Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo XI

Julie Jones

8:30 p.m

Me mantengo abrazando a Nemo desde hace como dos horas, tuve que dejarlo en una especie de hotel para perros, ya ni siquiera confío en mi novio, ni en mis amigos, mucho menos confío la vida de mi perro en manos de mi familia.

Hace apenas tres horas que he vuelto de mi viaje a Londres, la mayoría de tiempo estuve yendo de allá para acá con mi prima y sus hijos, como el chico que conocí prometió, tuvimos un par de citas, en ellas descubrí datos interesantes sobre ese encantador chico.

Por ejemplo, descubrí que su nombre es Bradley, que en efecto es de nacionalidad británica, es originario de Birmingham exactamente de Sutton, es muy muy agradable y muy dulce. De las mejores citas que he tenido.

Respiro la tranquilidad de mi hogar, que mis padres y mi hermana no estén es relajante, camino hasta la cocina y bufo cuando veo una jarra de jugo de naranja afuera del refrigerador, Julieth ama el jugo de naranja pero siempre deja la jarra fuera y siempre debo ser yo quien debe volver a meter la jarra al refri.

Decido servirme un poco de jugo para después meterlo en el refrigerador, bebo un poco del jugo y hago una mueca puesto que está mas ácido de lo normal. Pongo el vaso sobre la encimera, maldigo cuando el líquido se derrama y cae al suelo, Nemo comienza a lamer el líquido a lo que río, él se toma en serio lo de "lo que cae al suelo es del perro"

—Ve a orinar, pero regresa pronto, por favor— abro la puerta mientras suelto a Nemo y él corre a marcar uno de los árboles que hay en nuestro jardín frontal.

Cierro la puerta, envío un mensaje a Jordan informandole que he vuelto a casa a lo que él responde con un simple "Ok" 

Me acerco a la ventana para ver a Nemo y que todo esté en orden con él.

Me paralizo al ver a un grupo de personas frente a la puerta de mi casa, todas tienen el rostro tapado con una tela negra, su ropa es del mismo color en ella se puede observar una insignia, como la que yace en mi brazo.

En un movimiento casi automático cierro la puerta con llave, cierro las persianas de la ventana y me recuesto contra la puerta.

Ellos se irán, ya se irán, tranquila.

Escucho el constante grito de alguien, es un grito de dolor;

Es un grito de agonía.

Seguido de ese grito, escucho el chillido de un perro. Jadeo cuando recuerdo que Nemo aún está en la calle, ruidos se escuchan afuera, suelto un grito cuando un cuchillo atraviesa la madera de la puerta y gotas de sangre corren y manchan mi hombro. El cuchillo estuvo a centímetros de atravesar mi brazo.

Mis manos temblorosas abren las persianas, agradezco a Dios al ver que se han ido. Abro la puerta y prácticamente comienzo a buscar a mi perro como loca.

—¿Nemo? ¡Ven aquí, Nemo!—salgo al frente de mi casa, y entonces lo veo.

Su pelaje está lleno de sangre y tiene una daga incrustada en su pata trasera derecha. Me arrodillo frente a él, aún tiene fuerzas para mover su cola, sin poder evitarlo, comienzo a llorar.

—No... Nemo ¡Nemo!—las lágrimas corren por mis mejillas, mi corazón duele, duele demasiado—¡Ayuda por favor! ¡Necesito que me ayuden!—comienzo a gritar con desesperación.

Mis vecinos abren las ventanas, pero nadie se atreve a salir, todos tenemos salir a esta hora porque, se dice, que es la hora en donde los Collins buscan a sus víctimas.

Observo en dirección a casa de Jordan y lo veo, él me da un vistazo para luego ver a mi perro sangrando, sonrío con esperanzas de que él me ayudará.

Mis esperanzas se desvanecen cuando lo veo cerrar su ventana e irse.

—Ayuda...por favor—un dolor agudo en mi estómago me hace retorcerme, pero no es momento de mí, es sobre salvar a mi único ser amado, al único que realmente sé que me ama.

Ellos me quieren arrebatar a lo único que amo y no se los permitiré.

Tomo a Nemo entre mis brazos y me levanto con cuidado, sosteniéndolo, comienzo a caminar.

—Por favor resiste ¿Si? Correré lo más rápido que pueda, estarás bien, Nemo.

Me echo a correr en dirección de la casa en la única persona en la creo poder confiar, sí no me ayuda entonces sabré que estoy totalmente sola en esto, en este pueblo y entonces sabré que todos deberán pagar.

Todos.

Nemo se queja constante soltando pequeños sonidos que hacen que mi corazón duela, él se mantiene con la cabeza colgando de mis brazos. Corro más rápido hasta por fin llegar a casa de los Collins. Me voy en dirección al cuarto de juegos de Deckard. Comienzo a golpear la puerta como puedo.

—¡Ayuda! ¡Ayuda por favor!—mi voz se quiebra mientras veo mi camisa comenzar a mancharse de la sangre de mi perro—Por favor ¡Necesito ayuda!

La puerta se abre rápidamente, Deckard sale sosteniendo un bate, me mira desconcertado, luego mira a Nemo y jadea.

—Julie, ¿Que fue lo que...?

—Ayudame por favor—ruego—. Necesito tu ayuda ¡Te necesito!

Él reacciona rápidamente, sale de la habitación y entonces noto su torso desnudo, la camisa está sobre su hombro; probablemente estaba por irse a dormir.

Me guía hasta el auto, abre la puerta del copiloto y yo me adentro en ella, el cuerpo de Nemo comienza a temblar y mis lágrimas salen aún más.

—Quiero que resistas, resiste por favor—acaricio la cabeza de mi amigo peludo y este lame mi mano.

Deckard comienza a conducir muy rápido. Lo miro—El veterinario más cercano está a tres horas del pueblo—informo con mi voz temblorosa, mis manos comienzan a llenarse de la sangre que cae de la pierna del perro, comienzo a temblar sabiendo que tal vez, ya no tendré a mi único amigo en el mundo.

Deckard hace algo que definitivamente no esperaba, toma mi mano y la entrelaza contra su mano derecha manteniendo la izquierda sobre el volante del auto.

—Llegaremos rápido, lo prometo, él estará bien pero necesito que te calmes ¿De acuerdo, pastelito? Quiero que recuerdes todos esos buenos momentos con Nemo y que te mantengas feliz porque si él siente que estás feliz entonces él estará feliz, a Nemo le gusta verte sonreír ¿Si? Sonríe para él, regálale una de tus lindas sonrisas—su voz es tranquila, mientras su mirada se mantiene fija en el camino.

—Gracias, Deckard—susurro.

(...)

11:46 p.m

El camino fue corto, normalmente tardas alrededor de tres horas en llegar hasta la ciudad más cercana de Cold Town, pero Deckard hizo un increíble tiempo de media hora.

Acudí a llamar a mis padres diciéndoles lo ocurrido. A lo que ellos respondieron molestos porque en mi apuro por salvar la vida de mi perro no me tomé el tiempo de cerrar la puerta de mi casa. Afortunadamente Jeremy si acudió a mi llamado de auxilio.

Mi primo no tardó mucho en llegar, lo cual me sorprendió, no creí que él realmente vendría a acompañarme. Mucho menos me imaginaba que estaría siendo abrazada por él.

Jeremy Becher está abrazándome ¡A mí! De acuerdo. Esto es raro, nunca—ni en mis más alocados sueños—Imaginé que estaría siendo abrazada por mi primo que creo, me odia. Nunca me lo ha dicho en la cara pero realmente pienso que él me odia por la misma historia de sus padres.

Mi estómago duele pero decido no prestarle atención, probablemente solo sea porque estoy tan asustada por Nemo.

Jeremy acaricia mi cabello, tranquilizandome.

—Todo estará bien, sé que tu perro es importante para ti. Él estará bien—lo escucho murmurar. Asiento mientras observo su muñeca, veo una tira en esta.

—¿Que te pasó en el muñeca?—pregunto.

—Estuve en el hospital—responde viendo su propia muñeca—. Sufrí una intoxicación.

—¿Intoxicación?—habla Deckard sentando en una de las bancas frente a nosotros.

—Sí, bebí un jugo en casa pero parece que estaba contaminado o algo así. Tuve que hacerme un lavado estomacal.

Me suelto de entre sus brazos.

—¿Jugo? ¿Era un jugo de naranja?—pregunto comenzando a asustarme.

—Sí, un jugo de naranja pero como sabía horrible lo tiré a la basura, hice uno nuevo.

Suspiro aliviada.

—Yo bebí un jugo, supongo que fue el que tú preparaste—lo vuelvo a abrazar disfrutando darle cariño a mi primo, no sé cuántas veces tendré la oportunidad de abrazarlo—. Pero te quedó horrible—comento, escucho a Deckard reír a lo que sonrío.

Jeremy estira su mano y me tiende su mochila.

—Adentro hay una camiseta para ti—dice, me separo de él, miro mi camiseta y ésta se encuentra llena de sangre de Nemo, hago una mueca.

—Gracias.

—Iré a la máquina expendedora del otro piso, tú cambia tu camisa—Jeremy se levanta y se pierde entre el pasillo.

Miro la mochila y comienzo a pensar donde puedo cambiar mi camisa, Deckard se levanta y me observa.

—Vamos a mi auto—lo miro confundido y él rueda los ojos—. Puedes cambiarte ahí.

Me levanto y lo sigo hasta su auto, al salir, el frío viento me eriza la piel, no tengo idea por qué Connecticut hoy está frío.

Deckard abre la puerta y espera que entre luego entra, sentándose en el otro asiento.

—¿Pero que crees que haces?—pregunto desconcertada— ¡Sal del auto!

—Está frío afuera—responde—, de ninguna manera me quedaré esperándote en la calle.

—Pues no es de caballeros querer estar junto a una chica que quiere quitarse la camisa para cambiarla por otra.

Deckard me da una de sus típicas sonrisas de autosuficiencia.

—Que suerte que no soy un caballero—le doy una mala mirada—. Oh por favor, Julie; no eres la primera chica a la que veo desnuda, no te creas tan especial.

Lo miro, por alguna razón no me cohibo ante sus palabras, al contrario, él lo hace sonar como un reto. Mis manos temblorosas toman el borde de mi camisa y la sacan, dejándome totalmente descubierta bajo la atenta mirada del castaño frente a mi.

—Estás jugando con un oponente que puede destruirte con solo tocarte, pastelito—la voz de Deckard suena profunda, tan profunda que hace que mi entrepierna comience a emocionarse.

Decidida me acerco a él y planto mis labios sobre los suyos, reacciona bastante sorprendido pero absolutamente no pierde el tiempo, no tarda mucho en tomar el control de nuestro desenfrenado beso. Nos algo dulce, es algo que hace que todo en mi arda por sentir su toque. Deckard tira de mi haciendo que suba sobre sus piernas.

Entonces el aire dentro del auto comienza a encenderse, abriendo paso a un momento donde todo lo que se escucha son nuestros jadeos.

Y sin darme cuenta fui cayendo al infierno dominado por Deckard Collins para no volver a salir nunca más.

************************************************************************

CAPITULO NO EDITADO

Holi  ¿Como están? ¿Bien? ¡Cool!

Bueno, estoy entrando en histeria. Así que tengo una cuenta otra aplicación de lectura y la tenía para ingresar con Instagram, pero cambie de PC y ahora quiero entrar Y NO PUEDO AHHHHHHHHHHHHHHHHHH

Quiero matarme pero mandé un correo a la aplicación, deseenme suerte para que contesten y me ayuden, porque me estaba yendo muy bien ahí :c

Así que esas son las noticias de esta semana.

los amu

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro