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Capítulo 6.

Ódiame o ámame, ambas están a mi favor. Si me amas, voy a estar siempre en tu corazón; si me odias, siempre voy a estar en tu mente.

William Shekespeare.

Una semana después.

Mantengo mi vista en mi libro, deseo salir a beber algo de agua, sin embargo al estúpido de Noé se le ocurrió la brillante idea de hacer una fiesta.

Me levanté caminando hacia mí balcón recostando me en el barandal, el cielo poco a poco se tiñe de colores, sonrió un poco, tenía mucho tiempo que no contemplaba el hermoso cielo.

Suspiro y doy media vuelta, me coloco un suéter grande color rojo, para luego calzarme los zapatos.

Necesito salir, aunque no escuché el estruendo de la fiesta, deseo salir, no me gusta sentir la sensación de muchas personas rondando mi casa.

Tomó una falda negra un poco corta, me miró en el espejo y asiento.

Me veo bien.

De la mesa de noche tomó mis audífonos y me los pongo tomando mi pequeña cartera negra, camino hacia la puerta y antes de abrir respiro lentamente y profundo.

Cierro la puerta y hago una mueca, huele a alcohol, cigarrillos, porro y drogas.

Suspiro buscando en mi teléfono música, dejó que la voz de Dan apague el estruendo de Noé.

Tranco mi puerta metiendo las llaves en mi pequeño bolso y como puedo me abro paso entre la multitud.

—Que asco .—Hago una mueca cuando el olor se hace más fuerte.

Me muevo entre ellos y ruedo mis ojos al ver cómo una pareja por poco tienen sexo en una esquina del departamento.

Observo a Mari que mantiene una mueca mientras ve a su novio hablar muy animado con una rubia.

Camino hacia la cocina empujando a las personas.

Vamos Nara respira profundo, no los puedes correr porque si lo haces tendrás una pelea con ese bastardo y eso es lo menos que quieres.

Me animó.

Me cruzo de brazos observando como una pareja se pasa saliva y el tipo le mete mano, ruedo mis ojos y sin importarme nada los empujó para que me den paso.

Ambos se voltean, veo como el tipo habla y yo solo ruedo mis ojos.

—Muévete. —Muevo mi mano y ellos se hacen a un lado con una mala cara.

Abro la nevera tomando una botella de agua, la pongo en el mesón y de mi muñeca tomó mi cola para hacerme un moño desordenado en el cabello.

Al sentirme vigilada me volteo lentamente, muerdo mis labios al no ver a nadie, cuando vuelvo mi mirada hacia la botella logró divisar a la persona y sonrió.

Doy media vuelta para luego abrir la puerta de mi casa y salir.

Me acerco al ascensor que no tarda en llegar, me subo sonriendo al ver cómo la misma persona sale de la casa, nuestros ojos por un momento hacen contacto y no puedo evitar que mi corazón lata como loco.

Las puertas del ascensor son abiertas y salgo, paso por la recepción saludando al portero y salgo a la oscuridad de la noche.

Sigo mi camino sintiendo como alguien me sigue y niego.

Acercate.

Apagó la música y me quitó los auriculares colocándolos en mi cuello.

—¿Vas a seguirme todo el rato o te acercaras?—Me volteo observando a Noah que me mira con una sonrisa apenada.

—¿Cuando te diste cuenta? —Se coloca a mi lado y seguimos caminando.

—Desde que salimos, ví tu reflejo en la puerta del edificio.—Me encojo de hombros.

—Quise acercarme, no lo hice porque estabas escuchando música, además te estaba buscando en la fiesta y no te encontré—

Mete sus manos en los bolsillos y me mira por el rabillo.

¿Cómo puede volverse más hermoso en una semana? Ya estoy alucinando.

—Ese ambiente no es lo mío, no me gusta, el alcohol, cigarrillos y esas drogas, la música alta, estar rodeada de personas que no conozco .—Hago una mueca —No gracias, mi manera de divertirme son más diferentes—

Nos quedamos en silencio, lo miró y me volteó caminando hacia atrás observando.

—¿Habla? —Le sonrió al ver cómo desea decirme algo.

—Enseñame —

—¿Enseñarte? —

—Si, enséñame, cómo tú te diviertes, muéstrame tu mundo —

Me detengo para luego colocarme a su lado.

¿Mi mundo? No quiero dejarlo entrar a mi mundo, si él entra se adueñara y no querré que jamás salga.

Lo miró y asiento.

¿Me arrepentiré de esto?

Tomó su mano para luego empezar a caminar más rápido.

Cruzamos la calle y lo volteo a ver, pero su mirada está en nuestras manos unidas, cuando la sube suelto rápidamente su mano.

—Lo lamento.—Me disculpo rápidamente.

—Tranquila .—Me da una sonrisa.

Volteamos y seguimos caminando hasta llegar al centro comercial.

—¿Para dónde me llevas? —Dice al ver que seguimos derecho y no, nos adentramos en el centro comercial.

Sin responder miró hacia ambos lados y volvemos a cruzar la calle hasta llegar a nuestro destino, nos adentramos y el frío del lugar me hace colocar mis manos dentro de mí buzo, me acerco a la recepción mientras él mira todo el lugar.

—Buenas noches.—Saludo al encargado—Dos por favor .—Él coloca los patines frente a mí, me da el monto y cuando estoy por pagar, mi corazón da un brinco al sentir el calor de Noah detrás de mí.

—Pago yo —

—Pero, yo te estoy trayendo —

—¿Y? Ponme un listón y pintame las uñas es la única forma que yo acepte que tú pagues .—Parpadeo varias veces sin saber qué decir.

Vale, tengo pena.

Tomó mis patines y él toma los suyos.

Me acerco al banco y me siento para luego quitarme los zapatos y colocarme los patines.

—¿No es tan tarde para decir que nunca he patinado en una pista de hielo? —Me río y lo miró para luego levantarme.

—No es tan difícil, tal vez te caigas las primeras veces, pero es parte de la experiencia.—Me coloca frente a él estirando mis manos—Vamos .—Le sonrió, él mira mi rostro para luego bajar la vista a mis manos, veo como toma una respiración profunda para luego tomar mis manos entre las suyas.

Lo ayudo a levantarse, empezamos a caminar y me río al ver cómo lucha por no caerse.

Miró la pista de hielo y me alegro que no haya tantas personas, nos adentramos y suelto sus manos para patinar un poco, él me mira desde afuera sostenidose de las barandas.

Me acerco lentamente y estiró mi mano.

—Vamos, prometo no soltarte —

—Ya lo prometiste —

Toma mi mano y nuestro contraste hace que los nervios vuelvan; sus manos están frías y las mías calientes.

Tomó su otra mano ayudándolo.

—Eso, lento .—Lo guío lentamente, suelto sus manos, más no tarda en irse contra el suelo, hago una mueca mordiendo mis labios para contener las ganas de reírme.

—Adelante, hazlo ríete de mí, no tengo ningún problema.—Niego mordiendo mis labios.

—Ven.—Estiro mis manos ayudándolo.

—No sueltes mis manos.—Él me sostiene con fuerza, tragó saliva y asiento.

—No lo haré .—Me coloco a su lado sin soltar su mano.

Ambos nos quedamos en silencio mientras patinamos a un ritmo lento. Lo miró por algunos momentos mientras él mantiene su mirada en sus pies.

—¿Por qué mantuvieron en secreto que perdiste la memoria? —Me detengo abruptamente—Lo siento, yo no quise.—Él me mira lleva su mano hacia su cabello negro y suspira—Lo dije sin pensar, olvídalo¿De acuerdo?

—Tranquilo .—Empiezo a patinar sin saber por dónde empezar.—Suelto sus manos, Noah se tambalea más no se cae—Lo hiciste .—Le sonrió patinando a su alrededor.

—No quiero golpear otra vez el frío hielo—

Ambos seguimos patinando platicando de cualquier cosa, evitando el tema del accidente, creo que se dió cuenta que no es un tema que yo deseo hablar abiertamente todo el tiempo.

Su teléfono suena, él se detiene y lo sigo, hace una mueca negando.

—¿Todo bien? —Lo miró con preocupación al ver cómo su rostro se oscurece.

—Tranquila todo está bien .—Empezamos a patinar, me adelanto solo un poco para luego patinar a su alrededor, su mirada poco a poco se ilumina y sonrió feliz.

No me gusta verlo enojado o triste.

Niego.

—Maldición .—Colocó rápidamente mis manos para no recibir tan fuerte el golpe—Auch —

—¿Estás bien? —Noah patina lentamente hacia mí.

—Si, me distraje .—Estira sus manos y con un poco de fuerza me ayuda a levantarme, nos quedamos frente a frente, levantó lentamente mi mirada y podría jurar que él estaba viendo mis labios.

Con mi corazón martillando como loco, siendo capaz de escucharlo me separó de él.

—Tengo hambre ¿Quieres comer? —

Empezamos a patinar hasta salir de la pista, me siento en el banco, cuando terminó de colocarme mis zapatos me levanto y ambos caminamos en silencio.

—Conozco un lugar muy cerca de aquí, hacen unas hamburguesas deliciosas ¿Te apetece?—

—Solo si pago yo —

—Pero, no me dejaste pagar en la pista de hielo, déjame aquí .—Él niega.

—No soy un princeso, tal vez saliste con puros imbéciles que no pagaban nada o su cincuenta cincuenta, pero conmigo no, no deseo andar con un listón, maquillado y con las uñas pintadas, esa es la única forma que te deje pagar algo—

Me quedo en silencio sin saber qué decir, vale si tiene razón, pero me da mucha pena.

Caminamos otro poco hasta adentrarnos en un pequeño local, nos guían hasta una mesa y ambos nos sentamos en silencio.

Él vuelve a sacar su teléfono para luego hacer una mueca.

—¿Estás seguro que estás bien? Cada vez que sacas tu teléfono hace una mueca —

—Si tranquila, no quiero agobiarte con mis problemas de amor —

Lo miró y muerdo mis labios.

—¿Qué estás pensando? —

—¿Qué? —

—Cada vez que muerdes tus labios es por dos cosas: Uno: no sabes que hacer y dos: intentas contener te—

Abro mis ojos riéndome.

No tenemos mucho tiempo hablando ¿Cómo lo sabe?

—¿Estas manías las tenía antes? —

—Un poco si, además soy bastante observador ¿Que me querías decir? —

—Si necesitas hablar con alguien lo puedes hacer conmigo, eso era .—Tomó una servilleta.

Noah está por decir algo, pero una chica morena nos interrumpe con una sonrisa.

—Buenas noches, bienvenido a gourmets’deliciosos ¿En qué les puedo servir? —Nos da el menú con sonrisa amigable,

—Me puedes dar una hamburguesa de pollo, sin cebolla y mostaza, una Coca-Cola y unas papas por favor .—Le devuelvo el menú.

—Una de carne con todo, una Coca-Cola y también una orden de papas —

Ella toma nota, nos sonríe y se aleja diciéndonos que pronto estarán listas.

—Mi no…. La chica con la cual estaba desde hace algunos años me fue infiel.—Lo miró abriendo mis ojos —Ya lo sospechaba, tal vez por eso no me duele tanto, solo estoy un poco decepcionado de ella —

—Yo lo siento —

—¿Por qué te disculpas? No es culpa tuya o algo así —

Tragó saliva asintiendo.

No me estaba disculpando por eso, era porque saber que ella te fue infiel me hace feliz.

—¿Qué vas a hacer? —Di que terminaron por favor, dilo.

—Terminamos, pero ella no me deja en paz—

¿Terminaron? ¿Escuché bien? Nara mantén tu rostro neutro por favor.

—No la entiendo—

—¿Qué no entiendes? —

—No la entiendo a ella, a ver, eres guapo, estudias, de buena familia, inteligente, con una hermosa sonrisa .—Nara cállate —No la entiendo —

—No la culpo ¿Sabes? Tenemos sin vernos un año—

—Eso no es excusa para ser infiel, es mejor terminar que hacer algo así ¿La quieres? —

¿Qué carajo estás diciendo?

—Claro, estuvimos varios años juntos—

—¿La amaste?—

Que alguien me de un coñazo por favor.

—¿Amarla? La quise mucho, pero no creo que llegue a amar, porque saber que me fue infiel no me duele tanto o tal vez ya no la queria tanto, nuestra relación se estaba yendo al carajo desde mucho antes, creo que ninguno quiso terminar porque le daba miedo decir esas palabras, sin embargo fue lo mejor, estar juntos nos estaba lastimando—

Él se mantiene callado, me mira y me regala una hermosa sonrisa que hace calentar mi corazón.

Las hamburguesas llegan y mi hambre vuelve.

Eso llénate la boca para que no digas otra estupidez.

—¿Tu tienes novio? —Me atoro y bebo rápidamente fresco.

—No, encontrar a alguien capaz de amar cada parte de mí no es fácil .—Le sonrió para aligerar el ambiente que yo misma cree.

Además desde que leí esa estúpida libreta y te vi, me enamoré de tí.

Porque aunque se que te odie, también te amé, estuviste en mi mente y corazón todo el tiempo y luego de perder la memoria mi amor por ti se fue y el odio igual, pero ahora, ahora el amor volvió más fuerte que antes, mi mente y corazón te aman.

Al parecer tu nombre, tu persona quedó grabada en mi alma para la eternidad.

No sé si está bien o mal, pero si se que me hace feliz saber que estoy enamorada de ti, aunque no sea recíproco, porque tú felicidad es lo más importante para mí.

—A veces encontramos a la persona indicada cuando no la estábamos buscando —

Asiento hacia él mientras bebo refresco.

—Tienes razón—

—¿Te gustaría seguir haciendo este plan? Tu forma de divertirte me ha gustado mucho —

Parpadeó varias veces sin saber qué decirle.

Vamos Nara.

—Claro ¿No te aburrirás? Yo no bebo —

—Tus planes no son aburridos, ¿Que haremos la próxima vez? —

—Déjame pensar, hay muchas que deseo hacer—

Él me sonríe para luego bajar la vista a su hamburguesa. Realmente no sé si él está bien, no sé si está fingiendo, pero si es así, haré todo lo posible por hacerlo feliz, no quiero que esté triste por alguien que lo traicionó.

Deseo hacerte feliz Noah, ¿Mi momento llegó?

—¿Te sientes bien? —

—Muy bien ¿Por qué lo preguntas? —Muerdo mi hamburguesa observando lo.

—Tienes la cara toda roja .—Hace el amago de tocarme, pero se detiene —Mejor no, quería comprobar si tenías fiebre, pero mis manos están sucias —

—No te preocupes, estoy bien Noah —

Ambos nos quedamos en silencio, pero no uno tenso o incómodo, uno agradable.

Levanto mi mirada y le sonrió un poco nerviosa, estás sensaciones, estás emociones me agradan.






























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