Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ANUNCIOS

Noviembre casi llegaba a su fin, y las temperaturas empezaban a ser frescas. Ahora el agua de las duchas era mucho más fría, sobre todo en las mañanas y las noches. Resultaba mucho más difícil levantarse al amanecer, dejando atrás las sábanas calentitas y el sueño que permanecía sobre los párpados hasta que el agua helada lo hacía huir. En las noches, los estudiantes acudían al autoestudio envueltos en mantas. Otros se ponían abrigos, y las hembras, bajo las faldas shorts de uniformes, usaban pantalones ligeros, licras largas o, en el caso de Yolanda, medias pantys para resguardarse de las bajas temperaturas. La época invernal estaba cada vez más cerca, y para Yolanda y el piquete, el momento de tomar sólidas decisiones. Una noche, antes de comenzar a ensayar, a Itzel se le ocurrió preguntar con qué ropa iban a bailar el día del festival. Todos coincidieron en que era un tema importante sobre el cual discutir, además de acabar de definir qué nombre adoptarían finalmente. A ninguno se le ocurrió pensar que la discusión se extendería tanto que no podrían ensayar esa noche. Nora consideró valioso definir un vestuario adecuado. En cuestiones textiles, la muchacha era en extremo exigente y se negaba a bailar disfrazada de mamarracho. Flavia propuso que bailaran en jeans y camisetas blancas, pero Katia alertó que ese era el uniforme característico de Rosemary y su grupo. Además, Grettel puntualizó aquel vestuario como bastante mediocre para su gusto ¿Jeans y camisetas? ¡Horrible! Víctor agregó que eran ropas cómodas para bailar y sugirió hacer un ligero cambio en cuanto al color. Cambiar el blanco de las camisetas por otro tono, y las hembras, en vez de usar jeans, lucir minifaldas. María Alejandra se negó firmemente, aunque a Betsy la idea le resultó atractiva. Nadie, excepto Dennis, se percató de la mirada siniestra que Renzo le dirigió a la muchacha.

La discusión parecía interminable, ya que cada propuesta siempre tenía un detractor. Erik, molesto ante el rechazo masivo de la idea que acababa de aportar, aseguró que, si no se decidían pronto, bailaría en pelotas. Denise refunfuñó un poco:

_ Aquí nadie lo duda. Todos sabemos que te gusta exhibir el pececito muerto que te cuelga entre las piernas.

_ Ustedes decidan y luego me dicen._ bostezó Dennis y recostó la cabeza sobre un hombro de su hermano Dalton con la intención de quedarse dormido.

El rostro de Joel se iluminó de repente:

_ ¿Alguno de ustedes ha visto Dance with me?

_ ¿Eso se come?_ preguntó Luis Mario.

_ No, es una película. Traducida al español significa Baila Conmigo. El protagonista es Chayanne.

Grettel chilló emocionada:

_ ¡Ay, me encanta Chayanne! ¡Es lindísimo y está requetebuenísimo!

_ Esta no respeta al novio, y eso que lo tiene a la orilla._ señaló Diogo con una mueca.

Joel continuó desarrollando su idea:

_ Es una película de baile, donde se ven muchos de los géneros musicales que interpretamos, pero a lo que me refiero no es a los bailes en sí, sino al vestuario. Estuve hablando el otro día con Salim, y él fue quien me sugirió esta idea. Casi todos saben lo exquisito que es Salim en cuestión de vestuario.

Hubo algunas risitas burlonas y Joel continuó:

_ Las ropas que se usan en estos bailes de salón, son generalmente muy elegantes y llamativas. Creo que debemos optar por algo así. Tenemos una excelente coreografía, ahora solo necesitamos las ropas adecuadas.

_ Eso ya lo sabemos._ dijo Oscar._ Pero al final ¿Qué vamos a usar? Esa es la gran pregunta.

Empezaron a hablar al mismo tiempo, haciendo combinaciones de prendas y colores, hasta que finalmente, Joel levantó una mano y reinó el silencio para que pudiera hablar:

_ Yo creo que más que uniformidad, necesitamos diversidad. Piensen un poco. Tenemos un popurrí de ritmos. Ninguno es igual al otro. Nuestras ropas deberían ser lo mismo.

_ Entonces... ¿Vamos a ir como quiera cada uno?_ se asombró Aarón. _ No he dicho eso. A lo que me refiero es que podemos establecer un estilo determinado y aun así lograr una variedad agradable y original en nuestro vestuario.

