Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

VI

Mu.

Corrí lo más rápido que pude hasta mi Casa. ¡Shaka tenía razón! Ni siquiera paré para recobrar el aliento aún después de haber bajado demasiadas escaleras. Abrí lentamente la puerta cuidando no despertar a Kiki, y fui directamente a mi habitación. Me miré en el espejo y me avergoncé más de lo que ya estaba. Recuerdo que mis mejillas habían permanecido sonrosadas hasta el día siguiente. Me senté en una silla y me puse a pensar. Repasaba la plática que había tenido con Shaka horas antes de ir con Aldebarán. Estábamos los dos en Virgo, sentados en el sofá.


- ¿Qué sucede Mu? - dijo mi amigo. Era extraño, pero parecía saber qué era lo que sucedía.

Respiré hondo antes de hablar. La verdad es que prefería ser directo a dar demasiadas explicaciones. Necesitaba respuestas rápidas.

- Es que me gusta Aldebarán.

Aún después de que pasaron meses de esa vez, sigo sin poder describir su expresión. Él sonrió demasiado, como si estuviera esperando esa confesión desde hacía demasiado tiempo. ¿Es que ya lo sabía? ¿Por qué sonreía tan motivadamente?

- Estás actuando extraño Shaka - dije sin evitar fruncir un poco mi ceño.

- Es que me alegro por los dos - contestó aún más emocionado que antes.

- ¿Qué?

El pareció darse cuenta de lo que había dicho, y se arrepintió enseguida. Dirigió su mano hacia su boca, y pareció meditar un poco sobre qué decir. Negaba con la cabeza repetitivamente. Ahora parecía incluso más confundido que yo.

- Creo que hablé de más - contestó. Yo seguía estando igual, incluso peor que antes.

- ¿A qué te refieres? - pregunté. El suspiró.

- Tal vez no debería estar diciéndote esto, pero tú le gustas a Aldebarán.

Abrí mis ojos, me sonrojé, negué con mi cabeza sin parar y experimenté un sin fin de emociones en tan solo unos minutos. Es que eso que me había dicho Shaka era simplemente imposible para mí en ese momento. ¿Cómo que yo le gustaba? ¡Pero si él nunca había dado indicios de ello! ¿Cómo es que Shaka lo sabía y yo no me había dado cuenta?

- No -titubeé - Yo no le gusto a Aldebarán.

- El me confesó que le gustas...y demasiado - contestó sin dejar de sonreír.

Yo seguía sin poder creer lo que decía. Estaba completamente anonadado. Su comportamiento tan confiado solo me hacía sentir peor.

- Mira: ve y habla con él, o si Aldebarán te invita a hacer algo, tan solo acepta su propuesta. Apuesto a que te dirá lo que siente, y entonces te darás cuenta de que lo que te digo es cierto.

- No puedo.

- ¿Por qué temes tanto confesar tus sentimientos?

- Aldebarán ha sido nuestro amigo desde niños, ¿sí?, y además, somos compañeros de armas. Está mal enamorarme de alguien en este momento en que tan solo somos Cinco Caballeros protegiendo el Santuario, y a parte, ¿Qué dirán Atena y los demás al saber que comprometo la vida de las personas al querer tener una pareja? ¡Y es que no puedo dejar de pensar en Aldebarán!

Shaka permaneció en silencio. Su expresión me decía que no cambiaría de opinión por nada del mundo, y además, sabía perfectamente bien que no pronunciaría palabra alguna a menos que me tranquilizara un poco, y es que sí, estaba demasiado nervioso como para pensar claramente. Decidí respirar y volver a considerar lo que Shaka había dicho anteriormente.

- Y si lo que piensas nunca sucede, ¿entonces qué haré? ¿Esperar a que él se dé cuenta de lo que siento por él y entonces mencionárselo? No creo soportar tanto tiempo en silencio.

Empezaba a alterarme y a ponerme demasiado nervioso, y Shaka pareció notarlo. Mi amigo se levantó del sofá en el que estaba, y se sentó a mi lado.

- Vamos Mu. ¿Desde cuándo el Caballero de Aries retrocede ante algo? ¡Si siempre está dispuesto a hacer todo lo posible por cumplir lo que desea! Si lo que sientes por Aldebarán es cierto, ¡entonces ve y díselo! ¿Qué podrías perder en ello?


- Entonces si era cierto - susurré para mí.

Podía dejar pasar la situación, pero sinceramente no podía. Necesitaba confrontarla. Ahora me arrepentía de no haber dicho nada. Necesitaba aclarar mis ideas, y por eso decidí salir para platicar con Shaka. En ese momento, él era el único capaz de ayudarme con lo que estaba viviendo. Pasé por la Casa de Tauro temeroso de que Aldebarán se diera cuenta de que estaba ahí, y por suerte, nunca salió. Después de cruzar tres Casas y haberme detenido unos minutos para saludar a Aioria, llegué hasta la Casa de Virgo. Shaka abrió casi enseguida, y como si hubiera estado esperando todo este tiempo frente a su puerta mi llegada a su Casa preguntó por lo que había sucedido. Después, simplemente me dejó pasar, y luego, como habíamos estado haciendo estos últimos días, nos sentamos en el sofá. Le platiqué todo lo que había sucedido... menos el que me había sonrojado.

- ¿Y qué le contestaste? - preguntó. Parecía más emocionado que Kiki frente a muchos juguetes. ¿Qué sucedía?

- Es que yo... me salí de su Casa- dije algo avergonzado y arrepentido a la vez. Deseé no haberme sonrojado más de lo que ya estaba, pues, a pesar de ser noche, por supuesto que se notaba.

- ¿Por qué? - preguntó Shaka.

- Es que yo... no lo sé - dije dudoso - . Me quedé petrificado, y simplemente no pude contestarle.

Mi amigo pareció comprender lo que sucedía, mientras yo no lograba entender el porqué de la situación. ¿Es que era tan difícil pronunciar "también me gustas"? Pues la verdad, más de lo que imaginaba.

- Entonces no te presiones. Respóndele a Aldebarán cuando tú te creas listo. Ahora ya sabes que tú le gustas a él. No pienso que vaya a suceder algo malo.



Al día siguiente, después de haberme levantado y alistado mis cosas, desperté a Kiki y empecé a hacer el desayuno, mientras el practicaba su telequinesis. Había estado mejorando mucho su actitud estos últimos días que habíamos pasado en el Santuario. Quizá le estaba haciendo bien interactuar con más Caballeros. En fin, permanecía en la cocina, pensando en el momento adecuado para actuar. Estaba claro que debía disculparme con Aldebarán por irme sin siquiera mencionarle que me diera tiempo para considerar la situación. Pero es que, ¿Qué era lo que intentaba considerar si ya tenía muy en claro que Aldebarán me gustaba? Tan solo estaba creando pretextos para evitar mencionar la verdad. Bien, quizá lo mejor era simplemente desayunar junto a Kiki, y después idear lo mejor para tratar la situación, pero no. El destino quería que sucediera ahí y ahora.

- ¡Maestro Mu! ¡Maestro Mu! - gritó Kiki mientras corría hacia mí.

- Calma Kiki. ¿Qué es lo que sucede?

- Estaba jugando - dijo entrecortadamente gracias a lo emocionado que estaba - y llegó el señor Aldebarán. Quiere hablar con usted. Está ahí, afuera, en las escaleras.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro