IV
Aldebarán.
Después de que nos despedimos de Shaka, Mu y yo nos dirigimos hacia nuestras casas. Ambos bajamos las escaleras rápidamente, pues ya era tarde.
- Bueno Mu, creo que aquí debemos despedirnos- dije sonriendo al llegar a Tauro.
- Si. Buenas noches, Aldebarán- contestó Mu devolviéndome también una sonrisa.
- Nos vemos mañana- dije caminando hacia la entrada de mi Casa. Estaba dispuesto a abrir la puerta, pero Mu seguía parado frente a mí a algunos metros de distancia, sin dejar de verme.
- ¿Sucede algo Mu? -pregunté preocupado- ¿Quieres pasar?
- Ah, no...es que yo te...te quería decir algo, pero ya no recuerdo que era- dijo mientras se rascaba la nuca y reía nervioso - Solo eso...
- Ah... - dije sin saber que más platicar.
En lugar de movernos, ambos nos volteamos a ver instintivamente. Quizá solo pasaron algunos segundos, pero a mí me pareció que todo se detenía en ese momento. Era agradable estar junto a Mu. Al parecer él quería decir algo, pero no se animaba a hacerlo. Probablemente era algo vergonzoso, pues su rostro se estaba tornando rojo.
- Bueno...tengo que ir a arropar a Kiki- dijo por fin.
- Claro- dije asintiendo.
Agité mi mano en modo de despedida, y entré a Tauro. Me metí a bañar, y me dispuse a recostarme para dormir, pero no pude. Solo pensaba en Mu, Mu, y solo Mu. En mi mente abundaban recuerdos de varias veces que había pasado de niño junto a él, pero sobre todo el momento en que yo...Bueno, en realidad no era algo con importancia. El verdadero dilema era que simplemente no podía dormir por culpa de mis pensamientos, que solo trataban de Mu. Su cabello, sus ojos, y solo él. ¿En qué momento había llegado a este punto? No lo sabía, pero en el fondo lo disfrutaba, aunque no quería admitirlo. ¿Por qué razón no dejaba de pensar en él? Tampoco lo sabía exactamente, aunque había una gran posibilidad de que...
- ...de nuevo me estuviera enamorando de Mu- dije terminando la frase de mis pensamientos. Negué la idea intentando descartarla de mi mente, pero no pude. Tan solo provoqué que tardara más tiempo en dormirme. ¿Es que todo estaba ocurriendo de nuevo?
La imagen de Mu regresó a mi cabeza. Más bien, mis sentimientos por el habían vuelto a aparecer. ¿Pero por qué en ese momento? No tenía ni idea. Reflexioné sobre el tema, y decidí que al día siguiente iría a visitar a Shaka. Quizá el sabría cómo aconsejarme. Finalmente me recosté, listo para dormir, no sin antes volver a pensar en ese nombre.
- Mu - dije antes de dormirme profundamente.
Shaka.
Al día siguiente, muy temprano a decir verdad, se escuchó que alguien tocaba la puerta de mi Casa. Sospechando que probablemente sería alguno de mis amigos, me acerqué rápidamente y la abrí, distinguiendo que quien tocaba era Aldebarán.
- Hola Shaka -dijo con tono preocupado- ¿Puedo hablar contigo?
- Por supuesto que si -dije apartándome de la puerta para dejarlo pasar-. ¿Sobre qué es lo que quieres decirme?
Él se sentó en el sofá, y yo hice lo mismo. Se le notaba nervioso y preocupado a la vez. Enseguida comprendí que debía ser algo difícil de decir, sobre todo por la expresión que tenía.
- Creo que me estoy volviendo a enamorar de Mu- dijo para después suspirar. No pude evitar sorprenderme. ¿Aldebarán hablaba enserio? Casi no tomábamos el tema del amor como plática. Además, ¿desde cuándo expresaba ese sentimiento con tal tranquilidad?
- ¿Estás seguro? - pregunté sabiendo la respuesta.
- Si, Shaka.
- Entonces ve con Mu.
Enseguida recordé que habíamos tenido una plática parecida cuando niños. Sería algo difícil convencerlo de ir con Mu.
- Es que ese es el problema. No creo poder hacerlo. No después de lo que pasó hace algunos años.
- Pero es que tampoco puedes simplemente ignorar tus sentimientos, Aldebarán. Además, no creo que eso que sucedió se repita. Mu no es capaz de hacerlo.
- ¿Y si no es así? ¿Y si te equivocas?
