Situación embarazosa.
Aldebarán.
Me levanté como de costumbre alrededor de las seis de la mañana. Me metí a bañar y después de que aliste mis cosas, partí al coliseo. Empecé con mi rutina de siempre: Algunos golpes, práctica con los ataques y otras cosas. En sí, todo estaba tranquilo, y a parte de mi, solo había cerca de 11 personas más. Estaba por regresar a Tauro, cuando llegaron Milo, Aioria, y mis amigos. Estaba algo confundido y divertido. Antes Shaka y Mu habían dicho que no me preocupara demasiado por el entrenamiento, y ahora ellos también estaban en el coliseo.
-¿Qué haces aquí tan temprano?- preguntó Aioria.
-Siempre vengo a esta hora a entrenar- contesté.
-¿Enserio?, no lo creí de ti.- dijo bromeando Milo.
-¿Qué insinuabas?, ¿qué solo dormía?- contesté entre risas.
-Pues por lo menos yo si- siguió el.
-Deberíamos empezar a entrenar- dijo Aioria.
-Muy bien- dijeron todos menos yo.
-Shaka, Aldebarán, ¿practicamos?- nos dijo Mu.
-Pero es que....
-Vamos Alde, no te quitará mucho tiempo, ¿tienes algo que hacer?- dijo sonriente Shaka.
-Está bien, pero solo un momento.
En fin, tuve que quedarme más tiempo del que planeaba para practicar con mis amigos. Hicimos prácticamente lo que ya había hecho antes. Cuando terminamos, Mu se fue a platicar con Milo y Aioria, mientras yo iba a recoger mis cosas junto a Shaka. Por coincidencia, Mu tropezó con alguien, y cayó hacia atrás, justo cuando yo pasaba. No me di cuenta, y entonces también caí. Nuestros labios quedaron a milímetros de tocarse, y ambos cruzamos miradas. En otra situación, ambos nos habríamos levantado y todo seguiría normal, pero por alguna razón que no comprendí, ninguno de los dos nos movimos. Quizá ambos habríamos permanecido así durante mucho tiempo, pero al ver que teníamos compañía, nos levantamos lo más rápido que pudimos, ambos notoriamente sonrojados, y al menos yo, no entendía porque...o tal vez si, pero quería creer que no era por eso. Era mejor no mencionar nada, además, no estaba muy seguro de que Mu sintiera o pensara lo mismo que yo. Mu caminó extremadamente rápido. Yo, por otro lado, salí caminando en dirección contraria, mientras Shaka me seguía. Tomé mis cosas y empecé a subir las escaleras hacia mi Casa.
- ¡Aldebarán! ¿Estás bien?- dijo Shaka.
- Si, no te preocupes- le contesté.
- ¿A dónde vas?
- A dónde sea menos dónde este esta muchedumbre.
- ¿Si vendrás a mi Casa esta tarde?- dijo con tono preocupado.
- Si, nos vemos al rato, a la hora que acordamos.
- Bien...te estaré esperando.
Shaka se despidió de los otros Caballeros, mientras yo volteaba. Después, simplemente ya no vi que fue lo que hizo o pretendía hacer. Llegué a mi casa, comí un poco, y me metí a bañar. Aún faltaba demasiado tiempo para la reunión que habíamos planeado, así que decidí recostarme cuando terminé. Sinceramente no podía terminar de procesar lo que había pasado. ¡Un momento solo estaba caminando, y en cuestión de segundos estaba a punto de besar a Mu sin que lo hubiera decidido! Pasó extremadamente rápido que tanto el como yo quedamos completamente desconcertados. Era obvio que debía disculparme con el, sobretodo porque ni siquiera era mi intención caer sobre el...¡Es más, ni siquiera tenía en mente el que eso pasara y mucho menos lo planeé! Debía admitir que Mu me gustaba desde hace tiempo, pero el no sentía lo mismo hacia mi...o eso es lo que demuestra. Preferí dejar de pensar en el "casi beso" y lo que sentía por Mu, así que me acomodé, y decidí dormir un poco. Para cuándo desperté, ya eran las 3 de la tarde, alguien tocaba la puerta, y yo no estaba listo.
Mu.
