la sala de mi casa. Pero topandome con ciertas personas.
—¿Estás huyendo de la fiesta, Deckard?—la voz de Jeremy frustra mi plan de escape haciéndome detener. Refuñante me doy vuelta hacia él encontrándome que está junto a Hayes Hale el escritor de mi libro.
—Si y frustraste mi plan—sonrio cordial hacia Hayes quien estrecha su mano junto con la mía—Es un placer verte, Hayes.
La sonrisa encantadora de Hayes atrae la atención de algunas de las chicas de la disquera que se encuentran en mi casa; es difícil no ver el atractivo de Hayes, con esa sonrisa encantadora, es pequeño pero notable hoyuelo, sus ojos azulados con destellos verdosos y su cabello castaño oscuro perfectamente ordenado.
—El placer es mío, debo disculparme por la ausencia de Harry—su pronunciado acento inglés atrae aún más a las chicas que están cerca—Él acompañó a mis padres a una cena con los abuelos.
—Oh, no hay problema—hago un ademán restándole importancia, muevo mi cabeza de un lado a otro buscando a una pequeña personita en específico—¿Y dónde está...?
El chillido de emoción que se escucha en la sala atrae la atención de los presentes. La pequeña Eleanor Hale junto con su hermano Isaac Hale corren hacia mi, mientras Isaac es un poco tímido y se queda a una distancia prudente Eleanor prácticamente se lanza a mis brazos.
Hace un tiempo que conocí a Hayes junto con él conocí a dos pequeños niños que se robaron mi corazón, sus hijos.
Mientras Isaac es callado y tímido, Eleanor es una bomba de palabras cuando encuentras ganarte su confianza. Ella es como mi fan número uno, con sus apenas cinco años se sabe la gran mayoría de mis canciones sin contar que ha ido a al menos unos diez conciertos míos en todo Inglaterra.
Esos dos pequeños y ver la vida de padre de Hayes me hicieron darme cuenta que, aún no estoy listo para ser papá; disfruto mucho estar con niños ajenos pues sé que en algún momento sus padres volverán por ellos y yo no tendré esa responsabilidad por el resto de mis días cosa que si los hijos fueran míos sería diferente.
—Hola, Eleanor. Siempre es un placer verte—sonrio besando su pequeña mejilla. Rio cuando un pequeño suspiro escapa de ella.
Escucho el gruñido emitido de Hayes y entonces sé que es momento de soltar a la niña pues su padre es muy celoso y no quiero acabar acribillado a manos de un escritor que está constantemente matando personajes ficticios.
Eleanor se queja ante mi movimento y mantiene su vista fija en mi.
—¿Nos podemos casar?—pregunta con dulzura.
Sonrío enternecido.
—Claro que nos podemos casar, cuando tengas 18 me llamas.
Me inclino mucho hasta poder llegar a la altura de la pequeña y beso su mejilla nuevamente haciéndola suspirar una vez más.
El gruñido emitido ahora también de Isaac es una señal para recordarme que debo escapar de dos chicos celosos.
Al ponerme en pie observo a Julie al otro lado de la sala, su cabello castaño está perfectamente repartido por sus hombros callendo un poco más abajo de sus pechos, su dulce sonrisa me hace sonreír a mí también. Con sutileza ella señala el jardín para luego abrirse paso entre los invitados y saliendo al jardín.
Cómo un chico obediente decido seguirle el paso.
—Bueno, caballeros—estrecho mi mano con la de Jeremy y Hayes—Si me disculpan tengo una chica que perseguir—hago una reverencia divertida que hace reír a Eleanor y a su hermana—Disfruten la fiesta.
A paso rápido me apresuro a llegar con Julie quien me espera paciente en el jardín. Ella está observando el cielo oscurecido como si fuera la mayor maravilla del mundo.
Me acerco sigilosamente pasando mis dos brazos por su cintura haciéndola dar un respingo del susto. Lo endurecido que está su vientre me deja desconcertado.
Con sutileza la hago girar hacia mi.
—¿Estás bien?—pregunto tocando su vientre mi mano asciende hasta su estómago que está igual de duro—Estás tensa.
Me parecía fuera de lugar mencionar o pensar que era debido a que estas últimas semanas ha comido demasiado. Sobre todo galletas, las cuales me ví en la necesidad de esconder de la alacena pues ella comía al menos cuatro paquetes diarios.
—Estoy bien—murmura.
Ella leva su vista a sus manos, solo entonces me percato de la pequeña caja envuelta en papel de regalo azul y con un moño rojo.
—Feliz navidad, Deckard—con una sonrisa tímida me extiende el regalo, mis desconcierto parece divertirle por lo cual suelta una risita—No es una daga ni nada de eso por si lo piensas.
Curioso tomo la caja y comienzo a desenvolverlo con cuidado de no arruinar el papel. Al abrir la caja una pequeña carta está en su interior.
Miro a Julie confundido para luego leer la carta. Al terminarla mi cara de sorpresa parece hacerle mucha gracia pues se echa a reír de forma ruidosa.
—Feliz navidad, Deckard—suelta con diversión.
Yo la miro aún desconcertado para hacer la pregunta que jamás creí que haría en mi vida:
—¿¡Que tú estás qué!?
*Nota de autor*
¿Se lo esperaban? Probablemente no.
FELIZ NAVIDAD MIS LECTORES Y FELIZ AÑO NUEVO.
Lo más bonito que me regalaron este año fueron ustedes mis lindos lectores y mis 3.7K de aléjate de los Collins ¿Pueden creerlo? Porque yo no :'u
En fin, estoy muy feliz y por eso les traigo este especial tan temprano (para mí aún es de día XD)
Espero pasen unas felices fiestas, los amo con todo mi corazón.
Aprovechando la ocasión quiero agradecer a EditorialZiba por la corrección del libro ¡Muchas gracias! Vayan a seguirlos.
Esten pendientes de mi instagram @helado_.mendes más sorpresas vienen pronto :)
En fin, espero pasen felices fiestas, disfruten de la navidad pues no se sabe cuántas navidades nos quedan , les deseo un gran inicio de año, disfruten mucho.
Los amu, un abrazo heladoso.
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