Nuvuola se mantuvo firme mientras dejaba que el resto fuera tan miserable como ella. Desde que Dios creo a los humanos tomó un odio hacia ellos que resultaba risible a los ojos del resto de nubes. Todas eran esponjosas, suaves y risueñas cuando el sol aparecía así que por supuesto que no podían entender el odio que tenía Nuvuola hacia los humanos y porqué le gustaba empaparlos de lluvia cuando tenían algo importante entre manos. Le encantaba arruinar sus planes.

Su época preferida era los días donde todo parecía nublado y oscuro. En esos momentos ninguna nube parecía amigable sin una luz del sol que suavizara sus bordes o un cielo azul que trazara formas graciosas. En esos momentos solo eran una esponja de sueños muertos. Como si hubieran absorbido todos los malos sentimientos de las personas y los estuvieran sosteniendo tapizando un cielo azul que nadie alcanzaba a ver.

Y a pesar de que era su época favorita, Nuvuola no encontró el regocijo interno que solía hallar en molestar a los humanos. Ese día encontró a una humana pero a pesar de que la empapó, ella no sacó un paraguas ni mucho menos intentó esconderse de la lluvia. Simplemente recibió el frío baño de lágrimas sin inmutarse mientras seguía caminando como si la tormenta que se desataba dentro de su cabeza fuera lo suficientemente catastrófica para opacar a la tormenta del exterior.

Un extraño sentimiento se cobijó dentro de Nuvuola y decidió volver la lluvia más liviana. Tan suave como si fueran cosquillas. Y cuando pensó que aquella humana era extraña, de repente la vio sonreír recibiendo la lluvia con los ojos cerrando mientras miraba al Nuvuola con ternura. La escuchó agradecer. 

Que muchacha tan extraña.

Nuvuola decidió entonces que ya no odiaba a los humanos. Todavía estaba lejos de amarlos, pero ahora veía porqué eran criaturas tan interesantes. A veces dejaba caer la lluvia y formaba charcos como espejos del cielo para que los niños jugaran. A veces dejaba caer una lluvia suave y tranquila como si intentara decir "estoy aquí" "estoy contigo"  Las otras nubes podrían decir que se volvió blanda, quizás no se equivocan, después de todo era una nube.

El limón miraba con cara agria como, una vez más, el niño elegía tomar una fresa en lugar de tomar una fruta de su árbol. En realidad no era una razón para estar molesto puesto que significaba que se mantiene con todos sus frutos en su lugar. Sin embargo, en los últimos años escuchó a los humanos hablar sobre lo agrio que eran los limones de ese árbol y que evitaran tomarlos. Se convirtió en la burla de todo el jardín cuando todos se dieron cuenta que era el árbol que los niños evitaban.

Molesto observó como los niños se llevaban fresas alegando lo dulces que eran sin saber que en realidad eran limones MUAJAJAJAJAJA nomentira