Después de lo que pasó con Aldebarán, no quise ni siquiera mirar a los demás, así que opté por dirigirme rápidamente hacia mi Casa. Mientras avanzaba, sentía mi cara arder de lo avergonzado que estaba. Últimamente había estado pensando demasiado en Aldebarán. No sabía exactamente el porque, aunque tenía un presentimiento: estaba empezando a enamorarme de mi amigo. Ya lo había repasado y analizado demasiado, y sin duda alguna, eso era de lo que se trataba. No sabía bien como expresarlo, principalmente por que el no muestra indicios de que también le gusto. Involuntariamente o sin pensarlo había estado demostrándolo, intentando que se diera cuenta de mi sentimiento, y nunca se daba cuenta. Cuándo llegué, me encontré a Kiki, bajé mi mirada para evitar que me viera sonrojado, pero no funcionó.
- Maestro Mu, ¿está bien?, ¿se siente mal?- preguntó preocupado.
- Si, no sucede nada Kiki. Estoy bien.- contesté intentando restarle importancia al asunto.
- Se ve muy rojo del rostro...¿No estará enfermo?- volvió a preguntar.
- De seguro es porque entrené, y además hace un poco de calor. Eso es todo- respondí mientras sonreía, intentando hacer que Kiki no profundizara el tema.
- ¿Está seguro?
-Si Kiki, no te preocupes...Por que no vas a jugar, mientras tomo una ducha.
- ¡Si! Estaré afuera por si necesita algo.
Kiki salió corriendo, dándome oportunidad de tomar una ducha y poder pensar. Preparé el agua, y como era de esperarse, el tema volvió a invadir mi cabeza. No podía creer lo que había pasado, ¡el y yo casi nos dábamos un beso! Sin duda alguna iba a intentar cruzarme con el en el camino a la Casa de Virgo, y así poder platicar sobre lo que había pasado...y disculparme además de todo. Salí de la bañera y me alisté para nuestra pequeña reunión. Le dije a Kiki que saldría, y el prefirió quedarse en Aries. Mientras caminaba hacia la Casa de Tauro, actuaba torpemente, inclusive me tropecé, y falto mu poco para que me cayera. Estaba nervioso. Cuando llegué, permanecí parado frente a la puerta algunos minutos, dubitativo entre tocarle o no para que saliera. Finalmente preferí hablarle.
- Aldebarán...¿estás ahí dentro?...
No recibí respuesta. Volví a hablar varias veces, y tampoco escuché sonido alguno, así que no tuve otra opción más que tocar como un último intento. Al fin logré distinguir que sí había alguien ahí.
- ¿Aldebarán? Soy yo, Mu.
- ¡Ah, Mu! Espera. En un momento te abro- dijo Aldebarán desde adentro.
- Está bien.
Pasaron algunos minutos antes de que me abriera la puerta, aunque en verdad no fue molestia. Al menos me dio tiempo para prepararme mentalmente y poder hablar. Aldebarán salió y me saludó agitando su mano.
- Mu...sobre lo que pasó en la mañana...yo...no era mi intención caer sobre ti, de hecho ni siquiera te vi...solo quería disculparme...-dijo el.
- Yo también me disculpo contigo. Aunque fue un accidente, te hice caer, y casi nos....Bueno, eso no importa. No fue culpa de nadie- suspiré un poco aliviado. Casi estropeaba todo, y de haber hablado un poco más, habría tenido que dar explicaciones sobre el porque no me moví y todo es que pasó. Por suerte, reaccioné rápido, y me ahorré una platica que resultaría incómoda para ambos. Sonreí y miré alegra hacia Aldebarán, quien correspondió de a misma forma mientras asentía, dando por terminada la platica.
- Creo que deberíamos darnos prisa. Vamos tarde por algunos minutos hacia la Casa de Virgo, y tomando en cuenta la cantidad de escaleras, vamos a llegar aproximadamente 30 minutos o más después de la hora citada. Además, vamos a tener que disculparnos con Shaka. No le agrada la impuntualidad- dijo Aldebarán mientras reía levemente.
- Tienes razón...Aunque no creo que se enoje. No es tan amargado como parece- contesté.
Ambos soltamos grandes carcajadas mientras empezábamos a subir las escaleras lo más rápido posible, y como ya había dicho Alde antes, probablemente tendríamos que disculparnos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro