ALCOHOL
Llevábamos muchas horas sin enviarnos ni un solo mensaje, la extrañaba demasiado, pero por educación de no interrumpir un día con mis amistades no le escribí.
Estaba ya cayendo la tarde cuando una de mis amigas decide rentar una casa con piscina y me pide que invite a alguien para no estar solo. Sin dudarlo tomé mi teléfono y le dije que en una hora la esperaba en mi casa para irnos, así mismo pasó, una hora después estábamos juntos en mi casa con todo listo para una gran noche de fiesta, pero ninguno de los dos imaginamos todo lo que pasaría después.
Esa noche bebimos demasiado, ella estaba muy borracha, subimos a la habitación y por la calentura del alcohol comenzamos a besarnos y su acelerada respiración me indicó que hacía bien mi trabajo. Poco a poco la cosa fue subiendo a mayores y nos empezamos a tocar lentamente el uno al otro aún con la ropa puesta. Mis dedos se introducían en su boca llegando hasta su garganta y luego se los introducía en en su humedad vagina y le iba tocando suavemente el clítoris. Ella gemía de pasión en mi oído y la vez me apretaba el pene con muchas ganas de meterlo en su interior y sentirlo palpitar dentro de ella, pero aún no era el momento.
Me fuí deslizando con besos y chupones desde su cuello y recorriendo todo su cuerpo hasta llegar a su entrepierna, comencé a besar sensualmente esa zona y de repente la miré y su mirada de diabla me decía que se lo empezara a chupar y pues eso hice, se lo comí como un dulce de navidad, eso goteaba descontroladamente y yo seguía dando lengua me encantaba que se viniera en mi boca mientras se lo chupaba. Luego de un rato, la tomé del pelo y comencé a follármela como un animal en celo. Le estaba dando tan duro en cuatro que sus gritos se escuchaban fuera de la habitación. La apreté del cuello y le pegue la cara contra el espejo y mientras le introducía mis dedos hasta su garganta no paraba de romperle la vagina con mi verga bien dura.
Todo no quedó ahí lo seguimos haciendo locamente en la ducha mientras el agua caliente nos caía encima. La tomé en brazos y la subí encima de una meseta que había en el baño y se lo volví a chupar pero esta ves se corría a chorro una y otra vez, aquello parecía una fuente y yo estaba muy exitado, el suelo del baño quedó completamente mojado por los fluidos que salían a presión de su sabrosa vagina. Ella me tomó de la mano, me llevo hasta la cama y de un fuerte empujón me lanzó hacia ella y rápidamente se metió toda mi polla es su boca la recorrió completa con su lengua y comenzó a chuparla como un caramelo una y otra vez mientras me masturbaba muy rico, tanto así que terminé llenándole la boca con mi semen y se la tragó hasta que no quedó ni una sola gota, pero aún así la siguió chupando consiguiendo que mis piernas comenzaran a temblar y mis ojos se pusieran en blanco. La noche entera lo seguimos haciendo por toda la casa, desde la piscina hasta la habitación.
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