Flavia dudó un momento:

_ Cuando dices eso de un estilo ¿A qué te refieres exactamente?

_ Estos bailes son casi todos de mediados del siglo pasado. La gente en ese tiempo era muy elegante. Si le impregnamos al espectáculo un estilo propio de la época, creo que causaremos sensación. Estoy hablando de usar, por ejemplo, los varones, pantalones de pinzas, camisas de mangas largas de color entero, chalecos, corbatas...

_ ¿Y podemos añadirle un sombrero?_ preguntó Renzo con entusiasmo y se frotó las manos al obtener una respuesta afirmativa.

_ Lamento decirles que yo no podré bailar._ anunció Erik muy serio.

Todos lo miraron, principalmente Nora, cuyo rostro adquirió un matiz amenazante:

_ ¿Y a ti qué te duele ahora?_ inquirió violenta.

_ A mí no me duele nada, pero yo no tengo ese tipo de ropa que dice Joel. _ Yo tampoco tengo ni pantalones de esos, ni camisas elegantes y mucho menos chalecos o corbatas. Yo a ese tipo de ropa no le descargo._ dijo Luis Mario. _ Creo que puedo ayudar._ intervino Aarón._ Lo que se sobra en mi armario es pantalones, camisas de mangas larga y todo lo demás.

_ Vaya, _ sonrió Víctor._ después de todo es bueno tener a un religioso en el piquete.

_ ¿Y nosotras qué nos ponemos?_ preguntó Betsy._ ¿Bailamos en blúmer y ajustadores?

_ No sería mala idea._ dijo Erik con los ojos brillantes.

Nora lo acogotó:

_ Tienes una mentalidad podrida ¿Lo sabías?

_ Creo que tengo una idea._ recordó Yolanda y se dirigió a Grettel._ ¿Recuerdas el vestidito mío strapless que es blanco con adornos plateados?

_ ¿Estás hablando del...?

_ ¡Ay sí!_ cortó Nora._ El que te regalaron cuando cumpliste los quince.

_ Ese mismo._ asintió Yolanda y acto seguido, garabateó sobre un papel el modelo al que quería hacer alusión, luego explicó._ Si todas pudiéramos usar modelitos así, sin importar el color, creo que sería genial.

_ Yo tengo uno en rosado._ dijo María Alejandra.

_ Y yo uno parecido, en rojo._ añadió Grettel.

_ Ya tengo el mío._ anunció Nora._ Es color vino tinto.

_ Yo tengo tres._ dijo Denise._ En verdecito claro, en amarillo y otro de color beige.

_ Qué bueno, _ sugirió Flavia._ porque tendrás que prestarme uno, ya que yo no tengo.

_ Betsy ¿Tú tienes vestido de strapless?

Ante la pregunta de Yolanda, Betsy asintió tranquilamente:

_ En negro, y es un escándalo mayúsculo. Se me ve hasta la conciencia.

Renzo cambió de color y se movió con incomodidad sobre el asiento ante aquel comentario y la mirada ardiente que la muchacha le lanzó al hacerlo. El tiempo restante transcurrió sin que se percataran. Creando combinaciones entre las ropas de los chicos y de las chicas, dejando en claro cuáles eran las piezas de vestir que le faltaban a cada quien y los que habrían de surtirlas. Aarón sería el máximo benefactor. Por suerte, tenía todo lo necesario. También quedó establecido el calzado. Los varones, zapatos de vestir elegantes, y las hembras, tacones. Flavia protestó, alegando que nunca había usado tacones y que no sabía andar con ellos. Denise se ofreció a darle clases de cómo hacerlo, además de prestarle los que debería usar el día del festival. En el momento en que el jefe de la guardia irrumpió en el aula para mandarlos a dormir, estaban enfrascados en un poderoso ambiente de excitación, ansiosos porque llegara el nuevo día para anunciarle al profesor Diego que ya habían ideado el vestuario que usarían para la coreografía. ******************

La escuela se había revolucionado a partir de aquel lunes en la mañana. El profesor guía base, o encargado de todas las actividades políticos-culturales de los estudiantes, anunció en el matutino que los números artísticos que fueran a prepararse para participar en el festival de la FEEM, debían ser registrados previamente. La alumna miembro del ejecutivo estudiantil del centro, al frente de las actividades recreativas, se encargaría de anotar las unidades artísticas y la cantidad de participantes en cada uno.

La noticia provocó un emotivo entusiasmo en los chicos. Yolanda aplaudió sonriente hasta que se topó con la desagradable mirada que Rosemary le envió. Se observaron alrededor de unos brevísimos segundos. Había tanta amenaza, tanto odio en los ojos de Rosemary que, por un instante, Yolanda se sintió sobrecogida. Grettel la abrazó por la espalda, habiéndose percatado de la tensión latente en el aire:

_ Vaya, si las miradas mataran... ¿Qué le pasa a ella? La noto un poquito tensa. _ ¿Y quién no? Esta noticia va a disparar los nervios de todos los que vamos a participar en el festival.

_ Quizás a nosotros, que nunca hemos trepado en un escenario. Pero para ti eso no debe ser nada.

Yolanda torció la boca y con una sonrisa le devolvió el saludo a Joel, formado junto a sus compañeros a pocos metros de distancia, aunque no dejó de molestarle ver a Valeria muy cerca del muchacho.

El profesor Diego, sentado en uno de los bancos que bordeaban la plaza, le hizo un guiño muy significativo. Si, aquel día no solo se anunció la proximidad del festival de la FEEM, sino que oficialmente quedó declarada la guerra entre los dos grupos que se disputarían el mérito a la mejor rueda de casino. Los chicos estaban conscientes de que ahora la rigidez sería mucho peor mientras los días transcurrieran y la proximidad del evento fuera mayor. También estaban seguros de que, los choques con Rosemary y su grupo resultarían inevitables:

_ No se preocupen por eso._ manifestó Nora mientras se tronaba los dedos con los puños cerrados._ Solo déjenmela a mí.

_ Recuerden lo que dijo el profe._ dijo Oscar._ Tenemos que dejar de pensar en esa gentuza. Centrémonos en lo nuestro y punto.

_ Creo que vamos a necesitar un poco más de ensayos._ sugirió Flavia observando los flamantes tacones negros que lucían sus pies._ Parezco un rascacielos con estos zapatos.

_ Acostúmbrate._ le dijo Denise mientras se limaba las uñas.

Aquella mañana, Betsy consiguió la autorización de su tío para no asistir a las labores agrícolas en los días subsiguientes y así poder ensayar un poco más. Lamentablemente, Joel, Itzel y Katia no podrían participar en los ensayos ya que en ese horario debían estar recibiendo clases.

Estuvieron hasta el mediodía practicando en el ranchón, sin música, para no llamar la atención de los curiosos. Durante el horario de receso, Joel, Itzel y Katia se les unieron hasta que el timbre anunció la continuación de las lecciones. Los alumnos de décimo grado regresaron del campo, agotados por el trabajo y como era costumbre, se dispersaron por las distintas áreas a descansar y aguardar el momento de entrar a los dormitorios.

No tenían apuro en correr a las duchas ese día. Al no haber realizado duras faenas como el resto de sus compañeros, se sentían frescos, relajados y libres de quedarse un rato más parloteando en el ranchón, salvo Dennis, Aarón y María Alejandra, que se alejaron en cuanto sonó el último timbre de la mañana que anunciaba el fin del período de clases y el comienzo del tiempo de aseo y almuerzo. El profesor Diego se les unió y conversaron sobre lo ansiosos que estaban luego del anuncio en el matutino. Diego les aconsejó actuar calmadamente y evitar todo tipo de estrés con respecto al festival. En eso estaba cuando Dennis llegó corriendo, misteriosamente excitado:

_ ¡Tienen que venir conmigo, ahora!_ ordenó.

_ ¿Y por qué?_ se sorprendió Víctor, acostado en el suelo y la con cabeza apoyada en los muslos de su novia.

_ Porque tienen que ver esto... ¡Vamos, vengan!

_ ¿Y no puedes decirnos qué tenemos que ver?_ preguntó Nora con una mueca._ La verdad es que no tengo deseos de caminar.

Dennis frunció el ceño y escupió molesto:

_ ¡Bien! ¡Jódanse! ¡No vean ni carajo!

Y se alejó tan rápido como había llegado. Joel meneó la cabeza suavemente:

_ ¡Qué fuerte! Ahora la rabieta le va a durar el resto del día.

_ Y ahora yo tengo curiosidad por saber qué quería que viéramos._ se quejó Grettel y empujó a su novio hasta hacerlo incorporar.

_ ¡Mija!_ protestó Víctor._ ¡Con lo cómodo que yo estaba!

_ Acomódate arriba de Nora._ ordenó la muchacha poniéndose de pie.

_ Chica... ¿Tú me has visto cara de almohada o colchón?_ renegó Nora.

_ Bueno,_ sonrió Luis Mario._ relleno te sobra.

_ ¿A dónde vas?_ le preguntó Yolanda a Grettel.

_ Quiero saber qué quería Dennis que viéramos.

_ A esta chiquita le gusta más el chisme que la comida._ señaló Erik encogiéndose de hombros.

_ Te acompaño,_ se ofreció Diego._ confieso que hasta yo me quedé intrigado. No tardaron en sumarse los otros y en nutrido grupo se dirigieron hacia el área de dormitorios, atravesando la zona verde entre el albergue cinco y el seis. Algunos varones al ver a las chicas les gritaron a través de las persianas abiertas toda clase de piropos subiditos de tono. Al reconocer al profesor Diego entre ellos, las frases se cortaron de golpe y no pocas ventanas se cerraron abruptamente: _ Eso es lo que yo llamo respeto._ se rió Wendy, de la mano de Luis Mario. Divisaron a Dennis, ocultándose contra la pared al final del dormitorio seis, como si vigilara a alguien, lo cual no dejó de despertar mayor curiosidad en los recién llegados:

_ ¡Oye!_ le gritó Diogo._ ¿A quién estás vigilando?

Dennis se volteó con rapidez, con un dedo índice en los labios imperándole silencio de forma casi violenta. En cuanto se acercaron lo suficiente, les ordenó por señas que miraran con mucha precaución hacia el sitio de donde procedía una melodía de guitarra y una voz masculina que cantaba de modo maravillosamente agradable.

María Alejandra estaba sentada sobre la hierba, extasiada mientras contemplaba a Aarón rasgar las cuerdas de la guitarra de forma magistral y le escuchaba entonar aquel himno religioso que endulzaba el aire y los oídos. Por supuesto que quedaron más que sorprendidos. Ninguno tenía ni la más mínima idea que el muchacho tocara la guitarra, y mucho menos de que cantara tan bien.

Fueron descubiertos por culpa de Erik, y un aluvión de felicitaciones cayó sobre Aarón, enrojecido por la vergüenza de haber sido sorprendido infraganti: _ Cantas bien, lástima que se oiga mal._ bromeó Renzo y recibió un pescozón de Flavia.

_ ¿De dónde sacaste la guitarra?_ preguntó Oscar con curiosidad.

_ Es mía, la tengo escondida en mi taquilla.

_ ¿Y por qué tanto misterio y secretismo?_ chilló Dennis._ Aarón... ¡Eres todo un cantante!

Diogo soltó una carcajada:

_ ¿Tú alabando el talento de alguien? ¡Vaya! Hoy se cae una estrella del cielo.

Las mandíbulas de Dennis se tensaron y lanzó una mirada de odio a su hermano: _ Me defeco en el ventrículo izquierdo del aparato bombeador de sangre de tu progenitora.

_ Ay, _ sonrió Betsy._ que manera más fina de cagarse en su propia madre.

_ Ustedes no respetan al profe._ protestó Nora.

Diego se sentó junto a Aarón:

_ ¿Dónde aprendiste a tocar guitarra?

_ Mi mamá me puso a recibir clases de música con un hermano de la iglesia desde que tenía cinco años. Aprendí a tocar guitarra y piano. De hecho, soy uno de los pianistas de mi iglesia y canto en el coro.

_ Y bailas casino._ bromeó Katia.

_ Y estabas dándole una serenata a María Alejandra._ agregó Denise.

Ambos jóvenes palidecieron:

_ ¡No!_ negaron al unísono.

_ Ay por favor,_ saltó Itzel._ no vengan con ese cuento. Los descubrimos aquí, solitos como dos tortolitos.

_ Corrección, _ aclaró Dennis._ YO los descubrí.

Nadie hizo caso a su comentario:

_ Yo solo le estaba cantando un himno de mi iglesia._ intentó justificarse Aarón.

_ Repítelo hasta que te lo creas._ dijo Luis Mario con una sonrisa cínica en los labios.

_ ¿Por qué no nos creen?_ se quejó María Alejandra.

_ ¿Por qué no reconocen que se gustan y se traen algo?_ increpó Grettel.

_ ¿Por qué siempre tienen que ser tan pesados y creer que porque dos personas de sexo opuesto andan juntos y se llevan bien, deben tener un vínculo amoroso?_ protestó Aarón encogiéndose de hombros. _ O sea,_ sonrió Denise._ es raro y da que pensar.

_ OK..._ intervino Diego conciliador y se dirigió a Aarón._ ¿No te gustaría participar en el festival de la FEEM como solista? Estoy seguro que no tendrías rival.

_ Aarón, es una gran idea._ celebró Yolanda dando palmaditas.

El muchacho no pareció entusiasmarse con la propuesta:

_ No creo, profe...Ya de por sí bailar es un riesgo si mis padres se enteran. Imagínense si a eso le sumo cantar canciones mundanas.

_ Hombre... ¿Y quién dijo que tus padres tienen que enterarse?_ le preguntó Renzo enarcando una ceja.

_ Solo piénsalo._ le sugirió Diego guiñándole un ojo._ Si te decides a hacerlo, ven a verme antes de que salga la guagua de los profesores por la tarde. _ Canta algo bonito, Aarón._ suplicó Flavia y el resto de las chicas se unió al ruego.

Aarón interpretó un par de temas musicales muy conocidos de Sin Bandera, de Enrique Iglesias, y tuvo que complacer a Erik interpretando uno de Ricky Martin, del que el muchacho era fanático. Fue un rato muy agradable para todos, uno más entre tantos ya vividos. Cantaron y rieron hasta que el profesor Diego se puso de pie y sugirió que se dieran prisa en ir a bañarse y a almorzar:

_ Recuerden que su primer turno de clases es conmigo y mantengo mi posición de no tolerar llegadas tarde bajo ningún concepto.

_ ¿Ni siquiera de nosotros, profe?_ preguntó Grettel.

_ Ni siquiera de ustedes. De ustedes menos que nadie._ puntualizó el profesor.

Al instante se dieron prisa en incorporarse y salir corriendo hacia sus dormitorios. Diego rompió a reír al alcanzar a escuchar a Betsy musitando la palabra nazi: _ A veces usted puede ser algo brutal._ sonrió Yolanda a punto de marcharse. La voz de su profesor detuvo el intento.

_ Deberías pensar tú también en presentarte como solista de baile en el festival. ¿Qué? Yolanda se volteó muy despacio, con el corazón brincándole en el pecho de manera inquieta ante aquella sugerencia:

_ ¿Cómo...?_ preguntó con una voz ligeramente chillona.

_ Me oíste bien._ dijo Diego._ ¿No te gustaría bailar algo más clásico tú sola? Yo podría ayudarte.

_ No lo creo._ negó Yolanda tratando de sonar calmada e indiferente, aunque no se sentía de ninguna de las dos formas.

El profesor Diego se limitó a sonreír:

_ Bien... Te repito lo mismo que a Aarón, solo piénsalo y si cambias de parecer, ven a verme cuando estés dispuesta.

Mientras lo veía alejarse, Yolanda creyó que el profesor Diego había enloquecido ¿Cómo se le ocurría insinuarle que bailara un clásico en el festival? Él sabía que ella no quería saber nada más con respecto al ballet. Creía que había quedado aclarado en la última plática que habían tenido el sábado anterior.

Por un momento, Yolanda se imaginó ataviada como Odile, el cisne negro, ejecutando la variación femenina del tercer acto de El Lago de los Cisnes, su ballet favorito, ante los asistentes al festival de la FEEM. Sonrió al verse en medio del escenario, bajo la luz de un potente reflector, revoloteando delicadamente y al mismo tiempo desbordando pasión, ya que el personaje era una mezcla de gracia, sutileza, fuego y hielo. Todo marchaba perfectamente en su sueño hasta que alguien entre el público se ponía de pie y gritaba señalándola con un dedo:

_ ¡Gorda!

Y un corode carcajadas secundaba la ofensa, mientras ella, víctima de la sorpresa, caíaal suelo estrepitosamente. No eran Rosemary, o Lilí o Gema quienes le gritaban.No. Al levantar la mirada, en su ilusión, distinguió entre los rostrosrisueños, el semblante afilado y frío de la mujer de sus pesadillas, cuyos ojososcuros brillaban con una intensidad casi macabra. Yolanda se estremeció yvolvió a la realidad con rapidez... ¡De ninguna manera! Mantendría irrevocable sudecisión de no volver a bailar ballet clásico nunca más.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro