❤ Qué tal si...
N/M
Días después de festejar el cumpleaños de Aldebarán, ayudábamos a Kiki a empacar, pues quería visitar a Shiryu, Seiya, Hyoga y Shun, en los 5 picos. Además, les había pedido que si lo ayudaban a entrenar. Ellos aceptaron, y bueno, ahora teníamos a un niño de 8 años corriendo por toda la casa.
M: ¿Ya llevas todo Kiki?
K: Sip, jiji.
M: Diviértete, pero no olvides tus modales.
K: Lo sé, maestro Mu. Ya me lo dijo...muchas veces. -Sonríe-
A: Mu, ¿no crees que te estás preocupando demasiado? No es la primera vez que Kiki se va a los 5 picos.
M: Lo sé, pero es Kiki.
K: Prometo portarme bien.
M: Está bien Kiki...
K: ¿Y ustedes que van a hacer?
M: Ah, em...¡no! es...creo...v-va ¡no!...
Aldebarán posó su mano en mi hombro derecho, y Kiki me miró preocupado por mi extraña actitud.
A: No sé, quizá pasemos estos días en Tauro, o aquí en Aries.
K: ¿Y no se van a aburrir sin hacer nada?
A/M: .....
En ese momento me di cuenta de que la curiosidad de un niño te puede poner en apuros, sobretodo tratándose de ese tema.
A: N-no, porque...vamos a salir a...caminar, en el bosque.
Kiki nos miró con sospecha por un momento, principalmente por mi anterior tartamudeo. Después nos sonrió, y se despidió de nosotros, para salir corriendo a dónde estaban los Caballeros de Bronce. Suspiré intentando calmar mi nerviosismo.
A: ¿Qué pasa Mu?
M: Me puse nervioso, y no sabía que decirle a Kiki...Me tomó desprevenido.
A: No pasa nada, ya se fue, y no creo que supiera la razón de tu tartamudeo... Mu, ¿Estas seguro de -Si. Yo quiero hacerlo contigo.
Aldebarán abrió sus ojos, mostrándose sorprendido ante mi directa afirmación. Fue a la cocina, y se sirvió un vaso de agua, para tomárselo de manera rápida. Regresó más tranquilo, incluso casi se le notaba algo disperso; y se dirigió a mi.
A: Está bien, vamos a Tauro.
Me tomó de la mano y salimos caminando de Aries cuesta arriba por las escaleras, con el fin de llegar a la segunda Casa del Santuario. Pasamos a su casa, y bueno, a decir verdad, estaba más ordenada que la mía. Me sonrío y me abrazó.
A: ¿Quieres o necesitas algo?
M: No...¿Dónde dejo la armadura?
A: Déjala aquí.
Me señaló una esquina, y fue dónde me quité mi armadura. Yo llevaba mi ropa de siempre; pues me resultaba en verdad cómoda, y el llevaba un pantalón y una playera sencilla. El verlo así me hizo sonrojarme, y por alguna razón, empecé a ponerme nervioso....más bien....emocionado.
M: Amor...
A: ¿Qué pasa?
M: Solo...hay que ir...
El arqueó su ceja mostrando confusión, aunque cambió rápidamente su expresión por una comprensiva y tierna.
A: Tranquilo. No es urgente hacerlo Mu. Si no quieres, no importa. Podemos esperar.
M: No. Quiero hacerlo....
Volteé a ver a Aldebarán, que estaba sonriendo. "No pasa nada Mu", fue lo que me dijo. En ese momento, al estar parado frente a el, me sentí como un niño siendo protegido....Tal cual yo suponía que Kiki se sentía al ser cuidado por nosotros. Es una sensación hermosa.
Fuimos al cuarto, aunque no con la intención de hacerlo enseguida. Intenté parecer tranquilo, aunque para ser sincero, es obvio que estaba un poco nervioso. Nos sentamos y empezamos a platicar como si de un día cualquiera se tratara, aunque yo estaba consciente de que sería uno verdaderamente especial para ambos. Al hacer eso me sentí más tranquilo, y ya no ansioso o preocupado porque algo saliera mal. En verdad quiero que este día sea único, tanto para Aldebarán como para mi, y ahora que el ya me depositó su confianza, estoy seguro de que esto no va a provocar conflicto alguno en cuestión de querer hacerlo o no. Me acerqué a Aldebarán, y lo abracé.
M: En verdad te amo demasiado.
