N/M

Después de haber ido por Kiki, nos acostamos a dormir. Yo no podía, pues no dejaba de pensar el lo que tuvo que pasar Aldebaran. Voltee a verlo. Su expresion mostraba tranquilidad. Supongo que le había ayudado platicar. Decidi abrazarlo, pues queria estar junto a el, la verdad, me daba ternura verlo dormir. Lamentablemente, termine despertandolo.

A: ¿Que pasa Mu?

M: Es solo que no puedo dormir, y queria abrazarte.

A: ¿Quieres que te de algo?

M: No, asi estoy bien, gracias.

A: -Besa su frente- ¿Seguro?

M: Si.......¡oh!, se me olidaba, Aioros nos invito a su casa, va a celebrar su cumpleaños.......le dije que si, pero si tu no quieres no vayas.....

A: No, no hay problema, yo te acompaño.

M: ¿¡En serio?!

A: ¿Porqué no? Así  como alguien me dijo una vez, no me va a hacer daño el salir un poco.

M: -Bosteza- Creo que ya me voy a dormir......

A: Yo igual..............

M: ¿Oye Al?

A: ......(Zzzzzz)

M: Increible que pueda dormirse así de rápido.

Al amanecer, ambos caballeros se despertaron para hacer sus labores: Mu se dirigio al patio para reparar armaduras mientras le enseñaba a Kiki como hacerlo, y Aldebaran, bueno, solo cumplia su deber de vigilar la casa de tauro. Al llegar la tarde, los tres se alistaron para ir a la fiesta de Aioros.

M: ¿Seguro que quieres ir?

A: Si, todo está bien.

K: ¿Me puede cargar señor Aldebaran?

A: ¡Claro! ¿Porqué no?

K: Wow, estoy muy arriba.

M: Jajaja, ten cuidado Kiki.

K: Si maestro Mu.

Mu, como siempre, los tele transporto hasta la casa del santo de sagitario. Al parecer, no solo había invitado a los demas caballeros. Su casa estaba repleta de personas: estaban los caballeros de bronce y plata, los dioses guerreros, los generales marinos y algunos aspirantes a caballeros.

A: Hola Aioros, felicidades.

Ai: ¡Hola! Gracias por venir.

M: No hay de que, sabes que lo haremos con gusto.

K: ¡Tome! ¡Muchas felicidades!

Ai: Gracias kiki, pasen y disfruten la fiesta.

N/A

Nos sentamos en una mesa cerca de la puerta, donde estaban sentados Camus, Dohko, Shura y Shaka. Al parecer, ya habian comido, y eso significaba que habiamos llegado tarde.

M: Ahora vengo, voy por algo para comer.....¿van a querer algo?

K: ¡Yo si!, pero que no tenga lechuga, la detesto.

D: Jajaja, vamos kiki, es de lo mas delicioso y nutritivo.

K: Lo se, pero su sabor es desagradable.

Shu: Maestro Dohko, no debería decir eso cuando a usted no le gusta comer queso o papa.

D: Eso si es desagradable, ¡a quien le gusta comer esa viscosidad llamada queso!

Sha: Jajaja.

C: A mi me gusta esa "viscosidad".

M: ¿Entonces que van a querer?

K: ¡Pollo!

A: A mi me podrias traer algo de carne por favor.

Mu se dirigió a la mesa donde estaban los platillos. En ese momento, la musica empezo a sonar y todos se pararon a bailar, claro, excepto Aldebaran.

K: ¿Puedo ir a bailar?

A: Está bien, pero solo mientras llega Mu con tu comida.

Kiki se alejó feliz, mientras Aldebaran se quedo serio en la mesa. No se atrevía a pararse a bailar, pero queria hacerlo. Decidio salir, pues habia mucho ruido dentro.

D: ¿Que haces aqui escondido Aldebaran?

A: Sabe que detesto este tipo de reuniones, no soy como usted maestro Dohko, no me gusta hablar con extraños.

D: Pues no hables, ¡baila!

A: No creo....

D: ¿Es que no sabes?

A: No, si se hacerlo, pero nunca nadie me ha visto, y en el momento en que salga, seré el centro de atención.

D: Solo enfrentalo, Mu está ahí sentado, y lo hace porque sabe que tu no quieres bailar......creo que tu deberias pararte y tomar valor para decirle que se para a bailar junto a ti, si quiera has algo por el.

A: Tiene razón maestro.

Aldebaran entró e inhalo. ¿Como se lo pediría a Mu?

A: ¿Quieres bailar cierto?

M: Si......bueno n-no, puedo quedarme aqui sentado contigo....

A: Si, pero no quieres....¡ven!, anda, ¡hay que bailar!

Aldebaran jaló a Mu del brazo obligandolo a pararse, y lo dirigió a la pista de baile. En seguida lo tomo, ¡y empezó a bailar! Todos se sorprendieron al ver la actitud de su compañero, ¡jamas lo habian visto hacerlo!, y creian que no lo hacia porqué no sabia, pero estaban meranente equivocados. Lo hacia con una facilidad, que parecia que hubiera dedicado toda su vida en aprender.

M: No sabia que bailabas también.....¿no te incomodan todas esas miradas?

A: Claro que lo hacen, pero me importas más tu.