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Capítulo Veintiuno

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BaekHyun tenía quince años cuando la conoció.

El entonces castaño había sido contactado por una de las compañías de entretenimiento más grande del país debido a la prodigiosa voz que tenía; le ofrecieron debutar tras un periodo de tiempo en entrenamiento e incluso la oportunidad de ser directamente un solista debido a las dotes que tenía con la composición.

Era un sueño hecho realidad para el menudo muchacho y no dudó en aceptar la oferta, recibiendo automáticamente el apoyo de sus padres, quienes conocían a la perfección el futuro que su hijo había elegido para sí mismo.

Durante sus primeras semanas en la empresa, se le fue asignada una mentora que le ayudara a integrarse correctamente a las prácticas y lo aconsejara en el camino, una joven artista ya conocida en el medio por el extraordinario éxito conseguido durante su debut junto al grupo de chicas que lideraba, siendo considerada una de las estrellas más grandes de la compañía.

Entre prácticas hasta tarde, conversaciones largas y salidas casuales en sus días libres, BaekHyun y la joven se volvieron cada vez más cercanos, desarrollando sentimientos por el otro que aún no se atrevían a declarar por la timidez que los definía, hasta que una noche, tras una larga y exhaustiva práctica, el castaño se armó de valor y besó a la mayor.

Después de aquel día, comenzaron su relación como novios oficiales, teniendo a toda la empresa como testigo de lo mucho que se querían, pero siempre con cuidado de no ser descubiertos por los paparazzis que vigilaban el grupo al que la joven pertenecía.

Pasaron meses llenos de felicidad y romance que los llevaron a planear un futuro juntos, enfrentándose a la realidad que los rodearía siempre como los artistas entregados a sus fans que eran; pero una noche, al ver a su novia llorar desconsolada en uno de los rincones más oscuros de la productora, Byun supo que había algo más grande que debían enfrentar primero.

Su identidad.

Ella era Kim TaeYeon, heredera principal de la multinacional Kim-miK, la empresa SurCoreana más influyente en la economía del país; la cual, además de contar con negocios propios como era el diseño y la venta de productos de lujo que incluían joyas, ropa e incluso calzado, también tenía acciones en la mayor cantidad de empresas de telefonía, electrónica, fábricas de alimentos y hasta contaba con una agencia de publicidad propia y varios restaurantes, siendo considerados los verdaderos líderes del continente.

Desde joven, TaeYeon había mostrado su pasión por la música y había intentado demostrarle a su familia que podía representar a la empresa desde el rubro que había elegido para sí misma; hasta que su abuelo, el fundador y director general de la multinacional, murió de un sorpresivo infarto, dejando a su primogénito al mando, quien no tardó en dar un ultimátum a su hija para que dejara su carrera como artista y comenzara a prepararse para tomar el lugar que le correspondía a su lado.

—No sé que voy a hacer, Baek —lloraba la pelinegra—; amo cantar, es lo único que me hace feliz, pero ahora debo dejar todo y...

El llanto de la mayor estremeció el pecho del más joven, quien no dudó en acercarse y abrazarla a modo de consuelo; no podía dejar que ella renunciara a su sueño, no con la clase de talento que tenía y la fama que estaba acumulando.

Aquella noche, BaekHyun se sentó frente a su computador e investigó todo lo que pudo con respecto a Kim-miK, desde cómo funcionaba el negocio hasta las tradiciones de su familia, todo lo que le permitiera enfrentarse al padre de su novia con confianza.

El castaño había crecido rodeado del conocimiento básico sobre negocio y ganancias gracias a la línea hotelera de sus padres, por lo que supo mantener una fría y relajada imagen frente al presidente Kim mientras le explicaba por qué no debía forzar a TaeYeon a dejar su carrera, indicándole todos los beneficios que su empresa podría obtener si la mantenía en la recta al estrellato que ella ya había comenzado.

Sin embargo, el mayor no se veía del todo convencido.

—Entiendo su punto, joven Byun, lo que no entiendo es por qué está usted aquí, ¿qué rol cumple en todo esto? —Preguntó el presidente observando a BaekHyun con los ojos entrecerrados.

—Soy el novio de TaeYeon —declaró el castaño con firmeza—, y me corresponde cuidar de ella.

El mayor sonrió divertido.

—Un lindo gesto, muchacho, pero me temo que ella es parte de la familia Kim y con eso vienen responsabilidades que, quiera o no, va a tener que asumir. —Le asintió a modo de despedida y volvió a poner atención a los papeles frente a él.

—¿Y si alguien más los asume por ella? —Cuestionó el menor con las manos temblorosas.— Si alguien externo promete dedicarse a la empresa en su nombre, ¿dejaría que ella continúe con su carrera?

El adulto miró fijamente al estudiante, sorprendiéndose ante lo decidido y firme que se veía, aún cuando era obvio que tenía miedo de las consecuencias de su propia propuesta.

—Muchacho, aprecio tu interés en mi hija, pero me temo...

—Le ofrezco un negocio —declaró el castaño interrumpiendo al mayor—; estoy seguro que va a hacerle ganar mucho dinero y creará una asociación que protegeremos con el matrimonio entre su hija y yo; de esta forma, que yo ocupe el lugar de TaeYeon en Kim-miK está más que permitido, ¿cierto?

El presidente frunció el ceño, atónito ante la maestría que mostraba el castaño a la hora de manejar las tradiciones por las que se regían los Kim.

—Los estudié con atención —explicó el menor encogiéndose de hombros—. Entonces, ¿escuchará mi propuesta?

—¿Estás seguro de querer hacer esto? —Preguntó el mayor inclinándose hacia el muchacho.— ¿Qué hay de tu propio futuro?

—Quiero un futuro con ella, señor —dijo sin dudar, volviendo a dejar anonadado al adulto.

—Te escucho.

BaekHyun se explayó hablando de la línea hotelera de sus padres y el gran beneficio que obtendrían ambos negocios si se unían, convenciendo al mayor de que los Byun eran los aliados perfectos para ayudar a promocionar su marca, no solo como anfitriones de las exposiciones, muestras, desfiles y fiestas que realizaban los Kim a lo largo de todo el año, sino como representantes oficiales de sus productos en cada una de las ciudades en las que estaban ubicados.

Sin embargo, aunque el presidente de Kim-miK aceptó el trato reconociendo al menor como su nuevo sucesor, y dejando que su hija continuara con su carrera artística, los padres de BaekHyun no estuvieron de acuerdo, llegando a prohibirle a su hijo cualquier contacto con esa familia en un intento de proteger su porvenir.

Pero el castaño estaba tan decidido que no dudó en pedir ayuda al presidente Kim para emanciparse de sus padres y continuar con sus planes sin que nadie pudiera detenerlo.

Los Byun lloraron la partida de su hijo negándose a despedirse del todo de él, por lo que terminaron aceptando el negocio con los Kim y prometiendo apoyar al castaño en todo lo que necesitara, ayudándolo así a dejar la secundaria artística en la que estaba estudiando para pasar a terminar el Bachillerato en Exordium, la institución educativa privada auspiciada por Kim-miK.

A partir de ese momento, la vida de BaekHyun dio una vuelta de ciento ochenta grados. Por la mañana asistía a la escuela de niños ricos patrocinada por la empresa a la que ahora pertenecía; en la tarde iba a la mansión Kim para recibir tutorías privadas sobre economía y finanzas, ayudándolo a ponerse al día con el conocimiento que el resto de herederos recibían desde pequeños. Y por la noche iba a la productora para visitar a TaeYeon y contarle todas sus aventuras.

—Baek, no tienes que hacerlo, jamás te pedí que tomaras mi lugar —dijo la mayor cuando se enteró del sacrificio del castaño.

—Lo sé, pero quiero hacerlo —le sonrió dulcemente.

—Qué hay de tu propio sueño —insistió ella con los ojos vidriosos.

—Tú lo cumplirás por mí —respondió el menor tomando el rostro de su novia entre sus manos—. Te convertirás en solista y cantarás las canciones que componga para ti; tomarás mi lugar, ya hablé con la empresa.

—BaekHyun, no —exclamó ella intentando apartarse—; son tus canciones, tu vida, no voy a...

El menor la interrumpió con un sorpresivo beso en los labios antes de sonreírle abiertamente y sujetarla entre sus brazos, abrazándola con todo el amor que le tenía.

—Gracias por preocuparte por mí —susurró—; estaré bien, lo prometo.

Ella negó y ocultó su rostro en el cuello del más alto, arrepintiéndose por haberlo arrastrado al embrollo que era su vida, pero dispuesta a luchar para protegerlo.

—Les mostraré lo mucho que valgo —prometió con un suave sollozo—; triunfaré.

Se apartó de su novio y lo miró fijamente con el rostro inundado de lágrimas.

—Entonces ellos entenderán y te dejarán ir y tú podrás recuperar tu vida y...

—Shh, tranquila —dijo el más joven acariciando el cabello de su novia, conmovido por sus palabras—; estoy seguro que lo harás.

BaekHyun volvió a abrazarla y suspiró sabiendo que las cosas no eran tan sencillas como ella las veía, pero tampoco pensaba desanimarla cuando al fin había aceptado el trato que tenía con su familia. Sería un camino complicado y hasta agotador, pero el castaño estaba más que dispuesto a recorrerlo ida y vuelta si era por ella.

A partir de entonces, el menor se ubicó a la derecha del presidente de Kim-miK y fue considerado el futuro líder de los Kim.




















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