Nico podía ver por la ventana de su habitación, en la enfermería, como el sol se ponía otra vez dándole fin a su tercer día en la enfermería. Lo más a lo que podía aspirar ahora era a que Will le diera el alta, como máximo, después del desayuno y él tendría que volver a dormir en la cabaña que parece la cripta del conde Drácula.

Se preguntaba si el hijo de Apolo volvería a hablarle una vez que dejaran de ser médico y paciente, porque, a pesar suyo, se había acostumbrado demasiado a la presencia del rubio y temía que Will decidiera que Nico ya no le caía bien y él volvería a encontrarse sólo.

Claro que aún tenía a Jason, Reyna, Percy, Hazel y quizá hasta Annabeth y Pipper, solo que realmente le gustaba Will Solace... como amigo, por supuesto y al parecer este también sentía lo mismo, pero Nico tenía miedo de hacerse ilusiones y luego pasara lo mismo que con Percy.

Quitó los ojos marrones de la ventana y los dejó buscar al par azul que en ese momento examinaban absortos un expediente médico. Will terminó de leer y levantó la mirada sorprendiendo a di Angelo observándolo. Las mejillas de este último se tornaron rojas y apartó la mirada. El hijo de Apolo sonrió.
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Eran las once de la noche, las luces de la enfermería se habían apagado hacía ya una hora y Nico no podía conciliar el sueño, temía despertar y que Solace le dijera que ya era hora de irse. Volvió a cambiar de posición y la puerta se abrió, se hizo el dormido.

Will Solace entró a la habitación donde se alojaba Nico di Angelo, al menos hasta ese momento, y se apoyó en el umbral de la puerta mientras observaba al menor dormir. El hijo de Apolo llevaba enamorado de él por varios años y ahora que lo tenía en su territorio no lo dejaría escapar. Con este último pensamiento volvió a cerrar la puerta y se fue a dar otra ronda entre los pacientes que aún no se habían recuperado de la reciente batalla.

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Nico se despertó sobresaltado con el ruido de las cortinas abriéndose y le dirigió una mirada asesina al chico que le sonreía desde la ventana. Will Solace tenía algo de miedo de que él pelinegro lo haya encontrado insoportable y no quiera saber más de él una vez que haya dejado la enfermería, pero su objetivo es conseguir que el hijo de Hades se enamore de él y para eso necesita pasar más tiempo con él.

- tu desayuno te esta esperando, death boy, en cuanto te lo termines te podrás ir
-no me llames así, Solace- la sonrisa del rubio sólo creció - pero no creas que te has librado por completo de mí, fantasmita, aún estas en recuperación así que te quiero aquí todos los miércoles a las 11 de la mañana- Nico no pudo reprocharle el estúpido apodo, no cuando prácticamente tenían una cita semanal, aunque de hecho así era, sólo que en esos momentos todavía eran médico y paciente, el pelinegro sólo sonrió...
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Mientras Will le acercaba la bandeja del desayuno a su amor platónico, pudo detectar el fantasma de una sonrisa que se acababa de evaporar, se preguntó por qué.

Tú...