"Yo también Mu", fue lo que me contestó. Ambos sabíamos que de alguna forma, esa palabra sería el inicio de nuestra "primera vez" como pareja. Juntamos nuestros labios, al principio de una manera verdaderamente tierna. Sentí una enorme explosión de magníficas y nuevas sensaciones que estallaron en mi cuerpo. Entrelazamos nuestras manos, y ambos aumentamos el ritmo de nuestro roce. Poco a poco, sin acelerarnos y alterarnos demasiado, nos fuimos recostando en la cama, al mismo tiempo que seguíamos con nuestros delicados toques. Decidí avanzar un poco, posando mi mano sobre el abdomen de Aldebarán. Lentamente fui subiendo mi mano hasta llegar a su pecho. Al contrario mio, el bajo su rostro hacia mi cuello, que empezó a acariciar también. Seguimos con lo nuestro, y poco a poco fui despojando a Aldebarán de su playera. El verlo descubierto de cintura hacia arriba hizo de nuevo sonrojarme. El decidió hacer lo que yo había hecho con su abdomen momentos antes. Metió su mano, y fue directamente hacia mi pecho. Posé mi mano sobre su hombro, y empecé otro beso. Yo permanecí sin hacer nada, mientras Aldebarán se abría paso a mi cuerpo. Cuando logró quitarme a mi también la playera, solo nos miramos. El sonreía con ternura, sin despegar sus ojos de los míos.
M: ¿Qué pasa?
A: Nada...
Me dedicó otra sonrisa, y me besó la frente de manera rápida.
A: Solo estoy feliz.
Ambos esbozamos una sonrisa. Aldebarán posó su mano en mi cintura, y volví a poner la mía en su abdomen. El siguió acariciando mi cuerpo, logrando que se me erizara la piel. Cada centímetro que el tocaba de mi cuerpo se sentía...caliente. Ahora ya no pensaba nada que no fuera mi relación con Aldebarán. Dudé un poco en hacerlo, pero fui bajando lentamente mi mano hasta llegar al miembro de mi novio. Abrió enormemente sus ojos por segundos, y después volvió a lo suyo. Ahora sin dudarlo estaba seguro de que Aldebarán no se sentía incómodo, así que proseguí con lo que hacía. En algún momento paré por la excitación que sentía, y logré distinguir que Aldebarán vacilaba en hacer lo mismo que yo. Con mi mano lo tomé de su muñeca izquierda, y la posé en mi miembro.
M: No pasa nada amor. No dudes en hacerlo. Después de todo somos pareja, ¿no?
El sonrojo de nuestros rostros aumentó, a tal grado que llegué a pensar que tenía fiebre o algo por el estilo.
A: Sí. Claro que lo somos.
Dicho esto, empezó a mover lentamente sus dedos, para intentar replicar lo que yo le hacia sentir al tocarlo. Su lentitud y delicadeza al hacer los movimientos provocó que me sonrojara más. Volví a posicionar mi mano en dónde estaba, y ambos volvimos a las caricias. Llego un momento en que ambos disfrutábamos demasiado del roce de nuestros cuerpos, que decidimos despojarnos de la ropa que quedaba, únicamente dejando sobre nuestros cuerpos la ropa de cama. Por alguna razón, que deduje que fue por ser la primera vez que lo hacía con Aldebarán, me puse nervioso. Me moví hacia atrás, un poco titubeante por continuar.
A: Calma Mu. En serio, no hay problema si no continuamos.
M: No. Solo hay que hacerlo despacio.
A: Si quieres que pare, solo dímelo Mu. No te avergüences.
De nuevo su actitud cariñosa provoco que me enrojeciera más de lo que ya estaba. Empecé por tocarlo yo. Después el decidió actuar a la par de mis movimientos. Su mano rozó mi miembro con delicadeza.
N/A
Mu se estremeció ante mi toque, y entonces me di cuenta de que le avergonzaba encontrarse en esa situación de ser el "nuevo en esto". Decidí tomarlo de los brazos, y lo levanté a la vez que yo me sentaba en la cama. Posé mis labios en los suyos con delicadeza, y Mu respondió de igual manera. Permanecimos así, descubriendo sensaciones que jamás habíamos sentido. Mu dirigió su mano a mi cuello, y provocó que me estremeciera. El tomó el control como la vez anterior, y yo solo lo dejé. Empezamos de nuevo con nuestros delicados roces por parte de nuestra piel.
M: Hay que...hacerlo...
Entendí a lo que se refería. Entonces, decidí volver a recostarlo delicadamente en la cama. Inicié otro beso, que se prolongó más de lo que esperaba. Mu acariciaba mi pecho, y yo dirigía mi atención a sus labios y a su cadera. El bajó su mano hasta la última pieza de ropa que me quedaba, y optó por bajarla. Hice lo mismo con la suya, prácticamente quedando expuestos el uno al otro.
A: ¿Quieres que siga Mu?
M: Ah...s-si...sigue...no pasa nada. Estoy bien.
Decidí esperar un poco más de tiempo antes de hacerlo con Mu. "Estoy bien amor" Ante las palabras que había dicho, lo único que hice fue asentir. Lo preparé antes de avanzar demasiado rápido. Introduje mi dedo por varios minutos, de manera suave. Estaba por preguntarle si quería continuar con esto, pero el me interrumpió. "Ya puedes seguir...estoy bien..." Me acerqué a el, lo besé, e introduje mi miembro a su cuerpo. Me quedé quieto a pesar de que Mu no había dicho nada, pero era preferible esperar a que se acostumbrara en a en verdad lastimarlo. Pasados unos minutos, Mu acercó su rostro al mío y me susurró que continuara. El posó sus manos en mi hombros, para que yo pudiera recargar mis brazos en la cama. A pesar de que sabía que Mu estaba bien, me moví y me introduje de manera lenta, e hice lo mismo al momento de salir. No se quejó, entonces volví a entrar, al mismo tiempo que lo acariciaba. De sus labios salió un casi inaudible sonido. Su voz había salido más aguda de lo normal, algo verdaderamente tierno, o al menos así lo era para mí. Mu se avergonzó, e intento desviar su mirada, derritiéndose por el toque de mis manos.
A: Mu. No tienes de que avergonzarte.
M: E-es que yo...
A: Esto no importa Mu. Lo verdaderamente valioso es que estamos juntos. Solo somos nosotros, y nada más. Gracias a tu apoyo fue que logré confiar en los demás. Superé mis miedos, y logré decir Te amo sin tartamudear. A mi no me importa si tienes alguna enfermedad, o si no eres el "mejor" en esto. Lo que a mi me interesa es estar contigo.
N/M
Lo que me dijo me dejó sin palabras. El tenía razón. Debo dejar de preocuparme por este tipo de cosas, y lo debo valorar a el. Asentí, y el me abrazó.
M: Entonces...ya no voy a ser tímido.
Esbocé una enorme sonrisa, y me abalancé a Aldebarán. Uní nuestros rostros con un beso, y seguí con lo que habíamos dejado pendiente. Ya no me importaba ser perfecto en la cama. Lo que en verdad quería ahora era pasar tiempo con el, y divertirme. Prolongué demasiado el beso, y no dejé de acariciar el cuerpo Aldebarán.
A: Jajajaja, ahora estás de travieso ¿no?
M: No lo sé. Tal vez si...
Ambos nos carcajeamos, y estuvimos en el cuarto bastante tiempo. Y como deduje, Aldebarán y yo pasamos un momento inolvidable.
N/M
A la mañana siguiente salimos de Aries par esperar a que Kiki llegara. Venía acompañado de los otros Caballeros de Bronce. Pasaron a saludarnos a Aldebarán y a mi, y estuvimos platicando. Ellos dijeron que Kiki había practicado muy bien, y que cada vez era más fuerte. El solo se mostró alegre, y se sintió alagado. Al cabo de un rato los Caballeros se despidieron, pues dijeron que tenían que hacer varias cosas. Entramos de nuevo a Aries, y Kiki fue directamente a la cocina, como era de esperarse por parte suya.
K: ¡¿Podemos hacer avena con leche?!
M: Kiki, ¿no te parece que últimamente comes mucha avena con leche ?
K: ¡Es que está muy rica!
A: Mejor la hacemos para la noche. ¿Te parece?
K: Tendré que hacer un enorme sacrificio. No creo que mi estómago soporté estar mucho tiempo sin comer...
Todos nos soltamos a reír, y al final Kiki no tuvo otra opción más que aceptar la propuesta.
K: Y entonces, ¿qué hicieron ayer?
Aldebarán y yo nos volteamos a ver inmediatamente. Ambos teníamos rostros de preocupación.
A: Ah...solo estuvimos aquí.
K: Eso no es interesante....¿Enserio solo eso?
M: Bueno también platicamos, y...salimos a caminar.
K: Suena muy aburrido...creo que la próxima vez que me vaya a los 5 picos les voy a dejar una lista de cosas que pueden hacer. ¡No puedo creer que no se aburran!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro