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Capítulo seis


El silencio era un escalofriante preludio.

Los hombres de la limpieza se movían tranquilamente, haciendo su trabajo de forma mecánica. El piso cerámico brillaba con la nueva capa de cera, las pantallas se mantenían oscuras. Todo estaba tranquilo, exceptuando la base principal donde el equipo de respaldo vigilaba. El grupo de cinco se mantenía en los ordenadores, su líder vigilando y moviéndose mientras cada uno de los agentes era asegurado.

No podían permitirse un error como el de la mañana, por lo que el mejor equipo estaba a cargo del resto, así como de la seguridad de sus clientes y principalmente, sus jefes. El resto de pasillos estaban desolados, el lugar era terrorífico cuando carecía de los activos que se movían por sus lugares de trabajo.

Era un momento justo para hacer una profunda investigación sin mirones de por medio.

Naoe se movió entre las sombras sin intensión, su rostro demacrado y sus hombros tensos. No se detuvo, incluso cuando los miembros del control lo observaron e intentaron hablarle, tenía muchas cosas que hacer y escuchar las palabras de lástima porque trabajase hasta tan tarde era innecesario. No estaba deprimido por trabajar hasta esa hora, en otras ocasiones lo había hecho. Lo que le tenía de esa manera era el dolor de saber que su propio sistema había sido usado para hacer daño.

A su amigo más cercano, de los pocos amigos que tenía, Gregory era especial.

No lo juzgaba, no lo obligaba a salir de su caparazón. Ellos se entendían sin necesidad de muchas palabras. Esa era la principal razón por la que Naoe se sentía destruido, porque entre todas las personas a las que podía hacerle daño, a su mejor amigo, era al que no debían tocar.

Iba a encontrar al culpable y hacerle pagar.

Pasó su oficina de largo y fue directo a la oficina de su jefe, no respiró profundamente hasta que estuvo frente los ordenadores madres. Dejó caer su chaqueta y su maletín en el suelo sin mayor interés, su mirada recorrió los cuatro monitores, los que tenían el control de cada movimiento de la empresa y se encargaban de que nada saliera de sus paredes. Aunque había fallado. No sabía cómo eso era posible, no cuando los había programado, no había forma que alguien pudiera infiltrarse en su gran red y robar información que era tan importante.

Había puesto en riesgo a su amigo.

Gregory estaba entre la vida y la muerte, dos balas habían impactado contra su tórax y otras en su pecho. Una había perforado un pulmón, pero la peor había estado cerca de su corazón.

Naoe nunca se perdonaría ese descuido, su principal y mayor labor era mantener a los agentes sanos. Lo demás importaba poco. Pero había fallado y nunca podría borrar ese pensamiento de su mente. Le había fallado a todo lo que había considerado lo más importante en su vida, desde que comenzó en la empresa y desde que tuvo el apoyo directo de su jefe... Naoe había encontrado su lugar, pero todo había sido arrebatado.

Respiró profundo, luego restregó su rostro. Era hora de trabajar, tenía que dejar sus pensamientos deprimentes que no servían de nada en ese momento y concentrarse en lo que realidad importaba. Había un soplón y era su deber encontrarlo.

No dormiría hasta lograrlo.

Se sentó frente los ordenadores mientras se remangaba, abrió un par de botones y acomodó su cuello de un lado a otro. Iba a encontrar al que había puesto su mundo de cabeza, luego se lo daría a su jefe para que este se hiciera cargo. No era un activo, tampoco tenía la habilidad física, pero podía poder la diana sobre la cabeza correcta.

Esa era su especialidad.

Iba a ser el "chismoso" que todos alegaban que era, poco le importaba en ese momento, el topo iba a ser descubierto, así tuviera que poner su vida en juego.

Alden tenía el rostro girado hacia el cielo. Tonos rojos, rosas y azules hacían una gran combinación, más cuando se estaba cerca de los muelles. Podía oírse a los hombres moverse para sus puestos en los barcos, así como el sonido de las primeras aves alzándose al vuelo.

Era algo hermoso.

Nadie consideraba a Morgan como un hombre de admirar la naturaleza, pero tampoco sabían mucho sobre sus pensamientos. Era una carta en blanco y aunque había sido perfeccionado dentro de la agencia, la misma nunca había podido controlar la mente tan profunda de Alden.

Razón por la que era un agente especial, siempre encubierto, siempre listo para el ataque.

La misión en Rusia casi había acabado con ello.

-Creo que lo mejor será que regreses. -La voz a su espalda no lo altero, pero si hizo que sus hombros se tensaran-. Sé que eres capaz, pero si la cubierta fue descubierta poco va a importar.

Darius estaba cansado, había estado lidiando con un enloquecido Bradford, quien no entendía porque no había capturado a Naoe Mitchell. Claro que había tenido que defender a su activo, conocía lo suficiente a Alden para saber que este no confiaba en la información que le había proporcionado.

Pero las cosas habían ido muy lejos, había dos hombres muertos por la culpa del topo.

-Van a llamar a Gerald, se encargará de interrogar a Mitchell y sacarle quién está detrás de todo esto.

Alden se giro para encararlo, negó en el mismo instante que Darius había mencionado el nombre de su compañero.

-Gerald no interroga, tortura -dijo caminando por el muelle hasta detenerse al lado de su líder-. Es una perdida de tiempo, Mitchell está limpio, hay otra pieza que no estamos tomando en cuenta... yo me encargaré de esto, es mí caso.

Darius lo detuvo, tomándolo del hombro.

-Alden... entiendo lo que intentas decirme, también lo que quieres demostrarme... Pero yo no necesito saber tu valor, ya lo conozco -explicó con tono amable-. Quiero que comiences la terapia, tal vez tomarte unas vacaciones...

Alden apretó los puños y se quitó el toque con brusquedad, miró a su jefe a los ojos. Darius lo tuvo difícil para no dejarse intimidar, podía tener el doblo de peso que Alden, pero se sabía en desventaja. Claro que Alden no iba a dañarlo, mucho menos asesinarlo, solo quería que quedaran de tratarlo como un incompetente por haberse enamorado de su blanco.

Casi parecía ironía que sintiera atracción por Naoe Mitchell, un hombre simple al lado de su difunto "falso" esposo.

-No necesito de tu compasión, voy a encargarme del asunto... -empezó a caminar para alejarse-, solo necesito tiempo.

Darius vio su espalda desaparecer entre los trabajadores mañaneros. Sacó su celular al sentirlo vibrar, el nombre de Gerald lo hizo hacer una mueca. Tendría que explicarle al hombre las pocas y prácticamente nulas explicaciones de Alden, convencerlo de dejarlo hacer su trabajo. Además, tenía que buscar la manera de ayudarle a reunir información. Si Alden estaba confiado en que Mitchell no tenía que ver con el asunto, lo mejor era creerle.

Tenía información que reunir.

Porque si algo le llegase a pasar a Alden, ser asesinado por sus activos, era poca cosa con lo que iba a hacerle.

Naoe salió de la oficina casi corriendo. Los pocos que lo vieron, le siguieron, llamándole y preguntándole qué era lo que estaba pasando, pero los ignoró. En el centro de mando, el espacio circulado por los cubículos y las oficinas estaba empezando a llenarse de los miembros de equipos. Todos habían sido contactados para estar muy temprano en la oficina, para recibir órdenes.

Incluso los jefes, Wayne y Bradford, estaban entrando. Algo confusos por ser contactados por un mensaje, en lugar de la acostumbrada llamada de sus asistentes.

Pero más preocupante era el hecho de que ellos no habían hecho un llamado o convocado una reunión.

Naoe corrió, pasando entre todos, hasta estar al centro de todos. Las miradas inquisidoras le siguieron mientras sus manos se movían corriendo sobre los controles de la computadora que manejaba las pantallas que usaban para seguir a los equipos.

-Naoe... ¿Qué es lo que está pasando? -preguntó Alec pasando entre su gente, hasta llegar a donde su asistente.

Justin miraba en silencio los movimientos de su amigo, con su mano lista en el arma en su cintura. Nada de lo que estaba pasando era normal. Naoe estaba desarreglado, con el cabello hecho un desastre y sus ojos enloquecidos detrás de sus gafas.

Naoe giró su rostro pálido hacía su jefe, sus ojos estaban llenos de lágrimas.

-Tenemos que salir... alguien, alguien ha estado manipulando las cámaras... -miró la pantalla con desesperación mientras sus dedos no paraban de intentar claves, que eran negadas en cada intento-. No puedo, no puedo acceder a las computadoras centrales... ¡Hay que salir!

Alec lo sostuvo de los hombros, no entendía la razón de su nerviosismo. Intentó calmarlo, pero Naoe seguía pidiendo que salieran, que corrieran, lo que a los ojos de todos lo vieran como si estuviera perdiendo la cabeza.

Justin se sintió enfurecer. No podía creer que estuviera haciendo toda una escena cuando era culpable de todo.

-¿Qué rayos dices? -exclamó Justin acercándosele hasta que separó las manos del teclado. -Tú eres el causante de todo esto, deja de estar jugando.

Naoe negaba, buscando desesperado empujar a su jefe hacía la salida, pero nadie le hacía caso.

-Suficiente, Justin -replicó Alec viéndole de mala manera-. Deja que el chico hable

-¡Alec! -gritó Justin alterado.

-¡Suficiente! -le respondió Alec, pero nadie se callaba.

Naoe estaba entre los dos jefes, quienes se gritaban cosas que poco le importaban en ese momento.

-Tenemos que salir, debemos salir...

Entonces lo vio.

La larga gabardina negra, sus ojos grises fijos en los suyos. Todo era un escandalo a su alrededor, pero mientras sus miradas se encontraban, Naoe sabía lo que estaba a punto de pasar. Lo entendía y lo aceptaba. Era su culpa, todo había sido su culpa. Había sido ingenuo y tonto, el creer que todos serian amables con él como lo era su jefe fue su mayor error.

La pistola se levantó en su dirección.

El sonido del disparo hizo que todos se detuvieran, el cristal rompiéndose y los gritos de los jefes sobresalieron en el silencio.

-¡Naoe!


Continuará...



¡Hola!

Después de un largo tiempo, finalmente encontré mi musa para seguir con está historia, por lo que me disculpo por tenerles tanto tiempo esperando. Como podrán notar, cambié la portada (espero les guste). Las actualizaciones volverán a ser a la semana, estamos a pasos de comenzar a descubrir las cosas y ver a los culpables.

¿Qué creen que pasó con Naoe?, yo no diré nada xD Tendrán que esperar el próximo capítulo, estén listos para la acción/drama ;)

Si desean una dedicación, pueden pedirla por acá :)

¡Nos estamos leyendo!

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