Estaba claro que la conversación se volvería algo tensa y complicada. ¿Qué podía hacer? Sólo convencer a Aldebarán de que obedeciera a su corazón.
- ¿No me acabas de decir que estás enamorado de Mu? - dije frunciendo mi ceño. Necesitaba aclarar las cosas.
- Por supuesto que estoy enamorado de él. Tú lo sabes más que nadie.
- Y entonces, ¿por qué no se lo dices?
- Porque no me creo capaz de hacerlo. Después de eso que pasó, no estoy seguro de poder mantener una relación, además, va a ser más difícil entablar algo con alguien, y en este caso, ese alguien es Mu. Si todo sale mal, entonces yo lo habré lastimado, y también habré perdido una amistad. No podría soportar que eso sucediera. No con Mu. Ya me ocurrió y no quiero que vuelva a suceder.
El tenía toda la razón. ¿Quién querría tener una pareja después de haber sido lastimado una vez, hacía algún tiempo? Probablemente nadie, pero quizá esa era la solución para algunos de los problemas de Aldebarán. Estos últimos días yo me había dado cuenta de que a Mu le gustaba Aldebarán. Era muy notorio, y además, me lo había dicho. Si todo salía bien entre ambos al decidir ser pareja, entonces vivirían felices durante demasiado tiempo.
- Tu no vas a lastimar a Mu, ni el a ti. Tal vez no pueda ver el futuro, pero yo sé que no va a ocurrir lo que tú dices.
- ¿Y cómo es que lo sabes? Es imposible saberlo.
- Intenta ir con Mu, o mejor dicho, ve con él y dile lo que sientes. No pierdes nada si lo intentas, pero, si prefieres quedarte callado, entonces después te vas a arrepentir de no haber dicho nada nunca. Si te vas por ese camino, y prefieres esconder tus sentimientos, entonces si vas a lastimar a Mu, porque puede que el también sienta algo por ti, y al ver que tú no haces nada, él también va a reprimir sus sentimientos. Es mejor que le digas todo.
- ¿Cómo estás tan seguro de que Mu siente lo mismo por mí? Además, ¿Qué tal y que sólo te estás confundiendo?
- No creo eso posible. Solo es cuestión de que te pongas a pensar. ¿Se ha comportado algo nervioso contigo? -Aldebarán permaneció en silencio. Era precisamente lo que esperaba obtener por parte suya- Acerté. Entonces si le gustas.
- Bien -suspiró-. Supongamos que le gusto, y después logramos ser pareja. ¿Qué sucederá después? ¿Viviré feliz por siempre, como en los cuentos? Eso creía hace tiempo, y ve como terminó.
- No podrás saber si vivirás feliz si no decides decirle a Mu lo que sientes. Además, muchas personas creían imposible el hecho de que existieran los dioses griegos, y aquí están. Nosotros protegemos a Atena, porque ella existe. ¿Qué razón tienes para creer que no podrás tener pareja o que no vas a vivir feliz junto a alguien? Es cuestión de que lo intentes, y entonces vas a saber cuál es el resultado de tu esfuerzo. El amor existe, Aldebarán, y si tú decides levantarte en este momento, bajar las escaleras hasta la Casa de Aries, y decirle a Mu que lo amas, entonces podrás vivirlo. Esta es una buena oportunidad de hacerlo, y eso depende de que quieras o no aprovecharla.
Guardé silencio, y mi amigo también. Creí que no haría nada, así que bajé mi rostro en busca de otra opción para convencerlo de que fuera con Mu, pero en eso Aldebarán se levantó.
- Tendré que encontrar otra oportunidad para agradecerte lo que has hecho por mí, Shaka- dijo antes de abrir la puerta e irse bajando las escaleras.
Permanecí en silencio, completamente anonadado, durante algunos minutos, intentando procesar que era lo que acababa de suceder. Quería gritar, reír, e incluso llorar de la emoción que sentía en ese momento. ¡Mis amigos por fin darían a conocer sus sentimientos entre ellos! Ambos se amaban desde que éramos pequeños, y nunca se habían atrevido a decírselo entre ellos por temor, y ahora, después de trece años, ¡por fin lo harían! Y yo, por mi parte, estaba dispuesto a ayudarlos en lo que fuera. Después de todo, éramos mejores amigos.
- Te deseo suerte, Aldebarán -dije para después levantarme a cerrar la puerta-. Estoy muy feliz por ustedes.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro